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Los generales tienen quién les rece por Héctor Altamirano

Los generales tienen quién les rece  por Héctor Altamirano
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Un problema que persiste
En ocasiones anteriores he escrito sobre esta temática del ejército en Uruguay (La Diaria: 18-5-2022 y La Diaria: 1-10-2018). Hoy a un año de la última nota podemos ver a un ejército que ha ido ganando visibilidad pública. La Iglesia liderada por Daniel Sturla brindó una “Misa por nuestro Ejército Nacional” el jueves 18 de mayo pasado. Ya lo hicieron el año pasado y el anterior y allí concurren reconocidos defensores de la dictadura militar, donde se sientan a escuchar la palabra del máximo líder católico que hace unas semanas hizo una demostración de poderío en el Estadio Centenario con miles de seguidores.
Sin dudas que las máximas autoridades y el gobierno actual son aliados y eso quedó demostrado cuando se hizo una misa para que le fuera de la mejor manera el gobierno: ¿habrán orado para que les vaya bien a las mayorías o habrá sido dirigida la oración sólo para los que mandan?; ¿Daniel Sturla será un buen seguidor de Jesús o de los señores a los que éste se enfrentó?
En esas misas se sientan los altos mandos del ejército que podrían trabajar para conocer la verdad de lo sucedido en los años setenta, pero también en los años posteriores de la pos dictadura (1985-2002). En esos años lejos de buscar los restos de los detenidos que no habían aparecido y a los responsables de los peores crímenes cometidos en el país, los encubrieron y trabajaron para que esos delitos quedaran impunes. Incluso la justicia tiene una sentencia que confirma todas estas acciones de encubrimiento y confirma que el espionaje en democracia fue realizado centralmente para mantener la impunidad. ¿Esa impunidad lo que esconde son los beneficios de los altos mandos, de los que tienen el control de esta institución? Sin dudas que dichos mandos han tenido apoyo en todos los gobiernos pos dictadura. Es sin dudas una piedra en el zapato para quien quiera cambiar el país.
2023 un año particular de disputa
Este es un año particular pues se cumplen 50 años del inicio formal del golpe de estado. Recordemos que el “camino democrático hacia la dictadura” fue largo y allí jugaron un papel relevante varios sectores de los partidos tradicionales. El “pachecato” sin dudas fue un antes y un después en ese proceso.
Es por este motivo tan especial que los defensores de la dictadura y de los represores que están presos vienen desarrollando una serie de medidas para hacer pública su voz y para disputar el relato que se extiende cada día más por toda la sociedad. Es por ello que han editado un libro con distintas miradas. Algunas no son novedosas porque reactualizan y reeditan la a esta altura vieja “teoría de los dos demonios”.
Pero tienen novedades. Y esa novedad está relacionada con la lucha por la hegemonía que pregonan desde diversos ámbitos las derechas actuales. Así lo deja en evidencia el subtítulo de esta obra que se autodenomina contra hegemónica. Esta posición no es tampoco novedosa, pues desde las usinas de ideas de la derecha se viene haciendo un trabajo sistemático al respecto .
Por otro lado se negoció en el núcleo duro del gobierno un proyecto de ley para “reparar a las víctimas de acciones violentas de grupos armados” en donde queda una nebulosa y una gran confusión, donde no se sabe qué va a suceder en la Comisión que estudiará los casos. Es una puerta que se abre para todo tipo de discrecionalidad y clientelismo político. No hay claridad en quiénes o qué grupos entrarían en esta noción de “grupos armados”. Sin dudas que se buscó un proyecto para sacar del centro los 50 años del golpe, una estrategia de disputa del relato histórico.
Y el relato de la impunidad fue el hegemónico en todo el Estado y en los referentes máximos del Estado desde 1985 hasta 2004. Es más recién en 1999 con la Presidencia de Jorge Batlle se reconoció por parte del Estado que existían desaparecidos y que había que hacerse responsables. Ese primer paso fue débil pero fue un primer paso. Antes se habían negado a recibir a los Familiares de Detenidos Desaparecidos, se los ignoraba por completo. La fuerza que fue adquiriendo la Marcha del Silencio fue la que comenzó a cambiar esta negación sistemática del Estado. Es decir que fue la sociedad organizada la que luchó para que este tema se pusiera sobre la mesa y quedara atrás el “silenciamiento y el olvido” . Este sábado pasado fue imponente la Marcha central pero también las que se desarrollan en distintas partes del país (más de veinte en todo, según el Proyecto Sitios de Memoria-Uruguay).
En el futuro: ¿para qué las Fuerzas Armadas?
¿Las grandes mayorías perciben que las FFAA son un problema para el Uruguay?
El déficit de la Caja Militar implica un problema para el Presupuesto Nacional. Con esos fondos se podrían realizar varias obras públicas, se podría brindar apoyo a sectores que necesitan ser atendidos luego de una pandemia, problemas de vivienda que existen en el país, mala alimentación, dificultades de aprendizaje, etc.
Pero el problema central son: ¿para qué existen estas fuerzas?, ¿tienen sentido hoy en Uruguay tantos efectivos? La defensa nacional en este siglo XXI ¿necesita (¿alguna vez necesitó?) tantos efectivos y sobre todo tantos altos mandos?
Hay muchos altos mandos que mantienen esta condición luego de su pase a retiro (que además se retiran muy jóvenes si consideramos la edad de los trabajadores “comunes”), y permanecen largos años percibiendo un ingreso que es muy elevado.
Mantener esta situación es parte de amparar una inercia y no buscar cambios reales en el país. Para resolver y superar este problema se deberá tener la convicción política para llevarlo adelante e involucrar a las grandes mayorías, a las organizaciones sociales y sindicatos.
Sin dudas los defensores de la impunidad y de sus privilegios van a soltar sus diatribas y van a plantear que hay resentimiento o revanchismo y odio en estas propuestas. Pero para cambiar al país parece una propuesta programática indispensable.

Recordemos que Jesús y sus seguidores más cercarnos se enfrentaron a los poderes dominantes, no fueron aliados de los poderosos.
Álvaro Rico, Cómo nos domina la clase gobernante, Trilce, 2005.
Camino al golpe de Estado. Cinco miradas desde la contrahegemonía, Ediciones de la Plaza, 2023.
La Diaria 8 de abril 2023.
Carlos Demasi y Jaime Yaffé (coord.), Vivos los llevaron, Trilce, 2005. Hubo también otras iniciativas para no dejar que este tema se silenciara: seminarios, conversatorios, publicaciones. Pero eran marginales.

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