El estreno en el complejo Movie Center de “The Batman”, el más reciente filme protagonizado por el Hombre Murciélago, que además llegará a la plataforma HBO Max el mes próximo, motiva un repaso de la larga y variada trayectoria cinematográfica del icónico personaje de historieta.
Adaptado además a formatos como la animación, el animé, la literatura o los videojuegos, el mundialmente conocido héroe de ficción cumplirá en breve ochenta y tres años.
Suele creerse que el personaje de comic -creado en 1939 por Bill Finger y Bob Kane -comenzó su andadura cinematográfica recién en 1989 con “Batman”, el primer filme de Tim Burton. Incluso, algunos algo más memoriosos, sostienen que la primera adaptación del personaje para la pantalla grande es “Batman” (1966), película derivada de la famosa serie de televisión.
Sin embargo, la primera vez que Batman fue adaptado al cine es mucho más lejana que las dos películas antes mencionadas. Ya en 1943, apenas cuatro años después de su primera aparición en comic, el Encapotado llegó al cine con un serial cinematográfico de quince capítulos, que se emitían semanalmente en las salas de cine.
Este formato, que también adaptó a otros famosos personajes como el Zorro, Dick Tracy, Buck Rogers, Flash Gordon, la Sombra y Superman, entre otros, gozó de un singular auge en los años treinta y cuarenta.
De bajo presupuesto, tramas esquemáticas, un pérfido villano oriental a lo Fu Man Chú, típico de la Segunda Guerra Mundial, y pobres actuaciones, la serie introdujo en la mitología batmaniana la misteriosa Baticueva, y contribuyó aun más al éxito del héroe. Seis años después, se estrenó «Batman y Robín”, serial igualmente olvidable.
Empero, la serie que disparó la fama del personaje llegó en 1966. Considerada de culto al día de hoy, a más de cincuenta años de su finalización, con su estética camp sesentera, irónica, exagerada, ridícula y plagada de actores de renombre encarnando villanos o simplemente haciendo cameos, esta producción coadyuvó a incrementar su fama y a instalarlo definitivamente en la cultura popular, aunque lo ridiculizó.
En los años setenta, el héroe hizo su primera incursión en el mundo animado. En 1977, luego de aparecer cinco años antes en un filme de Socobe Dio y de formar parte desde 1973 de la serie de “Los supéramelos”, Batman y su compañero Robin obtendrían su propia serie animada, un deslucido producto de los icónicos estudios Hanna y Barbera.
Sin embargo, la segunda batimanía llegó con el primer filme de Tim Burton, “Batman” (1989), que catapultó al personaje a una nueva generación, convirtiéndose en una película emblemática, gracias a su enfoque adulto, alejado de los primeros comics y de la serie de los años sesenta, y a actuaciones de monstruos sagrados como Jack Nicholson, encarnando al psicópata Joker y del competente Michael Keaton.
Este largometraje tuvo una secuela directa: “Batman vuelve”, de 1992, también de Burton y con Danny de Vito, Michelle Pfeiffer y Chistopher Walken como los villanos, que estuvo al nivel de su antecesora.
Fue también en 1992 cuando aterrizó en la pantalla grande la que muchos consideran la mejor adaptación de Batman fuera de los comics: “Batman la serie animada”. Con un estilo inspirado en el genial serial animado de Superman de los años cuarenta, envuelta en una estética noir de cine negro, inauguró todo un universo animado para el encapotado, que aun hoy sigue incorporando nuevas series y películas.
Pero el orejas puntiagudas caería nuevamente en el ridículo con las dos películas siguientes. Con Burton ya lejos de la dirección, “Batman forever” (1995) y “Batman y Robin” (1997), dirigidas ambas por Joel Schumacher, retrataron un Batman menos serio y más psicodélico, como si ambos títulos se hubieran inspirado en la alocada versión sesentera.
Más allá de haber funcionado bastante bien en taquilla, estas dos adaptaciones cinematográficas son consideradas productos conceptualmente pobres, dejando a Batman, literalmente, de capa caída.
Ocho años debieron pasar para que Warner Bros decidiera descongelar nuevamente la franquicia y darle un nuevo comienzo con, justamente, “Batman inicia” (2005), la primera de una exitosa trilogía dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Christian Bale, que encantó a una nueva generación de fanáticos.
Luego vendría el Batman de Zack Snyder, “Batman versus Superman el origen de la justicia” en 2016, donde Ben Affleck se calzó la capa, la capucha y los guantes para dar una encarnación más violenta y extrema del héroe, una visión más cercana a un vigilante estilo Punisher que al atlético detective peleador contra el crimen, impronta que tiene no pocos adeptos.
El actor apareció encarnando a Batman en dos filmes más: una fugaz aparición en “Escuadrón suicida” (2016), y un papel cuasi protagónico en “Liga de la justicia (2017)”. Incluso, se espera una última aparición en el próximo filme de Flash, otro emblemático personaje de DC Comics.
Pero en “The Batman”, filme actualmente en cartelera, Warner Bros apuesta a un nuevo comienzo, mostrando un héroe primerizo, inseguro, quizá más humanizado, muy alejado del Hombre Murciélago ya veterano y hastiado interpretado por Affleck.
Es Robert Pattinson quien se mete ahora bajo la piel de Bruce Wayne y su nocturno y heroico alter ego, proporcionando una particular interpretación del famoso vigilante, no enfocada tanto en lo físico sino en las habilidades detectivescas y en la capacidad deductiva de quien es, al menos en el universo DC, el mejor detective del mundo.
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