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El enfrentamiento del siglo

El enfrentamiento del siglo
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Borg McEnroe (Borg McEnroe), Suecia-Dinamarca-Finlandia 2017. Dirección: Janus Metz. Libreto: Ronnie Sandahl. Fotografía: Niels Thastum. Música: Vladislav Delay, Jon Ekstrand, Carl-Johan Sevedag, Jonas Struck. Con Sverrir Gudnason, Shia LaBeouf Stellan Skarsgard, Tuva Novotny. Estreno: 23.11.2017. Calificación: Buena.

El título deja claro de qué va el film: en 1980 el estadounidense John McEnroe y el sueco Björn Borg, las dos mayores luminarias del tenis de entonces, se enfrentaron en la final de Wimbledon. No era cualquier partido, porque ese torneo inglés tenía especiales connotaciones para Borg, que ya lo había ganado cuatro veces consecutivas y quería lograr el quinquenio. McEnroe era, por lo tanto, un obstáculo muy difícil de sobrellevar, en primer lugar porque era más joven, pero además por ser la antítesis temperamental del sueco. McEnroe era un show de lamentos, arrebatos y accesos de ira, mientras que el nórdico parecía un hombre imperturbable, gélido y muy sereno. Como dijo alguien en su época, esa final era la batalla entre un caballero y un rebelde.

Cuando las películas deportivas no se limitan a ser sólo una muestra de jugadas pueden tener la ventaja de ilustrar visualmente cómo una competencia saca a relucir lo mejor y lo peor del ser humano, sus ambiciones, sus egos, sus actitudes diversas ante el triunfo o la derrota. Borg McEnroe camina por esa vía manejando el flashback para investigar el pasado deportivo de los dos protagonistas, y también para resaltar un par de adolescencias marcadas a fuego por el reclamo desmedido de padres y entrenadores. Por ese costado el film aporta un concepto muy interesante acerca del estadounidense y del sueco, deportistas que luchan para evitar la derrota más que para obtener los laureles de la gloria. Borg y McEnroe parecen movidos por el temor a fracasar, a no ver sus fotos en la prensa, a llegar a casa sin nuevos trofeos para ubicar en la estantería, a no poder estampar sus nombres en la mejor historia del tenis. Aquí se ilustra el terror existencial y el vacío espiritual de dos protagonistas sumergidos en un deporte que deja de ser una diversión, para convertirse en una tortura y una enfermedad.

Quizás por eso la película repite varias veces el lema de Borg: “Juega tu tenis”. No jugar al tenis sino jugar tu tenis, jugar tu juego, hacer la tuya, una variante sueca del obduliano “los de afuera son de palo”. Empero las presiones externas existían, al igual que el terror interno, lo cual quizá explique que Borg se haya retirado del tenis a los 26 años, cansado de sí mismo y de los demás. Lo que le interesa a esta película sueca es la espiritualidad de sus protagonistas, y un gran punto a favor es el montaje y la posición de la cámara en las tomas, que no convierten al film en un experimento contemplativo pero saben darle un adecuado aire de introspección.

Los actores también ayudan. Sverrir Gudnason interpreta a Borg en forma tan serena y meditativa que parece formar parte de una fotografía. Por su lado, en eficaz contraste, Shia LaBeouf se muestra hiperactivo, nervioso, desorbitado e inquieto. Junto a ellos se lleva las palmas Stellan Skarsgard como el entrenador de Borg. Otro acierto es el plano técnico: la fotografía es eficaz y la ambientación muy profesional, aunque lo mejor es la dirección de Janus Metz, que en la última media hora (la milimétrica reconstrucción de la final) tensiona al espectador mediante una hábil combinación de puesta en escena, montaje e interpretación. Ese largo fragmento equivale a haber experimentado el partido en su momento, situándonos muchas veces en el punto de vista de uno u otro deportista. Con esos aciertos no es necesario ser amante del tenis para ver esta buena película.

 

 

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".