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Una mirada sobre las redes del nuevo teatro montevideano

Una mirada sobre las redes del nuevo teatro montevideano
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“Tenemos ganas de aprender”

 ¿Existe una nueva forma de hacer teatro en Montevideo? ¿Qué determina que sea una forma nueva? ¿Los espacios en que se desarrolla? ¿Los formatos de producción? ¿Las estéticas? ¿Una confluencia de varios factores?

 Las anteriores son algunas de las preguntas que Federico Puig y Felipe Ipar se plantean hacer en el curso “Teatro en red. Una mirada sobre el nuevo teatro contemporáneo en Montevideo”. Voces conversó con los responsables del curso, que comienza el 16 de Junio, para conocer de primera mano algunos aspectos de la iniciativa.

 Puig e Ipar combinan formación y experiencia en actuación, dramaturgia y dirección, algo que caracteriza a la generación a la que pertenecen y se proponen estudiar. Ante la interrogante sobre el origen de la inquietud por llevar adelante del curso Puig afirma: “A mí me toca por varios lados, por un lado formo parte del equipo de La emergente (espacio que surgió a fines del año pasado) y uno de los objetivos que tenemos es el fomento de la investigación de las artes escénicas. Después, mirándolo como artista, me parece una linda excusa para ponernos a estudiar un montón de teatro, con la idea no solo de abordar el presente sino también ver cómo se relaciona con un pasado inmediato, con sus influencias, y eso me parece interesante. Y por otro lado nos pasa, como generación, que ante la ausencia de estos abordajes lo tenemos que hacer nosotros”.  “Y también hay algo de militancia -complementa Ipar- de no buscar el reconocimiento afuera, de generarlo entre nosotros, de tomar clases con quienes son tus compañeros. ¿Qué pasa si nos estudiamos a nosotros mismos como fenómeno teatral en esta hipótesis de qué capaz que hay un teatro contemporáneo?”

¿Hay un nuevo teatro contemporáneo en Montevideo?

Puig: Tiendo a pensar que sí, porque hay modos de producción que creo que se han sistematizado, me refiero a prácticas como hacer obras en una casa particular, en espacios no convencionales, hacer obras sin presupuesto, o con modos de producción y financiación alternativos. Creo que todo eso que antes podía ser excepcional hoy en día es algo que se ha sistematizado. Pienso también en la salida de la institucionalidad, que tiene algunos antecedentes en la década del 2000. Hay un conjunto de elementos que creo que ayudan a pensar que sí, que hay un teatro nuevo contemporáneo. También por las temáticas que se abordan, creo que las obras que vamos a trabajar tienen temáticas que son propias de esta generación.

Ipar: Cada generación va a ser característica de su época, para agarrar la pregunta por el otro lado. O sea, sí (hay un teatro nuevo contemporáneo) porque existe. Ahora, si tiene características que son realmente diferenciales o no con el de otras generaciones eso es otro asunto, pero hay una época y hay un teatro que es de esta época.

Parte de la generación anterior, luego de la llegada del Frente Amplio al gobierno nacional en 2005, recibió apoyos institucionales. Un ejemplo fue el programa A Escena! Que brindaba la posibilidad de estrenar en teatros como El Galpón o el Circular por ejemplo. Ustedes parecen reivindicar el camino opuesto, hablan de abandonar las salas y hacer teatro desde otros lugares.

Puig: Si, creo que ahí también hay un fenómeno que se da, y esto es algo personal, que es cómo se terminan institucionalizando algunas figuras en determinados ámbitos. Entonces si bien de repente hubo un fomento en esa época para que los artistas jóvenes pudieran llegar a ciertos espacios, los pudieran ocupar y pudieran desarrollar cosas muy buenas, hoy en día creo que en algún punto siguen permaneciendo en esos espacios y es difícil acceder. Creo que muchos artistas de nuestra generación te van a decir: «lo hago en mi casa porque sala no consigo». Es verdad que, para no ser ingratos, hoy en día es mucho más fácil conseguir una sala que antes, en la década de los 2000, pero sí creo que siguen los focos en el mismo lugar y hay figuras que siguen ocupando ciertos lugares y nosotros hemos quedado un poco más a la sombra.

Ipar: También empieza a pasar que en la propia generación hay gestores de espacios, pienso en Ensayo Abierto, en La Emergente, y entonces como que toda la cadena de producción se va volviendo cada vez más independiente de lo independiente. Porque en realidad las salas antes eran el teatro independiente y ahora nosotros estamos queriendo estar por fuera de las salas, ahí hay un fenómeno de autogestión, que es una palabra que usamos mucho. Y lo que veo es que no hay tantas figuras centrales alrededor de la que se generan las obras, sino que hay equipos que se involucran. Más allá de que haya un director o un dramaturgo que convoque después la dinámica enseguida es «trabajamos todos para que esto salga». Incluso el título del curso es teatro en red, en ese sentido de cómo se genera la red creativa.

Puig: Si hay algo que es muy notable en esta generación son los vínculos en red que hay, y cómo se va tejiendo. Hay un artículo tuyo de hecho que me pareció genial en que decías: «vimos a un actor que era director en una obra, dramaturgo en otra y asistente en otra» (Teatro independiente del siglo XXI, en Voces N° 668). Y no se si esto pasaba antes, intuyo que no, y ahora hay muchos grupos, mucha periferia, pero están bastante extendidas las redes.

Hacen un corte en 2000-2010 como momento en el que se dan los antecedentes inmediatos a su generación y desde donde pensar antecedentes o rupturas.

Puig: Creo que es un corte un poco arbitrario, y tampoco es tan lineal, nos damos cuenta que muchas de las obras, conversando con colegas, que más influenciaron a esta generación surgen en el umbral. Pienso en Ex (de Gabriel Calderón, 2012), pienso en Bienvenido a Casa (de Roberto Suárez, 2012), pienso en Tebas Land (de Sergio Blanco, 2013), pienso en Las Julietas (de Marianella Morena. 2009), que surgieron entre 2009 y 2013. Hay un umbral ahí y creo que ese corte se da porque es el momento en el cual esta generación, que hoy está entre los 25 y los 35, empieza a crear.

Proponen que una de las características de su generación tiene que ver con los modos de producción alternativos ¿Tienen alguna intuición acerca de cómo inciden esas formas de producción en una determinada estética específica?

Puig: Creo que sí, hay grupos en que se ve claramente que al trabajar en un determinado espacio generan una dramaturgia, desde un sentido amplio de creación no solo desde la escritura. Hay una idea integral de la escritura que se genera mucho desde la dramaturgia actoral, lo que da obras que desde la temática y desde la textura y de los modos de los textos son muy particulares.

Ipar: Yo creo que el espacio donde se está eligiendo hacer teatro determina muchísimo el contenido. Por poner un ejemplo: El almacén. Yo les digo, en broma, que hacen un teatro almacenero. En definitiva si vos sabés que tenés ese espacio, que es pequeño, empezás a generar tu propio lenguaje. No se plantean poner una grúa porque no tenés donde meterla, vas al límite de lo que podés. Y es importante reconocer eso porque ahora empiezan a salir de ese espacio por primera vez. Y creo que eso muestra claramente que sí, que la manera en que estamos haciendo teatro está modificando el teatro que hacemos, lo está implicando realmente.

Puig: Pienso en Leonor (Courtoisie) también, que termina realizando una obra en una casa, a raíz de una intuición muy personal, creo que no es que el espacio determinó su obra, pero sí que hay un acompañamiento, de repente antes no era algo que pudiera funcionar tan bien y ella realmente toma esa decisión estética y la puede tomar.

Ipar: Hay una defensa de la libertad, en esto de la independencia de las salas, y creo que ahí también se empieza a generar esa implicancia que traés vos, del modo de producción al contenido, porque como nos permitimos hacer teatro por fuera del circuito, con las reglas que nosotros nos ponemos, lo de políticamente correcto empieza a quedar al margen y trabajamos con más libertad.

Ruido, de Bruno Acevedo; Y, de Federico Puig; Otros problemas de humanidad, de Sebastián Calderón; Una forma de hacer tiempo, de Camila Diamant… Una característica de esta generación es abordar su realidad inmediata, su forma de convivir, algo que no era habitual hace cinco o seis años.

Puig: Sí, es lo que te decía hoy, hay temáticas que abordamos que nos identifican. Una generación de ingleses de los años sesenta, con Edward Bond, era definida como nuevo teatro porque exponían temáticas acerca de la juventud de la época y eso no se había visto. No es que acá eso no se haya visto antes, claro que sí, pero esa puesta al día respecto a esa temática es parte del nuevo teatro contemporáneo.

Otra característica parece ser el que parecen haber muchas más mujeres comandando equipos artísticos, sea a partir de la dramaturgia o de la dirección. Antes del 2000 podíamos contar con los dedos de una mano a las mujeres que ocupaban esos roles.

 Puig:  Si, ahora creo que hay un montón de mujeres que se destacan. Y tiene que ver también con la ruptura que se hace de un tiempo a esta parte con esta idea de que para ser director o dramaturgo tenías que ser asistente de director primero, para luego animarte a tratar de hacer algo vos. Creo que el hecho de romper con eso, y el que si vos querés hacer una obra básicamente lo que tenés que hacer es convencer gente, hace que sea mucho más fácil animarse. Creo que esto arranca con la generación del 2000-2010, que también es un grupo de gente que egresaba de las escuelas, y hacía teatro joven, y en ese fervor hacían una obra y con suerte conseguían una salita y así arrancó un poco todo. Supongo que para las mujeres, que históricamente en el teatro han sido menos ponderadas, también ese camino de ruptura les ha facilitado, pero no sé, intuyo.

Al final del programa del curso incluyen la mirada sociológica ¿A qué se refieren en ese punto?

Puig: Creo que ahí van a haber cuestiones interesantes que hacen un poco más a una perspectiva más científica, más sociológica, que es conocer un poco quienes hacen teatro, quienes componen el público. En Uruguay falta conocer al público, no se investiga, y ahí me consta que en Chile y en Argentina se hace, porque he visto las publicaciones, y acá no se investiga. Y ni que hablar de los que lo hacen ¿Qué porcentaje de jóvenes hace teatro? ¿De qué zonas provienen? Y es algo que se necesita, empezar a pensar eso y ver qué acciones se toman para descentralizar pero sin una perspectiva de desembarco.

Ipar: Y la otra parte de lo sociológico apunta más a la creación, a cómo nos constituimos al momento de crear, a no estar buscando en la dirección una figura que centralice todo el poder de la obra, de las decisiones, a que exista en un ensayo la posibilidad de decir: “che, no se si estamos de acuerdo con este final”. No se reconoce en el director una figura incuestionable de autoridad. Me parece que eso tiene que ver con cómo está queriendo construir sociedad, y lo llevamos al teatro.

La legitimidad que la crítica tuvo en otras épocas para validar el trabajo de los creadores teatrales era aceptada por el propio medio teatral. Hoy eso está ausente ¿Cómo lo ven ustedes?

Puig: Yo tengo una mirada ahí que tiene que ver con los ámbitos en los cuales existe la crítica. No está muy constituida y es bastante floja en un montón de aspectos, pero sí existe y sí atiende en ámbitos relacionados más que nada a la institucionalidad. Las obras de El Galpón y del Circular están todas reseñadas por ejemplo. Creo que no hay un contacto real con muchos de los creadores de nuestra generación. Hay excepciones pero en la inmensa mayoría no hay un mayor vínculo.

Ipar: Creo que es un divorcio claro por ambas partes, porque tampoco estamos esperando la crítica como podía pasar antes. Más bien que llega como un regalo, cuando alguna de esas excepciones que dice Fede escribe algo lo recibimos como un regalo, lo compartís, pero no es algo que estemos esperando.

Ya han tenido intercambios con otros integrantes de esta generación ¿Qué ha pasado? ¿Qué les han planteado?

Ipar: A veces nos han planteado que tenemos que ser conscientes de que estamos buscando legitimación con esto, de la generación, y no nos escondemos en ese sentido. Yo diría que sí, hay una creencia de que acá está pasando un teatro nuevo. Si es bueno o malo que lo diga el público, pero está pasando un teatro y queremos observar eso. No queremos que quede la idea de que después de Gabriel Calderón recién en el 2040 llegó el próximo creador.

¿Qué planes tienen para después del curso en esta línea de investigación?

 Puig: Felipe tiene la idea de seguir investigando, hay ámbitos como el universitario que no hemos explorado tanto en donde de repente podes conseguir un fondo para editar o algo, veremos

Ipar: Nos gustaría convertirlo en tesis o publicación de alguna manera, pero primero veremos que da este encuentro y qué conclusiones sacamos. Tenemos ganas de aprender, esa es la verdad.

El curso se desarrollará entre el 16 y el 30 de Junio en modalidad presencial y online (a través de plataforma zoom). Por más informes e inscripciones: espaciolaemergente@gmail.com / fedepuigsilva@gmail.com

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.