Nació de una semilla metálica. Se alimentó de la oscuridad y el silencio. Creció en los huecos simétricos de la puerta. Sus tallos se elevaron en delicados giros. Ocupó ese espacio vacío y lo llenó de belleza. La enredadera de hierro es una de las especies vegetales típicas de la antigua arquitectura montevideana. Hoy está en peligro de extinción. Sin embargo, todavía es posible hallar algún ejemplar de esta variedad de planta tan sui generis…
¡Oh, caminante que vagas por las calles de la ciudad, si tus pasos te llevan a su encuentro, vale la pena que te detengas un momento a contemplarla! Pues es posible que, antes de mucho, haya desaparecido para siempre.
(Ubicación: Convención 1326)

