Home Política Cerril embestida baguala contra el Estado por Hugo Acevedo
0

Cerril embestida baguala contra el Estado por Hugo Acevedo

Cerril embestida baguala contra el Estado  por Hugo Acevedo
0

La votación, en el marco del proyecto de ley de presupuesto de la desmonopolización de la comercialización de combustibles para buques anclados en puertos uruguayos y de aviones de líneas internacionales, constituye un avieso ataque a ANCAP como ente monopólico, en el marco del plan privatizador incluido en la agenda multicolor. Pese a que en la cámara baja se había desestimado otorgar vía libre al mercado para que compitiera con el Estado en el caso del carburante que se provee a las aeronaves, la votación en el Senado ratifica la voluntad de este gobierno rabiosamente neoliberal de retroceder los relojes de la historia. Esta medida –que marca el inicio de un cipayo proceso entreguista al capital privado oligopólico- vulnera el espíritu de la ley 8.764, del 15 de octubre de 1931, sancionada durante la presidencia legal del abogado colorado Gabriel Terra, quien, dos años después, perpetró el primer golpe de Estado del siglo XX.                      Aunque Terra a menudo asumía posiciones discordantes con las ideas del emblemático reformador José Batlle y Ordóñez, el monopolio de ANCAP – organismo estatal creado precisamente en 1931- tiene una clara connotación batllista y, naturalmente, dirigista. Esta herencia histórica, acuñada durante un tiempo como una suerte de patrimonio nacional por adherentes de todo el arco político incluyendo naturalmente a la izquierda, siempre ha sido cuestionada por el ala más duramente conservadora y regresiva del Partido Nacional: el herrerismo. No en vano, Luis Lacalle Pou anunció, durante la campaña electoral del año pasado, que, en caso de llegar a la presidencia, se proponía impulsar la libre importación de combustibles y la desmonopolización de la importación, distribución y venta de los productos derivados del petróleo, que constituyen un insumo estratégico para el soberano desarrollo del país. Sin embargo, este propósito, de cuño nacionalista y más precisamente herrerista, fue quitado del acuerdo inter-partidario rubricado en noviembre del año pasado por el bloque derechista, antes del balotaje. En cambio, se optó, como una suerte de cortina de humo, por “avanzar hacia precios de combustibles que sean competitivos con la región y el mundo, introduciendo gradualmente acciones que transparenten y racionalicen el mercado, buscando trasladar a los consumidores las eficiencias obtenidas”. Obviamente, se trataba de una declaración enrevesada y opaca, como todas las formulaciones de este contubernio multicolor. Por supuesto, el canto de sirena que le vendieron livianamente a los votantes fue la rebaja de las tarifas de los combustibles, que, si se concreta, beneficiará únicamente al sector productivo. Por supuesto, como “el fruto jamás cae lejos del árbol”, tal cual lo  proclamó Lacalle Pou en un programa televisivo periodístico el año pasado, el flamante presidente emula a su padre, el ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera, quien ya intentó privatizar hasta los tornillos del Estado durante la década del noventa del siglo pasado.           Como se recordará, en 1992, en el marco de un referéndum contra la denominada Ley de Empresas Públicas 16.211, el pueblo uruguayo aplastó literalmente las tentaciones privatizadoras del oficialismo neoliberal liderado por el gobernante nacionalista y, con un contundente 66% de los votos, enterró la cuestionada norma.    El resultado fue fruto de la militancia de la izquierda, de los sindicatos y del fraccionamiento de la derecha, que votó dividida, en algunos casos por oportunismo político, y, en otros, por la supervivencia de resabios de batllismo en el Partido Colorado. Empero, once años después, en el marco del ruinoso gobierno de coalición blanqui-colorado encabezado por Jorge Batlle, hubo otro intento de privatización, en este caso de ANCAP. El texto habilitaba la desmonopolización de los combustibles y la asociación con capitales privados. La ley 17.448, que marcó una nueva embestida baguala contra la soberanía nacional y fue votada en el parlamento por la segunda coalición de derecha bicolor,  padeció una estrepitosa derrotada en las urnas en 2003, merced a la heroica militancia de los funcionarios del ente y del movimiento sindical en su conjunto. Por supuesto, durante los 15 años de gobierno del Frente Amplio que abarcaron el ciclo progresista, la derecha se dedicó sistemáticamente a atacar sin piedad a los entes estatales, calificando sus servicios de caros e ineficientes. La ofensiva más exacerbada se centró obviamente en ANCAP, lo cual fue abonado por el abultado déficit operativo del organismo, algunas inversiones nada exitosas y el escandaloso affaire penal que involucró al renunciante Raúl Sendic. Ahora, el primer botín de guerra del denominado gobierno multicolor parece ser el ente de los combustibles, en el marco de una cerril ofensiva privatizadora que evoca el fracasado modelo neoliberal de la década del noventa del siglo XX. Aunque pueda cuestionarse esta medida entreguista incluida en una ley de presupuesto que no puede ser anulada mediante un referéndum- porque tiene blindaje constitucional- el mayor riesgo es la ominosa vulneración de la soberanía nacional y el desmantelamiento del Estado. Hace más de dos décadas, la hermana Argentina, bajo la presidencia del neoliberal Carlos Saúl Menen, vendió todo el patrimonio estatal y dejó a su país a la intemperie y sin paraguas para protegerse de las crisis sistémicas del mercado. La irracional contumacia de esta derecha descarriada y blindada por un férreo cerco mediático, nos puede conducir a una debacle como la de 2002.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
temas:
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.