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Haters por Cristina Morán

Haters por Cristina Morán
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El jueves último a esta columnista se le ocurrió referirse a aquellas expresiones, frases o palabras sueltas que pasaron a figurar en primerísimos planos de la conversación diaria, aunque donde más las escuchamos fue y es en radio o en televisión en el decir de los periodistas y en el de los entrevistados. Entre algunas de ellas mencionamos “brecha” y “grieta”. Una amiga sembró en mi cabecita de 90 años recién cumplidos una frase que sorprendió a mis laboriosas neuronas. No va a pasar a la historia, no es rimbombante simplemente es actual, es el ya y el ahora que estamos viviendo:” Los trabajadores de la grieta.” ¿Quiénes son? se preguntarán ustedes. Son precisamente aquellos que un día se pusieron como meta destruir nuestra buena convivencia, nuestro sentido de vivir en sociedad, nuestro pacífico estilo de vida y se dedicaron (y se dedican) a través, principalmente, de las redes sociales a sembrar dudas, desconfianza, celos, insultos, acusaciones, frases agraviantes de la vida personal y profesional de la víctima. “Trabajan” con total impunidad protegidos por el anonimato ensanchando la grieta de la que se ignora el quien, el cuándo, el cómo y el por qué, volviéndose imposible, hasta el momento, conocer el origen de la infamia. ¿Qué hacer? Conozco solo dos formas de actuar: el silencio o la respuesta. Las dos difíciles, pero no imposibles. Para el silencio hay que estar muy bien contenido y para la respuesta sería aconsejable tomarse un tiempo largo para pensar con “bolsas de hielo” en la cabeza tratando de “enfriar las ideas” y no caer en el juego del anónimo atacante. En pocas y comunes palabras: alguien tiene que “bajar la pelota al piso” de lo contrario esa grieta se transformará en un precipicio en el cual caeremos nosotros, la libertad, la democracia, el respeto, la educación, la cultura, nuestros tan preciados valores todos quedaremos sumergidos en un inmenso lodazal expuestos a los males creados por el ser humano, creados por nosotros mismos, por los victimarios y las propias víctimas que se muestren dispuestas a seguir participando por aquello de que “el show debe continuar” con la diferencia de que lo que está ocurriendo de show no tiene nada. Al ver determinada publicación en una red social mi joven amiga dijo: “Enseguida busqué que decían los “haters”. Por suerte no había publicaciones de ellos.”  Vayamos a buscar a los “haters” para saber apenas algo sobre que hacen y por qué. Del inglés, “too hate” (odio); “hate” (el que odia) y “haters,” traducido literalmente: “odiadores”. Entonces aquellos a los que mi amiga (mayor que la segunda mencionada) llama “trabajadores de la grieta” son parecidos o iguales a los “haters”, son “odiadores”, son profesionales en la siembra de la mala semilla, son profesionales del ataque por que sí, porque la consigna es hacer daño, denostar, destruir a la víctima. Los “odiadores”, en sus campañas, dejan todo en la cancha y lo hacen honorariamente. La consigna de las víctimas debería ser el silencio, pero eso lo decide cada uno de los agraviados. Será un diálogo con su conciencia. Un no sé qué me está avisando que se terminó mi espacio. Los dejo. Hasta la próxima. Que seas feliz. Ahora y siempre.  

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Cristina Moran En 1948 comienza su actividad en CX 16 Radio Carve. En el año 1956 forma parte del grupo de pioneros que da inicio a las transmisiones de Televisión en Uruguay, a través de Saeta TV Canal 10. En 1968 comienza en Canal 10 su programa Domingos Continuados que cierra el ciclo 20 años más tarde. En los ´80 se integra a los movimientos de mujeres y participa en el congreso “La situación de la Mujer en América Latina y el Caribe” celebrado en Cuba y en 1987 viaja a la entonces Unión Soviética junto a 23 compatriotas convocadas por el Congreso Mundial de Mujeres. En teatro actuó en varias obras como: “Mi suegra es una fiera”. “ El Avaro”, “¿Dónde está Miusoff?”, “La pecera”, “Homu Calvus”, “Estimada señorita Consuelo” ,“Los cálices vacíos”, “Ocho mujeres”, “Jardín de otoño”, “Candombe al sur”, “Mujeres en el armario”, “Orinoco”, “A la deriva”, “Steel magnolias”, “Sus ojos se cerraron ”, “Las preciosas ridículas”, “La dulce historia de Florinda Flores”, “La Morán se confiesa”. Es colaboradora de Semanario Voces con su columna Rememorando.