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Detenerlo era posible

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Contexto

Bertolt Brecht terminó de escribir La resistible ascensión de Arturo Ui en Finlandia a fines de abril de 1941. Dos meses después los nazis, que ya controlaban casi toda Europa occidental, lanzaron la Operación Barbarroja e invadieron la Unión Soviética. Pero es necesario recordar que Alemania y la URSS habían firmado un pacto de no agresión en 1939 en el que, además, se repartían Europa del este. Días después de dicho pacto ambas potencias ocupan militarmente Polonia y se desata la Segunda Guerra Mundial. El expansionismo de los nazis había quedado más que manifiesto antes de comenzar la guerra. Alemania se había anexado Austria (en 1938) y parte de Checoslovaquia (en 1939), además de que intervino ostentosamente en la guerra civil española en favor de Franco. Pero tácitamente el Reino Unido y Francia permitieron esa expansión de la Alemania nazi ya que la veían como contención de la de la URSS. Cuando en 1939 Hitler pacta con Stalin e invade Polonia los gobiernos de Francia y Reino Unido no tuvieron más remedio que declarar la guerra a Alemania. En ese contexto en que Alemania está en ascenso, hay un pacto de no agresión vigente con la URSS y los  EE.UU. aún permanecen neutrales es que Brecht escribe esta obra. Y la escribe en un país que había sido invadido por la URSS en 1939 como consecuencia del pacto con los nazis (la guerra de invierno, como se le llamó, terminó en 1940, con Finlandia perdiendo parte de su territorio). Es importante recordar el contexto para entender la lucidez política de Brecht en un momento en que todo parecía ser mucho más confuso que hoy.

 

Privilegios de Estado

Para Jacques Desuché el Estado es el tema central de la obra de Brecht, un Estado en defensa del orden establecido. En palabras de Descuhé: “el Estado es, en realidad, en primer lugar, un mundo de gentes que luchan, con frenesí, para salvaguardar el carácter exorbitante de sus privilegios”. El Estado no es más que la administración de los negocios de la burguesía diría Marx, y de este modo, prosigue Desuché: “cuando Brecht querrá describir el Estado y el mundo de los Negocios (…) es finalmente bajo la forma (violenta y refinada) del gangsterismo que lo hará”.

En el mundo de las mafias y los gangsters se hace explícita la lucha por el control de los negocios, una lucha que en el contexto de los Estados constitucionales se da también, pero regulada por lógicas “legales” que siempre se pueden corromper. Por otro lado, cuando Brecht escribe Arturo Ui tenía en mente su viaje para instalarse a los EE.UU, por lo que hacer una analogía entre Hitler-Ui y Al Capone (que había caído hacia pocos años) también tenía una significación especial.

Se describe entonces el ascenso de Hitler como el del gangster Arturo Ui, quien destroza negocios de pequeños comerciantes a los que luego les vende protección. Esos arreglos de poca monta se complementan con otros con los grandes empresarios y la compra de políticos de prestigio, lo que va jalonando el ascenso al poder de Ui. El paralelismo Hitler-Ui es tal que hasta las tensiones internas entre los nazis que llevan a la ejecución de Ernst Rohm (en la obra simplemente Roma) son colocadas por Brecht ilustrando el ascenso de Ui.

Algo se le ha criticado, sin embargo, a esta pieza, y es que el ascenso de Arturo Ui se muestra en un ámbito “cortesano”, comprando favores o ejecutando enemigos, pero nunca se ve a la masa proletaria, al pueblo, como uno de los factores en juego en el ascenso de Hitler. Esta ausencia es particularmente seria si pensamos en un autor marxista. A estas críticas el propio Brecht replicaba: “El círculo es deliberadamente pequeño: se cierra alrededor del Estado, de los magnates e industriales, de los miembros de la aristocracia y de los pequeños burgueses. Es suficiente para el propósito de la obra”.

La decisión de focalizarse en un ambiente de intereses económicos que permiten el ascenso de los oportunistas inescrupulosos es consciente, pero además permite enlazar el juego estratégico de Hitler al interior de Alemania con el exterior. Porque así como intereses mezquinos permitieron el ascenso de Hitler al poder, otros intereses, en el ámbito de las relaciones exteriores de los países europeos, permitieron la expansión de la Alemania nazi y del fascismo.

 

Arturo Ui Hoy

El ascenso de las derechas xenófobas y nacionalistas en Europa tuvo un nuevo mojón con la entrada de la ultraderecha al parlamento en las últimas elecciones de Alemania. La crisis económica y la migración son un caldo de cultivo que permite pensar en cierta analogía con los años de ascenso de Hitler. América, incluyendo al país que preside Trump, no es ajena al ascenso de la derecha más antipopular. Estas razones son esgrimidas por El Galpón para volver a Brecht, y Villanueva Cosse, el célebre actor y director radicado en Argentina desde los setenta, fue el elegido para que realizara esta nueva versión.

Desde el punto de vista de la adaptación de la obra al presente el trabajo fue pobre. El papel de los medios de comunicación para construir escenarios propicios al ascenso de la derecha hoy es mucho más relevante que cuando Brecht escribe esta obra, y esto apenas está presente en la versión. Se ven periodistas, se usa la cámara del celular, pero poco más. Por otro lado hoy en día los grandes empresarios parecen elegir de entre uno de ellos a sus candidatos (Trump, Piñera, Macri) y la política profesional en sí es atacada por un discurso que privilegia la “gestión”. Tampoco son los estados nacionales tan relevantes para las grandes empresas trasnacionales como lo eran hace casi ochenta años. Uno cree que Brecht hubiera tomado alguno de estos elementos del nuevo contexto a la hora de pensar Arturo Ui en el 2017.

Desde el punto de la vista de la producción y del trabajo del elenco el espectáculo es contundente. La escenografía es sobria o casi inexistente, pero el vestuario y las luces colocan los signos en su sitio para que pasemos de la oficina de un gobernante a los entretelones de la bolsa, de un garaje a una asamblea de pequeños comerciantes. Claro, director y elenco logran que el espacio se ocupe y desocupe a un ritmo que no deja espacio al espectador a pensar en otra cosa que la trama, salvo que Brecht haya decidido que algún personaje de alguna forma la comente. Hay muchas escenas que merecen destaque, pero en una en particular vale detenerse. Es la escena en que un actor frustrado y algo ebrio (Levón) es llevado ante Ui (Héctor Guido) para que le enseñe a “actuar” ante las masas. La escena, con todos los guiños al mundo del teatro que Brecht puede colocar, se potencia notablemente al estar interpretada por dos veteranos y reconocidos actores de nuestro medio que parecen deleitarse ante una escena que también da con el tono satírico y popular que no podía faltar en una obra de Brecht. Y mientras se divierten ellos divierten hasta arrancar aplausos a la platea. Es el Brecht de hace 80 años, nada más, y nada menos.

 

La resistible ascensión de Arturo Ui. Autor: Bertolt Brecht. Dirección: Villanueva Cosse. Elenco: Héctor Guido, Levón, Marcos Zarzaj, Luis Fourcade, Arturo Fleitas, Gisella Marsiglia, Guadalupe Pimienta, Alejandro Camino, Pablo Robles, Alejandro Busch, Walter Etchandy, Marcos Valls, José María Novo, Darío Sellanes, Héctor Hernández, Adrián Prego, Andrés Guido, José Camejo, Rodrigo Tomé, Federico Motta, Luciano Chatton, Marcos Acuña, Nahuel Delgado, Giuliano Rabino.

Funciones: sábados 20:30, domingos 19:30. Sala Campodónico del Teatro El Galpón.

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.