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Haciendo memoria por Ruben Díaz

Haciendo memoria por Ruben  Díaz
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Si se observa con espíritu objetivo, es evidente que la reinstitucionalización que vivió el país, luego del gobierno de facto, tendría que ser motivo de orgullo para todos los uruguayos.

Pasado los tiempos de la violencia y del gobierno de hecho, era necesario un retorno a la democracia incluyente, con legitimidad y amnistía de derecho y de espíritu. Todo eso se logró. Y por ello, hoy el Uruguay exhibe una fortaleza institucional que nos distingue en la región y el mundo.

Todo se hizo a través del diálogo, el entendimiento y la legitimidad del voto. Las Fuerzas Armadas, como Institución, aunque muchos no lo reconozcan, prestaron un servicio decisivo en ese proceso. En primer lugar, propusieron una reforma constitucional que fue plebiscitada. A la que la ciudadanía dio una respuesta negativa en 1980 y ese veredicto se aceptó con claridad y firmeza.

A partir de allí era evidente que resultaba necesario acordar con los Partidos Políticos. Y se logró. El primero, el del Club Naval, que permitió elecciones y el retorno a la legitimidad democrática. Para ello hubo acuerdo entre las Fuerzas Armadas, el Partido Colorado, el Frente Amplio y la Unión Cívica. Se realizaron los comicios, en el que participaron todos los Partidos, y se acató el resultado. Es evidente que el Partido Nacional, que no suscribió el pacto del Club Naval, y debió concurrir a la contienda electoral con su líder Wilson Ferreira Aldunate preso, hizo una contribución importante y patriótica al reconocer la legitimidad del nuevo gobierno.

Vino luego la amnistía. El Uruguay dejo de tener presos políticos. Y se acordó, otra vez, a través de una ley aprobada en el Parlamento, en los hechos una amnistía para los integrantes de las Fuerzas Armadas. De vuelta acuerdo, esta vez entre el Partido Colorado y la mayoría del Partido Nacional. Dentro de lo establecido por la Constitución, esa norma fue objetada por más de un veinticinco por ciento de la ciudadanía y se convocó al plebiscito correspondiente. En el cual la mayoría, en forma clara, se manifestó a favor del mantenimiento de la norma.

Durante los primeros cuatro gobiernos constitucionales, no hubo integrantes de las Fuerzas Armadas presos por actuaciones vinculadas al gobierno de facto. Esto ocurrió dentro de las normas legales, con el respaldo de la Ciudadanía.

No hubo presos durante las dos Presidencias del Dr. Sanguinetti y las del Dr. Luis Alberto Lacalle ni el Dr. Jorge Batlle. Se respetó el Estado de Derecho y el pronunciamiento popular.

Todo este proceso, se llevó adelante bajo el liderazgo y el mando del Comandante en Jefe del Ejército Teniente General Hugo Medina. A Medina no le llevaron preso a ningún oficial de las Fuerzas Armadas durante su gestión. Ni como comandante, ni como Ministro de Defensa Nacional.

He vivido fuera del país en estos últimos años, y por lo tanto doy fe, de la importante contribución que el Frente Amplio hizo a la institucionalidad del Uruguay. Que un gobierno de izquierda nos gobernara por tres períodos, que llegara por mandato popular y que lo dejara por la misma razón, dio a la región y al mundo ejemplo de institucionalidad. Ello es muy valorado, entre otras cosas, porque casi todas las otras fuerzas de izquierda que en ese período llegaron al poder en otros sitios del continente, se dedicaron a buscar la forma de perpetuarse en el gobierno.

Sin embargo, es evidente que ese reconocimiento no puede negar que hay una mancha institucional en esa actuación. El Frente volvió a convocar a la ciudadanía para expresar su apoyo o rechazo a la ley que consagraba la caducidad. No correspondía, pero igual lo hicieron, y en esas circunstancias de vuelta la ciudadanía confirmo la norma. Sin embargo, a pesar de toda esta legitimidad, igual se aprobó una ley interpretativa que puso preso a oficiales de las Fuerzas Armadas por sucesos vinculados al gobierno de facto.

Esto es una mancha, que permanece vigente en nuestro sistema institucional. Es evidente que este gobierno, el primero no frentista, tiene el deber y la responsabilidad de abordar el tema, y liberar a quienes están injustamente en prisión. Y debe llevar adelante esa tarea, aunque ocasione problemas y dificultades.

En esto el Frente no respeto la institucionalidad. Y también está claro, falto liderazgo en la fuerza. Con el Teniente General Hugo Medina al mando, con Sanguinetti, Lacalle y Batlle de Presidentes, se respetó el mandato ciudadano. Con el Frente Amplio, y los mandos que tuvieron las Fuerzas Armadas en ese período esto no fue así. Llego el momento de hacer justicia.

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