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“Las canciones trascendieron a Marcos Velásquez”

“Las canciones trascendieron a Marcos Velásquez”
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Rodrigo Camaño es docente de música y presentó a fines de 2019 el libro «Marcos Velásquez cantor criollo». Es el primer trabajo dedicado a rescatar el legado artístico de este gran poeta y cantautor uruguayo que surgió a mediados de los 60. El autor contó a Voces cómo fue el proceso de trabajo y qué objetivos se propuso.

Marcos Velasquez nació en Montevideo en 1939. A los 13 años recibió de regalo su primera guitarra y en 1964 comenzó su larga carrera, cuando obtuvo el primer premio al mejor intérprete en un concurso televisivo. Actuó en Uruguay y en el extranjero. Se fue al exilio en los 70 a Chile. Luego vivió en Francia y actuó en España y Austria, entre otros lugares. Volvió a Uruguay en 1987 para retomar su carrera artística. Grabó varios discos y murió en 2010.

¿Cómo surgió la idea de hacer este trabajo?                   

Surgió a mediados del 2014 cuando estaba culminando mis estudios en el Instituto de Profesores Artigas. Por esos años comencé a interesarme por la historia musical y la musicología, a partir de algunos textos estudiados y docentes que tuve en la carrera. Particularmente la idea de trabajar sobre la figura de Marcos Velásquez se me instala a partir de que empiezo a reconocer la importancia de su obra y lo desconocido que era para muchas personas. Pero se daba una contradicción, a pesar de que muchas de sus canciones son ampliamente populares, se desconocían que eran de su autoría, y en muchos casos son relacionadas a versiones que han hecho otros, por ejemplo: Los Olimareños interpretando «Nuestro camino», Alfredo Zitarrosa «El diccionario», José Carbajal El Sabalero «El tero tero», entre otros. Las entrevistas que fui haciendo paulatinamente y las conversaciones informales me confirmaron esta hipótesis. Las canciones trascendieron a Velásquez.

¿Cómo fue el proceso de investigación y reconstrucción de la vida de Marcos?

El resultado final del libro no tiene nada que ver con la idea original. En principio el libro iba a tener el formato de un cancionero, es decir, reunir simplemente las canciones. Para esto conseguí todos sus discos conocidos hasta ahora (cosa que no fue fácil), grabaciones de recitales y registros de AGADU. Mientras realizaba esta etapa del trabajo, comencé a contactarme con familiares, colegas y allegados que me iban dando un panorama más amplio de la vida y trayectoria de Marcos. A esta etapa le doy mucha importancia por dos cosas, primero porque esas personas tuvieron confianza en mí sin conocerme, siendo joven, sin experiencia en estos trabajos y porque muchas veces me contaban cosas muy íntimas o me prestaban materiales que custodiaban como reliquias. En segundo lugar, porque hasta el momento no habían muchas fuentes de donde agarrarse para reconstruir la vida Velásquez. Cuando ya me armé ese mapa, comencé a acumular datos, lugares, anécdotas, acontecimientos, nombres a los que entrevistar, diferentes fuentes para confirmar datos, etc.

¿Cuáles fueron los hechos o datos que te resultaron un hallazgo en ese sentido?

Por ejemplo, los estudios que realizó sobre el folclore. A medida que fui encontrando opiniones y leyendo sus trabajos en esta área, me sorprendí no solo de todo lo que sabía sobre esta disciplina, sino que además, a nivel musical conocía muy bien cada género de nuestro país. Se formó bajó los estudios de Lauro Ayestarán, aspecto que lo marcó notoriamente en su interés como investigador. No solo recorrió el interior junto a su amigo Julián Falero entrevistando y grabando músicos criollos, sino que aprendía de las formas de cantar y de tocar de estos. Como ejemplo están las canciones “Aquilino y su acordeón” o Eustaquio Fernández, personajes de nuestra campaña que representó en sus canciones. Por otro lado, confirmé con recortes de prensa la cantidad de actos solidarios en los que participó denunciando la dictadura cívico militar de Uruguay el resto de América Latina. Esto me permitió dimensionar la unidad que Marcos concebía entre militancia política y música.

Respecto a la faceta de investigador musical de Marcos, ¿que cosas te interesó destacar en el libro?

Quise dar un pantallazo de sus amplios conocimientos sobre folclore. No quería transformar el libro en un texto totalmente académico, por ese motivo trabajé en torno a conceptos generales que Marcos utiliza reiteradamente como son el concepto de folclore, lo tradicional, el valor de la canción protesta o comprometida. Así mismo, traté por otro lado de dejar bien en claro que no solo se interesó por nuestra música, sino que también lo hizo por la música de cada país al que fue. Por ejemplo, durante del Encuentro de la Canción Protesta en Cuba (1967), entrevistó y grabó a músicos locales. Durante su etapa en Chile, en la zona norte aprovechó para registrar tradiciones indígenas. De esa etapa incluí fotos de su trabajo de campo. En Francia lo mismo, grabando a gitanos, festividades vascas prácticamente extintas, por decir algunos ejemplos. Al tiempo que describo las charlas y conferencias en torno al concepto de folclore y los géneros musicales uruguayos, todo esto dictado generalmente en francés. Por lo tanto, quería dejar muy en claro su amplio manejo de todos estos temas, su curiosidad y respeto por las tradiciones de otros pueblos.

¿Por qué crees que su arte y su música no ha recibido el reconocimiento total que merece?

Es un tema muy amplio y difícil de resumir, porque entre otras cosas la vida de Marcos es la misma de muchos artistas importantes de nuestra cultura, cada uno con sus matices. En el caso de Marcos Velásquez creo que son dos. Uno, es la cantidad de años que estuvo fuera del país (1969-1987) eso generó un vacío de producción o difusión de su obra. Es imposible no tener en cuenta la censura a su obra durante la dictadura. Pero más allá de eso, el público dejó de escuchar sus canciones interpretadas por él, por lo tanto su nombre se empezó a perder de a poco. De este período está por ejemplo la versión del “Tero Tero” que hacían Los que iban cantando en sus espectáculos. El otro motivo y principal, es la falta de oportunidades que tuvo de difundir su trabajo a su llegada. Si no te pasan por las radios ni la televisión las posibilidades de llegar al público son pocas y los espectáculos van decayendo cuantitativamente. Fíjate que sus canciones tienen una enorme calidad artística, son versionadas en Uruguay y en otros países. La gente las conoce pero sin embargo no las asocia a Marcos Velásquez, esas canciones lo trascendieron. Si le sumamos que permanentemente no tenía donde vivir y su salud estaba cada vez más comprometida. La música va quedando de a poco en segundo plano.

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