En ocasión de un “desayuno de consulta” organizado por la Cámara Española en Uruguay al que fui invitado hace pocas semanas, realicé consideraciones generales sobre temas económicos vinculados al desarrollo urbano en Montevideo e hice referencia al papel que el gobierno Departamental puede y debe cumplir en el desarrollo económico territorial, no solamente en cuanto a la contratación y adquisición de bienes y servicios y la construcción de nueva infraestructura y equipamientos, sino además en la generación de una ciudad y un departamento amigables y atractivos para el desarrollo de las actividades económicas.
Entre otras dimensiones del quehacer, destaco que el llamado “clima de negocios” es una cuestión central, dado que los territorios compiten por atraer o conservar actividades y con ello asegurar una mayor prosperidad.
Estoy convencido que la ciudad de Montevideo es atractiva y posee importantes ventajas competitivas claras para que se mantengan las actividades existentes y se radiquen otras nuevas.
En ese sentido destaqué la necesidad de acelerar y mejorar los procesos y gestiones de autorización que las empresas deben tramitar para instalarse, habilitar suelo para el uso industrial y logístico y priorizar algunos sectores de la actividad que permiten incorporar además nuevos puestos de trabajo de calidad, particularmente en aquellas áreas de punta de la nueva economía: sectores dinámicos e innovadores.
Entre ellas mencioné, además de la industria tradicional y la logística a las industrias vinculadas a la biotecnología, los medicamentos, los alimentos y el cannabis, así como las TICs y los servicios corporativos.
Me interesa en especial las industrias culturales y el sector audiovisual que presta servicios a escala global y a Montevideo como una “gran locación”.
Todo lo anterior no opaca la importancia de la inversión inmobiliaria, los servicios en general y el sector turismo en particular.
Así como tampoco el necesario impulso a la economía social y solidaria, de la que me ocuparé en una próxima columna.
La suma de todas estas áreas y sectores de actividad genera empleo de calidad y circuitos económicos virtuosos, pero sobre todo fortalece el tejido social.
En esa misma intervención también me permití levantar una propuesta innovadora: la creación de la Agencia de Promoción de Inversiones en Montevideo.
Esta Agencia, a mi entender deberá depender directamente del Intendente y tener como propósito contribuir a dinamizar la vida económica en la ciudad y el departamento a través de la atracción de inversión extranjera directa y el estímulo a las inversiones nacionales.
La idea es, alineada con los objetivos del gobierno nacional, mejorar el clima de negocios en la capital, promover la llegada de inversión extranjera directa en nuestro departamento y también de inversiones nacionales, facilitar y apoyar la instalación de nuevas empresas y proyectos, así como también prestar servicios post establecimiento y trabajar para promocionar a Montevideo como marca y Smart City.
La economía de la ciudad depende en gran medida de la salud y dinamismo de la economía en la ciudad.
Estoy convencido que la buena política departamental debe dedicar una gran parte de su energía a potenciar y orientar el desarrollo de la economía en la ciudad.
Así tendremos una ciudad y una sociedad más prósperas e integradas.