Hace tres semanas, nada más, la OTAN, la Organización para el Atlántico Norte, renovó sus autoridades. El holandés Mark Rutte ha asumido el mando de la OTAN en un momento muy activo de la Alianza, con conflictos bélicos de alta intensidad, de proyección incierta, habiendo llevado las tensiones hasta un punto de máxima tirantez geopolítica mundial. Y con todas las distorsiones que ello significa a nivel de la economía regional y global.
Ritte viene de ejercer durante trece años como primer ministro de Países Bajos y releva al noruego Jens Stoltenberg como secretario general de la organización militar. La encuentra en un momento diferente, con desafíos inmensos a superar. A saber, una guerra en el propio continente europeo, la de Rusia contra Ucrania, que ya está próxima a cumplir tres años, cuyo final no se avizora. Y desde hace un año, se vive un nuevo capítulo de una larga historia, de duro impacto económico y parece que las pasiones arrastrarían este conflicto en Oriente Próximo, con un Israel forzado a despliegues y alternancias en varios frentes, incluso en Gaza y el Líbano. Una segmentación bélica de Israel contra Gaza y Líbano, con intervenciones hacia Cisjordania e incluso Irán. Adicionalmente, se trata del desarrollo de guerras que parten de enfoques diversos, y que puede tener consecuencias inciertas, desconocidas para toda la región.
Rutte asume una Alianza Atlántica muy cambiada y revitalizada, con un mercado de armas muy intenso, con financiación para renovar los stocks y adquirir drones de diferentes capacidades defensivas y ofensivas. Desde la invasión a gran escala lanzada por el Kremlin y todavía en transformación, han perdido la vida miles de seres humanos. Si bien las estimaciones acerca de las víctimas del conflicto difieren según la fuente, se asume que podrían sumar hasta 40 mil.
El perfil de Rutte
A Rutte se le reconoce como un político conservador, pero con una mirada liberal y de una adhesión inconmovible al rigor presupuestario. Proveniente de un país con un parlamento siempre atomizado, despliega sin estrés una acción política decidida y una acción política flexible y creativa para la generación de acuerdos de amplia base, e incluso en la generación de consensos, algo propio de la tradición de la vida parlamentaria de su país. Son estos antecedentes los que sirven para descubrir un candidato experimentado como para actuar con prudencia, cuidadoso de sus acciones y discursos, que inspiran confianza como para fortalecer la cohesión entre socios atlánticos hoy muy distanciados respecto a cuestiones clave como la ayuda a Kiev o a las acciones de defensa desplegada por Israel.
Advertencia 1
Los variados asuntos que tiene que atender Rutte desde esta primera hora, dejan en evidencia la gestión algo imprudente, de abrir varios frentes de incertidumbre. En este sentido, el principal desafío que se le presenta al nuevo secretario general radica en reforzar el lazo transatlántico, la relación fundacional entre los aliados sobre la que Donald Trump ha expresado dudas preocupantes, que han inquietado a Bernardo. Sus biógrafos han rescatado sus antecedentes como Rossen desde sus tiempos de jefe de gobierno neerlandés, Rutte ha sabido construir confianza con el exsecretario de estado estadounidense Henry Kissinger (fallecido en noviembre del año pasado), a quien elogió en su primera conferencia de prensa a cuenta de dos ideas sobre la OTAN: su demanda de mayor aportación financiera por parte de los socios y la atención al peligro que significa China.
Pocas dudas?
En pocas palabras: se sabe o se intuye que como en todos los jefes europeos, a excepción del húngaro Viktor Orbán, hay pocas dudas sobre su sintonía con Kamala Harris. Sin embargo, Rutte sabe por lo ya expuesto como un articulador en sus primeras horas de parlamentario, que el republicano puede ser también el interlocutor con el que habrá que tratar si gana las próximas elecciones. Tengamos presente que sus demandas de mayor gasto de defensa, no van exactamente en la dirección esbozada por Trump, que entiende a la OTAN más como un acuerdo transaccional, y no una alianza político estratégico, sino como un recurso en el que los europeos deben pagar los servicios de seguridad prestados por los Estados Unidos, a cuenta de ponerse a resguardo y respaldados frente al riesgo de verse débiles ante la prepotencia militar con ambiciones expansionistas de su vecino más beligerante y esencialmente imperial, la vieja Rusia.
Empezó con reclamos…
Desde el vamos, Rutte inició su actuación con reclamos. En efecto, en sus primeras declaraciones, Rutte reclamó mayores inversiones para la defensa con incrementos a las capacidades de producción de munición, interoperabilidad de los ejércitos, eliminación de las duplicidades y una distribución equitativa de las cargas, además de trabajar para lograr una certera coordinación con una Unión Europea renovada sus capacidades militares. En esta línea, y poniendo de manifiesto que se trata de una decisión firme y decidida. Por ello, se ha generado, por primera vez, la figura de un comisario de Defensa. El punto es de singular importancia pues pone de manifiesto una decisión de política firme.
Las guerras
Rutte se manifestó claramente “a gusto” con las decisiones que se fueron adoptando en los últimos tiempos en relación con la guerra de Ucrania. Desde su perspectiva, la posición de la OTAN se mantiene firme, y no hay razón para rectificar.
La solidaridad con Kiev “es una inversión en la propia seguridad”, enfatiza el nuevo principal de la OTAN. Ello es así, hasta el punto de sostener que “los costos que hay que asumir ahora serán siempre menores a los que supondría que Putin consiguiera salirse con la suya”.
El mensaje hacia China ha sido claro, y vale tomar nota de las formas. Rutte manifestó que “a través de su apoyo a la industria militar rusa, China se ha convertido en un facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania. China no puede seguir alimentando el mayor conflicto bélico en Europa desde la II Guerra Mundial” sin que esto tenga un impacto en sus intereses y su reputación”. “Visité China a mediados de marzo y ya les dije allí que no entiendo cómo nos llaman ‘queridos amigos’ y al mismo tiempo nos ponen en peligro. Por qué apoyan a Rusia proporcionándoles microelectrónica, materias primas esenciales y tecnologías de doble uso”,
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.