Home Reflexion Semanal ¿Fractura expuesta en el gobierno?

¿Fractura expuesta en el gobierno?

¿Fractura expuesta en el gobierno?
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Los sucesos acaecidos con la ministra de Vivienda desencadenaron una crisis en la coalición. Las explicaciones brindadas por Moreira no convencieron al presidente que termina pidiendo su renuncia.
¿Se acaba la coalición multicolor? ¿Seguirán funcionando como coalición en el Parlamento? ¿Fue correcta la actitud del presidente? ¿Cabildo saturó la paciencia de sus socios con sus planteos? ¿Funciona como una máquina clientelar? ¿Era previsible que esto sucediera ahora, con todos los proyectos claves del gobierno aprobados? ¿Cómo va a actuar Cabildo de ahora en más? ¿Quién gana y quien pierde con esta situación? ¿Favorece esta situación al Frente Amplio? ¿Tendrá paz algún día un primer mandatario que vive rodeado de escándalos?

Ilegalidad, inmoralidad o incompetencia ética por Oscar Licandro
En un Estado de Derecho las conductas de los ciudadanos están reguladas por normas jurídicas, establecidas en forma democrática por ellos mismos. Estas normas indican lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en una enorme cantidad de situaciones, pero no abarcan todo el amplio espectro de los comportamientos posibles. Ello es imposible. Se suele decir que lo que no está prohibido, está permitido. Esto refiere a aquellas situaciones no reguladas, en las que queda un espacio donde los ciudadanos tienen la libertad de elegir su comportamiento. Es aquí donde entran a jugar otro tipo de normas: las morales. En toda sociedad hay normas no escritas que, para decirlo de una forma sencilla, establecen lo que está bien y lo que está mal. Mientras que la violación de las normas legales recibe una sanción legal, la violación de las normas morales recibe una sanción social, que básicamente consiste en el repudio hacia quienes las violan. Pero como las normas morales no siempre son claras (al menos, como lo son las leyes), también existe la ética personal, que consiste en la capacidad moral de las personas para resolver dilemas morales; es decir, para determinar lo que es correcto hacer en situaciones donde las normas jurídicas y las morales no proporcionan una orientación clara.
Entremos ahora de lleno en el caso en cuestión. Los hechos: la ex – Ministra de vivienda otorgó en forma discrecional una vivienda a una compañera de su partido. El argumento: dijo que lo hizo amparada en el “derecho” que, según ella, tienen los ministros para asignar viviendas a quienes ellos quieran. Este argumento estuvo condimentado con otras consideraciones: que la persona posee los requisitos para acceder a esa vivienda, que hubo informes técnicos que la avalaron, que ministros anteriores ya lo hicieron, etc. Más aún, dijo que volvería a hacerlo. Ella, el líder de su partido (que también es su esposo) y la cúpula del mismo sostienen que la decisión no implicó ninguna violación legal. Por lo tanto, su destitución (porque terminó siendo esto, ya que no quiso renunciar) resulta para ellos algo injustificado, que responde a un ataque a su partido por parte del presidente y de algunos socios de la coalición (Manini tiene una obsesión compulsiva por señalar conspiraciones en su contra). No todos coinciden con esta opinión, pero asumamos que es correcta. Es decir, que aquí se aplica lo de más arriba: lo que no está prohibido legalmente, está permitido. Pasemos entonces al nivel moral.
Cuando un dirigente político favorece en forma discrecional (aunque sea en el marco de la legalidad) a un compañero de partido (por ejemplo: asignarle frecuencias de radio o darle subsidios a su empresa) o a un ciudadano a cambio de su voto, estamos frente a lo que se llama “clientelismo político”. En nuestro país, este comportamiento es considerado inmoral por la mayoría de los ciudadanos, aunque sabemos que muchas veces los mismos que lo condenan, también lo aplican o se benefician de él. Lo mismo ocurre con el nepotismo, que es el uso de un cargo político para favorecer familiares o amigos (ejemplos: el director de una empresa pública que paga un almuerzo en el restorán de su esposa, el intendente que da un cargo a su ex – esposa, argumentando que lo hizo porque “es la madre de mis hijos”, o los jerarcas del Ministerio del Interior que autorizan que sus esposas sean atendidas en el Hospital Policial). La asignación discrecional de la vivienda a una compañera de partido es claramente un caso de clientelismo político. Y, si esa persona tiene además algún vínculo personal con la ex ministra, también sería un caso de nepotismo. Por lo tanto, nos encontramos ante una situación de clara violación de una norma moral, que la inmensa mayoría de los uruguayos compartimos. Pero, supongamos que la ex ministra actuó convencida de estar haciendo lo correcto (tal como lo ha dicho), entonces claramente falló su ética personal, porque la decisión discrecional de favorecer a una persona implicó perjudicar a otras (con sus mismas dificultades o aún mayores). De ser cierto lo que ella explica, queda demostrado, de forma inequívoca, su incompetencia ética; es decir, su incapacidad para diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
Este análisis nos lleva a concluir que en este caso estamos frente a una de estas tres situaciones: la ex ministra actuó en forma ilegal, incumplió a sabiendas una norma moral importante en nuestra sociedad o careció de las competencias éticas básicas para diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. Cualquiera de estas situaciones es causal clara para que no pueda continuar ocupando su cargo. En Cabildo Abierto seguramente no comparten este análisis, como tampoco lo compartirán en el Frente Amplio, si lo aplico al caso del ministro y un director general de secretaría del Ministerio del Interior de sus gobiernos, quienes hicieron que sus esposas fueran atendidas en el Hospital Policial. Y esto es así porque la dirigencia de CA y la del FA comparten la idea de que los gobernantes actúan legítimamente cuando usan con discrecionalidad los recursos del estado, apoyados en el pretexto de que con ello atienden un bien superior (los derechos de los oprimidos, las necesidades de algún colectivo o individuo, etc.). Ambos comparten una idea profundamente arraigada en el viejo caudillismo del siglo XIX, en los regímenes populistas (de derecha y de izquierda) y en los de partido único (fascistas y comunistas): la que establece que ellos (y solo ellos) tienen la legitimidad moral para usar los recursos del estado en forma discrecional. Obvio es que resulta fácil pasar del bien superior al interés personal. Esto se encuentra en las antípodas del pensamiento liberal-democrático-republicano, que sostiene la convicción de que los gobernantes administran recursos que son de todos los ciudadanos y que, por lo tanto, no hay lugar para la discrecionalidad, porque deben gobernar respetando las normas legales y las morales.
Fiel a esta convicción, el presidente hizo lo que tenía que hacer: despedir a la ministra. Nuevamente, Lacalle Pou demostró que en su equipo de gobierno no hay lugar para la ilegalidad, la inmoralidad o la incompetencia ética.

Ganadores y perdedores por José Manuel Quijano

¿Le sorprendió la conducta de la ministra de CA, asignando casas a allegados políticos?
En verdad, no lo esperaba. Es una fuerza política nueva. Y en el inicio es muy frecuente que se empiece cuidando las formas, es cuando se dice «nosotros somos distintos» o «somos necesarios porque venimos a limpiar» …la corrupción va entrando de a poco. Pero en este caso parece que se saltearon la etapa inicial
Manini y su señora reaccionaron con mucho enojo, alegando que habían actuado conforme a la legalidad.
Bueno, es una reacción fuera de lugar. Es clarísimo que Moreira actuó al margen de las normas. La ministra carece de cupo para asignar viviendas y, en casos excepcionales, la asignación corresponde al director de Vivienda. Esto ocurre cuando la persona a quien se asigna la vivienda no puede presentarse a concurso y sorteo porque es indigente. Y la persona beneficiada por Moreira no es indigente, tiene ingresos comprobados que la excluyen de esa categoría. Era un caso de violín en bolsa para Manini y Moreira …pero eligieron el camino de la ofensa y la confrontación…
¿Quién gana y quien pierde con esto?
En el plano personal los directamente involucrados de CA. En el terreno político le hace mal, me parece, a CA. El pasaje de puros a impuros tiene costó. Los hechos demuestran que Moreira incurrió en «uso indebido de poder público”, es decir en corrupción. Eso se paga.
¿Actuó bien el gobierno?
Creo que hizo lo que todos esperábamos que hiciera. Como Moreira decía que una norma la amparaba el gobierno le pidió copia de esa la norma que, según ella, la habilitaba a asignar viviendas por la sola voluntad del ministro. Como la norma no existe, el presidente le pidió la renuncia. Me parece que el presidente hizo lo que tenía que hacer.
¿Perjudica a la coalición de gobierno?
Quizás podría debilitar al gobierno si CA se retira, ahora o en algún tiempo, de la coalición. La bancada se reduce. Y el gobierno se queda sin mayoría. Pero lo grave es que esa expresión de Manini «se acabó el recreo», resulta que estaba totalmente vaciada de contenido. Lo de ahora que hace CA es idéntico a la mala práctica de algunos políticos de antes.
¿Lo beneficia al FA?
Si actúa con inteligencia lo puede beneficiar. Quizá debería abandonar el tono declamatorio y de permanente agitación y regresar al lenguaje, el estilo y sobre todo la presentación de propuestas de un partido político en un entorno democrático.

Demos vuelta la página por Gonzalo Maciel
Dejemos claro que todo este entuerto lo desató la hoy ex ministra Irene Moreira, otorgando dos soluciones habitacionales a militantes de su Partido de forma directa. Decisión muy floja de papeles, al punto que hasta ahora no ha podido justificar ni demostrar su actuación. Solo su Partido, corporativamente ha aceptado las explicaciones. Ahora hagamos algunas puntualizaciones. Decir que hay una animosidad hacia las propuestas de Cabildo es falso, hasta ahora solo la ley forestal no fue aceptada. Todas las demás propuestas fueron aceptadas o han recibido contrapropuestas del Ejecutivo o de otros legisladores de la colación. Ejemplo de esto, fue aceptar cambios a la reforma jubilatoria, para que después Manini en la sesión se levantara y no votara la reforma con los cambios que él mismo había propuesto. ¿Con esta actitud tiene el atrevimiento de acusar al Presidente de no tener una actitud republicana? Lo que criticamos de Cabildo Abierto es la forma de realizar estas propuestas, generalmente las han presentado emplazando y/o amenazando al Ejecutivo y a los compañeros de la coalición, en una actitud totalmente extorsiva. Ese modus operandi es el que es poco republicano. Además, se nos acusa de no haber sido leales con el Senador Manini, otra falacia. Como ejemplo podemos recordar al General (R) declarar que no se escudaría en sus fueros cuando fuera llamado a declarar en la Justicia. Cuando esto pasó, solicitó a la coalición que no votara el desafuero, dejando en una posición muy incomoda a toda la coalición y desdiciéndose él mismo. Otro detalle, el conductor de Cabildo nunca ha entendido que gobierna Lacalle Pou y el Partido Nacional, coalición no significa cogobierno. Coalición significa acordar, como se hizo en el documento “Compromiso por el país”, acordar con los ministros y acordar en el Parlamento, siempre basados en el dialogo, en la confianza y teniendo claro la posición que ocupa cada uno. Ese espíritu negociador y conciliador es la base del republicanismo, es característica de la democracia uruguaya y ha sido la actitud del Presidente de la Republica desde el día uno de este gobierno. Ahora bien, debemos ir mirando cómo nos pararemos en el 2024 frente a una nueva elección. ¿Lo haremos como coalición? Claro, todos los actores hemos entendido que es todos juntos, con nuestras diferencias, con nuestras coincidencias y con lo aprendido de estas “crisis”, solo así podremos pedir coherentemente la confianza de la ciudadanía una vez más. Y tengamos bien claro, permanecer en la coalición para tirar piedras contra el gobierno, no es coherente y no nos hace, ni nos hará bien. Demos vuelta la página y sigamos trabajando por y para la gente.

Le salió muy mal a Lacalle Pou por Martín Forischi
Gran polémica en el Ministerio de Vivienda; La verdad que la noticia que se dio a conocer no tiene nada que ver con el contexto de lo que pregonaba Cabildo Abierto, y su líder Manini Ríos, cuando mencionaba la transparencia; de llevar acabo auditorías internas en todas las reparticiones del Estado; que llevarían a la justicia todos los que mal utilicen los fondos públicos; la protección a los más desamparados; que se acabaría el recreo, y todos eso principios que adoran los cabildantes.
Ahora lo que sucede en el final, yo creo que ameritaba la intervención del Presidente de la República solicitando la renuncia de la Ministra de Vivienda, Dra. Irene Moreira debido a la adjudicación de la vivienda a la Analista en marketing y ex empresaria Mónica Piris.
De movida quiero decir que para mí es causal de destitución, porque en realidad la acción de Irene Moreira es el punto de inflexión, es la bisagra que provoca la adjudicación del apartamento ubicado en Nueva York y Yi, sin sorteo, y a una persona que no está en estado de vulnerabilidad; y agregando que hubiese sido mejor una desvinculación impuesta por Lacalle Pou, que la solicitud por parte del Presidente, de que la Ministra presentase la renuncia.
Recién leía a muchos colegas en las redes que indicaban que, el periodista Bianchi dijo, con total repudio que la actitud de Moreira es tan vieja como la política uruguaya. Bianchi es Bianchi, y yo respeto mucho la opinión de éste periodista, pero para mí se debería ser más enfático, el actuar de Moreira debe ser castigado con las más severas sanciones. Mis colegas decían que la política uruguaya tiene una concepción histórica, que en buena medida es el juego del clientelismo político; bueno, eso es rechazable; es rechazable ahora; con los colorados en sus periodos de gobiernos; con el Frente; y ahora con la coalición multicolor, ni en el 2019, ni en el 2020, ni en 1999. Es más, sigo sin ver aún el teórico espíritu de Cabildo abierto de la transparencia, de llevar a la justicia a todos los que mal utilicen los fondos públicos, la protección a los más desamparados; la verdad es que no veo ese espíritu.
Mucha gente que lee el semanario voces, hay que decirles que la batahola se genera porque La Ministra de Vivienda, Irene Moreira adjudica un apartamento; Ministra que tuvo un rol intrascendente, como lo tuvo todo Cabildo abierto en este gobierno; Se pasa de dadivosa adjudicando un apartamento a una analista de marketing y ex empresaria, utilizando formas que no están previstas en el ordenamiento jurídico uruguayo; y por más que me ponga en el lugar de la Ministra, no voy a estar justificando de la forma que lo hizo esta de que, el modo de adjudicar fue utilizando una hipotética facultad de reserva de cupo. Pero sería inverosímil pretender que el común del ciudadano, que lucha para conseguir una vivienda, no reaccione ante una noticia de esta manera, teniendo este hecho de la Ministra; lo de Penadés; lo de Astesiano, es una vergüenza este gobierno de turno, el anterior no fue una maravilla, pero fue un poco mejor que este. Pero me refiero a la acción de Irene Moreira, esta dijo que es un cupo de reserva de la Ministra para asignar… de modo tal que tiene el rostro suficiente para seguir en el gobierno, aunque ahora desde el Parlamento.
Le salió muy mal a Lacalle Pou, le salió muy mal la conformación de la coalición, ya que, hasta el momento no se han visto nada serio en esta gestión de 4 partidos políticos integrantes de este gobierno. Un poco tarde lo que hizo Irene Moreira en renunciar, debió haberlo hecho ni bien se dio a conocer la noticia
El negocio de Lacalle Pou era aprovechar esta situación de Cabildo abierto para separarlo de la coalición multicolor, pero no lo hizo.

¡We are fantastic! Por Cristina De Armas
Para aquellos de nosotros a quienes nos gusta observar la realidad, que seguimos con atención la historia política del país, nos tiene que llamar la atención el hecho de que en un gobierno blanco han caído por supuesta corrupción cargos colorados, ahora de Cabildo Abierto y que con todo lo que ha sucedido – que se sepa públicamente – el único cargo político del Partido Nacional cuestionado es Penadés y por su vida privada, – que compete a la justicia resolver – nada que tenga que ver con su vida política.
Leí un comentario muy gracioso en que alguien con respecto a lo que sucedió con la hoy senadora Irene Moreira decía: que nadie del Frente Amplio vaya a visitar al pariente de nadie. Suceden cosas por lo menos atípicas, cuando parece que todo cae, se sostiene, cuando Cabildo Abierto comienza una declaración donde parece decir que se va; se queda.
A pesar de las discrepancias, a pesar de que se tiran cargos sospechados de corrupción simplemente porque la ciudadanía está siempre dispuesta a creer que si es político, es corrupto; el sistema se sostiene.
Se le ha enseñado a la masa del mundo occidental que la palabra democracia es buena y que la palabra corrupción es mala cuando la segunda es parte inherente de la primera. No existe democracia corrupción cero. No existe democracia sin partidos políticos y un partido político sin cargos es testimonial. La fuerza de un partido político es la cantidad de ciudadanos que le corresponden en lugares de poder.
Era imposible la idea de que CA dejara 54 cargos, simplemente porque ni siquiera lo decide su líder, ya le habían adelantado varios de esos cargos que se quedarían con ellos incluso volviendo a sus antiguos partidos; por eso, no es necesariamente correcto que el gobierno perdería la mayoría parlamentaria al irse CA de la Coalición. Pero, Cabildo Abierto se desmembraría en un momento, en el exacto momento en que las encuestadoras por primera vez le dan una intención de voto que lo coloca como segundo partido en la fuerza de gobierno. Una vez más el hecho – el apartamento, la militante- es lo de menos, lo importante es la ubicación política de cada uno dentro del poder y el poder se reparte, pero no se comparte.
Estamos en un año pre electoral, cada partido tendrá su interna y de allí los ganadores irán por los cargos en octubre donde cada partido estará por su cuenta, sumando votos y restando a los demás.
Hace años los discursos decían que los otros eran los corruptos, hace unas cuantas campañas que los discursos dicen: ellos también lo son.
Si la masa quiere creer que son todos iguales, son todos corruptos, pues, nadie como la política para asimilarlo y adecuar el discurso a lo que la gente quiere creer, es su trabajo; pero eso sí, ahora, lo son todos.

Por la plata baila el gorila por Esteban Pérez
Este asuntito de la Moreira tiene tantas puntas que es difícil discernir por cuál empezar.
Era dable esperar que una vez votadas las leyes de fondo del programa de gobierno (mejor dicho las que exige el FMI), los integrantes de la coalición y en las proximidades del año electoral, comenzaran a marcar perfil y seudo-diferencias buscando conservar sus propios votitos e incluso obtener algunos más para permitirles continuar en el tapete político.
Pero acontecieron otros hechos, Cabildo comenzó a chantajear a Presidencia procurando la libertad de “los pobres viejitos” o al menos la prisión domiciliaria.
Los cabildantes lograron torcer en parte la mano del Presidente, pero éste, soberbio y amigo de la vendetta, tuvo la oportunidad de la revancha con el datito nada menor del acomodo con vivienda otorgado a una cabildante.
En este juego del tomo y obligo, me espías y te espío, el Cuquito golpeó directamente a Manini destituyendo a su esposa y ministra nada menos que por corruptela, justo a él que siempre se embanderó como el luchador contra la corrupción.
En el comunicado de Cabildo, leído con voz golpista, estuvieron prácticamente los mismos contenidos, entre amenazantes y nacionalistas progresistas, de aquellos impactantes Comunicados 4 y 7 del tristemente célebre 1973. Aquellos comunicados elaborados hábilmente por la Inteligencia Militar tenían la amenaza y el encantamiento de las serpientes. En aquel entonces, algunos ya presos, captamos la amenaza y otros, en las mismas condiciones se enamoraron del canto de sirena viendo en ellos el esperanzador “nacionalismo peruanista”, al extremo de proponer la rendición y entrega de armas.
Fuera de los muros carcelarios otro tanto sucedió, el pueblo largó la huelga general con su intuición de clase mientras buena parte de la dirigencia de izquierda, al igual que Eva y Blancanieves, se comieron la atractiva manzana envenenada.
El fascista Manini, impulsado por Mujica, puso en jaque a Tabaré y a la estabilidad institucional y ahora le está haciendo lo mismo a Luisito Lacalle.
Pero la partida no ha terminado, recién empieza, veremos nuevos chantajes y movidas de piso. El comandante estratega mueve sus piezas, sabe que lo necesita el gobierno, pero sabe también que cuenta dentro de la “izquierda” con la simpatía de al menos un expresidente y un posible presidenciable.
En ese balanceo de derecha a izquierda tratará de ganar votos con ambas manos y generar confusión en parte del Frente Amplio tratando de lograr otro de sus objetivos de largo plazo: el quiebre del FA y el desparramo de su militancia.
No ha roto aún con la coalición “sandía” (verde, colorada y blanca) porque como buen general sabe medir los tiempos.
Conoce además que su estado mayor está mamando de las tetas del Estado con más de 50 cargos institucionales hasta donde sabemos, más los cargos parlamentarios. Para mantener la disciplina y cohesión interna no puede pegar en el bolsillo de sus seguidores, mercenarios vocacionales.
Manini, como buen comandante tiene en cuenta mantener en alto el espíritu y la moral de la tropa para las batallas que vendrán, pero no descuida tampoco la logística ni las vituallas, siendo que hoy por hoy las principales finanzas de Cabildo Abierto provienen de la institucionalidad. Nostálgico que soy de Los Olimareños, voy a culminar estas reflexiones con unas estrofas de una vieja canción interpretada por ellos: “…cargada de veneno/va la yarará/ con la lengua volando/ ja ja ja/ no la pises que se enrosca/ no la vayas a tocar…”

Cabildo desafiante. Impone agenda. Por Juan Pablo Grandal
Dados los hechos ya acaecidos podemos afirmar que efectivamente no se acaba la coalición multicolor debido a la destitución de la ex-Ministra de Vivienda Irene Moreira. Lo que sí sucede, y viene sucediendo cada vez con mayor intensidad desde que comenzó este período de gobierno, es que cada vez están más expuestas las fracturas a la interna de la coalición gobernante. Y como es común, dicha fractura tiene como protagonista a Cabildo Abierto.
Si bien la coalición sigue funcionando formalmente, pongo en duda el nivel de cooperación que se puede esperar entre Cabildo y sus socios de ahora en adelante. Claramente, más allá de la indignación mostrada por el Senador Manini Ríos y varios dirigentes cabildantes ante la destitución de Moreira, se priorizaron otros cálculos a la hora de decidir mantenerse en la coalición. Los alrededor de 58 puestos que militantes y dirigentes de Cabildo Abierto ejercen en el actual gobierno notoriamente influenciaron la decisión. No solamente porque garantizar el acceso a cargos en el Estado es algo fundamental para cualquier partido que busque acceder al poder como herramienta para atraer militantes y dirigentes, sino porque también efectivamente significan cierto nivel de control del partido sobre las políticas públicas.
Pero más allá de esto, es notorio que algo ha cambiado en el relacionamiento público entre Cabildo Abierto y el socio mayoritario de la coalición gobernante, el Partido Nacional. En varias declaraciones en los últimos días, figuras como el Diputado Álvaro Perrone y el Senador Guillermo Domenech fueron durísimos con el rumbo del actual gobierno. Parecen diagnósticos propios de figuras de la oposición más que de oficialistas. En la propia conferencia del pasado lunes de Manini Ríos también se hizo un diagnóstico muy negativo de la situación actual. Hasta el hecho que haya sido el propio Manini el que anunció que Raúl Lozano reemplazaría a Moreira en el Ministerio de Vivienda es relevante. Anunciar la designación de un Ministro es algo que tradicionalmente le compete al Presidente de la República, es un mensaje casi de insubordinación por parte de Manini, quien más allá del poder político real que ejerce, institucionalmente es simplemente un Senador.
En mi opinión, toda la coalición se ve debilitada por esta situación. Difícil pensar que el gobierno pueda tener una agenda muy activa de aquí a las elecciones del año que viene. Ya eso iba a ser bastante complicado tras el desgaste sufrido en las negociaciones por la reforma de la seguridad social, pero con esto la coalición queda demasiado tensionada. También es otro hecho de aparente corrupción gubernamental que llega a los oídos de la opinión pública. De todas formas, creo que irónicamente, el partido que sale menos debilitado en la coalición es Cabildo Abierto.
La ironía se encuentra en que estamos hablando de un problema causado por una dirigente de Cabildo Abierto. Pero en la respuesta al hecho Cabildo se mostró desafiante, fue crítico con el gobierno (del cual, debo recordar, forman parte) en varias áreas que son de gran preocupación para la población, como la seguridad pública; además de haber aprovechado para imponer en la agenda su proyecto para deudores, que también refiere a un problema muy grave que sufren grandes cantidades de compatriotas. Lejos de disminuirse, pedir perdón y agachar la cabeza, Cabildo desafía e impone agenda. Que, creo yo, es lo políticamente inteligente.

Y el Partido Nacional, al ser el líder del oficialismo, sufre que su liderazgo en la coalición se tensione; sufre tener que lidiar con otra situación de mal manejo de mecanismos públicos, después de haber estado meses lidiando con el tema Astesiano; y sufre al en mi opinión haber quedado débil ante la opinión pública. Es cierto que se le pidió la renuncia a la Ministra, pero no parece tener respuesta a la postura desafiante que toma Cabildo ni tampoco responde al diagnóstico bastante negativo que hace su socio al rumbo actual del país.
Quién sale ganando es claramente el Frente Amplio, siendo la oposición, viendo en vivo y en directo la descomposición de la solidez del bloque gobernante, pero Cabildo Abierto sale, sí, con su reputación dañada (otro partido que venía a tirar abajo la “vieja política” que participa felizmente de sus peores costumbres al acceder al poder), pero desafiante e imponiendo agenda. Va a ser bien interesante ver cómo evoluciona el relacionamiento interno de la coalición gobernante de aquí hasta el final de este período de gobierno, o hasta las próximas elecciones. Que nadie se crea que Cabildo Abierto va a jugar el rol de un simple aliado del Partido Nacional como sí parecieran hacerlo el Partido Colorado y el Partido Independiente. No lo ha jugado desde el comienzo del actual período, pero probablemente ahora lo haga aún menos.

Populismo de retazos por Leo Pintos
“Si es cuestión de revisar para atrás, todos tenemos cosas”.
Días atrás trascendió en los medios que esta frase se escuchó de boca de Gustavo Penadés en una reunión de la bancada de senadores del Partido Nacional. Uno tiene la impresión de que todo se ha ido al diablo en la coalición de derecha y que la sucesión de escándalos que han caracterizado a este gobierno no son desviaciones éticas aisladas. Y, aunque es difícil repasarlos, se puede decir que el inicio de esta larga lista de sucesos está en el caso Carlos Moreira. Desde entonces hemos asistido a una interminable cadena de hechos que ponen en negro sobre blanco el nivel de exigencia ética de este gobierno. Por solo mencionar los más recordados, la grabación de una conversación de la vicepresidente con su «ahijado» Fernando Cristino, pasando por la destitución del presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo a poco de asumir, siguiendo por otras tantas designaciones echadas para atrás por publicaciones inconvenientes y vergonzantes en redes sociales, continuando por la renuncia de un jerarca de ASSE en representación de Cabildo Abierto por una grabación en la que se jactaba de haber acomodado a decenas de cargos en el organismo. Hasta llegar a los casos que han terminado de dinamitar la confianza en el gobierno: Alejandro Astesiano, Carolina Ache, Adrián Peña, Gustavo Penadés y el más reciente, el de la Ministra de
Vivienda Irene Moreira. Casos con nombre y apellido que le ponen rostro a un problema cultural mucho más profundo. Es que el lado oscuro de la corrupción esconde algo terrible: el convencimiento del corrupto de que lo que hace está bien. O peor aún, de que lo que hace es lo natural. Es la tradicional cultura de la trampa, de la ventajita, de aprovecharse de una posición de poder circunstancial. Y vale la pena detenerse en el caso Cabildo Abierto, pues su irrupción se dio a caballo de la reivindicación de una nueva manera de hacer política,en defensa del modelo de familia tradicional frente a la ideología de género impulsada por el lobby de los organismos multilaterales y al grito de «se acabó el recreo». Pues parece que los que se percibían como antisistema resultaron ser los más adeptos a esas viejas prácticas clientelistas propias del sistema. Así llegamos a que el partido que hizo de la ideología de género y el internacionalismo dos demonios,defiende la adjudicación de la vivienda con el argumento de que se trata de una mujer sola con una hija, y que un convenio con Naciones Unidas de 2009 lo ampara. En fin, dicen que se atrapa antes a un mentiroso que a un cojo. Todos sabíamos que la presencia de Cabildo Abierto en la coalición sería motivos de tensiones, pues no sigue la lógica de un partido político. Es un movimiento que surgió a partir de un general demagogo y populista, que decidió hacer política con la intención de ordenar la sociedad de acuerdo a sus deseos, juicios y prejuicios. Sigue el manual del perfecto populista, cuyo primer capítulo dice lo de sembrar sospechas sobre los pilares de las instituciones democráticas: el Poder Judicial (se siente perseguido), el legislativo (no votan mis leyes), la prensa (me atacan porque les molesto). Manini tuvo la enorme suerte (o inteligencia) de aparecer en un momento de cambio favorable a la derecha. Y ahí estriba el problema de este gobierno de coalición (y que en cierta manera también lo sufrió el Frente Amplio), las posturas políticas del populista son emocionales y reduccionistas, por lo que al llegar al ejercicio del poder chocan con la realidad y se muestran inútiles o incluso destructivas. Los populistas son pésimos gobernantes. Donal Trump, Jair Bolsonaro, Hugo Chávez, Matteo Salvini, Pedro Castillo, los Kirchner, Johnson. En fin, tenemos ejemplos demasiados frescos para tomar nota.
Cabildo Abierto está lejos de ser una organización de ciudadanos unidos por ideas políticas. Su existencia e influencia en la vida nacional dependerá de la madurez del sistema político, que deberá buscar los caminos de entendimiento para no propiciar el clima de crispación que favorece el fortalecimiento de estos movimientos populistas. Aunque el hecho de que todos los dirigentes de la coalición republicana abiertamente admitan que el principal objetivo es impedir que el partido más votado en las últimas cinco elecciones vuelva al gobierno, no parece presagiar buenos tiempos. Porque sabido es que no cualquier trapo sirve para hacer una buena colcha de retazos.

Un general en su laberinto por Rodrigo da Oliveira

Se veía venir. No era posible que los socios de la coalición que actualmente administran el gobierno toleraran por más tiempo los desplantes de Manini Ríos.
Esta vez fue demasiado lejos, al pretender emplazar al presidente y que atendiera sus reclamos, cobrados estos al grito.
Alguna regla de la diplomacia indica que al oponente nunca se le debe cercar por completo sino dejarle una salida, al menos una. Se ve que en los concursos para ascender a los máximos cargos del Ejército Nacional no se requieren esos conocimientos.
Ah, capaz que tampoco requirió concurso, sino algún amigo poderoso en el lugar necesario.
Gracias Ñato, por los servicios prestados.
Declaración de la aún ministra, al grito; declaración del Senador Manini, al grito; llamado del presidente y afuera la ministra.
Se especulaba acerca de la salida de Cabildo Abierto de la coalición, Domenech diciendo lo suyo en ese sentido, idas y vueltas.
Todo quedó claro cuando a la declaración a la prensa del general fueron sólo sus cuatro incondicionales. Nadie se iba a jugar el cuero (ni los cargos) por la soberbia de un general sin tropa. Había ido demasiado lejos, metido en sí mismo; cuando miró hacia atrás lo seguían unos pocos leales y nada más.
Lacalle Herrera dice muy a menudo que afortunadamente nadie sabe porque motivos la gente termina votando a sus elegidos. Le vendría bien al general interiorizar tal aseveración, ayudaría a mantener las ideas en su eje y evitar corrimientos y guiñadas hacia sectores políticos que podrán recibirlo bien a él y a algunos de sus dirigentes, pero difícilmente terminen contando con el apoyo del grueso de sus votantes. Antes bien, volverán a votar dentro de sus lugares de siempre, desencantados de discursos altisonantes pero vaciados de contenido.
Pasado el tiempo, solo quedó la imagen de un dirigente que no hizo honor a sus dichos, sobre todo en lo que respecta al honor personal, que transformó a su sector en una extensión de su familia y que pretendió manejar la actividad política como si siguiera en un cuartel. El problema es que ahora el comandante es otro y no él y no lo entendió ni asumió. La política es otra cosa, general.
En algo tuvo razón en lo que dijo: esta coalición es diferente a las anteriores, acá las negociaciones fueron individuales y no colectivas. Y eso se notó en el desarrollo de los hechos comentados más arriba.
No irá hacia ningún lado Cabildo, intentará marcar su presencia resaltando sus discrepancias. Y poco más.
Aprenda, general, baje la actitud soberbia y gane en humildad. Todavía está a tiempo de mostrar hidalguía y ganarse el respeto de sus conciudadanos y de algunos votantes suyos que hoy lo miran con recelo.
Declamar menos, no mostrarse moralmente superiores y respetar a quien la gente votó para encabezar el gobierno pueden ser un buen inicio. La ciudadanía mira, evalúa y posteriormente vota. La receta infalible sigue sin tenerla nadie, pero seguro que intentar llevarla de la nariz no es la mejor.
Para enmendarle la plana al presidente va a tener que caminar un rato largo más y ganar en esa misma humildad que Lacalle Pou adquirió al perder en 2014, en un golpe durísimo. Hoy tiene el olfato, el pulso político, la capacidad de comunicación y el tiempo por delante para bien utilizarlos.
Algunas voces sugieren que el presidente no tiene paz.
Creo que, hoy, lo que no tiene es techo hacia el futuro.

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Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.