
Las noticias nos inundan cada día y cada uno las agarra para donde le conviene.
Veamos los ejemplos que anduvieron circulando últimamente en nuestro país.
Sale el informe del INEED y arde Troya porque a las autoridades de la enseñanza
no les gustó las conclusiones que otros educadores oficialistas hicieron públicas.
A Netto y su barakutanga no le agrada que le critiquen el mentado cambio de ADN.
A los gringos les da por bajar el ranking de Uruguay en seguridad en el informe anual
que hacen de todos los países del mundo para informar a sus ciudadanos que viajan y
Cancillería contraataca con otro comunicado porque lo ve como injerencia en las elecciones.
Bajan los homicidios y rapiñas en el primer semestre y saltan como pelota en el arco opositor
acusando al gobierno de hacer un spot de propaganda política con la mirada en octubre.
Varios dirigentes frentistas catalogan de dictadura a Venezuela y senadores blancos
aprovechan la bolada para intentar aprobar en el senado una declaración para embretar al
Frente, cuatro horas de discusión al santo pepe, que termina simplemente en eso: nada.
Se realizaron 110 millones de dólares de inversión extranjera directa en el trimestre y los
agoreros de la crisis económica y gurúes del desempleo masivo hacen mutis por el foro.
La calificadora Moody mantuvo el grado inversor Baa2 para nuestro país y su decisión se basa
en el historial de construcción de consensos políticos, en Uruguay. Asi nos ven de afuera.
¿No deberíamos aprender todos un poco de esta resolución de alguien externo?
El programa del domingo pasado en Teledoce, mostró a los tres principales candidatos
a ocupar la presidencia juntos y dialogando en muy buenos términos, no es poca cosa.
¿No es hora que el ejemplo de los caciques se derrame al conjunto de los indios?
¿No se cansan de medir todo en blanco y negro, buenos y malos, fachos y focas?
¿Es necesario tratar de sacar partido electoral en cada situación que se presente?
Tenemos problemas serios y las soluciones no se diferencian mucho, unas de otras.
Es más, me atrevo a decir que hay muchas compartidas en todo el espectro político.
Que los intereses sectoriales no se antepongan a las necesidades de todos.
No puede ser nunca, que con el fin de ganar se justifique cualquier medio.
Alfredo García