Parque temático, describe la wikipedia, “es el nombre genérico que se utiliza para denominar a un recinto con un conjunto de atracciones, espacios para el ocio, entretenimiento, educación y cultura, normalmente organizadas en torno a una línea argumental que les sirve de atracción.” Pero Parque temático también es el nombre de un espectáculo teatral escrito y dirigido por Agustín Luque que parece ser él mismo (el espectáculo) un espacio organizado (o desorganizado) “en torno a una determinada línea argumental”.
El espectáculo se define a través del personaje protagonista, Merwina Londés, periodista cultural a quien veremos intentando “escribir sobre un espectáculo medio pelo explorando el déficit atencional, el multitasking, y otros efectos del capitalismo tardío que la dejan fantaseando con llevar a un montón de gente a una estación de servicio en Villa Serrana”. Y es que, como en una suerte de “monólogo interior” literario, la protagonista de Parque temático, interpretada por Irene Brusoni, irá rodeando la “línea argumental” desde una libre asociación de ideas que por momentos la aleja conceptual y espacialmente de su eje, pero al que siempre regresa ¿Cuál es la línea temática? Parece ser la creación artística y el medio cultural que la determina. Imposibilitados de detenernos en todos los espacios de este frondoso parque temático, abordaremos algunos de los que nos generaron mayor “atracción”.
Un arte que se repite
“De mi computadora sale música -cuenta Merwina- Me concentré tanto que no la escuchaba hasta ahora que escribo sobre la música. Mas temprano toqué la guitarra. No me sale, ¿sí? Y ahora se puede pagar perfectamente por un servicio que pasa a partitura mi tarareo. Por otro que pasa mi partitura a instrumentos asignados (…) La carátula la busco simplemente (…) Todo lo que ya se nos dosificó.” La reflexión propone que la creación artística sucede en la “mente” de quienes crean, y que el proceso de “traducción” de esa idea melódica primigenia a una partitura o a un sonido ejecutado por un instrumento no modifica esa “idea” que surge de la mente ya configurada en su totalidad. Esto no sucede de esa forma ni en la creación musical, ni en la creación teatral ni en el proceso de escribir una reseña teatral como la que se está leyendo en este momento. El proceso creativo se desenvuelve a partir de una intuición y en gran medida su resultado está determinado por las “herramientas” con las que se trabaja y el medio que estimula o se opone a desarrollarlas. El propio espectáculo desde el inicio, con la protagonista moviendo un grupo de muebles que servirán de escenografía, expone las diferentes formas en que algunas ideas sobre el “espacio” se desarrollan de acuerdo a la manera en que se organizan esos muebles. También es relevante, como se muestra en el espectáculo, que el espectador comparta la “convención” que proponen los artistas. El señalamiento a la “facilidad” con que hoy se puede “crear” música parece ser en realidad una crítica al empobrecimiento de la actividad artística a partir del desarrollo de las tecnologías. Pero no hay una crítica a la tecnología, sino a una determinada forma de utilizarla que nos puede llevar a que cualquier gesto artístico no sea más que una manifestación particular de “todo lo que ya se nos dosificó”. Un copie y pegue de fragmentos de la cultura ya internalizados.
Impostura “indie”
Las referencias musicales son una constante en Parque temático, también la reflexión sobre el significado que tienen algunas manifestaciones musicales en determinado contexto socio-cultural. Un ejemplo importante es lo que plantea la protagonista ante la historia de Greta, la cantante de la banda “indie” Frankie Cosmos. “Yo la escuchaba y claro, como es indie que da miedo, la hacía nena-under de no tanta plata” reflexiona nuestra periodista, pero luego descubre que Greta es hija de un actor que ganó un Oscar y que tuvo unos cuantos privilegios para desarrollar su carrera musical “independiente”. Y es que, como escribía Mark Fischer, “‘alternativo’, ‘independiente’ y otros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream”.
Pero la línea de reflexión anterior tiene algunas particularidades si la pensamos en países en que el Estado es clave para la promoción cultural. En estos casos lo “mainstream” puede estar directamente vinculado a lo que se promueve desde las políticas públicas. Es en ese sentido que tenemos que entender a Merwina cuando reflexiona sobre un proyecto artístico que necesitaría recursos de los que no dispone “salen caros los focos elipsoidales” razona, “pero los fondos concursables solo apuestan a obras que hablen de feminismos, de drogas, de disidencias, de dictadura, o de cualquier cosa que convenga a la agenda progresista occidental de la Intendencia.” Mientras escuchaba a Merwina tuve un Deja vu que me llevó a un viejo artículo de Café a la turca en la que Luis Dufuur escribía consejos para ganar el Fondo Capital, fondo con el que la Intendencia promovía en los años noventa su agenda cultural. “Mirá -escribía Dufuur-, todo lo referente a cultura popular es un cheque al portador, recuerdos montevideanos ni hablar, cultura negra es fija, la dictadura es guita segurola. También pensá en sonidos barriales, artesanía con vasitos de yogurt, o un curso rápido para reparar cocinitas Volcán” (Café a la turca N.º 6, 1999).
Luque, con un cuarto de siglo de diferencia, razona de forma análoga al redactor de Café a la turca respecto a la forma en que las políticas públicas promueven una estética determinada. Aquí lo “indie” es lo que queda por fuera de las lógicas culturales que se promueven desde el Estado. Quizá por eso se indica en el programa: “Este ensayo en 3D se hizo sin el apoyo de ningún fondo”, añadiendo un guiño que se explica desde el propio espectáculo. Más que una queja se expresa un desafío.
Parque temático es una reflexión sobre la comunidad artística local y sus prácticas que no se desarrolla solo discursivamente. Por eso es relevante el enorme despliegue de Irene Brusoni, que a la vez que describe un espacio escénico lo pone en pié con los escasos recursos que cuenta, se muestra como personaje consciente de sí mismo o expresa la deriva por la que la llevan la asociación de ideas. Un enorme trabajo actoral para edificar un ensayo escénico crítico y saludablemente polémico.
Parque temático. Texto y dirección: Agustín Luque. Actúa: Irene Brusoni. Fotografía: Reinaldo Altamirano.
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