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Las enseñanzas de Bolivia por Ignacio Martínez

Las enseñanzas de Bolivia por Ignacio Martínez
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El sistema democrático en Bolivia está fuerte. Se llegó a las elecciones (cosa que con la golpista Añez y sus secuaces era dudoso que se diera) y hubo comicios cristalinos que le dieron la victoria a Luis Arce, con el Movimiento Al Socialismo que superó el 55% de los votos. Bien.

Lo que me pregunto es ¿cómo se llegó a dar el golpe de estado “en nombre de dios y de la Biblia”? ¿Qué papel jugó la OEA y Almagro que procuraron aislar a Evo y justificaron la dictadura de Añez?

Bolivia cuenta con una población de 10,1 millones de habitantes de acuerdo al último censo de 2012.

Las Reservas Internacionales Netas que controla el Banco Central de Bolivia pasaron de 1000 millones de u$a en el gobierno de Banzer, a más de 15 mil millones en pleno gobierno de Evo. Esta política económica permitió que Bolivia ascendiera a nivel internacional en las calificaciones crediticias, en la confianza para la inversión y en la independencia del FMI. El dólar fue sustituido por el boliviano en el mundo comercial.

El gobierno de Evo aseguró una plena producción de gas natural, de oro, de zinc, de petróleo crudo y harina de soja, asegurando una economía saneada, próspera y con posibilidades de solventar políticas en beneficio de los sectores más desposeídos y de la mayoría de la población.

Pero los sectores minoritarios poderosos, al margen del gobierno, se mantuvieron activos en procura de sacar a Evo e instaurar un gobierno para sus intereses mezquinos. Esto es así y va a seguir siendo así, si no se desmantela la capacidad subversiva de estos personajes como Mesa, Camacho y Añez.

Recordemos. El 25 de noviembre de 2019 el Tribunal Electoral anunció que Evo había obtenido el 47% y Mesa el 36% lo cual, con sólo tener una diferencia mayor al 10% como era ese caso, se descartaría una segunda vuelta y Evo seguiría siendo Presidente de Bolivia. Pero eso no ocurrió. Una cruzada de mentiras y maniobras, descalificaron ese resultado electoral aún, incluso, desconociendo la voluntad de Evo de llamar a nuevas elecciones.

¿Quiénes se sumaron al desconocimiento de aquellas elecciones y apoyaron el incipiente golpe? La policía y el ejército, que pidieron la dimisión del Presidente.

Hoy el MAS y Evo regresan en la persona de Luis Arce, quien ya ha prometido retomar políticas populares hacia la interna de Bolivia y una política exterior para “abrir la puerta a todos los países. El único requisito es que nos respeten y respeten nuestra soberanía, nada más.

Seguramente se continuará el camino de relaciones con India, con Emiratos Árabes, con Turquía, retomando, a su vez, las relaciones que la dictadura cortó con Cuba, Venezuela e Irán, al tiempo de fortalecer los lazos  comerciales que Evo habían alcanzado con China.

Todo atisbo de profundización de los cambios, y de fortalecimiento de la democracia cada vez más participativa de los sectores populares organizados, no contará con la aprobación de la oposición que seguirá haciendo su trabajo para socavar al gobierno boliviano democráticamente elegido.

El MAS logra la mayoría absoluta en las dos Cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional, pero no alcanza los dos tercios.

En el Senado, Arce tendrá 21 representantes, Mesa 11 y Camacho 4. La Cámara de Diputados está compuesta por 130 legisladores. 73 serán de los parlamentarios de Arce, 41 de Mesa y 16 de Camacho.

¿No será tiempo de procurar ser aún más y mejores que ellos? ¿No es tiempo de avanzar mucho más en la educación del pueblo y su apropiación de las conquistas logradas? ¿No habrá que considerar seriamente la transformación de fondo de la policía y el ejército en sus planes de estudio, profundizando su lealtad irrestricta al pueblo y sus intereses, democratizándolas? ¿No habrá que entablar un juicio público a Almagro, exigiendo su inmediata renuncia de la OEA?

En el mundo de las pujas por el poder, más allá de su innegable complejidad, pareciera que todos debemos hacer hincapié en más y mejor organización del pueblo; más y mejor participación en decisiones en su beneficio; profundas transformaciones de los aparatos armados sometiéndolos efectivamente al poder civil; más y mejor poder sobre los centros económicos, productivos y financieros del país.

Creo que es deseo de toda nuestra América que este 8 de noviembre, cuando asuma Arce, se retome el camino de Evo cuya única alternativa de continuidad será la profundización en los ejes que humildemente sugerimos.

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