Home Política Biden: el mismo perro con distinto collar  por Ruben Montedonico
0

Biden: el mismo perro con distinto collar  por Ruben Montedonico

Biden: el mismo perro con distinto collar  por Ruben Montedonico
0

Es posible discurrir si se considera que la democracia como la conocemos está en decadencia, pero en lo que no cabe duda es que en Estados Unidos (EEUU) son inexistentes las diferencias entre demócratas y republicanos. La especulación quizá esté dirigida a calcular cómo le irá a un país con el próximo mandato y optimistas de izquierda piensan que si es Joseph Biden no terminará el período de cuatro años y será sustituido por una vice progre, Kamala Harris. Autodefinida como “pragmática”, la creo una conservadora con puntuales chispazos populacheros.

Julio C. Gambina sostiene: Queda claro que Donald Trump era y es impresentable, impredecible y peligroso, pero a no hacerse ilusiones” y agrega “que los demócratas que ahora gobernarán tienen historia de guerras, invasiones e injerencias varias que afirman el carácter imperialista de EEUU”. Biden, arrellanado en el Legislativo durante varios años, tuvo destacada actuación y acompañamiento en el injerencismo e intervencionismo militar de sucesivos gobiernos; se lo recuerda -en particular- por su genio beligerante cuando presidió, por ejemplo, la comisión senatorial sobre fuerzas armadas.  Estoy de acuerdo con las conclusiones de Gambina al reflexionar que “el resultado electoral modifica el inquilino de la casa de gobierno en EEUU, pero el poder seguirá entre las petroleras, las automotrices, Wall Street, el complejo militar industrial, las empresas de tecnología de Silicon Valley e incluso (…) el comercio electrónico” con un “gabinete demócrata en tiempos de crisis económica y continuidad de la pandemia”.

Si se hacen de lado los desaguisados y torpezas de Donald Trump -un elefante en cristalería- la novela informativa actual (con episodios de opera buffa) y nos quedamos con quien tuvo mayor número de sufragios, estaremos en condiciones adecuadas para analizar los caminos que recorrerá la administración venidera, como agrupamiento que lidera al capitalismo, en su relación con la periferia y con Latinoamérica en particular.

Pienso que la inclinación por Biden -hay casos en que llega a esperanza- proviene de sus declaraciones antes de los comicios: el “hecho de que Trump acepta a los autócratas del mundo y provoca a nuestros aliados democráticos, es otra de las razones por las que el respeto al liderazgo estadunidense se ha desplomado”. Esa conclusión no puede hacer olvidar que sigue sosteniendo lo de EEUU primero, al tiempo que es radical en términos de migraciones latinas. Opuesto a la construcción de muros, su ser represivo lo hará seguir impidiendo el ingreso a los centroamericanos, procedentes fundamentalmente- de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, que buscan cumplir “el sueño americano” .

Recuerdo del pasado, con gobierno demócrata, que un ex“mojado” (indocumentado) mexicano me decía: “Si tienes diez mil dólares, los de la Border (Patrol, vigilancia fronteriza) te van a dejar pasar porque con eso vas a trabajar poniendo un puesto de tacos, salchichas, hamburguesas o tortillas de maíz: tendrás un negocito, no llegas a sacarles plata. Si no los tienes, mejor contrata un pollero (delincuente-guía que conoce o dice conocer rutas para penetrar a “gringolandia”).

Otros sostendrán que es muy importante que regresen a órganos de la ONU, ejemplificando con el Acuerdo de París y el cambio climático (hay quienes los aceptan pour la galerie); pero, para que algunos nostálgicos piensen, calculen y evalúen al más probable inquilino de la Casa Blanca, déjenme recordarles que meses atrás escribió en la casi centenaria Foreign Affairs:“Es hora de aprovechar la fortaleza y la audacia que nos llevaron a conquistar la victoria en dos guerras mundiales y derribar la Cortina de Hierro (sic)”. Afirmó que el presidente ruso debería pagar un “precio” por su injerencia en asuntos de EEUU (supuesta colaboración con Trump). Eso debe unirse al hecho -no sólo declarativo- del cese de hostilidades con sus socios de la OTAN, donde espera reinstalarse como dominante (lo que siempre fue), sosteniendo relaciones comprensivas, sobre todo con Angela Merkel y Emmanuel Macron.

En una jugada de ajedrecista parece querer volver a los acuerdos de 2015 con Irán -abandonando posiciones de hostilidad militar- y controlando desbordes israelíes, mientras de cara a China continuará la competencia por los mercados y los controles zonales, aunque podrá ocurrir que enroque su presencia en el África oriental a cambio de que Pekín detenga sus avances sudamericanos (a excepción del área de pesca), abandone la idea de construir un tren que una Lima con Río de Janeiro (Pacífico-Atlántico) y cuestionará las bodegas chinas en territorio panameño, al que considera parte de su patio trasero. 

En el caso de Brasil, de inicio está tranquilo con Bolsonaro (aún con las balandronadas de este imitador de Trump) y para siguientes comicios, pese a su catolicismo, seguramente “coadyuvará” a un frente confederado de la derecha que incluya eal neopentecostalismo. Con Paraguay se aseguran una base importante donde pueden pretextar la confluencia de la Triple Frontera y peligros terroristas. El régimen de Asunción es de los que deja hacer y deshacer.

Sus dolores de cabeza se llamarán Chile, Perú y Ecuador, donde si los grupos opositores y los progresistas actúan con capacidad comicial pueden constituirse en próximos gobiernos. En el Río de la Plata, con Argentina definirán las cosas en el FMI -Cristina Kirchner estorba un poco, pero tampoco mucho- mientras que la consideración sobre Uruguay es, comercialmente, muy menor -sin olvidar que el actual gobierno se inclinó por el actual presidente y los republicanos- pero por el momento no estorba. Sobre Bolivia y Venezuela, se esperan cambios tácticos, pero litio, petróleo y minas siguen siendo apetecibles para el imperio: entiendo que opinar sobre ambos casos merece una nota aparte. En tanto, unos dos siglos después de dicha -condensado en una frase que debe tomarse siempre en cuenta- es válido atender a Artigas: “Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos”.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
temas:
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.