Cuanto más conozco a los hombres… por Cristina Morán

…más me sorprenden por lo mal que actúan frente a la vida, frente a sus semejantes, frente a sus hijos para los cuales tienen la obligación de ser un ejemplo de honestidad, de educación en valores y transmitírselos.

Lo que está sucediendo con la AUF y sus representantes incluyendo periodista deportivo estrella repitiendo un texto  ya ensayado, es vergonzoso. No es mi intención dedicar esta columna a este tema, pues sería más de lo mismo y me da vergüenza, la que ellos u otros con similar proceder ni siquiera saben que la vergüenza, sí, existe. Y como no me gusta  nada todo esto, simplemente, le doy la espalda.

 Me voy a dedicar a las abejas. Sí, leyeron bien: a-be-jas.

Ocurrió que vi una película que muestra a un Sherlock Holmes envejecido (93 años) luchando con su pérdida de memoria progresiva y dedicándose a las abejas, de las cuales el viejo y talentoso investigador sabe mucho.

Así fui entrando en algo de la historia de estos insectos que en su origen tomaron conciencia que la actividad depredadora no era para ellas y ¿qué  hicieron? Pues no acusaron a las que pasaron a ser sus enemigas, no le contaron a nadie lo que alguna vez las otras confesaron, no trampearon,

no mintieron: simplemente mutaron y pasaron al aprovisionamiento de polen, miel y a colaborar en el cuidado de las crías. Claro que eso ocurrió (la separación de las buenas de las malas, las predadoras) hace 100 millones de años, pero las abejas sociales, las elaboradoras de miel del género apis existen desde hace 10 o 20 millones de años, desde el mioceno, mucho antes de la aparición del hombre y es por eso, pienso, que al no conocerlas desde sus orígenes el hombre no aprendió absolutamente nada de ellas y es así que miente, traiciona, oculta, cuenta a otros lo que nunca debió decir y de una forma u otra encuentra su minuto de gloria sin importarle cual es el precio a pagar. Sugerencia a los protagonistas de  la muy fea historia de la AUF: “no aclaren que obscurece”. Quizá así eviten que rueden sus cabezas, por obra y gracia de la justicia, más de lo que ya están rodando impulsadas por la opinión pública.

 

—Pero, como en la vida no son todas pálidas, una noticia con color esperanza es la  referida a los 12 alumnos de la Escuela Pública 319 (República Popular China) que, invitados por el gobierno de ese gigante, están viajando para conocer su cultura, sus costumbres, su sabores. Y en un país democrático como el nuestro, fueron elegidos por sorteo, como corresponde, y que no haya la más mínima duda sobre favoritismos. Disfruten y aprendan, chiquilines, que una oportunidad como esta, no se da todos los días.

Hasta la próxima. Que  seas feliz.