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Juego de clase y estilo por Onofre Laborde

Juego de clase y estilo por Onofre Laborde
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Una disciplina destaca sobre todo en el mundo anglosajón con éxito también en Argentina y Uruguay. En esta ocasión, contaré sobre los orígenes del rugby.
La historia de este juego surge a mediados del siglo XIX, como deporte derivado del llamado football multitudinario (mob football) que se practicaba sin reglas fijas en las Islas británicas, desde tiempos medievales. Un relato tradicional cuenta que, en 1823, un estudiante de la Rugby School, el inglés William Webb Ellis, hizo trampa durante un partido de football primitivo, dando origen así a la modalidad que luego adoptaría el nombre de la escuela en la que nació. De 1845 datan las reglas elaboradas por los estudiantes del Colegio de Rugby, permitiendo jugar la pelota con las manos, de las que derivaron las reglas actuales. En 1863 se elaboraron en Londres las primera reglas del fútbol asociación, prohibiendo tocar la pelota con las manos, separando definitivamente el «fútbol rugby» (con las manos) del «futbol asociación» (sin las manos).
Desde entonces el rugby adquirió relevancia como deporte independiente en las Islas británicas y territorios que fueron colonias del Imperio Británico, como Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Fuera de estos territorios, Francia ha sido el país con mayor desarrollo, mientras que en América y en los países de habla hispana, el rugby encontró su mayor desarrollo en Argentina.
En 1886 se fundó la International Rugby Board, hoy redenominada como World Rugby, que es la máxima rectora de este deporte a nivel mundial. En 2017 ya contaba con 117 uniones nacionales miembros.
Referente a un dato histórico, el primer partido internacional de rugby se jugó en 1871 entre las selecciones de Escocia e Inglaterra. En 1882 ambas, más Gales e Irlanda comenzaron a disputarse el Torneo de las Cuatro Naciones y significó el primer crecimiento internacional. Hoy en día se realiza cada cuatro años la Copa del Mundo, la tercera competición que más recauda globalmente, desde 1987.
Sobre la reglamentación del rugby, a mediados del siglo XIX surgió la necesidad de unificar las reglas del juego y ponerlas por escrito. En los años 1840 Reino Unido había desarrollado una red ferroviaria que conectó entre sí a las ciudades de la isla y una de sus consecuencias fue impulsar y multiplicar los encuentros deportivos intercolegiales.
Los estudiantes de los colegios ingleses comenzaron entonces a escribir las reglas, con el fin de unificarlas. El primer colegio en hacerlo fue el de Rugby, donde el fútbol se había practicado en una versión muy física, utilizando zancadillas y amontonamientos («hacking» y «maul») y permitiendo tomar, pasar y correr con la pelota en las manos. Las Reglas de Rugby fueron escritas el 28 de agosto de 1845 por tres estudiantes, William Delafield Arnold, W.W. Shirley, y Frederick Hutchins. Estaba integrado por una serie de considerandos y 37 reglas que constituyen el primer antecedente reglado del rugby moderno. Allí figuran reglas que luego señalarían la identidad del juego, como los arcos en forma de hache, la conversión, el uso de las manos para llevar la pelota, la reglas del off-side, el «knock-on», el «scrummage», el «marck», el «hacking» (dar puntapiés, del verbo inglés «to hack», cortar a hachazos) debajo de las rodillas, etcétera.
A las reglas de Rugby, otros colegios opusieron otras propuestas en las que se limitaba considerablemente el uso de las manos y el papel de la fuerza física. Entre estos colegios se destacaron las reglas escritas por Eton (1847) y Cambridge (1848). Los mismos sostenían que en sus reglas se promovía más la habilidad, mientras que en las de Rugby se promovía más la fuerza.
A lo largo de esos años fueron formándose otros clubes para jugar con reglas basadas en las de la escuela de Rugby. De 1843 data la creación del club de «football» más antiguo del mundo, el Guy’s Hospital Football Club, formado por ex-alumnos de la escuela. El Dublin University Football Club, fundado en 1854, es el más antiguo de los clubes de «football» (bajo cualquier regla) aún en actividad. Blackheath, fundado en 1857 o 1858 fue el primer club no universitario que aún sigue en actividad.
Finalmente, en el 26 de octubre de 1863 comenzó una gran reunión de delegados de los estudiantes de varios colegios en Londres, en una taberna llamada Freemason’s, con la intención de redactar un código de reglas que armonizaran los diversos métodos de juego que respondían a la denominación común de football. En la cuarta reunión se destacó que algunos periódicos habían publicado las reglas de Cambridge de 1863, que diferían del borrador de la Football Association en dos puntos fundamentales: «correr con el balón» y el hacking (patear las espinillas del rival).
En la quinta reunión se propuso eliminar estas reglas. F.W. Campbell, del club Blackheath, sostuvo que el hacking era un elemento esencial del juego y que eliminarlo «quitará todo el coraje y la valentía del juego, y me sentiré tentado a traer un montón de franceses que los derrotarán con una semana de práctica». La mayoría de los colegios mostraron su preferencia por la eliminación de las reglas controvertidas, sancionando las 13 reglas originales del fútbol asociación y fundando The Football Association. Cambpell retiró a Blackheat explicando que las reglas expurgadas destruirían el juego y todo interés en él. Otros clubes siguieron a Blackheat y desde ese momento, el rugby y el fútbol siguieron caminos propios, separándose del tronco común. Rugby: deporte imperdible.

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