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Immanuel Wallerstein en Montevideo

Immanuel Wallerstein en Montevideo
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La presencia de este politólogo en nuestro país conmovió a medio mundo académico e intelectual. No todos los días llega al Uruguay una personalidad como Wallerstein y gracias al trabajo conjunto de Polo MERCOSUR, la Universidad de la República y Uruguay de las Ideas se pudo concretar. Fuimos testigos privilegiados de su estancia en nuestra ciudad. En la noche del viernes asistimos a su conferencia en el salón de actos de la Facultad de Humanidades, repleto al máximo. Luego tuvimos el honor de compartir la cena con Immanuel Wallerstein y su esposa junto al Rector de la Universidad Rodrigo Arocena, Judith Sutz y Cesar Barreto. El domingo de mañana recogimos al profesor y su esposa del Hotel Ermitage, donde se alojaban y los llevamos hasta la Facultad de Ciencias Sociales, donde se produjo un encuentro con estudiantes y profesores de esa casa de estudios. El intercambio con este “monstruo sagrado” de la sociología y la ciencia política mundial fue absolutamente informal y descontracturado. Sentimos que pasamos un fin de semana con un gigante académico universal, una experiencia fantástica y seguramente irrepetible.

Por Daniel Feldman y Alfredo García / Fotos: Rodrigo López

PERFIL

Sociólogo y cientista social histórico estadounidense. Principal teórico del análisis de sistemamundo. Nació en Nueva York el 28 de setiembre de 1930, realizó sus estudios en la Universidad de Columbia, donde se graduó en 1951, obtuvo su maestría en 1954, y el doctorado en 1959, después trabajó como conferencista hasta 1971, año en que se hizo profesor de sociología en la Universidad de McGill. En 1976 se hizo profesor de sociología de la Universidad de Binghamton (SUNY), puesto que ocupó hasta que se retiró en 1999, otro cargo que tuvo fue la dirección del Centro Fernand Braudel para los estudios económicos, sistemas históricos y civilización. Wallerstein ocupó varios puestos al ser profesor visitante en diferentes universidades alrededor del mundo, fue premiado con múltiples títulos honoríficos, también fue el director de estudios asociados en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (École des Hautes Études en Sciences Sociales) en Paris, y fue presidente de la Asociación Sociológica Internacional de 1994 a 1998.

 

Una charla informal

¿En qué se diferencia desde su punto de vista la crisis actual del capitalismo de otras crisis, cíclicas, por ejemplo?

El problema es que la de ahora es estructural y no coyuntural. Hay tres elementos fundamentales y que continúan al alza: 1) costo de personal 2) costo de insumos 3) costo fiscal. A pesar de bajas coyunturales, han tenido un alza continuada desde hace 500 años. Eso lleva a que sean menos interesantes las actividades capitalistas del pasado. Por eso es que busca nuevas salidas, y llegamos a una bifurcación.

 Usted señalaba dos caminos: Davos y el Foro Social Mundial.

Sí, eso proviene de ciertos conceptos de las ciencias de la complejidad, que dicen que todo sistema –físico, químico, económico- comienzan a alejarse del equilibrio. En determinado momento llegan a esa bifurcación, y yo lo aplico a este sistema histórico. Todo sistema tiene una vida y a partir de sus procesos internos y se alejan tanto del equilibrio que ya no pueden funcionar. En determinado momento se presenta una opción que hace ingresar a un nuevo sistema y así pasará nuevamente que llegue a su crisis. Afirmo que este sistema en el cual vivimos, el sistema mundo capitalista, ha llegado a su momento de crisis estructural porque ya no es posible disminuir esas alzas de costos que inciden en la magnificación de las ganancias.

 ¿Pueden coexistir diferentes sistemas?

Sí, durante la mayor parte de la historia de la humanidad han coexistido. Únicamente en la actualidad no sucede eso y estamos sometidos a un sistema. Es una situación totalmente nueva.

 El capitalismo actual

Tradicionalmente, y no sólo entre los marxistas sino también dentro de los liberales, existía una concepción de etapas sucesivas del capitalismo: comienzo comercial, luego industrial, financiero y en ese mismo espíritu hoy estaríamos en un desarrollo de una fase de la información. Yo he rechazado esta concepción tradicional porque creo que el capitalismo sigue todavía en la búsqueda del lucro ilimitado, y, como sostenía Braudel, un verdadero gran capitalista hace todo: el comercio, la industria, lo financiero y hoy maneja la información. No creo que haya grandes diferencias entre los diversos sectores. Lo importante para el capitalista es poder obtener un “casi” monopolio, ya que bajo esas condiciones maximiza su lucro. Desde el momento que existe una situación de competencia, su lucro baja. Las periferias lo que hacen es producir productos competitivos; por ejemplo hoy la vestimenta, y justamente porque es competitivo el lucro no es interesante. Los monopolios acaban socavándose, y en ese sentido es que pienso que los avances de la informática no van a cambiar muchas cosas. Entonces se está en una eterna búsqueda de nuevos productos: puede ser la informática, la biotecnología, nuevas energías, etc. Tomemos por ejemplo el caso de la industria siderúrgica. Hace varias décadas todo el mundo decía que era el futuro, el gran producto mundial. Hoy ya no es tan importante desde el punto de vista del lucro. Por esa razón las industrias han sido transferidas a otros países, como por ejemplo Corea. Entonces se dice: Corea se ha desarrollado. El hecho es que ha sido receptora de EE. UU., Alemania, Japón, de industrias que ya no dan las mismas ganancias que antes. Mañana ¿quién les dice que la siderurgia no pase a desarrollarse en Uruguay? Es un cambio de lugar de productos especiales y no de la lógica del capitalismo, que es la de buscar nuevos productos monopolizables. La lucha actual entre EE.UU., Europa, Japón, es por captar nuevos productos que puedan ser monopolizados.

 El estado de las ciencias sociales

Los movimientos anti sistémicos y la construcción de saber han sido producto directo de la evolución de la economía del mundo capitalista. Ello señala su importancia y sus límites. Cuando entramos en una crisis de la economía del mundo capitalista, es lógico que los movimientos anti sistémicos y las instituciones del saber entren en crisis. Hemos tratado de demostrar como a lo largo del siglo XIX y primera parte del XX se han construido las ciencias sociales. Se ha creado un sector de saber llamado ciencias sociales y se ha dividido las investigaciones en siete sectores separados llamados disciplinas: economía, ciencia política, sociología, historia, etc. Eso seguía una lógica de los problemas del siglo XIX y fueron incrustados en las organizaciones educativas superiores. Hacia 1945, casi todas las universidades del mundo tenían las mismas disciplinas en sus Facultades. Antes cada uno estudiaba casi todo. Hubo también el problema social de las protestas de lo que llamo los “pueblos olvidados”: las mujeres, diversos grupos étnicos, indígenas, etc, que comenzaban a protestar contra el mundo político y también contra el mundo académico, por haberlos olvidado. Eso llevó a crear nuevas disciplinas: estudios de género, de grupos raciales, etc. Se producían confusiones porque había disciplinas que no tenían límites claros. A eso se agregan los problemas económicos, ya que las universidades vieron disminuidos sus ingresos respecto a los recibidos por ejemplo en los años 60. Ello conduce a presiones para reducir los gastos. Hay múltiples maneras de hacer eso, entre otras eliminando ciertas disciplinas o reagrupando. Todo esto se hace por razones puramente administrativas y no intelectuales. Esto hace necesario reflexionar sobre la situación intelectual que hemos heredado del siglo XIX y pensar en una nueva configuración más lógica de la división del saber, si no corremos el riesgo de que las decisiones las tomen otros. Ello no es fácil, ya que la división actual que hemos heredado originalmente se realizó en cinco países y se difundió al resto, que lo aceptaron. Actualmente hay un número enorme de universidades en más de 200 países. No es fácil acordar entre todas. Todo el mundo comienza a hablar de las virtudes de la multidisciplinariedad; eso en generar es un bla bla bla. Pero ello implica también que la gente se da cuenta que la división actual de las ciencias sociales es totalmente ilógica desde el punto de vista intelectual, pero es muy fuerte desde el punto de vista organizacional. ¿Qué pasaría si hoy decidiéramos suprimir las divisiones actuales de las disciplinas y combinarlas en nuevos departamentos? ¿Quiénes van a perder, en términos personales, con esta nueva situación? La gente poderosa: los directores de Departamento, los decanos, etc., que han invertido su vida en cierta división organizacional y han obtenido una posición de prestigioso. Tendrían que recomenzar su carrera a los 50 años… no es fácil de convencerlos. Podría sí convencer a un joven de 25 años o a un viejo de 70 años, que ya no tiene nada que perder. Pero la gente intermedia tiene el poder organizacional, y son los más difíciles de convencer.

 El inglés y las ciencias sociales

Luego de describir la situación prácticamente unilingüística de las ciencias sociales hoy –situación que estima no va a durar mucho por el declive de EE. UU.- relató una experiencia personal: El multilingüismo es muy importante intelectualmente. Las lenguas son diferentes y provienen de situaciones diferentes. Creo que en 2050 habrá una multitud de lenguas legítimas, y ahí sí la informática puede jugar un papel importante. Cuando comenzó Internet casi todo era en inglés; hoy ese porcentaje se ha reducido porque la gente comenzó a escribir en sus lenguas. Hoy en EE. UU. Se puede obtener el doctorado sin saber otro idioma que no sea inglés. El 95% de los investigadores no leen trabajos que no sean escritos en inglés.

 

Nota de Redacción:  Como homenaje a Wallerstein reproducimos este material publicado en el número 138 de VOCES del 13 de setiembre de 2007.

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