Dos mujeres, una certeza

Faltando tres días para que elijamos presidente, voy a contar una

historia cuasi real que me toca de cerca y reafirma mi opción.

Sofía y Carmen son dos empleadas domésticas que conozco.

Sofía, una veterana de setenta y largos, ha trabajado toda su vida.

Y al día de hoy lo sigue haciendo, está a cargo de dos gurises, a

los que cuida desde que nacieron, hace más de una década.

Tiene empleadores que la contemplan y la tratan como un miembro

más de la familia, es una especie de abuela extra incondicional.

Uno de sus principales objetivos era terminar de pagar su casa en

la cooperativa que vive, cosa que, con su esfuerzo, logró hace poco

Es manya rabiosa y votante desde siempre del Partido Colorado.

Hace un tiempo fue operada en el hospital de ojos José Martí.

Dos veces por semana se cruza con Carmen que trabaja haciendo

limpieza en varias casas, conocidas de los patrones de Sofía.

Carmen tiene la mitad de la edad de su colega, es madre de dos

hijos y es tímida, pero todos dicen que limpia como los dioses.

Sueña con aprender pastelería, pero su régimen de trabajo y

situación familiar, le hace imposible poder encarar su vocación.

Casi todos sus empleadores la tienen en BPS y es frecuente que se

intercambien los días de trabajo cuando salen de vacaciones, es

como un comodín que utilizan para mantener los hogares limpios.

¿Me pregunto si alguno se plantea cuál será el futuro de Carmen?

Estas dos mujeres, son para mí la prueba viva de todo lo que ha

avanzado este país gobernado por la izquierda una década y media

Y también son el testimonio viviente de todo lo que falta para lograr

un cambio cultural en nuestra sociedad luego de 15 años del Frente

Es el mejor resumen que puedo hacer de los aciertos y errores

cometidos y lo que me da certeza para votar a Daniel este domingo.

Más allá del resultado de las urnas, queda mucho por hacer para

seguir construyendo una mejor sociedad, y acá no se rinde nadie.

Alfredo García