Home Entrevista Central Valeria ripoll, Secretaria General de ADEOM: No estoy en ningún partido y me siento una persona libre

Valeria ripoll, Secretaria General de ADEOM: No estoy en ningún partido y me siento una persona libre

Valeria ripoll, Secretaria General de ADEOM:  No estoy en ningún partido y me siento una persona libre
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Te podrá gustar más o menos, podrás acordar o discrepar con ella, pero esta mujer no pasa desapercibida. Rompe con varios estereotipos de lo que es una dirigente sindical y, además, no se calla ninguna opinión. Critica a quien sea sin importarle el costo que tengan sus palabras. Esa boca suya es políticamente incorrecta.

Por Jorge Lauro y Alfredo García / Fotos: Rodrigo López
Perfil:
Nació en Montevideo, el 13 de octubre de 1982. Vivió en el barrio Goes. Su madre es empleada de ANCAP y su padre es jubilado de la Armada. Tiene una hermana ocho años menor. Hizo la escuela en el Colegio Sagrado Corazón. Fue católica muchos años, ahora ya no lo es. Empezó a trabajar a los 16 años en McDonald’s, y allí estuvo diez años. Después trabajó como administrativa en la Armada. Es profesora de solfeo. Estudió turismo y hotelería, y también estudió durante un tiempo Psicología. Tiene tres hijos.

¿Cuándo entraste en la Intendencia?
En el 2007. Estaba embarazada de Nahuel, y ya tenía a Celeste, que tenía un año y medio. Empecé en el Planetario, donde me sindicalicé, porque cuando entré tuve una persecución salada. Estuve a punto de renunciar a la Intendencia. El primer día llegué con otra compañera y el jefe me dijo: “Pedí dos funcionarias y me mandaron una y media”. Yo era la media, porque estaba embarazada. A partir de ahí empezaron a pasar pila de cosas. Terminé como delegada del Planetario y ahí arranqué la militancia.
¿Del Planetario a qué sección pasaste?
Al Botánico. Siempre estuve dentro de Cultura, porque tenías una cláusula por la cual por diez años no podías moverte del departamento en que entrabas. Después me fui a la Orquesta Filarmónica, donde soy inspectora de orquesta.
Arrancaste la carrera sindical en el Planetario.
Como delegada, sí. A la par militaba en el sindicato, en la parte social. Pasé por la Secretaría de Cultura. Después tuve mi primer período en la directiva, y al siguiente fui Secretaria General.
¿Quién te afilió al Partido?
Al Partido Comunista me afiliaron Eduardo Vignolo y Camilo Clavijo. Mi afiliación al Partido Comunista se dio porque yo militaba en la lista de Álvaro Soto, la 1980. En ese momento se da el decreto de esencialidad, con Ana Olivera. Ya en la asamblea, cuando se resolvieron las medidas aquellas, con las que se cortaba el servicio por un montón de días, todo el mundo sabía que iban a decretar la esencialidad. E igualmente se votó. Ya en ese momento había cosas que no me cerraban. Yo veía que los dirigentes viejos no respondían a la gente. Todo el mundo entró en estado de alarma cuando se decretó la esencialidad, pensando en qué les podía pasar, y nadie les daba pelota. Veías que llamaban a un Soto, por ejemplo, y según de qué lista era la persona que llamaba dependía si le decía: “Pedite médico” o “Tenés que ir a laburar”. No me cerraba cómo le respondían a la gente, como si la dejaran en pelotas. Y se estaban jugando el laburo. Ahí habló Pepe Suárez, un compañero entrañable, que estaba en la lista 5 del Partido, con los que en aquel momento estaban en contra de las medidas que se habían resuelto en ese conflicto. Fue el que con sus palabras me hizo sentir que estaba en el lugar equivocado. Después tuvimos una asamblea en el Palacio Peñarol, de la que me tuvieron que sacar por atrás porque todos me querían pegar.
¿Qué hiciste?
En aquel momento todavía estaba Mabel Lolo en ADEOM. Me acuerdo que dije que había escuchado a los dirigentes responder cosas distintas según el compañero, y que sólo lo cuidaban si era un voto de ellos, que no les importaba si perdían el trabajo. Dije que, más allá de la estrategia, que te podía parecer mejor o peor, habían traicionado a los compañeros. Dije lo que sentía en ese momento. Ahí rompí con la lista de Soto, obviamente, pero también con esa ala del sindicato. Me dijeron de todo, me putearon en todos los colores. Después empecé a militar cuando se creó la lista 2011.
Es medio contradictorio afiliarte al Partido Comunista, que tenía en sus filas a la intendenta que decretó la esencialidad.
Me afilié al Partido Comunista un tiempo después del decreto de esencialidad por los compañeros con los que laburaba todos los días. Encontré gente que explicaba el porqué de ciertas cosas. Y por otro lado me gustaba la oposición ideológica que, desde ADEOM, le hacían al Frente Amplio todo. Después entendí que Ana Olivera, más allá de que era la intendenta, en muchas cosas no era la que mandaba. No tenía mayoría en su gabinete, así que ni siquiera tomaba las decisiones. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta quién es el que realmente corta el bacalao. Estaban Basso, Ruocco, gente mucho más pesada dentro de la estructura de la Intendencia que la propia Ana Olivera. No la victimizo, porque ella aceptó ese lugar y era responsable de lo que pasaba. A veces acordabas cosas con ella y luego eran otros los que decían que no. Pasaron muchas cosas, y era como que el sindicato no podía estar peor. Ahí surge la lista 2011, donde encabezaba gente del Partido, pero había otros compañeros del Frente Amplio, y venía a acortar esos períodos de liderazgo ultra en ADEOM. Nuestra imagen estaba destruida, la del trabajador municipal. Después del decreto de esencialidad era como que no te levantabas más. La gente te odiaba. El resto de los trabajadores te odiaba por hacerle la guerra al Frente Amplio. Era como que estábamos totalmente solos. Por momentos sentíamos que hasta el PIT-CNT te decía: “Vos te lo buscaste”. Era terrible, te sentías en soledad.
¿Era sólo en ADEOM Montevideo?
Era sólo Montevideo. En ese momento ADEOM estaba fuera de la Asociación Nacional de Municipales. Entonces estábamos aislados, con el resto de los municipales, y con esa diferencia con el PIT-CNT, que no compartía mucho de la metodología, más allá de la independencia que teníamos para resolver. Y la gente nos detestaba. Objetivamente, no te quería nadie.
Siempre ha habido campañas mediáticas contra el trabajador municipal, con la mugre, con que toman de rehén a la población.
No es fácil se trabajador municipal de Montevideo, con treinta y pico de años de gobierno frenteamplista. Es difícil para los trabajadores tener conflicto con la administración frenteamplista, porque muchos trabajadores entienden que la tenés mucho más fácil que otros, con otras patronales. Cuando el Frente Amplio fue gobierno, muchos entendieron lo que vivíamos nosotros. No era que estábamos en el país de las maravillas y que todos la teníamos recontra fácil, sino que, en realidad, había cosas que no funcionaban bien, porque son cosas que no debería aplicar el Frente Amplio. Privatizaciones, precarización…
También les dieron las seis horas sin bajar el sueldo. Dejate de embromar.
Pasaron dos cosas. Primero, nadie quería ser funcionario municipal, porque cobrábamos menos que todo el mundo. El sueldo estaba absolutamente sumergido, y no había un funcionario público que cobrara como nosotros.
Hoy no es así.
Nadie quería ser municipal. De hecho, ahí está el 15% de las vacantes obreras para hijos de funcionarios municipales, porque a la recolección de residuos, a los cementerios, al saneamiento y todos esos lugares nadie quería ir por el salario, y porque es un laburo de mierda. Después, en la administración de Ana Olivera, nos quisieron hacer ver como una casta en la que entraban nuestros hijos. En realidad, era sólo para llamados obreros sin oficio. Hoy mucha gente, cuando le dicen que va a ir a trabajar al cementerio, renuncia. Y muchas veces pasaba que los que terminaban en esos lugares eran hijos de funcionarios que ya estaban en eso. Con lo de los salarios sumergidos, no había chance ni plata para dar aumento, cuando asume Tabaré Vázquez lo que se resuelve es la reducción de la jornada sin pérdida de salario. Fue una forma de dar el aumento que no podía dar la Intendencia en ese momento.
Igual se instaló. Terminaron siendo la aristocracia obrera, por las mejoras salariales del Frente Amplio.
Lo que hizo fue equiparar un poco al trabajador municipal con respecto al resto de los funcionarios públicos. Hasta el día de hoy nos pasa que estamos de mitad de tabla para abajo. Porque hace más de veinte años que no tenemos más que ajuste de IPC. El no haber aumentado el salario real desde hace años hizo que quedáramos hiperestancados.
Desde la oposición se ha machacado con que la mayoría del presupuesto es para pagar los salarios de los “vagos”.
Exacto. La realidad es que la mitad del presupuesto se va en salarios. Es como si yo cuestionara que en la ANEP el 90% del presupuesto se va en salarios. Y sí, hay que pagarles a los profesores y los maestros. No se va a ir en otra cosa.
Montevideo tiene impuestos carísimos.
No sé si Montevideo cobra impuestos carísimos o tienen que ver con los servicios que presta. Montevideo presta muchísimos más servicios que los que pueden prestar otras intendencias del interior. Primero que nada, saneamiento. Somos el único departamento en que del saneamiento se ocupa la Intendencia y no OSE. Después hay otras cosas que se podrá plantear si son cometidos o no de una Intendencia, y puede ser discutible. Pero la Intendencia de Montevideo tiene policlínicas, tiene un presupuesto en Cultura, que es alto.
¿Es verdad que hay más funcionarios en Cultura que en Limpieza?
Seguramente el número sea muy similar. Ambos sectores están en mil y pocos funcionarios. Hay que pensar que en Cultura tenés los museos, las bibliotecas, los parques. El Botánico, el Zoológico, el Parque Lecocq, los Humedales del Santa Lucía. Tenés la Orquesta Filarmónica, la Banda Sinfónica, la Comedia Nacional. Todas las salas de teatro. Tenés la unidad que se encarga de hacer los eventos, la que organiza la Rural del Prado. Cultura es mucha cosa en Montevideo.
El tema es si le corresponde o no a la Intendencia.
Se puede discutir o no el que sea un cometido municipal. Ha estado en debate la policlínica municipal. Me pregunto si los que están en contra se imaginan a Montevideo sin las policlínicas. Con Fonasa y sin Fonasa.
Pero no tiene por qué estar bajo control de la Intendencia. Pueden pasar al Sistema Integrado de Salud.
O que ASSE te pase el presupuesto. ¿Querés que lo siga gestionando la Intendencia? Le podrías pasar el presupuesto. La realidad es que los servicios que brinda la Intendencia de Montevideo no los brinda otra intendencia. La cantidad de servicios, y en muchos casos la calidad de esos servicios. Objetivamente, analizo el nivel de los servicios municipales y es bueno.
La limpieza muy buena no es.
La limpieza no es buena. Digo dos cosas. La primera, son las responsabilidades compartidas como ciudadanos. No somos una población que tenga la costumbre de ser limpia y ordenada. Primero hay un tema de educación como ciudadanos, que no tenemos. También convengamos en que ADEOM alertó a la Intendencia, cuando Nopitsch, en su momento, resolvió traer el sistema de recolección lateral de contenedores y nosotros dijimos que Montevideo no estaba listo para tener ese sistema. Creíamos que, si de un día para el otro le cambiás a la gente el que le pasen tal y tal día por la puerta de la casa, lo que vas a tener son basurales en las esquinas. Y fue lo que pasó, lamentablemente. Tiraste un contenedor en la esquina y supusiste que la gente iba a funcionar como en Europa, que es donde tienen ese sistema instalado.
¿Y qué pasó?
La caminería en Montevideo no es como la de Europa. Entonces se rompían camiones. Y pusieron el mismo sistema en todo Montevideo, cuando no todo es igual. No es lo mismo Pocitos que el Cerro o que Piedras Blancas. Pero tenés el mismo sistema, idéntico. No iba a funcionar mágicamente, y no funcionó. ¿Que la Intendencia no estuvo a la altura? No lo estuvo. ¿Que los trabajadores le dijeron: “Esta no es la forma”? Lo dijeron. Y después se intenta hacer el trabajo lo mejor posible. Pero tenés lo que te decía: un sistema de calles que no está preparado, con camiones que muchas veces van con sobrepeso y se rompen. La cantera es el lugar que más rompe camiones, porque circulás por arriba de la basura.
Un sistema que no se aplicó de forma integral, porque no limpiamos los contenedores. Creo que los camiones lavadores se usaron unos días y dejaron de funcionar. Si no lavás el contenedor, la basura se pudre en el fondo, te rompe la base del contenedor, y no tenés contenedores para reponer. Es un sistema que estuvo mal aplicado. Y, por otro lado, es imposible no contar con que tenés hurgadores. Tenés gente que vive de la basura, a los que pasaste a meterles todo adentro de un contenedor. ¿Y qué hace esa gente para buscar lo que necesita? Saca todo del contenedor. Son un montón de causas que llevaron a tener la ciudad como la tenés. No lo justifico, porque en realidad es responsabilidad de la Intendencia. Pero esas cosas sucedieron.
Estás dando los argumentos de por qué no son buenos los servicios.
Los servicios municipales son buenos, y tenés buenos funcionarios.
No te pongas corporativa.
Como en todos lados, tenés trabajadores malos, tenés buenos y de los que tienen la camiseta puesta. Pero cuando hacemos las propuestas y nos escuchan, las cosas funcionan mejor. Y el ejemplo es la basura de fin de año con esta administración. No fue que Carolina vino e hizo milagros. En los últimos diciembres no tuviste desborde de basura. En temporadas donde sabés que aumenta un 20 o un 30% la basura, ¿no te preparás para eso? Bueno, la Intendencia nunca podía prepararse para la zafra de las fiestas. ¿Qué se hizo diferente esta vez? Sentaron a los trabajadores y les preguntaron cómo entendían que había que hacerlo. Y aplicaron esas medidas que propusieron los trabajadores. No te digo que somos la solución a todos los problemas, pero si no le preguntas a la gente que lo hace treinta años, y traés un tipo que tendrá el mejor título universitario del mundo, pero nunca tuvo contacto con una bolsa de basura, y pretendés que tenga la fórmula mágica…
¿Puntigliano?
Puntigliano fracasó con total éxito. Sabrá muchísimo y será excelente docente, pero de esto no sabe nada. La realidad es esa. Además de todo lo que fue la administración Martínez, que fue nefasta.
Martínez es de los mejores evaluados como intendente.
No sé si el problema fue él o fue su equipo. Hoy te puedo decir que no sé si la buena en la gestión es Carolina o el equipo que tiene. Porque con Carolina nos reunimos tres veces en lo que va del período. Después, negociamos con Mesa. Más allá de Daniel Martínez, el principal opositor de ADEOM y que estaba convencido de que cuanto peor, mejor, con respecto a la relación con ADEOM y cómo eso afectaba al Frente Amplio, era Eduardo Brenta. Brenta ninguneó al sindicato, violentó convenios, te mentía en la cara con respecto a cosas que la Intendencia iba a hacer. Hizo que Daniel Martínez cometiera errores al momento de decir cosas que estaban sucediendo y no eran así. Capaz no era Daniel Martínez el ideólogo o quien resolvía. Pero la realidad es que Eduardo Brenta fue el peor director de Recursos Humanos para nosotros. Fue el que aplicó el tres por uno. Se lo cuestionamos al gobierno nacional en las vacantes públicas y él lo hizo durante tres años en la gestión de Martínez. Hoy tenemos servicios municipales destruidos en las áreas obreras, por el tres por uno que aplicó él. No tomaba obreros.
¿No obedecía al pedido de la gente?
Creo que no, porque, después, el resumen fue muy malo. Y creo que tuvo la mala suerte, para él, de que en ADEOM hubo un cambio de estrategia. Nosotros el paro lo aplicábamos como última medida. Nosotros denunciábamos públicamente. Llevábamos documentos a la prensa, demostrando lo que estábamos diciendo. No ocupábamos servicios que perjudicaran a la población. Ocupábamos el segundo piso de la Intendencia, lugares estratégicos para la visibilidad de los reclamos. La gente iba a cualquier lugar y tenía atención municipal. Creo que el tema era la conducción del sindicato, y Martínez se enfrentó al cambio en ADEOM. Cambio que nosotros empezamos a implementar, y que de ahí en adelante nunca abandonamos. El demostrarle a la gente un montón de cosas que están mal, que generan problemas en los servicios, que generan reclamos en los trabajadores, pero de otra forma. En la administración municipal pasada vi esos dos grupos de dirigentes políticos: uno, que era la mayoría del gabinete de Martínez, que estaba convencido de que, cuanto peor la relación con el sindicato, mejor les iba a ir a ellos y mejor iba a ser la administración. Y no contaron con ese cambio de estrategia que nosotros hicimos, que creo no los favoreció.
Cambiaron la imagen.
Realmente.
Vos sos la imagen edulcorada del dirigente sindical.
No sé si edulcorada. Intento ser lo más franca posible. Porque también me parecía injusto lo que le pasaba al trabajador municipal y lo que me pasaba a mí. Yo iba a una reunión familiar y si decía que era funcionaria municipal, la gente me decía cualquier cosa. Tu propia familia. Y hoy no te pasa.
Desde el juicio que le hicieron a la Intendencia, despertaron odio.
Hablás de la violación del convenio de Mariano.
En un país que se cayó a pedazos.
Lo que dicen algunos de los que estaban es que hay algo que justificaba el tema del juicio, y que tenía que ver con que sí, el país se caía a pedazos, pero la Intendencia optó pagarles a los proveedores privados y no pagarles el convenio a los trabajadores. No los trabajadores privados, sino las empresas. Con los municipales sí optó por violentar el convenio, sin siquiera buscar una forma de acuerdo de cómo ir pagando.
Era difícil acordar.
Era difícil. Yo no estaba, pero te digo lo que nos llega a los que entramos un poco después. Capaz el juicio no es lo más cuestionado, sino el conflicto en sí, la huelga de aquel momento.
En definitiva, estás conforme con la nueva administración. Les compró la paz sindical.
Estoy muy conforme con quien es el Director de Recursos Humanos, y tengo que reconocerlo. Después de haber padecido a Brenta, sentarme a negociar con Mesa es un placer. Si me tiene que decir que no, me dice que no, pero me dice por qué y no me ningunea. De hecho, la responsabilidad con que laburamos en la pandemia, tanto ellos como nosotros, acordando los protocolos, cómo se cuidaba la gente que estaba laburando, porque un montón de municipales obviamente tenían que seguir laburando. Realmente hubo y hay un buen comportamiento en la administración.
Pero creo que eso fue generalizado en todo el país.
En algunos lugares tuvimos problemas. Con algunos intendentes tuve problemas. En Artigas tuve problemas, y también en otros departamentos. Pero, realmente, de la misma forma que cuestioné cuando me pareció que la administración era muy mala, también es justo reconocer cuando entiendo que la administración tiene un perfil totalmente diferente en lo que tiene que ver con el respeto al sindicato, a la negociación colectiva y demás.
Cosse tiene que quedarse en la Intendencia otro período y no postularse a la Presidencia.
No sé si Carolina, pero Mesa seguro sí. Inició trabajos que está bueno que tengan continuidad. Mucho de lo que nos pasa a los funcionarios públicos, a todos, es que cuando es bueno, el recambio es fantástico. Que venga otro que pueda mejorar. Nos pasó con la administración pasada. Pero te da mucha pena cuando estás haciendo cambios que son positivos y eso en dos años termina. No sé quién seguirá, pero Mesa realmente ha sido un director de Recursos Humanos muy bueno. Desde que estoy, ha sido el mejor.
Te lo llevarías contigo al Partido Nacional.
Pero yo no estoy en el Partido Nacional.
Aún no.
Políticamente no estoy en ningún partido y me siento una persona libre y feliz.
¿Por qué rompiste con el Partido Comunista?
Me afilio al partido en el 2011, cuando sale la lista 2011 en ADEOM. Cuando se da esa lista en ADEOM, tiene nueve cargos en la directiva y fue a última vez que una lista tuvo mayoría en ADEOM. Sinceramente esperaba otra conducción del sindicato. Después se acercaban las elecciones y había que ver cómo se paraba ADEOM con respecto a la Intendencia con el tema de la pelea por el gobierno. Y escuché a compañeros del Partido decir que si tenía que caer ADEOM para que el Frente Amplio no perdiera el gobierno, que cayera. Muchas cosas no me cerraban. Cuando uno se afilia al Partido Comunista lo hace pensando que es el lugar más revolucionario de mundo. Te afiliás al partido de la revolución, de los cambios, con la idea de “no más explotados ni explotadores”. Yo no había militado políticamente antes, y me sentía una revolucionaria, estando en el partido de los cambios. Y cuando llegás ahí, ves que en realidad te bajan lo que tenés que hacer, que hay cosas que se resuelven ahí y las tenés que traer para acá, y que no podés objetarlas. Si se resolvió, tenés que levantar una mano de yeso, estés de acuerdo o no.
Centralismo democrático.
Sí, pero centralismo democrático para ahí, no para acá. Me rechinaba que el Partido me tuviera que decir lo que tenía que hacer acá. No era el Partido el que me ponía acá, sino la gente, los compañeros. Se resolvía ahí y vos venías para acá y tenías que levantar la mano con lo que se había resuelto allá. Es más, más allá de que el Partido era la fuerza más grande dentro de la lista, tenías gente que era independiente. Y tenías que venir acá y ver a todos los del Partido alineaditos levantando la mano. Era horrible, porque además esos compañeros sabían que yo no pensaba así, pero tenía que levantar la mano igual, porque si no, después, me tenía que comer el garrón en otro lado, porque no había cumplido con la resolución. Y tenías que ir a la comisión de ética. Horrible.
¿Cuánto tiempo duró tu romance comunista?
Ese período fue horrible. Habré estado dos años y pico. Cuando empezaron con un poco más de dureza a decirme lo que tenía que hacer acá, fue que dije que no. Y había dirigentes con los que no estaba de acuerdo para nada con sus improntas. Y era imposible, porque yo no daba pelota a lo que me decían, y por lo tanto no estaba siendo disciplinada como se supone que tenía que ser. Y me fui. Me desafilié yo y cuatro o cinco compañeros más, también militantes de la lista, hicieron lo mismo. Se fueron porque yo en esa plancha en lugar de ir en primer lugar, con todo el mundo diciendo que yo tenía que ser la primera en la lista, fui segunda, porque los militantes del Partido habían resuelto que el primero tenía que ser Camilo Clavijo, que venía de estar hacía no sé cuántos años y que había que pensar en él. Todo el mundo estaba en desacuerdo con eso. Y tuve que votar que estuviera él, aunque no estaba de acuerdo. Y no es por un tema de ser primero o segundo, sino porque no es lo que la gente quería. Ahí fue que terminamos de romper, y nos desafiliamos un montón. Armamos la lista 27, la lista nuestra, independiente, en la que tengo gente de todos los sectores, de todos los partidos, de todos lados. Gente que se fue de las listas ultra. Había gente que no venía conmigo a militar porque yo estaba en una lista frenteamplista o comunista, y que se vinieron cuando hicimos una lista independiente. Es como un colectivo súper diverso.
Hay seis listas esta vez.
Sí, las mismas seis de la elección pasada. No hay seis formas de hacer sindicato, no.
Son seis listas partidarias, o cuasi.
Algunas son listas de dirigentes con otros compañeros, que no me parecen políticas, como la de Varela, por ejemplo. La de Soto tampoco es política. Él es político, porque es del PT, pero la gente que está ahí no lo está porque sea toda del PT. Después está la lista que tiene la mayor cantidad de diferencias conmigo, que es la lista más ultra de ADEOM, que se llama “Quehacer acá”, donde hay una impronta de sindicato que es la que, creo, va a terminar polarizándose en algún momento. Soto y Varela son dirigentes viejos. Aníbal cumple sesenta y nueve años. No es que le queden un montón de años acá. Me parece que esto va a terminar decantando en dos improntas de sindicato, y la lista partidaria frenteamplista, que es la lista oficialista, que hoy por hoy tiene dos cargos, y que pasó de tener la mayoría de nueve a ir bajando y bajando.
Es la lista del Partido Comunista.
Quedó como la lista del Partido Comunista, porque se fueron todos los otros sectores, El último fue el MPP, que estuvo en la lista pasada y en esta ya no está. Quedó reducida a la lista del Partido.
¿Esa lista ultra a quién responde?
A nadie, a viejos militantes de la lista 17 de Mabel Lolo. Hay viejos militantes, algunos de Plenaria Memoria y Justicia. La que encabeza la lista es una militante que ha sido bastante violenta, y que ha tenido problemas por haber hasta querido golpear gente. Bastante complicada. Es una de las militantes que estaba con los sirios que trajo Mujica. Son militantes duros, con una impronta de sindicato diferente, en contra de todos los beneficios que dan los sindicatos, que creen que los sindicatos no son para eso. Están en contra de los reyes y de todos los beneficios históricos que ha tenido ADEOM. Está bien, no es el cometido principal, pero todos los sindicatos dan una mano en cosas a la gente. Y ADEOM históricamente tiene beneficios que tienen más años de existencia que yo. No voy a estar en contra de cosas que han sido una costumbre del sindicato. Pero ellos tienen una posición bastante jodida. Son los del desgaste del paro todo el tiempo, esas improntas que para nosotros son destructivas. Entiendo que con el correr del tiempo van a estar esas dos visiones del sindicato bien enfrentadas, la nuestra y la que tienen ellos. Y no va a ser dentro de tanto tiempo. La nuestra hoy es la mayoritaria, pero no es la mayoría. Tenemos seis cargos de los quince en ADEOM, y la lista que nos sigue es la de Aníbal, que tiene tres. Después está todo dividido: dos, dos, uno y uno. Pero obviamente son más que nosotros, si en algún momento se juntan todos y no tenemos mayoría, y no resuelvo más allá de que yo sea la Secretaria General.
¿Qué augurás para las elecciones?
Realmente espero que logremos tener mayoría, y es lo que espero.
¿Te lo merecés?
Creo que sí, que lo merecemos. Mirá que hemos trabajado mucho. Y creo que hay cosas que cambiamos, que la gente quería cambiar, y que no son plata. Un sindicato no pelea sólo por plata. Cambiamos cosas como la visión del trabajador municipal afuera, que creo que es lo más importante. Es algo que al trabajador municipal le pesaba mucho más que otras cosas, ese cuestionamiento, ese ninguneo a tu laburo, el que todos piensen que sos un vago. Es un peso que cargás todo el tiempo, y vos sos la cara de la Intendencia. Pero mirá que hacemos cosas los municipales. Estamos en cosas que la gente ni siquiera sabe que son municipales los que las hacen. Esa de que “el municipal no hace nada” es injusta.
Se estableció el estereotipo de que llegabas al mostrador y había cuarenta y dos tomando el té.
¿Sabés con qué ejemplifico eso? Cuando vas a sacar la libreta. “Me voy a pasar todo el día en la Intendencia”, me dicen siempre. “Vas a ver que en quince minutos te vas”, les respondo. Esas cosas quedaron en la cabeza de la gente. O que llega diciembre y va a haber conflicto en ADEOM, que va a haber basura. No sé si le llegué a todo el mundo para cambiar la imagen del trabajador municipal. Pero sí sé que en la calle un montón de gente me dice cosas que son positivas. Me acuerdo del conflicto de Necrópolis, que duró nueve meses. Ocupamos el Cementerio del Norte, pero no cortamos las tareas. Hicimos pasar a la prensa, para mostrarles cómo laburaba la gente. Cómo pelan hueso a mano, cómo están las bolsas con los huesos. Y uno de los puntos de ese conflicto era la atención psicológica. No era plata. Hay algo que es de orden, cuando laburás todo el día con gente muerta, cuando ves el sufrimiento, cuando ves gente llorando todo el día, a madres que traen las urnitas con los bebés… En ese conflicto me metí en cada una de las tareas de la gente. Estuve cuando cremaban en el horno crematorio, me metí a la sala de reducciones. Perfectamente podría no haberlo hecho, pero quería sentirlo, para trasladárselo a la gente. Me tocó dar testimonio de compañeros que trabajaban en el horno crematorio, donde también creman bebés. Es injusto, entonces, que los municipales tengan una imagen horrible, cuando hacen cosas que nadie hace, que son espantosas. Ese fue mi objetivo fundamental. Creo que ahí es donde hicimos el quiebre.
¿Se puede hacer eso con una directiva tan atomizada?
Por eso entiendo que sería importante tener una mayoría acá, porque hay cosas que están trancadas porque nunca lográs los acuerdos. Podés lograrlos para las cosas más cotidianas, pero para las cosas a cambiar de fondo precisás tener una mayoría para poder tomar ciertas resoluciones. Soy de las pocas dirigentes que, si tiene que ir a una asamblea a decir que el laburo se defiende con laburo, lo hago, y si hay uno que hace mal su laburo no lo voy a defender. Porque el sindicato no está para defender a todos sino al que es buen trabajador. Si yo defiendo al mal trabajador, eso es injusto con el buen trabajador. Si a vos te ponen una suspensión porque hace tres horas que entraste y no te cambiaste y no saliste a laburar, no te voy a ayudar a que te saquen la suspensión. Te voy a dar las herramientas, te voy a decir que tenés el abogado, que podés hacer el reclamo, que en vez de veinte días te pueden poner quince. Eso sí. Pero no voy a justificarte, porque ahí es donde le agrego a esto de que el municipal no hace nada.
Desprestigia al sindicato.
Exacto, porque después el que es buen laburante me va a reclamar, y con razón, preguntándome que cómo voy a defender a ese que me come el lomo todos los días. Esas cosas las cambiás realmente teniendo una estructura de conducción del sindicato en la que puedas resolver, con la Secretaría de Organización, la de Seguridad Laboral y un conjunto de responsabilidades de las que estés a cargo y puedas implementar, en cada una de esas áreas, los cambios necesarios para poder llevar a ese cambio general. Y acá, cuando no tenés mayorías, está todo compartimentado. Entonces una lista tiene la Secretaría de Organización, otra tiene la de Seguridad Laboral, todas con líneas de conducción diferente. Así no se llega a ningún lado, y es lo que pasó en el último período. En este período nos dedicamos a llevar adelante los puntos del convenio colectivo que habíamos firmado en el periodo pasado. Y fue lo único que hicimos. Fueron dos años perdidos, porque no lograste avanzar en nada de fondo.
¿Estás de acuerdo con que haya sindicalistas profesionales? Dirigentes full time.
Yo soy dirigente full time.
¿Está bien eso?
Para mí es necesario. No podría hacer otra cosa. Yo tengo gente que labura las veinticuatro horas del día. Muchísimas veces tengo que viajar al interior de un momento para el otro. En tres días tuve que viajar dos veces a Bella Unión, por ejemplo.
Vos estás en la Federación Nacional.
Soy presidenta de la Federación Nacional. Pero acá en Montevideo, por ejemplo, tengo doscientos y pico de sectores. Gente laburando las veinticuatro horas. Si hay un accidente de noche con un camión de limpieza en la recolección, tengo que ir. Tengo gente que me llama a las seis de la mañana.
¿Los quince de la dirección tienen que ser full time? Se pierde el contacto con el trabajo práctico.
Vos realmente perdés el contacto con el trabajo cuando sos un dirigente metido adentro de ADEOM. Yo no pierdo el contacto con la gente porque soy una dirigente que está en los sectores de trabajo todo el tiempo. No estaré haciendo mi horario de trabajo puntualmente en la Orquesta, pero estoy en ochocientos lugares distintos, y en ochocientas reuniones con la administración resolviendo problemáticas que son bien sectoriales. No soy una dirigente que tiene licencia sindical y no está acá o en ningún lugar. No tengo libre. No es que estoy en casa rascándome porque tengo licencia sindical. No lo puedo hacer, de hecho. Me pasó irme de licencia en enero y tener que volver por el conflicto con los guardavidas. Corté mi licencia para tener una asamblea. Lo que me pasa hoy por hoy es que llega un momento en que, como estás tan metido en esto, no tenés control de tu vida, ni de tus horarios.
No a todos les pasa lo mismo.
No. Implica la responsabilidad de cada uno. Igual acá no tenés a los quince liberados totalmente. Tenés a ocho que están liberados totalmente, que son los ocho de la Secretaría, de la Mesa Ejecutiva y no sé qué, y los otros tienen liberación parcial cuando tienen ámbitos, tienen reuniones, bipartitas, recorridas, y ahí tienen liberación parcial.
¿Cómo es el vínculo actual con el PIT-CNT?
Nosotros formamos parte de la corriente En lucha. Estamos con COFE, con FOEB. Estamos en esa corriente. Igualmente, no hay un contacto demasiado estrecho. Yo no fui más al Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT después del accidente.
Desde que no te dejaron hablar el 1º de Mayo.
Igual después seguí yendo. Era evidente que no me iban a dejar hablar el 1º de Mayo, pero bueno, ta. Los que no me dejaron hablar ese día hoy me agradecen que esté en el programa en la tele. Por ejemplo. Viste que la vida es una rueda. Cuando son sindicatos que van al programa, me llaman para preguntarme si voy a estar, porque de última sienten que tienen una aliada al momento de dar algunas discusiones. Son los mismos que en aquel momento, porque tenía conflictos con la intendencia de Martínez, poco más que decían que era de derecha.
Y estuviste ahí. Casi.
No, no estuve.
Las fotos con Raffo.
Esas fotos fueron acá. Tengo la misma foto con Villar. Vino él, vino Carolina, vinieron todos. La diferencia es que con Raffo nos sentamos abajo porque trajo una delegación gigante, y un fotógrafo se paró acá arriba y me llamó, y yo levanté la cabeza y salió la foto. Fue así. Yo no la conocía de antes. No es que tuvimos un vínculo recontra estrecho. Fue la foto, y que yo estaba en guerra con la administración. Todo cerraba. Pero yo no estuve en ningún lado, en ninguna lista, no milité para nadie. Es más, de todos los candidatos que vinieron fue con Villar con quien tuvimos más coincidencias. Y es el único que vino dos veces.
Volvamos al PIT-CNT.
En cuanto al vínculo con el PIT-CNT, tenemos pila de diferencias. En este período no se vieron tanto, porque estuvo lo de la LUC y la reforma de la seguridad social, entonces no hay tanto debate a la interna. Pero esto de la independencia de clase, que a mí me pasó personalmente con el Partido Comunista, a ADEOM le ha pasado históricamente con el PIT-CNT. Capaz que algún dirigente tiene un perfil más bajo que yo, en la forma de decir las cosas. Yo, como digo lo que pienso y lo manifiesto, nunca planteé, como sí se ha planteado en otros momentos acá, irnos del PIT-CNT, porque no me parece. Está claro que hay por lo menos dos visiones en el movimiento sindical. Y no comparto lo que pasa en el PIT-CNT. No comparto lo que pasó con Fernando Pereira. No comparto que el Partido Comunista mande. Y es evidente que manda. No comparto que tenés un montón de gente dentro del PIT-CNT que no sabés quién es, todos militantes que están ahí adentro. Esas cosas no me parecen, y las tengo que decir. Obviamente que el PIT-CNT es una herramienta súper necesaria para los trabajadores. Pero son improntas que tenés ahí, y que después te las trasladan a los sindicatos.
¿Quedaron muy tristes con que no prosperó la iniciativa de Cabildo Abierto sobre los descuentos sindicales?
Es no conocer la realidad sindical, y es populismo para sus votantes. Ellos están compitiendo por los votos con el Partido Colorado de forma constante. Creo que Manini ha sido el único que, inteligentemente, se ha separado de la coalición y ha hecho campaña propia. Lo que hizo con la reforma de la seguridad social fue eso, para sus votantes, que es la misma gente por la que compite con el Partido Colorado. Eso es para la población que odia los sindicatos, la que cree que los sindicatos son millonarios y que los dirigentes sindicales cobramos sueldos. Ven peor a un sindicato de lo que ven a un partido político, pero es por desconocimiento o por la manija. Yo cobro el salario de obrera en la Intendencia. No tengo casa propia. Soy una persona común y corriente que paga un alquiler. Soy sindicalista, sí. Pero no está bueno que despotriques contra un colectivo. Es como que yo despotricara contra los militares. Demuestra un odio hacia el movimiento sindical. Capaz podés cuestionar a un sindicato que no te guste, capaz hay un dirigente que pensás que se pasa de vivo, pero no podés poner a todos en la misma bolsa porque es injusto. Por eso es la pregunta que hacían sobre los fueros. Capaz hay algún dirigente que se hace el vivo y que lo utiliza para no laburar. Pero hay otros a los que no nos da la vida para cubrir todo lo que tenemos que cubrir.
Nadie es insustituible, tampoco la pavada. Históricamente el movimiento sindical no tenía dirigentes rentados.
Creo que es necesario que algunos sean full time.
Pero no veinte años. ¿Cuánto hace que no labura Joselo López?
No comparto que estés mil años al frente del sindicato.
¿Qué vas a hacer vos después? Tenés 40 años.
Objetivamente, me gustaría que fuera mi último período. Por el nivel de desgaste. De verdad te desgasta mucho la cabeza. Realmente, es una actividad que te consume. Porque además la gente, tus representados, entiende que tenés la obligación. Y también entienden que su problema es el más importante, y que tenés que darles la solución ya. Te lleva la vida.
¿La situación de los trabajadores cambió mucho con el cambio de gobierno?
La pandemia condicionó muchas cosas. También sirve como excusa para otras. Pero está claro que hay situaciones que cambiaron y se profundizaron. En Montevideo, laburé con las ollas populares, y es innegable que en un momento la situación colapsó, que no dábamos abasto para ayudar a todo lo que había que ayudar. Después la pandemia pasó, pero, durante un montón de tiempo, se continuó con esa situación. Está claro que la gente perdió salario y no lo recuperó. La promesa de no pérdida de salario todavía no se cumplió, y la pandemia ya no puede ser la excusa, porque hoy hay un crecimiento económico formidable y, sin embargo, no hay un reparto para todos los trabajadores. Las reformas no tienen un perfil pro trabajador. Hay una impronta antisindical clara. Es evidente que las condiciones de los trabajadores cambiaron, sí.
¿Con la izquierda se vivía mejor?
Creo que la izquierda cometió muchos errores, pagó el precio por eso y nunca reconoció el nivel de errores que cometió. Nunca hizo autocrítica. Te dicen que están haciendo autocrítica, pero no sé dónde la hacen. Creo que decepcionaron a un montón de trabajadores, y al pueblo en sí, a los que son de izquierda. Y es muy difícil reconstruir. Es fácil cuestionar al que está ahora y que tiene políticas que no son pro trabajadores. El tema es que si gana el próximo gobierno, y vuelven a cometer los mismos errores que en el pasado, van a volver a perder. Creo que no hubo un aprendizaje, al no haber hecho una autocrítica clara de decir: “Nos equivocamos en esto, esto y esto”.
¿Y cómo fueron en la oposición?
Creo que también se han equivocado muchísimo, porque ser oposición no es hacer la guerra, o hacer el vacío. Con la reforma de la seguridad social el eslogan es “Otra reforma posible”. ¿Y cuál es la otra reforma? ¿Por qué no está arriba de la mesa esa otra reforma? Está bien, se puede destruir la reforma que hizo este gobierno, pero ¿cuál es la otra, como para decir que es mejor? Falta eso. ¿Me preguntan si con el Frente Amplio vamos a vivir mejor? Sí, capaz que sí. Pero si el camino es el mismo, va a ser un vivir mejor por un cortísimo período, porque seguro no van a ser quince años otra vez, porque la gente ya aprendió. Y los que resuelven la elección no son los votantes del Frente Amplio que van a votar siempre al Frente Amplio.
Esos son el piso.
El que es de un extremo u otro no se va a mover. Son los otros los que te resuelven la elección. Y esa gente no sé si estaba mejor antes o ahora. Esa gente vota con la foto de lo que le pasa. Capaz que ese pueblo trabajador, más humilde, está mucho peor hoy. Pero no son los que van a resolver la elección. Porque todos los otros van a estar mejor, seguramente. El tema es qué pasó con esos del medio. ¿Están mejor o peor? Creo que ese pensamiento no está tan presente. Hay mucho discurso para el que ya va a votar el Frente Amplio.
¿Existe la independencia de clases en el movimiento sindical o es un mito?
Creo que hay sindicatos que tienen independencia de clase, pero el movimiento sindical no la tiene.
¿Es furgón de cola del Frente Amplio?
Sí, y la LUC lo dejó en evidencia. El movimiento sindical dijo, primero, que iba a estar en contra de toda la LUC, y terminó estando en contra de lo que no votó el Frente Amplio. La realidad es que hasta que el Frente Amplio no resolvió, nosotros no largamos nada. Y ese era el pensamiento: “Nosotros solos no lo vamos a lograr”.
Y no lo lograron tampoco con el Frente Amplio.
No sé si estar juntos con el Frente Amplio sumó o restó. Capaz si ibas y le decías a la gente que estabas en contra de la LUC como herramienta, porque la LUC es mala, porque no tienen que haber leyes de urgente consideración, sin importar el contenido. Y ahora, con la reforma jubilatoria, estamos igual. Está todo el mundo esperando a ver qué dice el Frente Amplio. ¿Qué estamos haciendo, además de la carpa en el Palacio Legislativo?
¿El movimiento sindical cooptó al Frente? Le puso al presidente.
Creo que hay una connivencia, de un lado para el otro.
Una puerta giratoria.
Y sí. Para un lado y para otro. Porque cuando pierden, aparecen todos en un mismo lugar, y cuando ganan, están todos en el otro lugar. Cuando gana el Frente Amplio, se lleva del movimiento sindical un montón de gente para el gobierno. Y cuando pierde, un montón de gente que ya no tiene lugar en el gobierno se va para el movimiento sindical. Y así están. Es imposible que así crezca el movimiento sindical.
Es bastante fuerte el movimiento sindical en el Uruguay.
Sí, y lo podría ser mucho más si no estuviera tan partidizado.
El único partido que tiene peso es el Partido Comunista. El MPP no le da mucha bola al movimiento sindical.
Hay sindicatos y sindicatos. En algunos tienen más fuerza. Está claro que el Partido Comunista es la base, y que está metido en todos los sindicatos. Creo que lo peor del Partido Comunista en el movimiento sindical es que rompe sindicatos, los quiebra. Pierde y rompe. Lo viví en la Federación Nacional de Municipales. Perdieron, denunciamos que se habían llevado un montón de plata, y partieron la Federación. Los sindicatos de ellos se fueron.
¿Están fuera de la Federación? ¿En qué departamentos?
En Salto y Lavalleja. Lo han hecho en un montón de sindicatos. En la salud. Hacen el vacío en algunas instituciones que tienen conflicto. Lo hacen todo el tiempo.
Pero si el dirigente sindical es del Partido.
Sí, el Fogata Bermúdez. ¿Y qué pasa con las mutualistas en las que el sindicato no es del Partido? O que no son de la corriente mayoritaria. ¿Los ves presentes en el conflicto? No. Pierden y rompen. No aceptan. Ellos, que hablan mucho de la democracia, de que se resolvió democráticamente. Cuando pierden, rompen. Pero mal. Te rompen el sindicato y no importa el costo. A mí me pasó. Hoy estábamos hablando de cuando me fui del Partido. ¿Y todo lo que pasó después?
No te victimices.
No me victimizo. Todo lo contrario. Si me hubiera victimizado en ese momento, y sacado para afuera las cosas mucho más de lo que las saqué… Decí que Bonomi me cuidó. A mí, a mi familia, a todos. Mirá que están bravos, mirá que no es joda. Tienen una forma que no parece uruguaya. La guerra, en todo aspecto.
¿Laboralmente qué guerra te hicieron?
Laboralmente no me la podían hacer, pero el temor iba por otro lado. Desde los audios que me mandó Canessa diciéndome: “Cuidá a tu familia”, “Si sos cristiana, sabrás el destino de los traidores”, “Que lo que te haya pagado el enemigo te sirva por lo menos para cuidar a tu familia”.
¿Cuál Canessa?
Era director de la Intendencia. Era suplente de Daniel Martínez. Desde ahí hasta todo lo que me pasó en casa. Bonomi me lo dijo de frente, porque sabía cómo eran. Pero Bonomi está muerto y no voy a decir mucho más. La realidad es que por algo tuve un patrullero en casa todos los días. No te ponen un patrullero a hacer guardia en tu casa, si no detectaron nada. La pintada cuando me mudé. Eran muchas cosas. Tanteo de la puerta cuando los gurises estaban solos en casa. Arrancarme las mirillas, ponerme los miguelitos en la puerta todos los días. Y la última fue cuando me prendieron fuego la cortina de la casa nueva a la que me había mudado. Gente parada enfrente todos los días. Mi hija me llamaba y me decía: “Hay un tipo”. Está de menos. Yo, porque soy como soy, pero a otro que sea más debilucho o que realmente sienta miedo por algo se va. Tienen un comportamiento que no está bueno. Estando ahí escuchaba hablar de otros que se habían ido: “Si te vas, sos traidor”. No es que soy un traidor, es que no estoy de acuerdo. Punto. Me voy, pero no traicioné a nadie. Hubo militantes que me contaron que se fueron y volvieron, y cuando volvieron ya no les tenían la misma confianza de antes.
¿Qué vas a hacer después del sindicalismo?
No sé.
¿No vas a hacer nada político?
Me gusta la política. Pero, la verdad, no sé qué voy a hacer. Todavía no encuentro el lugar.
¿Te han ofrecido algo?
Sí, pero no hay nada que hasta ahora me convenza.
Vos tenés una visión de izquierda, ¿no? Te considerás una laburante.
Sí, claro. No es que me considere, es lo que soy. Pero la verdad es que, con lo que me pasó en el Partido, es sincero cuando digo que me cuesta el tema de la militancia partidaria en el Frente Amplio. Me cuesta porque nunca hay un reconocimiento de cosas que se hicieron y no estuvieron buenas. Si entendés que esa forma de actuar está bien, yo no me siento cómoda ahí. Hasta ahora no he tenido un proyecto que me pueda contener. Yo no soy una tipa que va a un lugar solamente para tener un cargo. No sirvo para ser un monigote que levante la mano.
No serías una nueva Bianchi.
No, porque tampoco tendría una propuesta así para evaluar. Lo que sí claramente tengo es una afinidad con algunas dirigentes políticas. Y lo he dicho.
¿Con quién?
Con Beatriz Argimón, por ejemplo, tengo un vínculo que no es partidario, porque nunca fui a una reunión partidaria de ella, ni nunca me invitó. Pero tiene una sensibilidad social en algunos temas en los que me ha dado bola, en los que no me dieron bola otros, ni del Frente Amplio ni de ningún otro partido. Me pasó con el autismo. ¿Es una mina de derecha, del Partido Nacional y no sé qué? Pero tiene una sensibilidad en algunos temas en los que no hay otro político que te dé pelota. Me pasó en pandemia cuando arrancamos la fundación del autismo. Fue la única que me dio pelota en esas situaciones. Realmente esa es la afinidad que tengo con ella hoy. No tengo una afinidad partidaria porque no tuve una propuesta, una consulta sobre si me gustaría ser parte de un proyecto en el que a alguien le parezca que yo calzaría bárbaro para ser diputada o lo que sea. Hasta ahora no recibí eso. Por momentos siento que hay hasta un temor de ofrecérmelo, también. De la misma forma en que te puedo cuestionar a Daniel Martínez, también te puedo cuestionar a este gobierno, a Lacalle o al que sea. Cuestiono al que me parece que está haciendo las cosas mal, de un lado y del otro. Y no le debo nada a ninguno, y entonces, cuestiono. Por momentos siento que hay un temor acerca de que yo no sea disciplinada. Capaz por eso no hay una propuesta un poco más concreta.
¿Te considerás feminista?
Me considero feminista a mi manera.
¿Cuál es manera del feminismo del Ripoll?
Creo que hay muchos feminismos, de diferentes formas. No soy una feminista radical. No soy anti hombres. No comparto muchas cosas de la ley de género. No comparto que el hombre sea culpable hasta que se demuestre lo contrario. Hay muchas injusticias. He sido testigo de hombres en situaciones de denuncias falsas. Se supone que las leyes son para eliminar ciertas inequidades, y no está bueno el resultado, si yo genero una nueva inequidad. No le sirve a la causa. Creo que se quiso eliminar una inequidad, y no fue eso lo que terminó resultando. Sí entiendo que la mujer no tiene equidad al momento de alcanzar ciertos roles o espacios. Tampoco comparto que todo tenga que ser por cuota, porque me parece que muchas nos rompimos el alma y laburamos para llegar a un lugar. Capaz durante un período de tiempo es necesaria la cuota para incentivar, pero la cuota no puede ser la regla, ni para el hombre ni para la mujer. Porque capaz hay un montón de hombres y mujeres incapaces. Entiendo que a veces las condiciones son más difíciles para nosotras, porque tenemos a cargo los gurises, las casas, los cuidados. Pero yo pude llegar sin necesidad de tener cuota. Con esfuerzo, con militancia. Nadie me facilitó nada por ser mujer. Todo lo contrario. Me tuve que comer un montón de garrones por ser mujer. Entiendo que eso a las mujeres de otros feminismos más radicales no les gusta demasiado. Y, por otro lado, entiendo que si hay que cuestionar que haya mujeres violentadas, no puede ser que el discurso siempre sea el de solidaridad con la mujer violentada que es de izquierda. El discurso tiene que ser para la mujer violentada sin importar si es de izquierda o de derecha. Y creo, también, que de las causas sociales no hay dueños partidarios. Podrá uno tener un poco más de sensibilidad o importarle más el tema, pero no hay alguien que sea el propietario de las causas. De ninguna, y tampoco del feminismo.
¿Coincidís en algo con Richard Read?
En algunas cosas de su discurso, puede ser. Pero no tengo una cercanía muy grande con Richard. En algún momento me dio para adelante.
¿Y el grupo político que está formando no te atrae?
Creo que nunca me lo propuso, el conocer eso más en profundidad. Nunca me invitó. No sé si Richard sea una persona que pueda tener al lado a otra que tenga un carácter fuerte. Él está acostumbrado a ser él, rodeado. Pero no sé, nunca lo vi.
¿1º de Mayo de unidad y lucha o de chorizo y torta frita?
No hay mucha lucha. No estamos en un 1º de Mayo de mucha lucha. Hay muchas luchas abiertas, pero no hay un movimiento sindical que esté parado con fuerza. No lo veo tan fuerte como debería estar, por lo menos.
Está la reforma de la seguridad social.
¿Y qué lucha estamos dando? Sí, se va a hablar de eso. Creo que los que nos están enseñando a luchar son los gurises del movimiento estudiantil. Lo vivo con mi hija. Tiene una forma de lucha que es diferente, y convencen a sus compañeros de dar las luchas de otra forma.
¿Qué tan representativos son los gremios estudiantiles? ¿No es un grupito chiquito?
Son grupos chicos los que militan en los gremios, pero cuando las causa son realmente claras y justas, hay un acompañamiento fuerte en todas las medidas.
Eso lo viviste.
Lo viví. En el liceo de Celeste hay un par que son militantes del Partido Nacional que querían entrar al liceo. Pero lo decían en las redes, no iban al liceo a querer entrar. Lo decían por videítos de Instagram. Fuera de eso, nunca tuvieron un problema en el liceo. Lo que podía pasar es que los gurises no fueran a la ocupación, pero tampoco iban para querer tener clase. Pasaron cosas ahí. Los gurises la pasaron muy mal en la pandemia. Se están abrazando mucho porque la mayoría tienen problemas de depresión, de autoestima, de intentos de suicidio. Tengo una hija que tiene 17 años y veo lo que le pasa a ella y lo que les pasa a todas las demás. Veo ataques de pánico. A veces, ves que la gente cuestiona lo que dicen algunos docentes, sobre situaciones que viven en los liceos. Se viven cosas que antes no pasaban. Mi generación no pasó por eso. Creo que tiene que ver con el aislamiento, con la pandemia, con las redes sociales, con la imagen que tienen que tener, con un montón de cosas que se les juntaron y que les explotan en la cabeza. Creo que eso hace que estén más unidos. Los adolescentes están muy frágiles, en eso, pero se fortalecen al momento de unirse. Se apoyan mucho en esas cosas, y eso está haciendo que en este momento el movimiento estudiantil esté fuerte por ese lado. Eso los une.
Veo que los gurises abrazan causas y no partidos. Agarran algo en concreto y se involucran, y después siguen con otra cosa.
Me ha sorprendido ver que hay un montón de gurises anarcos. Me pasó de ver muchos en el movimiento estudiantil, con esto de ir a apoyar distintas ocupaciones. Imaginé ver más presente a la UJC, y en realidad, no.

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