Hace algunos años leí una nota en que un crítico teatral, analizando la adaptación de un “clásico”, afirmaba: “la directora no entendió al autor”. El juicio, de forma implícita, incluye al menos dos afirmaciones más, la primera es que el crítico que emite el juicio sí entiende al “autor”, y en ese sentido quizá sería interesante que pasara a dirigir una adaptación “fiel al autor” para ilustrarnos sobre lo que se “debe hacer” al adaptar al “clásico”. Pero lo más peligroso es que se presupone que hay una única forma de interpretar a ese “clásico”, independientemente de la época histórica o el contexto político en que transcurre la adaptación, o del género, la clase social o concepción ideológica desde la que se realiza. Esta discusión es parte sustancial de Furiosa, una adaptación de La fierecilla domada a cargo de la compañía Teapot.
Teapot Plays in English es una compañía que surge a partir de la inquietud de Paola Larrama y Alejandra Artigalás, quienes egresando de la EMAD piensan en producir adaptaciones de Shakespeare con fines didácticos para adolescentes que estén aprendiendo inglés. Los primeros trabajos, con la dirección de Luciana Lagisquet, fueron adaptaciones de Sueño de una noche de verano (2015) y La Tempestad (2016), trabajos en los cuales el montaje jugaba con la zona más popular del teatro shakespereano, intentando acercar el “clásico” a la sensibilidad de adolescentes de nuestra ciudad y nuestro tiempo. Finalmente en el 2017 dan un paso más y escriben un texto que narra las peripecias de una compañía teatral intentando montar La fierecilla domada, un juego metateatral que habilita la inclusión explícita de la discusión sobre lo que “significa” hoy en Montevideo un texto escrito en Londres hace cinco siglos.
Una de las motivaciones para trabajar sobre La fierecilla fue la posibilidad de algunas integrantes del equipo de ver en Londres una versión a cargo del Globe y percibir la violencia de género que la “comedia” esconde. Pero la concepción feminista del colectivo trasciende el señalamiento de la misoginia de la obra y señala también como se manifiestan algunas desigualdades en la organización del trabajo al interior de una compañía teatral. El resultado motivó a Teapot para trabajar en una versión en español y ampliar el público potencial. La invitación del Festival Rodamundo finalmente habilitó el estreno de la versión castellana a fines de setiembre en la sala Hugo Balzo del Sodre.
Furiosa, como decíamos arriba, es un espectáculo que narra las peripecias de una compañía que intenta montar una obra para adolescentes. Ante la censura de Titus Andrónicus, texto que estaban ensayando, con el argumento de ser “violento”, el productor decide montar La fierecilla domada, una comedia de enredos en teoría inofensiva. En el transcurso de Furiosa vamos viendo el proceso de montaje de La fierecilla, las discusiones acerca de su significado, de cómo se “adapta” y las incongruencias de las traducciones. A los enredos de la obra de Shakespeare se suman los que Teapot agrega al proceso de montaje: las luchas de egos, la lógica empresarial que impone determinadas prácticas, la subestimación de la actriz más joven, las discusiones sobre el porcentaje que cada integrante del equipo va a cobrar, o el rol secundario asignado a quienes se encargan del diseño. Teapot poda de todo romanticismo al proceso de producción de un espectáculo teatral y deja al desnudo las luchas de poder y las miserias que atraviesan el proceso. Esto sin dejar de poner foco en la misoginia para nada velada de una obra en que “domar” a la fierecilla significa no permitirle, por momentos, ni comer ni dormir. Lagisquet cuenta a Voces que cuando vio la versión del Globo en Londres le impactó. “Esto es violencia doméstica” fue su sensación primaria, y señala: “en general, particularmente los varones, hablan siempre de esta obra como una obra pasional, la típica historia de los que se pelean se aman, y yo no leo eso. Me parece absolutamente violenta”.
Sobre esa primera interpretación feminista del texto se cuela otra que cuestiona al modo de producción teatral. La compañía que trabaja La fierecilla no reparte el trabajo de forma equitativa, tampoco es equitativa la “valoración artística”, ni mucho menos el salario. Sobre esto agrega Lagisquet: “Mi matriz es de izquierda, y cuando empecé a pensar de verdad el feminismo se profundizó esa matriz. Y las preguntas sobre cómo la forma de producir determina lo que hacemos y viceversa se vincula con el feminismo también. Yo cada vez hago menos cosas, cada vez dirijo menos, porque siento que tengo que ser patrona para dirigir en estas formas de producción. Y no me sale. Es muy costoso eso para las mujeres, porque o sos la novia de… todo lo que ya sabemos. Las mujeres que se hicieron solas, que admiro muchísimo y fueron mis maestras, pagaron un costo. La verdad es que no me veo haciendo una carrera individual, y eso probablemente me cueste ser una artista “emergente” para siempre. Y Furiosa termina con las actrices adueñándose de los medios de producción (risas). Está atravesada por el género pero también por eso otro, pienso que el feminismo también es una forma de pensar cómo trabajamos, cómo nos juntamos, cómo hacemos las cosas, desde un lugar más horizontal, más cooperativo, y más colectivo. Porque lo político no es solamente el producto artístico, ese artefacto que producimos, sino las formas que están atrás de él”.
Hay mucho más para conversar sobre Furiosa, pero para eso esperaremos el momento en que empiece a circular por liceos y espacios adolescentes. Y también, por qué no, en espacios en que podamos discutir sin dogmas qué significa adaptar un clásico. Ojalá sea pronto.
Furiosa. Texto y dirección: Luciana Lagisquet (sobre obra de William Shakespeare). Elenco: Paola Larrama, Alejandra Artigalás, Magdalena Bosch, Manuel Botana, Lucas Barreiro, Fernando Amaral, Emilio Gallardo y Elisa Fernández.
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