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Celebrar el cerebro

Celebrar el cerebro
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por Valentina Machado

Entrevista al doctor en medicina Ricardo Miraballes y a la antropóloga Anabella Loy, integrantes de la Asociación Uruguaya en Defensa del Pensamiento Racional (AUDEPRA). AUDEPRA es un colectivo de pensamiento, un espacio para intercambiar ideas que se gestó en el año 2013, que busca difundir el pensamiento racional y crítico a la vez que cuestionar el avance de la pseudociencia y los cultos místicos.

 Se definen como materialistas, escépticos, evolucionistas y librepensadores, ¿por qué? Anabella Loy – Somos materialistas porque nuestra visión está vinculada al mundo material. Rechazamos el pensamiento idealista que considera la existencia de esencias u otro tipo de entidades. Somos cerebro y sus derivaciones.

Ricardo Miraballe (RM)- Somos escépticos porque la actitud del escepticismo es la base para poder entender al mundo. Cuando encuentro un fenómeno que no puedo explicar, voy a tratar de explicarlo de acuerdo a lo que ya conozco. Entre Thor y una electricidad estática en las nubes, descubrimos que el rayo era la electricidad estática en las nubes. Nunca en la historia del hombre hubo para un fenómeno natural una explicación mejor que la racional. En ese sentido, el pensamiento escéptico es pensamiento crítico.

AL- La ciencia explica una serie de cosas, y otras son preguntas para el futuro. La ciencia evoluciona diariamente, el hecho de que haya algunos aspectos que la ciencia no pueda explicar hoy, no significa que no los vaya a explicar mañana o que necesitamos una apelación sobrenatural para explicar estos fenómenos. Somos evolucionistas porque nos consideramos el resultado de un conjunto de cambios graduales que se han ido produciendo desde nuestros ancestros. El darwinismo, no como darwinismo social, sino como teoría, es perfectamente vigente.

RM- Ser librepensadores significa que no nos regimos por ninguna doctrina específica, pensamos con nuestra propia cabeza. Como organización tenemos un pensamiento que no está ligado a ninguna religión ni ideología específica.

¿Qué es la pseudociencia?

AL- La pseudociencia es algo que pretende pasar por ciencia pero no lo es, porque no respeta fundamentalmente el método científico. Si alguien realiza una afirmación debería fundarla en datos que los demás podamos comprobar. No es solamente algo que tiene mala apariencia, es algo que implica enormes peligros a nivel social. Podemos hablar de pseudociencia en muchísimo ámbitos; la astrología, a nivel médico, los cultos New Age que pretenden sanar personas sin pasar por la medicina. La pseudociencia nos ofrece un conjunto de soluciones mágicas para resolver problemas, pero en los hechos no los resuelve.

RM- La pseudociencia es la forma que tiene el pensamiento mágico de meterse en el mundo occidental moderno, y tiene además algunas connotaciones sociales. Una persona con cierta formación occidental, que estuvo en contacto con la cultura científica, no va a ir a un terreiro a hacer macumba para sacarle el “mal de ojo” a su hijo,  porque es superstición. Sin embargo, va a ir al Octógono de Agó a ponerse piedras y a hacer respiración ovárica, porque eso se disfraza de ciencia y la gente lo compra como tal. Es la forma que tiene la superstición o el pensamiento mágico de entrar en la cabeza del occidental moderno, sobre todo de un nivel cultural medio-alto. La persona de nivel cultural de medio-abajo está más vulnerable a la superstición pura y dura. La persona de alto nivel cultural descarta la superstición, por eso se la engaña y le venden una supuesta ciencia. Es altamente más peligrosa que la superstición porque pretende hacerse pasar por algo que no es.

¿Cómo hace tal imitación?

RM- La imitación es en los títulos, toma títulos que se ponen de moda. Ahora todo es cuántico: la sanación cuántica, holística, ortomolecular, pero si rascas un poco para saber qué tanto tienen de cuántico lo que están vendiendo, las personas no tienen ni idea lo que es un quark, pero el título es rimbombante y suena a científico.

AL- Hay un movimiento todavía más peligroso que es el antivacunas, y está llegando a Uruguay, con la ventaja comparativa que para entrar a primaria todos los niños tienen que estar vacunados obligatoriamente. En algunos países occidentales desarrollados la vacuna no es obligatoria y están volviendo una seria de epidemias que estaban erradicadas, por ejemplo el sarampión.

 Este tema de la vacuna viene junto con un los movimientos naturistas, ¿que opinión tienen al respecto?

AL- Primero tendríamos que preguntarnos a que concepto de naturaleza pretende responder. Yo puedo entender que alguien quiera hacer nudismo, porque eso es natural, y para estar en contacto con el aire y la energía del sol. Ahora hay otra forma del naturismo que se traduce como quimiofobia y es peligroso. Todo lo que tenemos al rededor tiene sustancias químicas, y la química en sí no envenena, te puede envenenar la dosis. Si te comes una banana, la dosis de potasio es adecuada; si te comes una tonelada de bananas, probablemente te intoxique. En definitiva, el cianuro también es natural.

RM- Una cosa es rescatar lo bueno que tenían nuestros antepasados, conductas alimentarias, el contacto con la naturaleza, no olvidar que somos animales. Eso está bien. El problema es que a veces el naturismo significa volver a vivir en las cavernas. Ahora están hablando de la medicalización de los partos. Tener una dougla es una moda, yo no digo que sea malo, pero estás renunciando a uno de los avances más grandes de la medicina. La mortalidad infantil cayó por la medicalización del embarazo y el parto. Una cosa es rescatar lo bueno de épocas pasadas y otra es pensar que todo lo pasado fue mejor. En otra época comíamos todo natural pero vivíamos 30 años.

AL- Si no existieran las vacunas nos podríamos haber muerto de una cantidad de cosas; si no existieran los antibióticos muchos de nosotros estaríamos muertos. La industria farmacéutica paso a ser la nueva encarnación de satán. Ese mundo bipolar, del bien y el mal, está dentro de la cabeza de mucha gente. Entonces, en la medida que el diablo como tal deja de tener vigencia, se buscan otras encarnaciones de satán, una de ellas es la industria farmacéutica y los grandes capitales. Siempre hay una demonización de algunas cosas.

¿Qué opinión tiene acerca de que el Hospital Evangélico y el Círculo Católico sean objetores de conciencia?

RM- Yo estoy a favor de la ley de la despenalización del aborto. Primero que nada, yo como estado no puedo obligar a una mujer que quiere interrumpir su embarazo a continuarlo. Entonces, mi primer labor es asegurarme de que esa mujer pueda recibir la atención necesaria para interrumpirlo de forma adecuada. Y a la vez, no puedo obligar a una persona a ir en contra de lo que cree, incluso cuando a mí me parece que está mal. Hay médicos que creen que la vida comienza en el momento de la concepción.

¿Cómo ven ustedes que las instituciones religiosas tengan centros de salud?

RM- Esa es la verdadera laicidad positiva que reclama Sturla. Yo no me meto en tu ámbito, no puedo prohibirte que tengas un colegio donde enseñes los valores judíos. Como estado tengo que asegurarme, primero, que tengas libertad de elegir a qué colegio vas a mandar a tus hijos, y, segundo, que cumplas con los requerimientos programáticos, que no interfiera la enseñanza de tu religión con los conocimientos del programa de primaria. Eso es laicidad positiva, el estado se asegura de permitirle a cada corriente religiosa tener el espacio que quiera, pero privado, no público. El colegio es del colegio, lo paga el colegio, lo construye el colegio, lo debería mantener el colegio y debería pagar impuestos. Eso es laicidad positiva.

En el caso de la instalación de la virgen María en la rambla, ¿Cuál es el punto de inflexión, el pasaje de lo público a lo privado?

AL- El debate con la virgen tiene que ver con el hecho de que los espacios públicos, por lo menos para AUDEPRA, nos pertenecen a todos y debe ser respetado, la señal de pertenencia de uno puede implicar la exclusión de otro, y nosotros estamos a favor de que lo espacios sean compartidos. Básicamente, somos además republicanos, creemos que el poder es del estado, y que todos debemos ser iguales en nuestros derechos. La iglesia ya tiene suficientes derechos adquiridos históricamente como para seguir reclamando.

 Uno de los argumentos en este debate ha sido que si figuras de culto como Iemanjá cuentan con su espacio, ¿porque no la iglesia católica?

RM- Porque ya lo tienen, hay cruces arriba de la mitad de los cerros de Uruguay. El principal cerro, el Pan de Azúcar, arriba tiene una cruz que, por lo que entiendo, ni siquiera la mantiene la iglesia, lo hace la Intendencia. El monumento más grande a cualquier religión que hay en este país es una cruz en un lugar central, donde se redactaron las instrucciones del año XVIII, un lugar fundacional; en vez de haber un monumento a Artigas hay una cruz y un monumento al papa. Si la asociación sionista del Uruguay quiere poner una estrella de David del tamaño de la cruz arriba de las canteras del parque Rodó, sería más lógico; porque no lo tienen, aunque también me parecería mal.

AL- No es solamente el hecho de la virgen, sino que es una estatua de una religión determinada, y lo más probable es que transforme ese espacio en un lugar de culto. Entonces, habría un grupo puntual de personas apropiándose de un espacio público.

RM- Además, en temas religiosos es fácil ofender. Todos los dioses son antagónicos; vos crees en Alá o en Joevhá o en Cristo como mesías, pero si crees en uno, los demás están equivocados, los demás predican una mentira. Entonces, lo mejor es que el estado no tome cartas en el asunto, que deje que cada uno se manifieste en sus espacios como quiera.

AL- El papa es un ser de carne y hueso, estuvo ahí y tiene derecho a tener un monolito recordatorio, pero la cruz es un símbolo religioso con carga intelectual importante; para ellos son dos mil años de evolución y amor, pero para nosotros tiene otra carga porque conocemos las cruzadas, la inquisición y la conquista de América.

¿Qué piensan de la campaña de publicidad de la Iglesia y el uso del discurso feminista para justificar la instalación de la virgen María?

AL- Ellos pretendieron apelar a una simbología de María como madre pura. Para mí es un personaje absolutamente imaginario, biológicamente irreal, que en definitiva lo que hizo fue responder a la necesidad de generar una madre para el supuesto mesías del cristianismo.

RM- Yo, como ex católico conozco bastante de cerca el funcionamiento de la Iglesia. A mí no me lo contaron, yo sé lo que es la Iglesia. Ese discurso es el que siempre tuvo, es como la iglesia ve al ideal de mujer. Por eso le cuesta tanto que la mujer sea dueña de su placer y de su planificación familiar, porque tiene idean arcaicas, de hace 1800 años. Yo no le echo la culpa a la ideas.

AL- En último término responde a la necesidad de construcción de cualquier mito, casi todos los héroes tiene un nacimiento extraordinario y realizan hazañas extraordinarias. Jesús, en definitiva, es el héroe del mito que da vuelta la historia, genera un cambio radical, hay una antes y un después, realizó una serie de maniobras que lo llevan a salvar a la humanidad, y luego muere para dar lugar a un mundo nuevo, es un héroe clásico.

¿Qué papel juega internet y las redes sociales en la irracionalidad?

RM- Yo creo que, lamentablemente, se extiende mucho más un concepto irracional que uno racional. Para difundir una idea irracional no hace falta nada, lo único que se necesita es que calce con alguna necesidad, puede ser conspirativa o mental de la gente, pero no existe respaldo. Entonces, así como la recibe, la reproduce y la transmite.

AL- Nosotros pensamos que la educación racional científica debería ser, no solamente un derecho, sino una obligación del estado, porque le permitiría a la gente tomar decisiones más libres. Conocer las bases del conocimiento científico nos permite tomar decisiones responsables en nuestra vida cotidiana. Nos parece que hoy hay un divorcio entre la educación científica y la realidad, una contradicción, no hay un museo de ciencia donde los niños vayan a aprender, que le genere curiosidad, preguntas nuevas, no un discurso cerrado. La ciencia no es discurso cerrado, es una forma de aproximación a la realidad. El problema es que el pensamiento mágico es más sencillo y atractivo.

RM-  Sobre todo, menos vulnerable. A una persona que sabe por qué se producen las auroras boreales no le van a hacer creer que son fantasmas. A una persona que sabe cómo se producen los niños no le hacen creen que una mujer queda embaraza porque un dios la fecunda. Entonces, la educación, en cuanto a pensamiento crítico, hace a las personas menos vulnerables. Las personas que más deberían recibir esa educación son aquellas que por su situación sociocultural están más propensas a ser embaucadas. Los que van a la Iglesia a tocar el manto de la descarga o a comprar el aceite de Jordán. El estado no se tiene que preocupar por las personas que no van, tiene que preocuparse por aquellos que cuando tengan un problema van a creer que llevando 500 pesos y tocando el manto se va a solucionar. Estamos omisos, dejamos que esos sectores vulnerables sean educados por el liceo Jubilar, estamos mucho peor que omisos. La culpa no es de la gente que manda a los hijos al Jubilar, nada que ver; el problema es el estado que está omiso en darle más formación crítica a los sectores más vulnerables. No quiere decir que porque vos estés cómodo no caigas, caes en otro tipo, en la pseudociencia.

¿Por qué creen que hay algunos tipos de pseudociencias tan extendidas, como la astrología?

AL- Porque existe en el ser humano un deseo enorme de poder modificar de una modo mágico la realidad que no le gusta. Tomar una decisión probablemente me lleve a un conjunto de reflexiones, a veces dolorosas, pero si yo apelo a la magia, estoy esperando que alguna fuerza sobrenatural, resuelvan por mí ese problema. Lo que más molesta es que parece que el destino de cada uno está escrito, y el destino lo hacemos los seres humanos todos los días. En cada sociedad hay supersticiones diferentes, modalidad de pensamientos míticos que se combinan con las sociedades modernas. Así como quedan resabios de astrología en un mundo que conoce la astronomía, quedan resabios de la alquimia en un mundo que maneja la química. Hay una especie de idealización del pasado remoto, un pasado donde realmente no sabíamos nada. Yo rescato un presente donde se sepa mucho más y, fundamentalmente, un futuro en que todos compartamos los conocimientos disponibles.

RM- Vivimos un periodo de cambio, el problema es que el mundo no está cambiando de forma pareja, hay sectores que cambian y otros van quedando rezagados. Hay sectores que están quedándose atrás y están teniendo un pensamiento del siglo XV en un mundo que puja por entrar en el siglo XXI.

¿Cuál es el corte entre estos sectores?

RM- Cultural y también económico, la religión tiene mucho que ver. Es más fácil para cristianos o judíos abandonar conceptos que para un musulmán, porque la apostasía del Islam se debería pagar con la muerte.

AL- Es un credo total, no solo implica la creencia en un ser, implica un código de conducta administrativa y de índole familiar, es muy difícil salir de un culto así. Sucede lo mismo con los ortodoxos. Representan un mundo que no quiere morir ni cambiar.

¿Cuáles son las formas irracionales o pseudociencias legitimadas por el estado?

AL- En Uruguay, yo diría que casi todas. Por ejemplo, hace un tiempo la Intendencia realizó una feria esotérica en el atrio municipal. Estas experiencias pueden ser buenas o neutras, pero también hay que evaluar que pueden ser negativas.

RM- La legitimación es por más por omisión que por confirmación. Por ejemplo, hace unos años en el departamento de Bienestar Universitario de la Universidad de la República se abrió un curso de yoga, y a nadie se le ocurrió controlar los contenidos. De estos ejemplos hay miles. En una escuela dieron Falun Dafa y a nadie le importó, no hubo control. Ese es el problema; el estado deja que hagan a gusto lo que quieran y lo políticamente correcto es abrazar todas estas sandeces. No hay una legitimación activa, sino que hay una legitimación por desidia. El problema no es el yoga, son los contenidos que a veces no corresponden y nadie los controla.

¿Qué medidas proponen para frenar la expansión de la irracionalidad?

AL- Yo creo, primero que nada, que todos los cultos deben pagar impuestos, sean institucionales o no. Eso por un lado, y por otro, a nivel estatal apuntar a la fiscalización y al control. Precisar qué aspectos podemos definir libremente y cuáles pueden ser riesgosos, principalmente en el aspecto educativo. Lo que se enseña en este país es insuficiente, a nivel de todas las ciencias, sociales y duras; no se enseña a pensar, más allá de algunos docentes que se esfuerzan.

RM- Las ideas no pueden penalizarse, sí las consecuencias. Por ejemplo, una persona que insta a otra a abandonar un tratamiento médico comprobado y estudiado, validado por comunidades medicas internacionales, tiene que ir presa, porque esa es una conducta criminal. Una persona que en un culto miente y dice que tenía un cáncer y dios se lo curó también debería ser penalizada, porque está estafando. Esto no se combate penalizando ideas, esto se combate mostrándole a la gente que hay otra forma de ver el mundo tan o más rico que la experiencia mística que pueda tener cualquier religión. La ciencia es un lenguaje universal, une. Las religiones separan, porque mi dios es más bueno que el tuyo, pero nuestros átomos son iguales.

AL- Si existe la idea de un milagro, es la vida. La trascendencia no es mística, es científica.

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