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Directores de “9” por Martín Imer

Directores de “9” por Martín Imer
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Este jueves se suma a la cartelera local un nuevo estreno uruguayo: 9, debut en el largometraje de Nicolás Branca y Martín Barrenechea. Una cinta que toca muy de cerca a los uruguayos ya que aborda el mundo del futbol, pasión nacional por antonomasia, y habla de Christian, una joven promesa que en un partido de la selección tiene un conflicto serio con un jugador internacional. La vuelta a casa es una pesadilla, ya que el chico debe soportar las críticas de los periodistas y las presiones de su padre para que pida disculpas y siga entrenando, debido a que existe un contrato internacional que, luego del incidente, está en riesgo. Pudimos conversar con los directores sobre los temas de la cinta, sus inspiraciones, y más.

Veía un cartel publicitario hace unos días que mencionaba que 9 era “una película de futbol sin futbol” ¿Por qué es así?

NB: Bueno, literalmente no aparece gente jugando al futbol, salvo en una escena que hay un picado entre amigos, y después hay como una intención de que la película mostrara el mundo del futbol, eso que en realidad no vemos. Nosotros estamos siendo bombardeados por programas de futbol, de radio, de tele, y en redes sociales, y nos interesaba un poco mostrar lo que no se muestra que es una parte más humana, más dramática de este gran espectáculo y gran negocio que es el futbol.

MB: Justamente por eso ese slogan un poco particular que tiene: no es una película deportiva, es una película sobre el mundo del futbol. ¿Por qué no hacer una peli de futbol? Porque en realidad era lo que menos nos interesaba en un punto. ¿Qué tenemos en el imaginario? Tenemos imágenes de partidos, redes sociales con hinchas enfervorizados, atacando jugadores, y medios muy duros y muy críticos, todo eso que consumimos a diario ya está presente y creo que ya es parte de un todo; todos sabemos más o menos qué es lo que pasa en el ambiente del futbol – perdón, todos imaginamos, todos criticamos, todos somos técnicos, pero en realidad nosotros queríamos tomar eso y decir: “Esta es la contracara, esto es lo que no se sabe y lo que no se ve», queríamos ponernos del otro lado, qué pasa con un jugador que es la elite del futbol (no es una superestrella, pero va en vías de), y nos interesaba la persona, el lado b, es una película un poco más psicológica, de los vínculos, sobre la libertad o la falta de libertad, las emociones, sobre la mirada de los otros, lo que todos queremos de los jugadores…

¿El futbol es solamente un deporte?

NB: Yo creo que es mucho más que un deporte, en Uruguay en casi un rasgo de identidad. Yo creo que todos estamos atravesados por una cultura futbolera, la historia del futbol uruguaya es algo que tiene una relevancia tanto como las gestas patrióticas. Igual hay algo en el Uruguay en particular que hace que se lea el futbol como un fenómeno casi fundacional de la patria y que moldea nuestro imaginario, es algo muy importante.

MB: El futbol trasciende la sociedad, a los medios. Las grandes gestas deportivas del Uruguay y las grandes glorias y referentes han sido mucho más que jugadores de futbol que lograron cosas importantes. Hoy en día con la masificación y con el mundo de las redes sociales son hasta referentes en muchos sentidos: referentes estéticos, como personas… antes no era así, pero a su vez el maracaná es un evento histórico para los uruguayos tal vez tan importante como (risas) la batalla de Las Piedras. Nasazzi debe ser un prócer como Artigas — estoy diciendo una barbaridad, pero no la siento tan alejada de lo que nosotros creemos, por eso me parece que el futbol en Sudamérica trasciende, no es solo un deporte, es mucho más; para el hincha yo creo que es un lugar de descarga, de catarsis.

¿Les gusta el futbol?

NB: Yo nací en una familia promedio, de clase media, donde el futbol era muy importante, y sí viví una infancia rodeada de futbol jugando al baby futbol, y llorando cuando un equipo perdía; vivía los mundiales con una pasión increíble. Yo me fui distanciando un poco del futbol ya más grande pero sí, es algo que me interesa; ya me interesa más como fenómeno, me hice hincha de un cuadro chico casi que a propósito, y bueno, lo veo con un poco más de distanciamiento y creo que esta película se perfila un poco a eso, hay una mirada más analítica sobre el fenómeno del futbol y sobre el fenómeno de los jugadores, eso particularmente nos interesaba.

MB: Me gusta, sí, me gusta mucho, fui un apasionado. Ya no tanto pero sí somos bastante futboleros; yo jugué al futbol de chico y después jugué futbol universitario, siempre estuve vinculado.

¿Eso pudo haber llevado a que ustedes tuvieran ese tema en mente para hacer esta película?

MB: Yo creo que sí, sin dudas, ni hablar. Era como un tema que nos une como tantos otros – la pasión por el cine también – pero el futbol en Uruguay es como un fenómeno que trasciende a la mayoría y nos trasciende en todo sentido, y cuando entra la pasión en juego todo se mezcla, y creo que eso es lo rico e interesante y no fue el punto de partida; el punto de partida fue un hecho puntual pero sí fue una motivación extra ya que estábamos en un terreno que conocíamos, que nos gusta, que ahora no lo consumimos tanto pero lo palpamos y los hemos vivido: hemos ido al estado, hemos sido hinchas, entonces creo que era una motivación también poder pararse en otro lugar para tener una mirada no objetiva, porque eso es muy difícil, pero tratar de buscarlo.

¿Cómo surge la idea para hacer esta película?

NB: Mira, un poco esta película es producto de la locura colectiva que tuvo el Uruguay en el caso de la mordida de Suarez en el mundial del 2014, y yo me acuerdo que yo iba a la casa del que era mi suegro para el siguiente partido, él vivía en el pinar, y pasamos por la casa que era de la madre de Suarez, y había toda una multitud de gente que había armado una suerte de tinglado con proyectores, una pantalla gigante inflable, había parapentes volando, y no era una mansión amurallada sino una casa normal que se vio tomada por estos hinchas que querían mostrar su apoyo a Suarez. Y yo cuando vi eso no pude dejar de ver una cosa muy invasiva, y no pude dejar de imaginarme que adentro de esa casa estaba un chiquilín de 24 años con su hijo y su esposa y su madre en el epicentro de toda esa locura, entonces nos empezamos a imaginar no el punto de vista que tenía yo ni el que tenían los medios sino el punto de vista de él, meternos en esa mirada de Suarez y ver todo eso que era una cosa muy loca y que también era hasta peligrosa. Sobre todo, algo que nos parecía interesante es que fuera una visión que un poco interpelara ese rol de los medios, de las redes sociales, de la opinión pública, que tiene una mirada que genera muchas veces una visión bastante distorsionada de la realidad, entonces mostrar un poco algo que ya nos imaginábamos que podía ser la vida de un jugador que está sujeto a presiones de todo tipo y a través de esa mirada de este jugador interpelar a la sociedad y a nosotros mismos.

MB: Bueno, la película no está inspirada en Luis Suarez. El punto de partida es un episodio de Suarez; cuando vuelve a Uruguay y se crea como una psicosis colectiva de que veíamos, pero no queríamos ver y afloró un nacionalismo, fue como un momento muy interesante como sociedad, todo alrededor de una persona que mordió o no mordió — no nos importa, pero esa persona había provocado todo eso y es realmente interesante. Después el personaje no está inspirado en Suarez, e investigamos mucho, buscamos otras inspiraciones en jugadores, leímos muchas cosas de Edinson Cavani — él cuenta que se hizo una carta a él mismo que habla de que su vida es espectacular, que tiene todo lo que él quiere, pero hay una cosa que no, que perdió, que lo tenía cuando era chico y jugaba en el campito, que era la libertad. Entonces eso también fue como «acá hay una pérdida de libertad, estas personas no pueden hacer lo que quieren, estar muy presionados y resguardados». Investigamos mucho a tenistas también, que a su vez es mucho más complejo porque dependen de ellos solos, no es como un equipo de futbol.

¿Han tenido reacciones desde dentro del mundo del futbol?

NB: No hemos tenido muchas devoluciones aún. Sé que la ha visto gente vinculada al periodismo, vinculada al futbol, y hay gente que le ha parecido interesante. Incluso creo que se ha pasado en algún club, la han visto chiquilines, y no me animaría a decir que la repercusión fue buena pero sí que ha habido un interés por retratar al futbolista desde un lugar más sensible; yo creo que ahí hemos tenido comentarios en ese sentido.

¿Por qué creen que el futbol genera tantas pasiones en nuestro país?

NB: Yo creo que el futbol genera un sentido de pertenencia, creo que es un deporte fascinante. Uruguay es un país muy chico, muy alejado, pero logró triunfos que lo hicieron trascender a nivel mundial. Entones creo que ahí hay ocho una cosa de cuestiones propias de un deporte como el futbol que es tal vez el fenómeno del fanatismo, de las hinchadas, de los clubs, es algo que es bastante global. En el caso del Uruguay eso se fundió con una suerte de identidad nacional. El futbol, de algún modo, es un espejo que le devolvió al Uruguay una imagen de triunfo, de gloria, y yo creo que cuando la gloria nos abandonó siguió estando como recuerdo, como una especie de imaginario colectivo, que éramos exitosos.

MB: Es una gran pregunta… Yo creo que hay una construcción histórica, primero porque tuvimos la suerte de que los primeros hitos importantes de la historia del futbol ocurrieron acá y Uruguay fue protagonista. El primer mundial de 1930 fue en Uruguay (por qué fue acá, no me lo podría ni explicar) y Uruguay sale campeón; creo que eso define un rasgo cultural de la sociedad, me parece, entonces se genera una pasión porque este deporte moviliza a muchísima gente. Analizar más antropológicamente el fanatismo y la pasión de un hincha por un deporte es un poco más complejo, me quedo con la historia del Uruguay, la historia del futbol en el Uruguay, todo lo que ello ha ocasionado si lo llevamos al día de hoy con el futbol convertido en un espectáculo masivo y, cierra.

¿Fue muy difícil encontrar al actor ideal para el personaje?

MB: Creímos que iba ser la tarea más difícil, primero por contundencia a nivel actoral y también nos interesaba cierto physique du rol que diera rápidamente un estereotipo de un futbolista. Por eso entonces teníamos que conjugar esas dos patas e hicimos un casting en plena pandemia, un casting difícil porque se hacía virtual y luego algunos encuentros. Lo concreto es que en la primera ronda de casting apareció Enzo Vogrincic, el protagonista, que yo lo había visto en teatro, y empecé a averiguar un poco: era un actor con formación académica, egresado, tenía 26 cuando filmamos, y lo convocamos al casting y ahí ya no hubo ni segunda ronda, ya no había otro — no por despreciar a nadie, pero era el personaje para nosotros.

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