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“Pasaba que si llegaba con mi banda, y en la banda había hombres, iban a hablar con ellos”

“Pasaba que si llegaba con mi banda, y en la banda había hombres, iban a hablar con ellos”
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Rossanna Taddei vuelve a La Trastienda con las canciones de su disco “Cuerpo Eléctrico”, en formato banda. Será éste viernes 24 de mayo a las 21 horas. La cantante y compositora contó a Voces cómo vive su actual etapa en la música.

Rossana Taddei se presentó con Cuerpo Eléctrico en 2018 en el Auditorio Nacional del Sodre, dando comienzo su gira por diferentes escenarios nacionales e internacionales como Suiza (Ticino RSI Montreux entre otros) y Francia. Tras realizar varias presentaciones durante la temporada veraniega en Uruguay y antes de seguir mostrando su música en países como Cuba, México, Francia, Suiza y España, se presenta en La Trastienda con Cuerpo Eléctrico, temas inéditos y de su discografía,  siendo el único show en Montevideo de 2019 con la Banda e invitados. La banda está formada por Gustavo Etchenique en batería, Alejandro Moya en bajo, Santiago Montoro en guitarra y Gastón Ackerman en teclados, Fliscorno y voz.

“Cuerpo eléctrico” ya tiene su recorrido, ¿qué balance hacés de éste camino?

El disco salió el año pasado, lo presentamos en el Auditorio Adela Reta y fue alucinante. Después lo seguimos tocando en muchísimos escenarios, e incluso hicimos una cosa muy linda y bastante importante fuera de aquí, en Suiza. Un showcase donde nos presentamos con la banda que tengo allá y eso fue algo súper lindo porque quedó también el link en las redes.  Éste disco, a diferencia de los 17 anteriores, le di como el tiempo que se merece para que llegue a todas las personas posibles. Estamos viviendo unos tiempos donde todo es frenéticamente rápido y me estoy dando cuenta que el disco merece más tiempo, más respiro y más llegada. Es un disco que tiene mucho corazón y mucho laburo puesto ahí. Lo grabamos en Estudio Mastodonte, suena muy bien, y tiene unos arreglos maravillosos. Hicimos un trabajo colectivo. Su inicio también fue a través de un crowfounding o sea que ya desde que se gestó viene como amparado, protegido y abrazado por un montón de gente que fue como co – productora. Volver a presentarlo es una forma de darle más energía y más presencia. Me pasa que con “Semillas”, que es el anterior, todavía hoy aparecen personas que me dicen “ah, recién escuché tu disco”. Como que recién está empezando a entrar en otro lugar. Quiero que a “Cuerpo eléctrico” se le dé otro margen y toda esa energía. Que realmente lo descubran y nos dé el tiempo a todos de poder disfrutarlo.

 En cuanto a las letras, ¿por dónde va “Cuerpo eléctrico”?

Es un disco que tiene una poesía que tiene un pie en la tierra y otro en el cielo, por decirlo de alguna manera. Son textos bastante directos, pero que los podes recibir también desde otro lugar más metafísico. O quizás en una poesía donde hay muchas metáforas pero a su vez es directo. Yo lo trabajé con esa idea. Estuve muy concentrada en eso, en que los textos fueran directos, como en la canción “Limón”, por ejemplo. La cito porque es una canción donde justamente se resume un poco ese espíritu de los textos del “Cuerpo eléctrico”. «Dejate de lamer ese limón» es muy directo, y es a su vez una imagen que te lleva a un concepto más grande que es salir. Volver a ser como eras cuando nadie te hirió. Es súper directo pero en realidad hay un montón de filosofía o de conceptos atrás de eso.

Hace muchos años que estás en la música, ¿en qué cambió en todos estos años hacer música en nuestro país?

Noto millones de cambios, imagínate que arranqué con 18 años a grabar mi primer disco. Para mí es normal que cambie todo el tiempo todo,  de año a año como yo no he parado – solo cuatro años cuando hice Educación Física – pero igual tocaba, aunque no grababa. Meterse en un estudio te implica muchas horas por día. Yo no paro nunca; ya estoy pensando en el próximo disco. Lo tengo medio ahí, en la mente, estoy componiendo. Y ya sé que cuando entre a estudio me voy a encontrar con un montón de chiches nuevos. Con lo que uno aprende es con los técnicos. Cuando entré al estudio con Gastón (Ackerman) aprendí montones. Es impresionante la cantidad de data nueva que hay desde el año pasado a ahora. El impacto más fuerte del cambio es que antes, para hacer música, había que “meter el cuerpo”. O sea, había que subirse a una bicicleta y recorrer todo Montevideo, ir por las radios, etc. Eso de ahora de mandar un mail para contactar a alguien, antes debía ir hasta tu casa en bicicleta. Hoy por hoy es súper cómodo, no tengo que salir con toda la banda a pegar afiches con la combi de un amigo. Ahora lo mandas con el afiche desde la comodidad de tu cama, con las patas para arriba en pijama de dibujitos de perritos salchicha que tengo (Risas).

Dado algunos hechos vinculados a unos festivales que excluyeron de la grilla a las mujeres, ¿cómo ves ese aspecto en la música nacional?

Es inédito y es histórico esto que está pasando, que haya colectivos de mujeres. Al presentar esa carta pública fue inmediata la respuesta. Yo tengo razón de existencia como mujer dentro de la música desde siempre, y luché mucho para que se entendiera que soy yo la que está haciendo música, y son mis canciones y es la banda que construí. Pasaba que si llegaba con mi banda, y en la banda había hombres, iban a hablar con ellos. Pero estás contratando a Rossana Taddei. Me ha pasado con los técnicos, por ejemplo.  Obviamente el mundo este es bien masculino, pero lo que digo es que está cambiando y que está buenísimo que esté este colectivo donde todas podemos hacer un poco de fuerza para que haya más visibilidad. Y así generar contenidos juntas, para que haya como un cierto manual de cómo comportarse o moverse en relación a la música, a lo que ocurre en los lugares donde tocamos, lo que nos pagan. Unificar criterios para estar un poco más contenidas.

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