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Entrevista al autoconvocado, Federico Cantera

Entrevista al autoconvocado, Federico Cantera
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Necesidad de elaborar un nuevo pacto donde haya coordinación y no enfrentamiento

  por Marcelo Marchese

 

¿Cuál es tu actividad y en qué departamento la desarrollás?

Soy productor rural del departamento de Treinta y tres, de la 6ta sección. Productor familiar ganadero, hago cría y algún engorde de novillos, algunas ovejas también, tengo una chacrita para el consumo del establecimiento, maíz, boniato, etc. Para el ganado planto algunas hectáreas de avena, raigrás y sorgo forrajero. Para mí, vivir en el campo fue una opción de vida de la que estoy muy orgulloso, de poder seguir el camino de mis mayores, teniendo más de 170 años mi familia en esta zona, lo que nos habla de esa ligazón al territorio que no es común en otros sectores productivos y sí en el sector rural, con todos los valores culturales que conlleva.

¿Cómo te llegó a ti la información de que existían los autoconvocados?

Me enteré de las movilizaciones en varios puntos desde los primeros días de enero. El 10 nos reunimos con vecinos de la Zona en Tupambaé y participamos el 15 en la movilización que se efectuó en Batlle y Ordoñez y el 16 participamos de la primer coordinación en la Rural de Durazno, con representantes de todos los lugares donde hubo manifestaciones. Ese día éramos 120 representantes de todo el país. Participé por los vecinos movilizados en torno a la Ruta 7 y llevamos junto a otros compañeros los planteos de la Sociedad Rural de Batlle y Ordoñez, de la Sociedad Rural de Cerro Chato y de los vecinos que estaban movilizados en Santa Clara y Tupambaé. Ese día se trabajaron los puntos de la proclama del 23. En esos primeros días, como grupo participamos de las movilizaciones en Melo y Río Branco.

Para aquellos que desconfían de un poder oscuro que mueve los hilos, diré que el conflicto se fue incubando desde el conflicto lechero hace dos años y las mesas de enlace, con una fuerte orientación contra la bancarización obligatoria, con cabildos abiertos multitudinarios. Este reclamo fue un verdadera señal de alarma que tendría que haber prendido todas las luces rojas del gobierno. No fue escuchado porque en esos momentos se encontraba enfrascado en la complicada negociación con UPM y apostaba todas sus fichas al caballo del comisario que era la trasnacional finlandesa. Otra cosa que molestó mucho fue el sonado caso del peón golpeado en una estancia, un problema personal como es común en todos los ámbitos y del que el PIT-CNT y sectores afines al gobierno hicieron una novela, haciendo creer a la población que en estos remotos parajes aun regían supuestas leyes feudales y se azotaba a los peones para hacerlos trabajar inhumanamente. Pero quizás los dos mojones principales en este estallido de indignación hayan sido la suba de tarifas y el infame contrato con UPM, la discriminación de todas y cada una de las empresas ya asfixiadas por una carga impositiva y de costos insoportable. Sólo se precisó un grito desde Paysandú para que las brasas del ánimo general prendieran los pastos resecos de un enero de seca y desaliento.

¿Qué actividad de tipo gremial o social habías desarrollado previamente?

Mi abuelo, uno de los mandatos que me dejó era que siempre luchara por el campo. Así que he andado en todo lo que he podido. En el 99, 2001 y 2002 participamos en las Movilizaciones Rurales de a caballo por Montevideo junto a los vecinos de nuestra zona. Yo siempre me moví en el medio rural visitando pagos aislados de todo, viendo las problemáticas del medio rural y su gente, intentando comprender su historia. Después participamos en el conflicto contra la instalación de la minera Aratirí, en reuniones por todo el país, marchas realmente multitudinarias. Una actividad de muchos años junto a gremios estudiantiles, grupos ambientalistas, grupos de lucha social, sociedades rurales y vecinos. También participé activamente en el conflicto contra colonización por la tierra de Don Ney Thed y otras movilizaciones que ni me acuerdo.

¿Cómo se reúnen en tu pueblo los autoconvocados y cómo le hacen llegar sus ideas al resto?

Desde un principio se coordinó a través de los grupos de whatsapp, pero también en reuniones que se hacen cada tanto. Se reúnen los grupos de cada pueblo y después coordinamos entre todos. Se utilizan también los programas rurales en la radio que son muy escuchados por la gente de campaña, que era la mayoría en los primeros tiempos. Tenían los grupos una identidad eminentemente rural, ahora cambió y se ha sumado muchísima gente de los pueblos y ciudades, de zonas urbanas del interior y Montevideo.

¿Qué balance hacés del acto del 23 de enero, de la vigilia y de la actividad frente al puerto y las pasteras?

Creo que lo del 23 fue un gran éxito, una jornada que nadie podrá olvidar, donde decenas de miles de compatriotas se reunieron preocupados por el trabajo y la producción (cosa muy rara hoy), donde el clamor general era «¡Déjennos trabajar y producir!» Los que estuvimos pudimos comprobar en ese gran campamento heterogéneo, gente de todos los estratos sociales y de todas las actividades productivas: apicultores, alambradores, transportistas, arroceros, centros comerciales del interior, de toda la cadena productiva y sus anexos. Yo conversé con capataces y trabajadores rurales, así como con grandes contratistas de maquinaria. Estuvimos en un embotellamiento de dos horas y media para salir. Fue un mensaje al gobierno y al espectro político. No en vano hay un antes y un después del 23 en cuanto a la moralidad política y la cosa publica. Eso es reconocido por todos y han ido surgiendo desde el 23 caso tras caso de corrupción y amiguismo de un lado y de otro. Una manifestación en paz que fue un ejemplo de valores. Así lo atestiguó el predio donde no quedó un papel y también cómo se desarrolló la jornada, que a pesar del difícil momento del sector productivo no hubo ni un incidente. Las vigilias fueron un éxito. Hubieron mas de 300 en todo el país, otra demostración pacífica, donde los vecinos se juntaron a tomar mate y comer un asado. A los que criticaban los corderos asados les informamos que esos corderos en una feria valen lo mismo que dos hamburguesas de MC Donalds ¡Y comen 20 personas con un cordero! No fue carne comprada en Devoto, es lo que produce la gente y que en este momento no vale nada. Y la manifestación del 14 de Marzo fue otra instancia donde intentamos que se haga una toma de consciencia frente a las pérdidas productivas que van a afectar, más allá o más acá, a toda la sociedad. La manifestación frente a las pasteras fue un intento de señalar las diferencias que hay entre la inversión nacional y una inversión extranjera, donde el Estado va a poner 1.000 millones de dolares en vías de transporte para facilitar la inversión de UPM, donde se le da energía subvencionada y se le compra la que produzca a un precio sobrevalorado, lo que es una verdadera subvención encubierta de 900 millones de dolares. Es una situación injusta y discriminatoria con todas las empresas nacionales. Realmente, la gente está cansada de esta situación donde se mata al trabajador nacional y se le pone alfombra roja a estos inversores que, como dice la gente, “Les dan todo” y los paisanos desconfían, ya que son los mismos que ven que le compran la tierra al vecino que se fundió, “¡Qué casualidad!” dicen y empiezan a atar cabos y pensar si no los están exterminando para poder entregarles tierras a estos inversores. Y dice la gente, “¡Son los mismos gringos que les mandan plata!”. La gente no es boba y ve que todo está relacionado. Más allá de lo que cada uno piense, podemos señalar un gran triunfo del movimiento y es que durante el verano se instaló el tema de la producción nacional. La rentabilidad, el trabajo como valor social y la producción estuvieron como tema central durante muchas semanas, hecho inaudito en muchas décadas.

 ¿Cuáles son las principales reivindicaciones de los autoconvocados?

Debemos distinguir lo urgente de lo importante: urgente era atender la situación crediticia de los agricultores y contratistas para impedir que se corte la cadena de pagos, con las previsibles consecuencias para el comercio y la población. Los recientes reperfilamientos anunciados por la administración dan cuenta de la seriedad del reclamo. Urgente es evitar el desalojo de los colonos con dificultades; atender al sector lácteo con medidas reales y no para la tribuna; llevar a costos reales las tarifas públicas que afectan a toda la ciudadanía y en particular a la producción.
Importante es asegurar la competitividad de todos los sectores productivos y el comercio. Más importante aún es cambiar el peso del negocio financiero especulativo por la protección del entramado social y productivo del país. En lugar de incomprensibles índices estadísticos, es primordial la gente en su territorio. El país no puede seguir destruyendo su estructura productiva y de trabajo. Creemos que se llegó a niveles que deberían encender todas las luces rojas en ese sentido y actuar ya. También son claves el reclamo por justicia tributaria frente a la inversión trasnacional. Hay reclamos que son muy importantes en algunas zonas, como el tema de los cierres de sucursales del BROU, oficinas públicas y juzgados hasta en localidades medianas, comisarías en pagos chicos y policlínicas, un tema que tiene muy angustiada a la población de todas esas localidades. Yo creo que es un proceso de deconstrucción del territorio, antesala de la entrega de esos territorios a las multinacionales. También creo que el movimiento social de los autoconvocados no es un movimiento social común de protesta, sino que reclama con argumentos muy sólidos dando soluciones con mucho sentido común y que pueden ser llevadas a cabo en lo inmediato.

Creo que en general a la gente de los estratos urbanos le cuesta entender que es una movida que va mucho más allá de lo que se ve y de lo que muestran los medios, es mucho más que una movida por reivindicaciones económicas, o de rentabilidad, hay un fuerte reclamo por los valores, por recuperar la cultura del trabajo, hay muchas otros sentires subyacentes del movimiento que no están tan visibles, como el orgullo de los pagos del interior: veíamos el 23 todos los pagos rurales con sus carteles: “¡Patria chica Isla patrulla presente!” o “¡Puntas de Herrera de pie!”. Esa es una mirada a tener en cuenta. Cómo se expresan a través del movimiento zonas aisladas del país que se sienten relegadas y dejadas de lado.

 Los autoconvocados critican las exoneraciones impositivas a UPM y a las grandes inversiones, ¿pero a su vez no reclaman una ayuda al agro que se pueda interpretar como ventajas desde el punto de vista impositivo?

El reclamo de los autoconvocados es de “justicia tributaria”, la misma tributación para todos, desde el almacenero de la esquina hasta UPM, “todos iguales ante la ley”. No que le construyan un tren exclusivo por mil millones de dólares, pagos por el bolsillo y el endeudamiento de doña María y de don José, y que UPM no pague el impuesto al patrimonio, que trabaje en una zona franca y que le regalen sindicatos a medida con paz sindical. Todo eso en definitiva por 500 puestos de trabajo. Si hubiera existido una ética y una justicia tributaria, no tendríamos el récord de concursos del empresariado nacional y la pérdida consiguiente de 40.000 puestos de trabajo en los últimos cuatro años.

Los autoconvocados reclaman un achicamiento del gasto del Estado, ¿pero a su vez no reclaman un subsidio a sus actividades?

No reclamamos subsidios ni tratos diferenciales, reclamamos gasoil sin pagar los despilfarros y malos negocios de Sendic; energía eléctrica a costo real sin los negocios de los Fernández de Fripur con la energía eólica, y sin que los fondos de reserva de UTE financien el tren de UPM. A costos reales no se requieren subsidios.

Un dólar más alto favorecería a los exportadores, ¿pero a su vez no perjudicaría a los productores endeudados o a quienes tienen insumos determinados por el dólar?

El dólar se mantiene al precio actual por la letras de regulación monetaria en moneda nacional, con altas tasas de interés que emite el gobierno para financiar el déficit fiscal resultante de una administración sumamente desprolija. De esta forma se endeuda al Uruguay de las nuevas generaciones. Se crea así una ilusión de prosperidad con importaciones baratas y se acicatea el consumo a través del crédito. Estas medidas cortoplacistas tienen indudables réditos electorales y todos sabemos cómo terminan, perjudicando a los de menos recursos. Tiene que haber un sinceramiento gradual de la economía para que el dólar llegue a su precio natural sin traumatismos, como sucedió en 1982 y 2002.

Desde cierto sector de la izquierda se critica a los autoconvocados el que no hagan mención a la renta de la tierra y a cómo incide en los costos ¿Tiene importancia esta variable?

La tierra y su uso es un bien que está en el mercado. No tiene regulación de plazos ni precios. Por eso durante el período de auge de los commodities se ajustó al alza; y es un costo del cual la izquierda (con mayorías parlamentarias) no se ocupó en tres periodos de gobierno. Este argumento es, claramente, oportunismo político ante el conflicto. En el actual ciclo de baja de los commodities se ajustará a la baja por el acuerdo entre las partes, acompaña el ciclo. Téngase presente que cierta rigidez en los precios de la renta de la tierra derivan del hecho de estar gravada por los impuestos ciegos que debe pagar el arrendador: contribución inmobiliaria, primaria e IRPF (recaudaciones del Estado) que se incorporan al precio y se trasladan al arrendatario. No pasa lo mismo con la renta de la tierra que con la carga impositiva, el costo del gasoil y la energía eléctrica, que por su carácter monopólico no están regulados por el mercado y siguen los mismos costos en periodos de alta y baja de los commodities. Un importante factor desequilibrante de las renta de la tierra ha sido impulsada por la misma administración que benefició con zonas francas a la industria forestal. La industria frigorífica, la láctea y la agricultura deben competir por el uso de la tierra sin ningún tipo de paraguas. Para hablar de la formación del precio de la renta de la tierra hay que tener autoridad moral; no haber firmado decretos de zonas francas y de recategorización de suelos beneficiando a la industria forestal, como hizo la actual administración de izquierda.

¿Qué significa el reclamo por estrategias de desarrollo?

Supone que los diversos sectores sociales, generando espacios de reflexión, puedan consensuar objetivos de desarrollo. Diferenciar claramente el desarrollo (proceso mucho más integral) del crecimiento económico, y que objetivos y estrategias provengan del mismo cuerpo social y no sean el resultado de políticas de globalización impuestas por organismos internacionales. Varios puntos de la Agenda de derechos y la ley de Bancarización ejemplifican este concepto. No vimos a las bases reclamando esta inclusión, sí vimos muchas subvenciones internacionales alentándolas. Que estos objetivos y estrategias tampoco sean el resultado de efímeras especulaciones de dudosa sustentabilidad económica y social, ante las cuales se resigna soberanía, se otorgan beneficios fiscales y se crean leyes a medida. El ejemplo más claro y contundente: Aratirí y sus colaterales Regasificadora y Puerto de Aguas Profundas.
¿No estaría este Movimiento dando pie a la oportunidad de promover una gran usina del pensamiento nacional sobre el desarrollo? Un desarrollo pensado desde lo local, desde lo territorial y lo cultural en sentido amplio. No un desarrollo más parecido al crecimiento económico pergeñado por economistas globales (como algunos de la OPP) que aplican idénticas soluciones, en el Uruguay, en Birmania y en Bolivia.

¿Qué opinión te merece el discurso de Blasina en el punto que refiere a la mochila de los salarios?

Es un tema a analizarse desde la conjunción de intereses entre el capital y el trabajo para la producción de bienes y no desde una óptica de confrontación. En la medida que el Estado, con una administración austera y ordenada, garantice la producción en condiciones de eficiencia, los salarios no significarán una mochila. Los altos costos de la ineficiencia del Estado, las regulaciones excesivas, UTE, gasoil, infraestructura en mal estado, empujan a la baja el poder adquisitivo de los salarios y esto no se soluciona con aumentos. El salario es una medida de compra de bienes. Súmese a eso la carga impositiva especifica de los salarios, IRPF y FONASA. Este costo del aparato estatal tiene mucho más incidencia sobre el salario que sobre otras variables.
Los logros en materia de salarios y derechos que se arroga el poder sindical son un una victoria pírrica, basada en el sacrificio de 40.000 puestos de trabajo. Más allá de un análisis puramente económico, duelen estos cuarenta mil orientales a los cuales se les ha privado del privilegio de ganarse el sustento con sus manos.

¿A qué rubros ha favorecido y cómo vez que incide en el resto de la producción rural el proceso de concentración de tierras?

El rubro que más ha concentrado tierras sin lugar a dudas y por amplia mayoría es la forestación de la mano de la inversión extranjera. Generan grandes bolsones vacíos de población y consecuentemente de formas culturales de arraigo y permanencia. Estas empresas forestales no han tenido la capacidad de generar vínculos efectivos con las poblaciones locales, ni han revelado en su accionar un compromiso con el desarrollo local que vaya más allá de los requerimientos exigidos por la normas internacionales para acreditar Responsabilidad Social Empresarial, que le permiten acceder a determinados mercados. En pocos lugares hemos podido ver una complementación razonable entre forestación y ganadería. En la zona en que vivo se ve algo de concentración por parte de sociedades anónimas ganaderas que sacan activos de otros rubros, algún fondo de inversión del exterior, productores ganaderos que migran de otras zonas por el empuje de la agricultura u otros procesos como el caso puntual de la Minera Aratirí, que compró 10.000 hectáreas y era por muy lejos el mayor terrateniente de la zona. A nivel de productores nacionales ganaderos no hay concentración. Al revés, hay un proceso paulatino de reducción. Lo que genera la concentración de estas empresas es una disputa por el uso de la tierra donde el eslabón más débil es el que se ve más afectado, por ejemplo, pequeños arrendatarios, trabajadores rurales que a su vez arriendan un campo o pequeños productores que no pueden competir con las rentas forestales que pagan estas empresas, fondos y sociedades anónimas que invierten desde otros rubros. Se ha visto una pérdida paulatina de éstas pequeñas empresas rurales que son tan importantes para los encadenamientos productivos y sociales. Estos pequeños arrendatarios y productores que en muchos casos son alambradores, esquiladores, capataces de estancia (con muchísimas generaciones en la zona y en esos oficios) se han visto perjudicados por este proceso. Y se han ido desprendiendo paulatinamente de su capital y saliendo del rubro, o son relegados a las zonas de menor valor y marginales para ganadería, como zonas de sierra o forestadas. A modo de anécdota yo he utilizado mi campo muchas veces para salvar a algún trabajador rural que no tenía para donde ir con sus bichos en medio de una crisis de precios o climática.

Esta situación de tenencia de tierra se vería sumamente complicada con la instalación de UPM II ya que se desequilibraría el tema tierra en una gran área de influencia, porque ya se sabe que para que sea viable necesitan forestar un 10% o más de lo que ya tienen forestado.

¿Cuál ha sido la reacción de los asalariados rurales de tu zona con respecto a los autoconvocados?

 Han apoyado y acompañado las movilizaciones. Lo atribuyo a tres motivos;
a) el largo relacionamiento de generaciones entre productores y colaboradores, aunado a la existencia de una cercanía social que no se da en otras relaciones laborales. En nuestra zona se comparten no solos los quehaceres, sino la mesa y el diario vivir.
b) la preocupación por la permanencia de sus fuentes de trabajo ante la situación actual. Esa cercanía de la que hablábamos les permite aquilatar con claridad que si le va mal a la empresa, inexorablemente los alcanzará a ellos.
c) Han visto con preocupación cómo las regulaciones ideológicas, librescas y excesivas anulan diariamente fuentes eventuales de trabajo para ellos y su familia.
Para rematar: en la realidad del sector ganadero no hay una estructura de clases tan rígida (como le gustaría a la dialéctica sindical), hay una frontera muy permeable: pequeños productores que contratan sus servicios con productores más grandes, arrendadores de servicios como alambradores o esquiladores. Muchos son propietarios o arriendan una pequeña extensión, que complementan con su trabajo en el medio rural. Hay una movilidad social que caracteriza al sector. Esta movilidad social no ha sido analizada por la Academia ni por los clisés sesentistas. En suma, el sector ganadero tiene una realidad de relacionamiento vasta y compleja, muy difícil de aquilatar para quien lo analiza desde una oficina en Montevideo.

¿Han tomado alguna medida de apoyo a los comerciantes del interior que recogen firmas en contra de la bancarización forzosa?

Sí, en la mayoría de los grupos del interior y de Montevideo se están recogiendo firmas contra la Bancarizacion obligatoria. Siempre ha habido mesas en las movilizaciones, por ejemplo en Expo Melilla todos los días había cola para firmar en el Stand de “Un Sólo Uruguay”.

Amén de los productores rurales, el transporte y el comercio en el campo, ¿qué otros sectores, incluidos los de la ciudad y en particular de Montevideo, pueden ser sensibles a vuestro reclamo?

Haciendo una primera distinción, la población urbana del interior del país tiene una cercanía económica y cultural con los sectores primarios de producción que los torna particularmente sensibles a los reclamos de este movimiento y se traduce en la alta participación en la movilizaciones. En el ámbito de la capital, los 40.000 trabajadores que perdieron sus trabajos en los últimos 4 años, los pequeños comerciantes y emprendedores que luchan infructuosamente contra las desmedidas regulaciones y una carga fiscal sin límites, los trabajadores que pagan las tarifas y boletos más altos del continente estarán seguramente interesados en escuchar los planteos de este movimiento.

¿Qué futuro le vez al movimiento, habida cuenta que el gobierno anuncia que no modificará su política económica?

La decisión del gobierno de no cambiar su política económica asegura el crecimiento del movimiento sumando nuevos sectores que verán incrementadas sus dificultades con esta decisión. Esa misma inflexibilidad alentará la discusión sobre estrategias de desarrollo a largo y mediano plazo y pondrá en el tapete la necesidad de crear un nuevo paradigma, reconociendo implícitamente la caducidad del modelo de distribución basado en los altos valores de los commodities.
Para el futuro de este movimiento no pesan únicamente las condicionantes económicas, sino que recoge un clamor ciudadano por reclamos más amplios que van desde rescatar valores de convivencia y respeto, una ética del trabajo, una gestión eficiente de los recursos del Estado que le asegura un plataforma compartida ampliamente por la mayoría de la sociedad, banderas que en este momento no son levantadas por nadie. Esta última característica le está permitiendo tejer alianzas con los más diversos movimientos sociales.

¿Por qué el movimiento se llama “Un sólo Uruguay”?

Proviene de lo que mucha gente siente como fisuras entre el Interior y Montevideo y entre distintos grupos sociales, y la necesidad de elaborar un nuevo pacto donde haya coordinación y no enfrentamiento. Está muy bien sintetizado en los párrafos finales de la proclama del 23 de enero “Por eso es que hoy somos todos uno. Reclamamos “Un solo Uruguay”, un Uruguay para su gente, un Uruguay para nuestros hijos y nietos, un Uruguay de tolerancia y respeto, donde se vele por todos sin divisiones absurdas, sin diferenciaciones de clases, educado, trabajador, emprendedor, donde con esfuerzo y trabajo se llegue lejos y se mire lejos”.

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