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Pecados capitalistas: el teatro de la política

Pecados capitalistas: el teatro de la política
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“Igual que en un escenario, finges tu dolor barato, tu drama no es necesario, ya conozco ese teatro” (La Lupe)

Jorge Dubatti plantea que, en el marco de la Filosofía del Teatro, la teatralidad “es una condición de posibilidad de lo humano que consiste en la capacidad humana de organizar la mirada del otro, de producir una óptica política o una política de la mirada”[1]. La teatralidad es anterior al teatro, pero este último introduce, y es lo que lo diferencia de las teatralidades que le preceden (teatralidades rituales, mercantiles, deportivas, etcétera): “la metáfora corporal, la ficción, el mundo paralelo al mundo, la construcción desde el cuerpo de un universo con otras reglas”[2].

Por otro lado, el director y dramaturgo argentino Ricardo Bartís nos decía hace diez años: “La política entiende que en el arte del teatro, y sobre todo en el arte de la actuación, no importa tanto la verdad de lo que se dice sino el derecho a enunciarlo (…) ¿Cómo se configuran algunas figuras de la política que de repente son inexistentes y a partir de la publicidad y de la promoción se instalan, como hace la televisión con algunas actrices o con algunos actores que funcionan momentáneamente como modelos sociales? Pasa porque son técnicas estrictamente de actuación, no importa tanto lo que se dice sino parecer” (Voces 14/4/2011)

Los políticos, desde la antigüedad, han apelado a la capacidad de “organizar la mirada” de su “público”, siempre “actuaron” desde una “teatralidad” específica como señala Dubatti, pero la novedad de la que habla Bartís pasa por apelar a una teatralidad de impostura, por recurrir a técnicas de actuación para construirse desde la ficción. En Uruguay tenemos algún senador que ilustra perfectamente el planteo de Bartís, pero en realidad lo que nos interesa es utilizar algunas de estas ideas para analizar Pecados capitalistas, el último trabajo de Marianella Morena.

Pecados capitalistas es el nombre de una serie de siete encuentros en vivo entre el periodista Antonio Ladra y una figura política (en su mayoría partidaria, pero también sindical) en que se toman alguno de los siete pecados capitales como disparadores de un diálogo que pasa por temas como la representación política en sí, la pandemia, y el abordaje desde el estado de problemáticas sociales como la situación de trabajadores y trabajadoras de la cultura. Si bien el paralelismo entre pecado capital como falta particularmente grave y el capitalismo como sistema social que exacerba estas faltas ya es un cruce multiplicador de reflexiones, la aparición en el mismo escenario en que transcurre la entrevista de la actriz y cantante Lucía Trentini (junto al músico Agustín Pardo) es lo que más enriquece el cruce de lenguajes. Porque Trentini, que abre los encuentros cantando Cambalache (de Discépolo) y los cierra con Tienes que decidir (de Liliana Felipe) participa en el intercambio periodístico siempre desde el plano ficcional. Es desde las canciones que la actriz cuestiona y discute con el entrevistado de turno (al que le puede cantar “me engañaste, me mentiste” o “ya no puedo más”) generando momento particularmente incómodos o emotivos, según la reacción de cada persona.

El cruce de teatralidades multiplica los pliegues, un personaje de ficción dialoga con un político “representante” de parte de la sociedad sobre las tablas de la Sala Verdi, con la platea vacía de fondo. El espectador accede al intercambio desde un canal de Youtube viendo al fondo el espacio vacío en el que debería estar ubicado. Por otro lado el político corre el riesgo de que su “actuación” quede “a la vista”, de que su discurso aparezca desnudo de sustancia y sea una mera “apariencia” que no es capaz de sostenerse ante una ficción que no pretende ser “realidad”. Un momento clave del espectáculo se produce cuando Trentini abandona el escenario y ocupando el centro de la platea le canta al entrevistado de turno: “Teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro” (Puro teatro, de La Lupe). Más allá de la crítica más o menos recurrente acerca de la “falsedad” de los discursos políticos, lo que se desdibuja aquí son los límites de las teatralidades. El personaje de ficción cuestiona la “verdad” del discurso de quien no debería ser un personaje, pero que muchas veces “actúa” como tal. Los conceptos planteados por Dubatti y Bartís son tomados por Morena y trenzados de forma tal que al desenredarlos no queda claro de qué lado quedó la “realidad” y de qué lado la “ficción”.
Los episodios se grabaron y emitieron entre el 3 y el 9 de febrero en el marco de la séptima edición del Festival Temporada Alta en la Sala Verdi. La sala produjo la serie, que fue emitida por su canal de Youtube donde permanecen disponibles con acceso libre. El carácter experimental de este cruce de lenguajes hizo que el resultado fuera irregular y que mejorara con los días, en tanto se iban ajustando detalles y las personas entrevistadas (Fernando Pereira, Cecilia Eguiluz, Pedro Jisdonian, Lucía Zapata, Daniel Peña, Christian di Candia y Cristina Lustemberg) iban conociendo el lenguaje.

Pecados capitalistas es un nuevo ejemplo de experiencias que, ante los límites que impone la pandemia (¿o más bien la política?), se han nutrido de recursos teatrales para generar híbridos o nuevos lenguajes que seguramente la sobrevivan.

Idea y dirección: Marianella Morena. Elenco: Actriz – Lucía Trentini, Músico- Agustín Pardo, Periodista- Antonio Ladra. Diseño: Ivana Domínguez. Producción ejecutiva: Thamara Martínez. Producción general: Sala Verdi.

[1]          Dubatti, Jorge. Espectadores: acción, liminalidad, historia, en el número 191 de la revista Conjunto

[2]          Idem

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.