Arte en las manos por Alejandra Waltes

Según el catálogo del Museo de la Moneda publicado por el Banco De La Rep. Oriental Del Uruguay (1985), la Numismática es “la ciencia que trata del conocimiento de las monedas y medallas, principalmente de las antiguas. (…) Los estudios numismáticos se basan, principalmente, en el coleccionismo de piezas, procurándose en éstas la antigüedad, los metales preciosos, la conservación, la variedad de los cuños, la rareza o escasez de los ejemplares. (…) A través de las monedas (y de sus medallas), se pueden apreciar los cambios económicos (auges y crisis) nacionales, el sentido artístico, la evocación de hechos históricos (efemérides), o personajes (héroes) de una nación.” Las colecciones numismáticas están integradas por monedas y billetes que circularon, medallas y ensayos.

Si bien varios de las monedas, billetes y medallas más conocidos por el público en general, reproducen detalles de obras de arte nacionales, ¿cuántos de los mismos fueron diseñados por Artistas Plásticos uruguayos? Esta fue la premisa con la que comencé a buscar y estudiar material sobre la rica historia de nuestra Numismática. La más linda (nota de “El Diario” (31 de mayo de 1976) a Francisco Matto) “Todo comenzó en la historia de esta moneda de valor de mil pesos viejos, cuando el Banco Central decidió realizar una emisión especial que colaborara con los fondos de la FAO, el organismo de las Naciones Unidas que tiene que ver con los problemas de la alimentación en el mundo. “Curiosamente, y estoy seguro de que este dato les asombrará -indica el artista compatriota Francisco Matto- no se llamó a concurso para el diseño, como habitualmente se hace. Un día me llamó Santiago Acosta y Lara -a la sazón Director del Banco- para decirme que se había decidido hacer esta moneda y que debía hacerse dentro del estilo Constructivo. ¿Por qué? Pues porque el Directorio del Banco entendía que el Constructivismo era el arte del Uruguay… ¿No es sorprendente?”. Un reconocimiento notable, por cierto. “De modo que se me dio a mí el hacer la moneda, en forma directa y no por concurso como debiera haber sido”. (…) La moneda fue acuñada con fecha 1969. Dos años después habría de convertirse en la moneda más hermosa del mundo, cuando fuera seleccionada por la asociación internacional Geseliscraft für Internationale Geldgeschichte, con sede en Alemania Federal, como “la moneda más artística del mundo”. Ahora, en 1976, han llegado a nuestra institución bancaria pedido de Europa de 4.000 piezas para ser colocadas entre coleccionistas europeos. (…) “Como se sabe, la FAO -que debiera ser el organismo más importante a nivel mundial, hoy por hoy- se ocupa de surtir de alimentos al mundo. Cuando me aboqué a realizar la moneda, puse dentro de su estructura una cantidad de elementos de la naturaleza y otros realizados por la mano del hombre, que le sirven para conseguir su sustento. Así hay en ella un animal, una rama de árbol, una lombriz de la tierra, una hoja de arado y cosas por el estilo como una boya para pescar… Tuve que inventar una cantidad de cosas para que tuviera un sentido estético, para que tuviera una unidad, no un simple amontonamiento de elementos, es decir, para que fuera arte”, señala Matto en la fría mañana otoñal. (…) “Generalmente, y cuando de monedas se trata, el artista hace el dibujo, es decir, el diseño, que se envía a los técnicos que harán la moneda. Ellos interpretan el diseño y lo realizan. Pero en el caso de esta moneda, todo fue diferente. Poco después que hice el diseño, lo plasmé en barro. El Arq. Ernesto Leborgne repitió lo hecho por mí en yeso. Eso fue algo bastante notable. Leborgne debió aprender el oficio de yesero para hacerlo y lograr la perfección total, reparando los filos que se rompían, cuidando cada detalle. Así llegó a hacer los dos platos, correspondientes a las dos caras de la moneda por mí diseñada, (un lado es un sol) tal como yo lo pensé. Esos platos de Leborgne se enviaron a la Casa de la Moneda en Santiago de Chile, donde se acuñó. Pero es precisamente el concienzudo trabajo de Leborgne el que le dio a la moneda la pureza de líneas que la caracteriza.” Francisco Alberto Matto Vilaró (Montevideo, 1911- Montevideo, 1995). Desde muy joven pintó y dibujó en forma autodidacta. En 1932 viajó a Argentina y llegó hasta Tierra del Fuego, donde conoció el arte precolombino que entonces era muy poco difundido en Uruguay. Compró cestas de los indios Onas, las primeras piezas de lo que más tarde sería una importante colección etnográfica. A partir de 1939 integró el taller de Joaquín Torres García. En 1943 se constituyó el Taller Torres García siendo Matto uno de los miembros fundadores. Su interés por el arte precolombino era evidente no sólo en su colección que crecía, sino también en sus investigaciones plásticas y teóricas. El 16 de setiembre de 1962 expone parte de su colección al abrir el Museo de Arte Precolombino ubicado en la reformada cochera de su quinta familiar en la calle Mateo Vidal 3249. A lo largo de su vida colaboró con destacados arquitectos uruguayos en varios proyectos murales en residencias privadas. En 1969, el Banco Central del Uruguay le encargó el diseño de una moneda conmemorativa para FAO, que ganó en 1971 el premio Gesellscraft Fur Internationale Geldgeschichte en Alemania. Su trabajo ha sido expuesto en toda Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. Ernesto José Leborgne Fossemale (Montevideo, 1906- Montevideo, 1986). Se recibe de Arquitecto en 1931. Su labor profesional estuvo influenciada por la doctrina del Universalismo Constructivo, de su gran amigo y maestro Joaquín Torres García, siendo también posteriormente miembro fundador del Taller Torres García y Vicepresidente de la Fundación Torres García desde 1955 hasta 1975. En ese entorno surge su amistad con Francisco Matto, quien crearía en 1962 el Museo de Arte Precolombino. Allí Leborgne actúa como Director del Museo, interviene en la reforma del edificio y diseña el montaje de las exposiciones en colaboración con el Arqueólogo Raúl Campá Soler. Su obra, reducida en cantidad, se distingue de los parámetros formales de su época pues desarrolló un concepto de arquitectura total, integrando la misma simultáneamente con el arte plástico, el paisajismo y el coleccionismo. Se destacan su propia vivienda de 1940 en la calle Trabajo 2773 y la casa de Joaquín Torres García de 1948, en colaboración con el Arquitecto Ramón Menchaca, en la calle Caramurú 5612.
Descripción de la moneda. Anverso: Figura: Sol Radiante. Texto: URUGUAY. MIL PESOS. Resello BANCO CENTRAL DEL URUGUAY – 1967-1987 (cantidad resellada: 2000). Reverso: Figura: Elementos Constructivistas. Texto: FAO – FIAT PANIS (Pan para todos) – 1969. Material: Plata 900/1000. Moneda conmemorativa de los 20 años del Banco Central del Uruguay. diseñada por Manuel Espínola Gómez en 1987.

Manuel Miguel Espínola Gómez (Solís de Mataojo, Departamento de Lavalleja, Uruguay, 1921- Montevideo, 2003) Autodidacta, en 1946 obtuvo Medalla de Plata, en 1961 Primer Premio y Medalla de Oro y en 1962 Gran Premio y Medalla de Oro en el Salón Nacional de Artes Plásticas, siendo estas las distinciones más destacadas entre las múltiples que recibió a lo largo de su vida. Entre 1957 y 1961 participó en la IV, V y VI Bienal de San Pablo; en 1958 en la Bienal Interamericana de Pintura y Grabado de México; en 1960 en la Exposición Internacional de Arte Moderno de Buenos Aires; en 1962 en la Primer Bienal Latinoamericana de Arte Moderno en Córdoba, Argentina y en 1966 en la XXXIII Bienal de Venecia. En 1963 recibió el Premio Blanes y participó en la fundación de la Unión de Artistas Plásticos Contemporáneos y la Confederación de Organizaciones Culturales. A partir de 1985 se desempeñó como asesor plástico de la Presidencia de la República, proyectando y diseñando la decoración de la Residencia Presidencial de la Avenida Suárez, la Sala de Acuerdos de la Presidencia en el Edificio Libertad y en 1987 la restauración de la Residencia Presidencial de la Estancia Anchorena, en Colonia y la remodelación del segundo piso y el hall de entrada del Palacio Estévez, junto al Arquitecto Enrique Benech. También fue asesor del Departamento de Cultura de la Intendencia Municipal de Montevideo, proyectando las obras de decoración del Gasómetro de la Rambla Sur. Su labor plástica incluyó el diseño de escenografías y vestuarios teatrales, tapas de libros y logotipos (Frente Amplio, Convención Nacional de Trabajadores (CNT), Galería Latina) entre otras múltiples expresiones. En 1987 ganó el concurso de diseño para una moneda conmemorativa del Banco Central del Uruguay. Recibió el Premio Figari en 2000.
Descripción de la moneda. Anverso: Figura: Sol radiante. Texto: URUGUAY – 1987 – AG 900 – N$ 5.000 – Ceca de Santiago. Reverso: Figura: Rueda estilizada. Texto: BANCO CENTRAL DEL URUGUAY – 1967-1987. Material: Plata 900/1000. Emisión autorizada y acuñada: 20.000. Puesta en Circulación: 14 de agosto de 1989. Retiro de Circulación: 15 de setiembre de 1991.

Constructivismo en el cambio de milenio. Moneda diseñada por Miguel Battegazzore en 1999 conmemorando el cambio de milenio. Símbolos que aparecen en la moneda del centro hacia el borde: Sol, Balanza, Cerro, Buey, Caballo, Templo griego, Luna, Pirámide escalonada, Campana, Flor de cardo, Torre de las Telecomunicaciones, Hombre Universal (Regla Aurea), Triángulo, Corazón y Pez. Interpretación realizada por Miguel Battegazzore: “El diseño corresponde a las manifestaciones del Universalismo Constructivo de Joaquín Torres García que aluden a las referencias cósmicas. Por tal circunstancia los signos que maneja parecieron adecuados para esta moneda conmemorativa del cambio de milenio. El anverso se refiere a la circunstancia cósmica de nuestro país en el Hemisferio Sur (Cruz del Sur). En el reverso, estos signos identificatorios están referidos al hombre y a su vinculación con el Cosmos, el hombre particular con sus leyes y tradiciones en armonía con las leyes del Cosmos (Hombre Universal, Regla Áurea) y las diversas culturas, la europea (Templo Griego) y la americana en particular (Pirámide Escalonada). La Epifanía por el advenimiento del siglo (Campana) no nos habrá de hacer olvidar las dificultades y asperezas que nos esperan (Flor de cardo). Los nuevos medios de comunicación (Torre de las Comunicaciones) y los efectos de la globalización que conllevan la monotonía y la uniformización de las culturas, exigen una afirmación de la identidad cultural, que sólo puede ser contrabalanceada en la dimensión humana por un equilibrio entre intelecto (Triángulo), emotividad (Corazón) y acción (Pez) tal como le dio expresión visual la doctrina constructivista.” Miguel Angel Battegazzore Bangueses (Montevideo, 1931- Montevideo, 2024). Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1958. Realizó viajes de estudio a Europa (1961), África (1962) y América (1967). Fue docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Enseñanza Secundaria, en el Instituto de Profesores Artigas, en la Escuela de Cinematografía y en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República. Colaboró como escenógrafo de teatro. Es realizador de varios audiovisuales y autor del ensayo “Joaquín Torres García: La trama y el signo” (1999). Participó en exposiciones individuales y colectivas recibiendo amplio reconocimiento y distinciones.
Descripción de la moneda. Anverso: Figura: Cruz del Sur – Balanza – Cerro – Caballo – Buey. Texto: URUGUAY – 200 PESOS URUGUAYOS. Reverso: Figura: Elementos constructivistas. Texto: 1999. Material: Plata 900/1000. Emisión autorizada y acuñada: 50.000. Puesta en Circulación: 27 de diciembre de 1999. Retiro de Circulación: 30 de junio de 2006.