Home Política Un sanguinario criminal funcional al sistema Por Hugo Acevedo
0

Un sanguinario criminal funcional al sistema Por Hugo Acevedo

Un sanguinario criminal funcional al sistema  Por Hugo Acevedo
0

La muerte del represor José “Nino” Gavazzo, un día antes del 48 aniversario del golpe cívico militar de 1973 que arrasó con las instituciones, es otro mojón de la tétrica historia del terrorismo de Estado que asoló a nuestro país.

Con el deceso de este abominable criminal, que fue el rostro más grotesco del autoritarismo, se cierra un ominoso capítulo de espanto y silencio, con relación a los desaparecidos que fueron víctimas de la dictadura.

La partida de Gavazzo entierra, tal vez en forma definitiva, algunos patéticos secretos de una época de violencia estatal como nunca antes conoció el país.

Empero, sería realmente ingenuo considerar que este enajenado, imputado penalmente por veinte causas de violaciones a los derechos humanos, fue un criminal solitario.

Quien en vida fue un asesino y jamás se arrepintió por los delitos perpetrados, fue una mera herramienta de un aparato represivo montado por los sectores vernáculos más reaccionarios y de las operaciones conspirativas del imperialismo que asoló en el pasado al desgarrado continente americano.

Fue, más que un protagonista, un actor de reparto a quien se encomendó cumplir- a ultranza- un guión redactado por el poder global, al servicio de los intereses geopolíticos hegemónicos.

No en vano, José Gavazzo participó en acciones represivas en nuestro país y en la Argentina, en el marco del denominado Plan Cóndor, un operativo multinacional diseñado y manipulado desde los centros de elite, pero ejecutado por los mastines de las dictaduras de la región.

Este admirador del dictador italiano Benito Mussolini, fue una figura relevante del temible Servicio de Información de Defensa (SID), y era un monstruo sanguinario que gozaba torturando a los presos políticos.

No en vano, este oficial castrense recibió instrucción militar de contrainsurgencia en la meca imperialista de Estados Unidos, donde desarrolló un catálogo de violencia para aplicar en los interrogatorios que practicaba a sus víctimas.

Esta formación “académica” le permitió recibir el post-grado de homicida, cuando participó, directa e indirectamente, en la desaparición y muerte del maestro Julio Castro, arrojó al Río Negro el cuerpo sin vida del tupamaro Roberto Gomensoro, lo cual confesó ante un tribunal de honor en 2018, y también fue partícipe en el secuestro y desaparición de María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, hija del poeta argentino Juan Gelman.

Naturalmente, estuvo implicado en los dos denominados “vuelos de la muerte”, con la consecuente desaparición y muerte de integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo, en 1976, entre otros aberrantes crímenes que nos asquean como sociedad.

Empero, ¿era realmente Gavazzo la encarnación de Satanás en la tierra? ¿Actuó solo o fue parte de una mafia criminal? No. Cumplió órdenes, con superlativa vesania, impartidas por mandos militares que fueron funcionales a un gobierno autoritario de inspiración pro-imperialista y pro-capitalista.

Las preguntas se responden solas. José Gavazzo fue un mero instrumento de un proyecto de dominación hemisférica en el marco de la bipolar Guerra Fría, inspirado desde Washington y cumplido a rajatabla por los cipayos vernáculos de turno.

Gavazzo, que adquirió notoriedad luego del epílogo de la dictadura, cuando fue citado por un juzgado penal antes de la aprobación de la ominosa Ley de Caducidad sancionada por blancos y colorados, fue un mastín que actuó al servicio de oscuros personajes como el ex presidente autoritario Jorge Pacheco Areco, el ex dictador Juan María Bordaberry y el ex canciller de la República Juan Carlos Blanco, entre otros siniestros especímenes civiles aliados a la rosca oligárquica.

Fue, inicialmente desde un lugar marginal y luego protagónico, partícipe en la sublevación que derribó a las instituciones democráticas en junio de 1973.

Derrotada la guerrilla en 1972, fue un mero engranaje en una compleja operación destinada a aniquilar a la izquierda y a militantes de organizaciones obreras, estudiantiles e intelectuales que se opusieron a la ruptura institucional.

Sin embargo, cuando cayó el telón del gobierno autoritario, mediante una salida humillante y condicionada, fue perdonado por la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, que clausuró–durante veinte años- todas las causas penales por violaciones a los derechos humanos.

En ese contexto, al igual que otros notorios represores, gozó de absoluta impunidad durante dos décadas y se paseó como un gran señor por las calles de Montevideo como si fuera un ciudadano ejemplar.

¿Quiénes fueron los responsable de tan deleznable impunidad? Los blancos y colorados que votaron, en diciembre de 1986, una ley inconstitucional que consagró la inadmisible caducidad de los delitos perpetrados durante la dictadura liberticida.

El autor intelectual de este adefesio jurídico fue el ex presidente Julio María Sanguinetti, quien luego designó al golpista Hugo Medina como Ministro de Defensa para garantizar el tutelaje militar.

La muerte de José Gavazzo nos convoca a reflexionar sobre los verdaderos autores del atentado contra la democracia, originado en una alianza entre el estamento castrense, el gran capital y el imperialismo que fraguó el golpe de Estado.

La jerarca de la Intendencia de Rocha perteneciente a Cabildo Abierto Susana Núñez –quien acusó a la Justicia de condenar a Gavazzo sin pruebas- reivindicó al criminal y afirmó que “nos ayudó a vivir libres de dictaduras comunistas”.

Evidentemente, el monstruo habita en el vientre de la coalición multicolor.

 

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
temas:
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.