Defender Cuba

“Cuba, qué linda es Cuba
Quien la defiende la quiere más”       

Canción de Ramón Veloz                        

Cuba ha sido muy preponderante para nuestra generación.

Y a raíz de ella mil hechos marcaron el despertar político.

Tenía casi cinco años cuando la revolución derroca a Batista.

Poco tiempo después vi a los barbudos en el Parque Hotel.

Supimos de la campaña de alfabetización a los campesinos.

Derrota de la invasión de Bahía de Cochinos organizada por la CIA

La crisis en 1962 con Estados Unidos por los misiles atómicos.

Leímos de la emulación, el estímulo material y el hombre nuevo.

Lloramos por la muerte del Che Guevara en Bolivia en 1967.

El apoyo de la invasión a Checoslovaquia en 1968 por la URSS.

Amanecimos escuchando la Segunda Declaración de La Habana.

Oímos del caso del poeta Heberto Padilla en 1971y su autocritica.

Declarar vanguardia a los comunistas de Latinoamérica en 1975.

Cantamos con Pablo Milanés “Yo pisaré las calles nuevamente”.

El apoyo militar cubano a la independencia de Angola en los 80.

Vimos la dependencia económica y política del bloque socialista.

La solidaridad con la revolución del Frente Sandinista en Nicaragua

El fusilamiento de Arnaldo Ochoa por traición a la patria en 1989.

Presenciamos la burocratización del estado y los privilegios.

Entonamos “Ojala” y buscamos el unicornio azul de Silvio.

Nos disgustó la mención a las prostitutas más educadas del mundo.

No compartimos el partido único y la falta de libertad de expresión.

Nos pegó la corrupción institucionalizada del “resuelve” cubano.

Nos maravilló la solidaridad de los médicos operando ojos.

Sociedad contradictoria, llena de educación y de miseria económica

Este proceso no merece terminar como el socialismo real que cayó

en manos de las mafias de la nomenklatura que cambió de piel.

No queremos sea una “primavera árabe” en medio del Caribe.

Ni tampoco que regresen los gusanos con sus vicios “miamescos”

Apostamos a que ese pueblo sea capaz de construir una vez más

su propio destino, revolucionando como sea a la propia revolución.

Recordemos las palabras que el viejo filósofo alemán predijo:

“Todo lo solido se desvanece en el aire”, para cambiar a tiempo.

Los latinoamericanos que soñamos un horizonte socialista,

ya no precisamos un Fidel vibrando en la montaña,

pero Cuba sigue siendo un rubí, cinco franjas y una estrella.

Alfredo García