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38º FESTIVAL DE CINEMATECA.

38º FESTIVAL DE CINEMATECA.
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Desafiando al Covid-19, pero respetando las disposiciones gubernamentales, este sábado arranca con siete meses de retraso el 38º Festival de Cinemateca. El evento se llevará a cabo íntegramente en forma presencial ya que, dado el volumen del material a exhibirse, resultaría imposible hacerlo de otra manera. 

Desde el 21 de noviembre hasta el 5 de diciembre el Festival ocupará las tres flamantes salas de la institución, la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño, la Sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta, la Sala Zitarrosa, y varias salas de Life 21 (ex Casablanca), Punta Carretas y Punta del Este. La programación estará compuesta por 156 películas (83 largos y 73 cortos) que representan a 54 países.

La película de apertura del evento será La vida invisible de Euridice Gusmao, del brasileño Karim Ainouz, que este cronista ya vio. Es la historia de dos hermanas que pertenecen a una conservadora familia de origen portugués en el Río de Janeiro de 1950. Mientras la mayor navega entre aventuras románticas, la menor se apoya en la rebeldía de su hermana para lograr su sueño de convertirse en pianista profesional. Como buen melodrama, la película trabaja para lo emocional, navegando entre el clasicismo (las cartas leídas en off) y la renovación (el uso de imágenes modernas, desde las primeras escenas nocturnas iluminadas con neones a fuertes pasajes sexuales). La presencia de sus protagonistas Carol Duarte y Julia Stockler es fundamental para reflejar su vulnerabilidad y resignación. Un epílogo, a cargo de la inmensa Fernanda Montenegro, apela más a la emoción, no por su contenido en sí mismo, sino por la intensidad dramática que emana de la casi nonagenaria actriz. El resultado es un discurso feminista que utiliza con profundidad sus argumentos, sin caer en maniqueísmos ni cómodas políticas correctas.

El cierre del festival estará a cargo del español Jonás Trueba y su último film, La virgen de agosto, película no vista por este cronista. Según el comunicado de Cinemateca, es una hermosísima estampa urbana con reminiscencias de la Nouvelle Vague, que nos sumerge en la tórrida cotidianidad del agosto madrileño, mientras acompañamos a la protagonista en su deambular, absorta en sus pensamientos, abierta a las oportunidades que la ciudad le ofrece. Las fiestas tradicionales y la naturalidad de sus actores son excelentemente captados por la cuidada estética de los encuadres y la fotografía. Un canto a la vida, la gente y el amor que rebosa autenticidad, con toques casi fantásticos que la convierten en una auténtica delicia”.

 Resulta imposible detallar en una nota los 81 largometrajes restantes, aunque sí puedo recomendar al lector algunos que ya tuve oportunidad de ver:

El viaje de Lillian, del documentalista austriaco Andreas Horvath en su primera película de ficción. Es la historia de una emigrante varada en Nueva York que decide emprender el camino de regreso a su Rusia natal, en una road movie a través de la helada Alaska.

State Funeral, documental holandés del cineasta ucraniano Sergei Loznitsa, sobre el funeral de Stalin y los días previos al mismo. El resultado es un cuestionamiento sutil y notablemente sugestivo de la figura de autoridad como símbolo de un delirio aterrador.

Tipografía mayúscula, del rumano Radu Jude. Ambientada en Bucarest en 1981, con Ceausescu liderando una Rumania comunista, y escribiendo la historia oficial ayudado por la TV, mientras un adolescente escribe con tiza mensajes de protesta contra el régimen en las paredes, hechos en tiza y mayúscula. Hasta que el régimen actúa en consecuencia.

Retrato de una mujer en llamas, de la francesa Céline Sciamma, ambientada en 1770, con una pintora que recibe el encargo de realizar el retrato de bodas de una joven que acaba de dejar el convento y tiene serias dudas sobre sus preferencias sexuales.

La Gomera, comedia policial del rumano Corneliu Porumboiu, sobre un policía corrupto que pretende comunicarse con la mafia para sacar de la cárcel a la única persona que sabe dónde están escondidos 30 millones de euros.

El traidor, del veterano Marco Bellocchio, la historia de Tommaso Buscetta (un notable Pierfrancesco Favino), un mafioso que huye y se esconde en Brasil, hasta que sus hijos son asesinados y decide reunirse con el juez Giovanni Falcone, traicionando el juramento que realizó ante la Cosa Nostra.

De repente el paraíso, del palestino Elia Suleiman, que viaja a diferentes ciudades del mundo en busca de similitudes con su tierra natal, aunque la promesa de una nueva vida en esos lugares pronto se convertirá en una comedia llena de errores.

Una vida oculta, del misterioso Terrence Malick, un hombre que hace una década viene perpetrando desastre tras desastre, y que acá se recuperó con la historia de una familia de campesinos austriacos. Cuando estalla la guerra el joven protagonista no presta juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un mundo lleno de odio.

También hay cine uruguayo que vale la pena reseñar. Chico Ventana también quisiera tener un submarino marca el debut de Alex Piperno, protagonizado por la escritora Inés Bortagaray. Con producción alemana pero entrañable uruguayismo llega el nuevo film de Carlos Morelli, El cumple. Por otro lado, Historias de verano de Gabriela Guillermo e Irina Raffo, es un film desarrollado mediante cinco historias de amor. Y a esa presencia nacional habría que sumar dos títulos franceses quizás valiosos (Los confines del mundo de Guillaume Nicloux, sobre el fantasma de Vietnam, y La Daronne, comedia dramática con la siempre magnética Isabelle Huppert). Por último, un tómalo o déjalo, lo último del taiwanés Tsai Ming-liang, Días, que ha hecho huir de sala a muchos, mientras otros la califican de maravilla. Como puede verse, habrá de todo en el Festival.

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".