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Dos décadas de Baco Teatro

Dos décadas de Baco Teatro
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“A mi me mandaban escribir para carnaval, como si fuera una ofensa” (Gustavo Bouzas)

 En 2018 Baco cumplió 20 años. La compañía este año también llegó a las trece temporadas consecutiva de Rescatate, una obra con más de 1200 funciones. Si otra compañía llegara a estos números hubiera desfilado por varios suplementos culturales, alguna tapa de revista, y varios programas de radio. Pero el glamour y el autobombo no acompañan a Gustavo Bouzas y Horacio Nieves, responsables de Baco, como sí los ha acompañado el público. Voces conversó con ellos en la sede de su escuela teatral de la calle Canelones sobre algunos momentos de su historia.

Horacio “Tato” Nieves y Gustavo Bouzas se conocieron en 1994, en talleres de teatro que se dictaban en el INJU. Juntos, con un subgrupo de esos talleres, empezaron a trabajar haciendo teatro callejero en el callejón de la Universidad. Tiempo después empiezan a estudiar en el Taller Integral de Arte Escénico que dirigía Roberto Jones, junto a docentes como Walter Reyno, Armando Halty, Ariel Caldarelli, Jaime Yavitz, Carolina Besuievsky, Claudio Goeckler, Sergio del Cioppo y Juan González Urtiaga. “Fue buenísima la experiencia del Taller –recuerda Bouzas- la idea era generar un actor para el medio teatral uruguayo, que supiera hacer todo”.

Al egresar del Taller Verónica Caissiols les ofrece entrar a trabajar a El Tinglado, y allí permanecieron cinco años. “Y eso nos ayudó muchísimo también. Lavamos mucho baño, mucho piso, cortamos mucha entrada. Después te das cuenta que nos nutrió eso también, para tener un conocimiento del teatro en su globalidad, no solo de subirse arriba del escenario.”

En paralelo al trabajo en El Tinglado, en el año 1998 se presentaron a la Muestra de Teatro Joven de la Intendencia  como grupo Ñack haciendo una versión de El mago en el perfecto camino, de Ricardo Prieto, dando el puntapié a lo que luego se llamó Baco. En el año 2000 toman la decisión de dejar sus otros trabajos y dedicarse exclusivamente al teatro. Y en el 2002, en medio una de las peores crisis económicas de nuestro país, les llega su primer “éxito” con la obra para niños Pulguita de colores, escrita por Bouzas, que estuvo doce años en cartel. Ese mismo año se van de El Tinglado y luego de probar con varias salas llegan a Teatro del Notariado, en ese momento dirigido por Daniel Abal, quien les abre las puertas de la sala donde, en el 2004, estrenan HDP, la primera obra para adultos escrita por Bouzas. Luego Abal les propone hacer El cartero de Neruda en horario central. “Yo adapté la novela de (Antonio) Skármeta, y dirigí la versión en que actuaba Walter Rey. Siempre le voy a estar agradecido, porque no era tan común el intercambio generacional en esa época y él ya tenía un lugar importante en el medio. También actuaban Tato, Alicia Vignale, Andrea Martínez… Y era un momento histórico increíble, porque la obra habla de la vida de Neruda en Isla Negra, y su muerte es cuando el Golpe de Estado de Pinochet. Y la hacíamos el año en que el Frente Amplio subía al poder, entonces para nosotros era casi como que no había muerto, sino que renacía en el 2005. Y al otro año estrenamos Rescatate.”

 

Has comentado que cuando empezaste a escribir la obra pensabas en tres pibes de barrio, no en el fenómeno “plancha” que ganó protagonismo después.

 

Gustavo: Al principio eran tres pibes de barrio y después empezó a meterse más el fenómeno de la cultura plancha. En ese momento había una estigmatización de que el ladrón era el “plancha”, y hacía dos años que los Peirano y los Röhm habían saqueado el Uruguay y no tenían el mismo tratamiento a nivel de los medios, y eso fue un disparador. También algo que pasó en Malvín Norte, que en un cumpleaños un policía mató a un pibe, y salió la gente del asentamiento y fue un caos de pobres contra pobres que terminó atravesando la obra.

 

Horacio: Como jóvenes en aquel momento lejos de sentirnos protegidos por la policía nos sentíamos violentados, porque éramos jóvenes y pobres. Mucha gente decía: “si vos no tenés nada para esconder no te tiene que importar que te pidan el documento en la calle”. Y el tema era que me lo pedían a mi pero no a todo el mundo. Y te ponían contra la pared, te pateaban las piernas… Lo que Gustavo puso en la obra era lo que a nosotros nos pasaba en la calle. Y lo salado es que al Gabi Villanueva, que es el que estuvo haciendo el último año al Braian en Rescatate, el año pasado le pasó lo mismo. Estaba con los amigos que salían un sábado de noche, como cualquier grupo de gurises, y les terminó arruinando la noche un grupo de policías aburridos que, como si no tuvieran nada que hacer, van a violentar gurises y patearles las cajas de vino como si ese fuera el gran problema que tiene la sociedad. Y si un gurí se enoja lo llevan a la comisaría por desacato. Cuando Gustavo escribió esa obra queríamos que eso dejara de existir…

 

Desde el comienzo acompañaron la obra con un diccionario para que la gente entendiera la jerga plancha. Hace poco desde el Poder Judicial dijeron que tenían dificultades para hacer algunos interrogatorios porque no entendían muchas cosas, casi quince años después de que ustedes estrenaron Rescatate. 

 

Horacio: A mi lo que me pareció terrible de eso es que le diera la careta a la gente del poder judicial para confesar que estaban tan por fuera de todo que no lograban entender ¿Tuvieron que pasar quince años para que se dieran cuenta? ¿Y lo sacan ahora para afuera? Le dicen a la prensa: “nosotros no podemos hacer nada porque no les entendemos” ¡Pero porque viven adentro de un frasco! ¿Qué hicieron en estos quince años? No tienen ni idea de donde viven.

 

¿Y cómo fue la relación del medio teatral con el planteo de Rescatate? A partir de esa obra, que a nivel de público fue un éxito, hubo una especie de ruptura con parte del medio.

 

Gustavo: La obra, que se llamaba Pibes chorros, ganó un premio de AGADU que tuvieron que inventar por insistencia de Jorge Abbondanza que peleó para que se creara un segundo premio. Cuando lo fui a recibir algunos integrantes del jurado me decían que la obra era irrepresentable por actores uruguayos. Y bueno, varios directores nos dijeron que no hasta que llegamos a Ruben Coletto, que había sido profesor mío en un taller. Y a él le recopó porque le parecía que si una obra tenía un diccionario para que él la pudiera entender la tenía que hacer. El primer elenco lo formaron Mary Da Cunha, Julieta Denevi, Mario Santana, Juan Manuel Gómez y nosotros dos. Y en el estreno en el Notariado el aplauso fue impresionante. En ese momento el fenómeno plancha no estaba mediatizado, ya estaban en el barrio, pero no estaban en la tele. Y bueno, ganamos el Florencio a mejor texto, creo que tuvo mucho que ver (Jorge) Pignattaro en eso, que es alguien al que le gustó mucho. Y quedó ahí. Pero después en el 2017 empezó a aparecer el plancha en la tele, y paralelamente nos empezaron a llamar de muchos programas. Algunos nos llamaban para hablar un poco de lo que pasaba y después nos pedían que hiciéramos de planchas y generar humor. Y eso empezó a provocar un corto circuito en el ambiente. ¿Cómo un espectáculo que era de crítica social aparecía en programas de tele que estaban mal vistos? Y en una época en que las entradas se agotaban una semana antes. Llegamos a hacer cinco funciones por semana. Y se empezaron a generar un montón de cosas en donde el primer perjudicado fue Rubén Coletto. Le empezaron a decir: “te vendiste”. En la página de cartelera, en donde se pueden escribir comentarios de las obras, los primeros comentarios, que sabemos todos que son de actores, eran cosas muy dolorosas. A mi me mandaban escribir para carnaval, como si fuera una ofensa.

Y después está lo institucional… El primer Director de Cultura del MEC, Luis Mardones, pagó la entrada para ver la obra, fue a camarines, y nos invitó a ir a la oficina a charlar, a ver qué visión teníamos del teatro, qué creíamos que se podía hacer, algo que hizo con muchos otros grupos. Y tenía intenciones de hacer circular Rescatate por el interior. Pero bueno, no llegamos a concretar, Mardones se fue, llegó (Hugo) Achugar y evidentemente tenía otra visión. Pidió para ir a vernos, le dejamos la entrada, fue, nunca nos dijo nada y después en una reunión…

 

Horacio: Yo fui, integrando una representación de SUA, a una reunión con Achugar, y en un contexto que no tenía nada que ver, adelante de otros compañeros, dice: “fui a ver Rescatate y no me gustó, me pareció clase media riéndose de los planchas”. Y no tenía nada que ver, estaba Oscar Serra que era el presidente de SUA y Pelusa Vidal que era la secretaria y no era para tener una discusión ahí, íbamos a otra cosa…

 

Gustavo: Después tuve un intercambio con su secretario, que además me conocía del IAVA, sabía que yo era de Villa Española, conocía mi casa, sabía el origen de Rescatate. Decía algo como que él buscaba que los intelectuales fueran la voz de los que no tienen voz. Y yo les decía que los que no tienen voz sí tienen, lo que pasa que no van al lugar donde hablan, porque hay que embarrarse las patas. Pero bueno, ahí nos dimos cuenta que no nos querían mucho. Nos empezaron a ningunear.

 

Cuando hablamos de la obra de un autor uruguayo que ha estado más años en cartel.

 

Gustavo: Qué es algo estadístico, no es garantía de nada, pero bueno, algo habrá pasado para estar trece años en cartel. Y empezaron a interesarse ONGs, profesores de liceos de contexto crítico, y llegó un momento en que era insostenible para nosotros dar entradas gratis a todas las ONGs y organizaciones que nos pedían. Hicimos gestiones para que el MEC o la Intendencia nos facilitaran una sala grande, nosotros no cobrábamos, la hacíamos gratis. Pero no. Lo último fue cuando pedimos para celebrar las mil funciones, que era algo histórico, en el Teatro Solís.

 

Horacio: Nosotros no íbamos a cobrar un peso, el elenco iba gratis. No nos importaba el horario, si era un lunes a las diez de la mañana estaba bien, las ONGs no iban a tener problema, necesitábamos una hora y media para hacer la función.

 

Gustavo: Y nos dijeron que el Solís solo presentaba espectáculos que estuvieran pensados para una sala de esa naturaleza. Y yo les pregunté a qué se referían exactamente, porque me sonaba a que consideraban que no teníamos la estatura para estar ahí, y ya no me respondieron más.

 

¿Quién estaba en la dirección del Solís?

 

Horacio: Daniela Bouret, esto fue hace un par de años.

 

A raíz de una situación trágica que costó la vida de una persona cercana a Baco decían hace poco que el show a veces no debe continuar. ¿Cómo están proyectando a la compañía para el año que viene?

 

Horacio: Algunas cosas van a cambiar, yo me voy a vivir a San Gregorio de Polanco, voy a venir una vez por semana a dar clases. Y eso me condiciona. Ya había decidido dejar de actuar, tenía la necesidad de tener un tiempo sabático y quería bajarme un poco del escenario. De repente una posibilidad es llevar lo que uno sabe hacer, lo único que uno sabe hacer a esta altura, a otro lugar.

 

Gustavo: Baco sigue viviendo pero va a empezar otra etapa. Sé que voy a hacer algunas funciones de El mago en el perfecto camino, por febrero o marzo, pero después no tenemos nada para el 2019. El asesinato de Nico nos hizo reformular cosas, filosóficas, artísticas, ideológicas… No podía hacer más Rescatate en ese momento y decidimos parar un poco y ver. Pero bueno, esto es lo único que sabemos hacer como dice Tato, y además lo hacemos porque nos encanta. Y capaz que Rescatate tiene que seguir, pero no se si tiene que seguir con nosotros. La gente sigue yendo a La Candela a ver Rescatate. Además hay muchos compañeros que perdieron una fuente laboral, parte de sus ingresos.  Quizá tenemos que romper la estructura, salir del circuito comercial, hacer cosas más under. No sabemos bien todavía qué rumbo vamos a tomar, pero sí vamos a seguir haciendo teatro.

 

Horacio: Yo siento en este momento la necesidad de investigar sobre la corrupción en el poder judicial, en la policía, sobre el circo mediático que se entrelaza y se une con el circo político. La ley del mercado que no tiene ningún sentido, el ser humano está viviendo de una manera que no tiene sentido. Y tengo ganas de meter el dedo en la llaga, por lo menos desde nuestro pequeño rincón. No es la mujer de Los Chingas la que pasó las armas y la droga por la frontera y las llevó al Marconi. Hay corruptos que están en el poder judicial, en la policía, en las aduanas y en todos los partidos políticos. Los importantes están ahí. Esto ya lo decíamos en Rescatate, sí, pero capaz que tengo la necesidad de ser más explícito. Aunque nos acusaban a veces de ser demasiado explícitos, que éramos panfletarios. Bueno, no, no alcanza el panfleto, la metáfora es lenta a veces.

 

En estos veinte años de Baco se destacan los espectáculos escritos por Gustavo Bouzas Pulguita de Colores, HDP, RescataTe, Episodios X, R&J Mutantes y RescataMe. También realizaron puestas a partir de textos de Antonio Skármeta, Ricardo Prieto, Daniel Guebel y Sergio Bizzio.

Desde aquí esperamos muchos más años de Baco

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.