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Tierra fértil por Alejandra Waltes

Tierra fértil por Alejandra Waltes
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¿Que vieron, aprendieron y vivieron los artistas uruguayos que viajaron a Europa a principio del siglo pasado? ¿Cuáles fueron los conocimientos asimilados y reinterpretados que se convirtieron en el planismo? Carmelo de Arzadun y José Cuneo, dos de sus principales representantes, concurrieron a algunos de los mismos talleres durante sus estadías en Europa.

La Académie de la Grande Chaumière fundada y animada en 1902 por la suiza Martha Stettler (1870-1945)  que rehusó impartir docencia dentro de las estrictas reglas pictóricas de la Ecole-des-Beaux-Arts y por la rusa Alice Dannenberg. Abrió un resquicio para el surgimiento del Arte Independiente.                                                                                                                                          Hermenegildo Anglada Camarasa​ (Barcelona, 11 de septiembre de 1871-Puerto de Pollensa, 7 de julio de 1959) fue un pintor español, destacado representante del modernismo catalán que supo              contactar con la sensibilidad rusa de la época. ​Gran parte de su obra está adscrita al modernismo. Entre los elementos vanguardistas que se encuentran en su obra están el tratamiento artificioso de la luz y el recurso a densos empastes que le han caracterizado.                                                                                                                                                                     Kees van Dongen, seudónimo de Cornelis Théodorus Marie van Dongen (Delfshaven, 26 de enero de 1877-Montecarlo, 28 de mayo de 1968), fue un pintor neerlandés. Se estableció en París en 1897 y obtuvo la nacionalidad francesa en 1929. Fue miembro del grupo fovista y, por un breve período, del movimiento expresionista alemán Die Brücke.

Por sus particulares rasgos definitorios (luz, color, pincelada, plenairismo) el impresionismo, en sentido estricto, solo puede darse en pintura, fotografía y cine. Se caracterizó por el intento de plasmar la luz y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Las cosas no se definen, sino que se pinta la impresión visual de estas cosas, y eso implica que las partes inconexas dan lugar a un todo unitario (algo que años después demostraría científica y psicológicamente la Gestalt).                                                                                                                                Los impresionistas pintaron directamente en el lienzo sin mezclar los colores en la paleta, aplicando pinceladas gruesas y fragmentadas bajo el principio de complementariedad de los colores. Al tomar distancia del lienzo, se podía percibir efectos verosímiles de iluminación. La velocidad requerida favoreció que los impresionistas prescindiesen de la línea, abandonara el claroscuro y descuidara el tratamiento de la perspectiva. Representaban temas cotidianos como el paisaje urbano y la vida burguesa, que les permitieran explorar la luz y el movimiento.                                      El  postimpresionismo es un término que se aplica a los estilos pictóricos a finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. El impacto de la Revolución Industrial fue clave en la nueva mirada artística postimpresionista. Los postimpresionistas representaban en sus obras los nuevos avances industriales, como el ferrocarril o la electricidad en las calles. Estilísticamente no hay un rasgo definitorio que una a los autores, pero en general todos los postimpresionistas utilizaron colores vivos, pinceladas poco discretas y unas temáticas basadas en la vida real.                                                                                                                                          Los artistas buscaban evocar emociones a través de su obra la que debería de hacer énfasis en el simbolismo al comunicar los pensamientos más profundos del subconsciente del artista por eso adoptaron una paleta de color artificial para representar su percepción emocional del mundo que los rodeaba. Tonalidades saturadas, sombras multicolor y una gran variedad de colores son evidentes en la mayoría de las pinturas postimpresionistas. Aunque el fauvismo aún está atado a la representación de la naturaleza busca exaltar el valor del color en sí mismo, al que prefieren usar en su estado puro, de manera directa y con relativa arbitrariedad, procurando deliberadamente una sensación de disonancia que rompa la asociación del color con la representación de la realidad tal como ella es concebida. Las líneas y los colores resultan de gestos impulsivos, pretendiendo con ello alcanzar la genuinidad atribuida a aquello que no ha sido “tocado” por el orden civilizatorio dominante. Otro rasgo del arte fauvista fue el desinterés por la profundidad espacial, la perspectiva y por el claroscuro. En coherencia con el sentido del instinto, en la pintura fauvista dominan los trazos espontáneos, estos trazos aparecen sueltos y suelen ser definitivos, no sujetos a perfeccionamiento y al acabado. El fauvismo vuelve al trabajo en el estudio ya que le interesa el lenguaje plástico, con énfasis en el color y su capacidad expresiva. Los fauvistas encontraron la manera de dividir al objeto en una composición y lo hicieron a través del color. Cuando Joaquín Torres García plantea el Universalismo Constructivo el ambiente artístico local era la tierra fértil en dónde germinaría.

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