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Referéndum ¿Cambia el escenario político?

Referéndum ¿Cambia el escenario político?
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El jueves pasado se entregaron aproximadamente ochocientas mil firmas para convocar al referéndum contra 135 artículos de la LUC. ¿Cómo influye este hecho en el gobierno? ¿Le cambia su proyecto en el futuro inmediato? ¿Es un triunfo de la oposición? ¿Marca el comienzo de una nueva etapa? ¿Fue una hazaña como afirman sus impulsores? ¿Cómo se va a encarar el debate previo al referéndum? ¿Será un voto anti LUC o contra el gobierno? ¿Evita el Frente Amplio su autocritica con esta campaña? ¿Podrá la coalición superar este desafío? ¿Qué pasa si se logra derogar los artículos cuestionados? ¿Cómo queda la izquierda si pierde el referéndum? ¿Es un adelanto de la campaña 2024?

 

Yo sé que ahora vendrán caras extrañas por Roberto Elissalde

La impresionante respuesta de la militancia y la ciudadanía ante la convocatoria a derogar por vía de un referéndum 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración no debe confundirnos respecto a la situación en la que se encuentra el país. La derecha sigue entera y al mando y esto obliga a la izquierda elegir uno de dos caminos estratégicos: 1) buscar alianzas menos o más estables con integrantes de la coalición gobernante en base a coincidencias programáticas o 2) trabajar para recuperar la parte del electorado que apoyó la fórmula del FA con una política que no congele la foto de octubre de 2019.

El trabajo hacia la victoria en el referéndum que seguramente tenga lugar el año que viene debe hacerse pensando en base a una de estas estrategias. Cada una de ellas abre caminos que son distintos y el trabajo político varía en un caso y el otro.

Eso resalta la importancia de otro mojón en la vida de la izquierda: el congreso del Frente Amplio. De cómo lleguen las grandes corrientes internas a esta instancia dependerá el futuro de la estrategia para el referéndum y la estrategia hacia las decisivas elecciones de 2024.

La izquierda social y política festejó el 8 de julio una enorme victoria y demostró su capacidad organizativa y de convocatoria, para llegar a los rincones más apartados del país. Muchos no creímos que fuera posible. Parecía muy alta la vara y muy inapropiado el método para mostrar resistencia al proyecto de la derecha. Una vez saldado el debate interno, la mayoría de la militancia se tomó la tarea como una causa decisiva y el resultado está a la vista: habrá referéndum.

Una instancia de este tipo divide el universo en dos bloques: a favor de la derogación y en contra. No parece posible que ninguno de los sectores que hace un año votó la LUC hoy decida cambiar de bando, por lo que la división pasará por el mismo lado que pasaba en octubre –pero no en noviembre– de 2019. Esto quiere decir que una parte importante (un 10% del electorado total o sea casi un 20% de quienes votaron a partidos de la coalición en octubre) prefirió no apoyar el proyecto encabezado por Luis Lacalle Pou.

Para ganar el referéndum vamos a precisar –sin dudas– a esos electores que querían un cambio pero no tanto como para volver al neoliberalismo y al conservadurismo social. Pero los legisladores elegidos por ellos en octubre van a estar embarcados en el otro bloque. Es imprescindible tener una política y una comunicación especial hacia esos votantes.

Algunos de estos votantes son urbanos, con estudios y tienen visiones moderadas sobre la política y la sociedad. Otros son del interior y en algún momento votaron con las dos manos “al Pepe”. Quienes se dirijan a esos sectores no podrán ser los mismos que quienes hablen al primer grupo. Es probable que Yamandú Orsi tenga unas posibilidades únicas ante esos electores.

Entre los electores urbanos hay tres grandes interlocutores que deberán sumar fuerzas: Carolina Cosse, Mario Bergara y Óscar Andrade, quienes desde perfiles diferentes tienen la posibilidad de captar a esos sectores que no son incondicionales del FA pero sí son sensibles al discurso progresista.

Y es acá donde aparecen las elecciones internas del Frente Amplio. En 2019 Andrade y Cosse compartieron la cabeza de la lista 1001 mientras que Orsi, principal figura emergente del MPP, se dedicó a proyectarse desde su departamento hacia una segunda victoria como intendente que obtuvo con brillo.

Sólo el espacio “del centro” político del FA compareció disperso. De su constitución más o menos orgánica como referente para los sectores medios y la población urbana de todo el país dependerá la fuerza del propio FA y las posibilidades de ganar el referéndum de 2022 y proyectarse con fuerza para las elecciones nacionales de 2024.

El que se precipita, se precipita por Por Fitzgerald Cantero

Cuando la ciudadanía eligió a la Coalición Republicana que nos gobierna, sabía que estaba decidiendo por un conjunto de partidos políticos que tenían en su agenda una serie de temas que se consideraban como urgentes, para llevar de forma rápida las soluciones que la sociedad estaba reclamando, desde hacía varios años.

Procesos de negociación mediante, se sancionó la Ley de Urgente Consideración. Y varios de los artículos cuestionados por la central sindical, fueron votados por sus camaradas legisladores.

Las firmas se fueron juntando bajo eslóganes y consignas, sin explicarle al firmante de qué se trataba. Esto es así, aunque los militantes del referéndum digan lo contrario. ¿Alguien se imagina explicar el alcance de 135 artículos antes de conseguir el convencimiento de cada uno de los 700.000 ciudadanos?

En rigor, hasta ahora lo único que hay son papeletas entregadas a la Corte Electoral. Para que se conviertan en un acto de democracia directa, necesitan ser validadas. Cuando ello ocurra, cuando se confirme si se llega al requisito mínimo para convocar a referéndum, recién allí se dará inicio a la campaña sobre el mismo.

Por los plazos que se conocen, si llegara a haber referéndum, éste sería en febrero, aproximadamente, del año próximo. Casi tres años antes de las elecciones, demasiado tiempo como para que influya en la campaña electoral de fines de 2024. Y creo que no influirá para ninguno de los dos sentidos. Es decir, ni positivo para la Coalición Republicana si el llamado a las urnas no recoge la mitad más una de las adhesiones; ni tampoco para el Frente Amplio y su brazo sindical, el PIT CNT, si triunfa.

Los desafíos que tienen ambas coaliciones, de cara a sus respectivos recorridos electorales, van por otros andariveles: ubicar figuras de recambio, definir sus posicionamientos ideológicos, conectar con la mayoría de los ciudadanos, entre otros. En tal caso, este hecho puede ser utilizado para acumular para esos desafíos, pero no constituirse en uno en sí mismo.

Así que, aseverar que el referéndum ya es un hecho -cuando todavía restan validar las firmas- o sostener que su eventual imposición es un golpe al gobierno, demuestra una ansiedad analítica que me recuerda lo del título.

También es precipitado calificar de hazaña la supuesta obtención de las firmas. Si partimos de la base que la central sindical cuenta con 400.000 afiliados y el Frente Amplio el casi el 39% del electorado, no parece imposible la obtención del objetivo. Por el contrario, lo novedoso sería que no llegaran.

Si hacemos el ejercicio prospectivo de pensar qué escenarios se abrirían para la Coalición Republicana en caso de que los 135 artículos de la Ley sean derogados, se me ocurren a priori dos. Por un lado, buscar alternativas de modo de gobernar procurando esos resultados, con otros instrumentos. Y por otro, y en paralelo, cerrando filas de modo de solidificar posiciones para la búsqueda de su renovación en el poder en 2024.

El referéndum -repito, en caso de confirmarse- se transformará en una aprobación o no de la gestión del gobierno. Será una gran encuesta con margen de error cero para ese momento. Y nada más en términos políticos.

Los mecanismos de democracia directa son un elemento fundamental de la buena salud de nuestro sistema de gobierno. En última instancia, es el elector con su voto quien define. Lo importante aquí, es que esa voluntad se respete siempre, no solamente cuando es funcional a los intereses de una parte. Hace poco tiempo, quienes hoy promueven esta iniciativa, le emendaban la plana al pueblo, interpretando lo que, en dos oportunidades, el pueblo había elegido. Esas acciones son gravísimas para un instrumento que debemos preservar, más allá de los resultados.

 

La rebelión de los de a pie por Andrés Copelmayer

Es la primera vez en la historia política y legislativa del Uruguay que se utiliza tan mal y antidemocráticamente el mecanismo de ley de urgente consideración. La premura por sellar un acuerdo programático dentro de la tambaleante coalición electoral gobernante, hizo que sin debate alguno se legislara sobre cambios estructurales en 11 áreas estratégicas del Estados: seguridad pública, educación, economía, vivienda, salud, políticas sociales, empresas públicas, colonización, relaciones laborales, seguridad social y funciones de los servicios de inteligencia. Haber alcanzado casi 800.000 firmas para habilitar referéndum sobre 135 artículos de la LUC, incluye en la agenda política y ciudadana un profundo debate sobre el modelo de país en el que queremos vivir. La trampa del actual gobierno de no presentar la LUC antes de las elecciones, permite abrir el diálogo con todos quienes votaron a la coalición multicolor de buena fe, muchos para sacar al Fa del poder, pero sin conocer ni haber votado este nuevo contrato social inserto en la Ley.

La sorpresa del aluvión de firmas pro referéndum de la última semana, a pesar de la pandemia y el sistemático blindaje mediático de los grandes multimedia, evoca la remontada del FA en el tramo final de la campaña en el balotaje entre Luis Lacalle Pou y Daniel Martínez. Hay un pueblo de a pie que quiere más y mejor democracia, y que reclama tanto al gobierno como a la oposición una actitud de respeto a la democracia republicana, a la construcción de puentes entre la política y la sociedad real, y la participación popular en la toma de decisiones claves para el futuro del país. Quien escuche y de voz a esta masa creciente que quiere romper el techo de cristal de la burocracia política alejada de las necesidades gente; estará facilitando la construcción de un nuevo paradigma para gestionar los graves conflictos y desafíos post pandémicos.

Democracia Directa por Cristina De Armas

 

Allá por 1916 cuando José Batlle y Ordóñez hablaba de Plebiscito y Referéndum las diferencias no eran tan claras como lo son hoy, sin embargo, aún existen errores al respecto. El plebiscito da paso a una reforma de la constitución, el Referéndum a la derogación de una ley o artículos de una ley.

  • En momentos en que escribo esta nota surge en prensa la noticia de que el Partido Colorado hará Campaña en contra de la herramienta democrática. No contra la herramienta desde el principio batllista. Prueba de ello es que nadie se manifestó ni intentó impedir que se juntaran las firmas necesarias para llegar al referéndum el cuál una vez contabilizadas las firmas por la Corte Electoral será una realidad. La campaña a la que deben referirse será para evitar el voto en ese referéndum de forma afirmativa para derogar los 135 artículos que el Referéndum propone.

Lo curioso de esta noticia no es lo que el PC expresa, sino que se vea en la obligación de hacerlo. Es parte de la Coalición que gobierna, votó la LUC como parte de ella. Extraño sería que no hiciera esa campaña. Un Partido Colorado que se molesta si se dice que el gobierno es blanco y actúa como si no fuera gobierno.

Pero volviendo al punto de la nota; el frenteamplismo volvió a vivir un día como aquella noche de noviembre donde la derrota se vistió de victoria por un momento. Ha sido una gran campaña de una militancia que no baja los brazos. Indudablemente y sobre todo al final mucha ciudadanía no militante viendo el esfuerzo con todas las posibilidades en contra, dio su apoyo.

Es un gran estímulo para la militancia, una demostración de fuerza. Era una de las dos posibilidades que lo lograran, al gobierno no lo toma por sorpresa. Se deben autentificar las firmas, organizar el Referéndum, movilizar todas las militancias y eso es buen ejercicio político. La prensa deberá informar, habrá información y desinformación, pero el ciudadano no podrá ser indiferente. El gobierno sabe bien que el Frente Amplio gobierna sobre la mayoría de la población y que los sindicatos y las organizaciones sociales son su brazo fuerte; también sabe que en el caso de que el Referéndum tuviera el voto a favor, esos artículos no lastiman la columna vertebral del plan de gobierno.

La democracia mueve sus mecanismos, los partidos políticos sus militantes y gobierno y oposición miden fuerzas. Es buena política.

 

 

Tenés las firmas… ¿Y? por Juan Ramón Rodriguez Puppo

Juntar 700 mil firmas o tal vez más es posible. Bueno sería que no hubieran podido. Sobre todo, si dispones de muchos meses y es la única motivación que te queda porque te han derrotado -hace poco- en las urnas y en el Parlamento. Todo bien, pero el partido recién empieza. Esas firmas tienen que ser válidas (al menos 675 mil) y eso está por verse. Supongo que sí o por lo menos a ese número se va a llegar con holgura. Se lo vistió de hazaña, pero no lo fue. Fue un respira para una izquierda que viene castigada y eso sí hay que reconocerlo. Pero para derogar la LUC te tienen luego que derrotar en las urnas. Y falta mucho para eso. Eso sí, ahí las dos coaliciones se juegan el partido del futuro.

La batalla por mantenerla en pie o derribarla obligará a ambas coaliciones a mancomunar esfuerzos y operará como un factor de unión. Un subproducto interesante para la -débil aún- Coalición multicolor. También para la izquierda obliga a un gran esfuerzo dado que las firmas apenas representan un 25 % de un piso de 39 % del electorado que los votó en octubre de 2019 y eso aún dista mucho de ser suficiente para lograr un objetivo que sea visto como una victoria. Hasta el jueves pasado el referéndum no obligaba tanto a un desgaste y era visto como algo muy lejano. Eso se lo iban delegando a su brazo sindical (el Pit Cnt) y a algunos dirigentes del FA que lo tomaron con pasión y dedicación (no todos). A partir de ahora y si quieren ganar las elecciones de 2024 derogar la LUC pasa a ser una condición sine qua non. De lo contrario la familia multicolor reforzará su instrumento legislativo principal de gobierno y renovará el crédito electoral favorable con el electorado. Bien sabido es que de confirmarse la acumulación de derrotas -para la izquierda- va a operar como el sello final a un nuevo tiempo de democracia liberal y hasta de derechas en el Uruguay. Por tanto, preveo tiempos duros de debates en los que a los bandos en disputa les va la vida para sesgar de triunfalismo el camino hacia 2024.

Hasta aquí el abordaje y análisis estrictamente político de lo que pasó y lo que vendrá.

Pensando en el Uruguay ya solo espero que no se transite por la vía de la derogación. La justificación histórica que algún día alguien analizará sobre la LUC es que fue una herramienta constitucional preavisada y con la arquitectura jurídica adecuada para un cambio de signo de gobierno luego de 15 años de experiencia de la izquierda en el gobierno. Se la puede criticar por considerarla Ley «ómnibus» y por supuesto que valen las críticas, pero las entiendo desmesuradas y que no comprenden un espíritu de cambio que fue empujado por la voluntad de cambio de la mayoría de los uruguayos en 2019. La LUC es apenas eso. Una ley que contiene gran parte del cambio que las mayorías que votaron un nuevo gobierno aspiran a que se instaure para corregir un rumbo que se consideraba equivocado. Solo eso y a no creer en fantasmas ni demonios. Es una herramienta constitucional y nadie puede criticarla por sorpresiva ni menos por no haber sido suficientemente discutida ni analizada entre partidos. Es más, el FA votó favorablemente la mitad de sus artículos.

Por otra parte, y como dijera sabiamente Zelmar Michelini: «Las Leyes de urgente consideración serán en un futuro una herramienta ideal para desmentir a los eternos críticos de la democracia representativa que tildan al parlamento de inoperantes. Se trata de un instrumento eficaz de mejoramiento de la democracia». (ensayos sobre la Constitución 1966).

¡Que pena la izquierda, que no honren sus inteligentes presagios!

Finalmente, y para los que nos consideramos demócratas:

Que sean las urnas las que definan y al otro día parafraseando a Ortega y Gasset: «Uruguayos a las cosas».

 

Causas, consecuencias y limitaciones por Juan Pablo Grandal

En pasadas columnas en este Semanario expresé un gran escepticismo respecto a la posibilidad de que la campaña para derogar 135 artículos de la LUC llegara al número de firmas necesario para que se dé un referéndum. Nobleza obliga a admitir el error. Pero creo también que estuve muy lejos de ser el único en mostrar este escepticismo. Claramente los hechos fueron por otro carril, y me parece importante pensar el por qué.

Si vemos la situación actual del Frente Amplio, nos da la imagen de que es un partido acéfalo. El liderazgo de Javier Miranda es inexistente, los dirigentes con más experiencia se encuentran bastante replegados, y existe un gran número de dirigentes de nivel medio, que cada uno actúa más o menos por su cuenta. No existe una conducción política clara, y se ve en la actitud pública de varios actores, y en la pobre toma de decisiones en como plantarse como oposición. En este contexto (sumado a un gobierno con niveles de aprobación aún altos) era difícil imaginarse que llegaran a la meta de poco más de 600 mil firmas. Pero por el otro lado está el PIT-CNT. Fue tanto el movimiento sindical, como también las bases frenteamplistas (con poco apoyo de la dirigencia) que se puso en la espalda el esfuerzo de la recolección de firmas. El despliegue que se vio las pasadas semanas fue impresionante. Ante la falta de conducción política son las bases y el movimiento sindical que rescatan a la fuerza política. Esto lo considero demostrativo de la importancia para un movimiento político de generar un movimiento obrero organizado que funcione como la columna vertebral del movimiento, brinda tanto una base política sólida como también una gran capacidad de movilización. Es fundamental.

También de parte del gobierno creo se cometieron algunos errores. Se manejó la recolección de firmas con cierta confianza de que no se llegaba, o si se llegaba no iba a ser grave para el gobierno. Es entendible que se haya elegido no realizar algún tipo de contra-campaña porque sería darle una entidad aun mayor a la campaña, que entiendo no lo quisieran hacer. Pero hay decisiones difíciles de entender. Que en los meses anteriores al vencimiento del plazo se hayan dado varios aumentos de las tarifas públicas es inconcebible. Y si bien no querrían darle mayor entidad a la campaña, una mayor defensa de algunos de los artículos más populares de la LUC como parte del apartado de seguridad por ejemplo podría haber sido útil. Creo que el gobierno flaquea en estrategia política en muchos sentidos, por lo que tampoco creo que deberían ver con mucho optimismo el futuro referéndum, si no hay un cambio de rumbo en la estrategia política pueden llegar a perder, y para la coalición que caiga incluso parte de la LUC sería catastrófico. Deja al gobierno muy flaco en capital político e inevitablemente generas tensiones en el seno de una coalición que ya muestra importantes grietas.

En cuanto al debate sobre el referéndum, me parece positivo que se dé. Siendo yo políticamente independiente y presentándome como crítico tanto a la coalición de gobierno como a la oposición, que ambos bloques confronten abre espacios para presentar que un camino distinto puede existir. De la propia LUC estoy de acuerdo con 50% de su contenido y en contra del 50% restante, qué puedo llegar a votar en el referéndum seguramente no lo sabré hasta el día mismo. Pero también hay que tener clara una cosa: si bien el debate es bienvenido y que existan estos mecanismos de democracia directa es positivo, no nos engañemos. Las problemáticas más profundas de nuestro pueblo están predeterminadas, y jamás serán sometidas a referéndum. Como dijo el teólogo y filósofo inglés G. K. Chesterton, lo importante no es si el pueblo vota, lo importante es si tiene el poder. Y hoy nuestra realidad nacional profunda no solo no es determinada por nuestro pueblo, es determinada en gran parte por elementos fuera del territorio nacional. Es muy correcto que existan estos mecanismos, pero seamos conscientes siempre de sus limitaciones, y que no nos vendan gato por liebre.

 

800 mil firmas que ponen a la Lacalle Pou contra las cuerdas por Lucía Siola

El pasado jueves la comisión Pro Referéndum entregó a la Corte Electoral casi 800 mil firmas para la anulación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, lo que constituyó una verdadera movilización social desde abajo, de los sindicatos y las bases frenteamplistas en los últimos meses, en el momento de brutal impacto de la pandemia en el país, donde Uruguay llegó a encabezar el ranking de contagios y fallecidos por covid 19.

La azaña de la recolección de firmas que superó en número a la cantidad de votos que tuvo el partido de gobierno, se demoró no sólo por la circulación del virus, sino porque gran parte de los dirigentes del Frente Amplio que votó el resto de los articulados de la ley se pronunció en sus inicios en contra del mismo. De hecho hay que señalar que importantes organizaciones sociales (FUCVAM, FEUU, y una tercera parte de los sindicatos que componen el PIT-CNT, además de numerosas organizaciones barriales y colectivos que emergieron en los dos últimos años frente a la pauperización) se posicionaron en los orígenes de la discusión por una campaña contra toda la LUC incluyendo los artículos referidos a la reforma de la seguridad social, para impugnar el conjunto de la política gubernamental derechista concentrada en gran parte en esta “ley programa” que recoge las demandas de las cámaras empresariales emanadas de los documentos de 2019. Sin embargo, las pocas organizaciones militantes que continuaron con esa posición e impulsaron la recolección de firmas contra toda la LUC no llegaron al objetivo.

La conquista de las firmas por el referéndum parcial plantea una advertencia al gobierno en relación a la política que ha venido desplegando, y lo debilita en relación a su pretensión de profundizar el ajuste y el garrote contra los trabajadores y sus luchas. Por otro lado, fortalece la movilización social que ha sido contenida producto de la pandemia, y que ha adoptado en algunos lugares formas de coordinación sindical de tendencias independientes con anclajes territoriales, junto a organizaciones barriales, de vivienda y ollas populares. Además este triunfo aún parcial y limitado potencia la acción sindical y de los trabajadores en la medida en que vuelve a cuestionar y rechazar la profundización y militarización de la represión a la protesta social y obrera, así como la criminalización de la pobreza, que ya había sido rechazada en la campaña en torno a la baja de edad de imputabilidad.

A dos años de gobierno, y en el marco de una imponente crisis social, económica y sanitaria que está siendo brutalmente descargada contra la clase trabajadora la coalición derechista verá plebiscitada su gestión cuando todavía no ha terminado la pandemia y aún debe avanzar con los mandatos del FMI en relación por ejemplo a la reforma de la previsión social.

 

La campaña hacia el referéndum no sólo refuerza a las organizaciones sindicales, estudiantiles y de vivienda frente a la avanzada empresarial y derechista, sino que abre una oportunidad para profundizar la deliberación política y la acción obrera. En este sentido es preciso dar la pelea por poner en pie comités y coordinadoras en los barrios, sindicatos y lugares de trabajo para impulsar la campaña por el referéndum. Debemos poner en discusión las verdaderas necesidades populares, es decir una agenda obrera para que la campaña aborde también la cuestión de las alternativas políticas en juego, un programa estratégico frente a la virulencia y pauperización social que plantea el cuadro mundial y latinoamericano de crisis capitalista, en definitiva, el problema del poder.

 

Las firmas y la densidad del ser por Fernando Pioli

 

La LUC es la espina dorsal de la coalición de gobierno. Es la estructura interna que le permite ser una unidad, casi que es una exposición de su espíritu.

El origen de esta ley ómnibus está en la propia naturaleza multicolor del gobierno. Lo urgente de esta ley era darle un centro de gravedad a la coalición, algo que le permita sostenerse. El propio proceso de negociación postelectoral es un síntoma de ello. El que no estuviese claro su contenido, el mismo que fue variando con el tiempo hasta llegar al texto definitivo, revela el hecho de que la coalición se fue entretejiendo en la medida que se elaboró el entretejido de la mismísima LUC. La coalición se construyó a sí misma al ritmo que debatía y acordaba el texto.

El que haya que discutir y argumentar sus fundamentos le agrega un peso nuevo al gobierno, seguramente uno que no esperaba que se diese. La zona de confort que se había construido gracias a su cerco mediático y las encuestas con márgenes de aprobación sospechosamente favorables ahora se ve atacada.

La ventaja de la democracia sobre otras formas de organización política es la necesidad de argumentar, de confrontar ideas. Eso obliga a la ciudadanía a abandonar la comodidad de aceptar lo verdadero sin someterlo al escrutinio de los hechos. Ante el debate se cierne la sombra de la duda, y con ella un espíritu más racional y científico.

Este proceso que se avecina marca un hito en el proceso político de este quinquenio, porque más allá del texto de la ley se pondrá en juego la exposición de los fundamentos de las decisiones de gobierno. Así como el oficialismo se construyó a sí mismo redactando la LUC ahora la oposición deberá construirse a sí misma tratando de derogar la misma ley. En fin, la insoportable densidad del ser.

La oposición ha aparecido perdida, desordenada, deshilachada y afectada por la desidia y poco apego a los argumentos. Es hora de que despierte, se lave la cara y salga a caminar.

Cuando se empezó a pensar en la junta de firmas parecía un objetivo difícil de alcanzar, un riesgo que podía someter a sus impulsores al ridículo o darles un espaldarazo. Ha ocurrido esto último, señal de que hay un caudal político que estaba buscando orientarse en una dirección y la ha encontrado. Si la oposición encuentra navegantes es posible que llegue a puerto.

 

La gesta de la recolección por Rodrigo de Oliveira

 

Y, pasados seis meses, se habría alcanzado la cifra de firmas necesarias para llevar adelante el referéndum contra un centenar largo de artículos de la Ley de Urgente Consideración impulsada por el actual gobierno.

Decimos habría porque si bien fueron casi ochocientas mil las voluntades presentadas, falta aún el depurado correspondiente que debe llevar adelante la Corte Electoral, organismo rector de nuestros procesos electorales. «Radio pasillo» de dicha Corte arguye que habrá una amplia invalidación de lo aportado por la Comisión a cargo de dicha recolección, dada la duplicación, datos equivocados y otros errores emergentes de las hojas firmadas.

En manos de aquella está y todos confiamos en la limpidez de tal proceso, verificado además por delegados de todos los partidos políticos. Dentro de cinco meses sabremos.

Hábiles fueron los militantes primero del Pit Cnt y luego, tibiamente, del FA, en la estrategia de campaña. Profundamente errónea la débil defensa de la ley por parte de la coalición multicolor.

Tras una buena defensa parlamentaria de la misma, se dejó librada a su suerte la explicación pública y generalizada de las motivaciones y argumentos que impulsaron su aprobación. Aprobación en la cual también participó el mismo Frente Amplio, que además presentaba enormes dudas en cuanto a hacer campaña para su derogación. Cupo al movimiento sindical y a parte de sectores sociales generalmente vinculados al mismo el primer impulso al proceso en marcha. Cuando la movilización comenzó a hacer carne en la militancia partidaria y desde la orga se vislumbró la posibilidad de enfocarlo hacia una elección de medio término, ahí sí, los diversos dirigentes encararon firmemente y se volcaron de lleno a la juntada de firmas. La táctica fue muy buena, al punto que hoy hablan de gesta. Esta última altamente cuestionada desde los ajenos, dado que en los últimos tres días habrían logrado las firmas de unas ciento cuarenta mil personas, hecho de por sí dudoso para cualquiera que haya militado políticamente. Pero como táctica, notable. ¿Hubo ocultamiento de la cantidad real alcanzada previamente, a efectos de fogonear la movilización? Así parece ser, válido por completo y que además rindió sus frutos.

Lo que sí resulta evidente es el empuje dado a las bases políticas de la oposición. Luego de un año largo durante el cual no lograban cohesionar dirigentes y votantes ahora lograron unir esfuerzos y alcanzar resultados, necesarios para mantener al aparato político partidario en funciones. Inicialmente enfocado en la derogación de parte del articulado, desembocó en el forzar una elección que pusiera en jaque al gobierno, cuestionando su gestión. No fue arbitraria la elección de la fecha para la interpelación a dos importantes ministros de la actual administración justo en la semana en que se entregarían las papeletas firmadas. Desde comienzos de junio se sabía que los números sanitarios de la pandemia serían favorables a los multicolores a partir de la primer semana de julio, aún así está fecha fue juzgada conveniente para la presencia de tales ministros en sala. El agregado del fallo del tribunal italiano refrendando la condena a militares uruguayos involucrados en delitos de lesa humanidad tampoco parece ser aleatorio, fecha que se conocía que sería en estos días. Todo ello fue un buen golpe de efecto a las alicaídas huestes opositoras. Si agregamos a tal el abandono a una imprescindible defensa de la ley mostrada por los legisladores coaligados, el resultado era previsible.

Falta todo el debate venidero acerca de virtudes y defectos de lo aprobado legítimamente. De lo que no caben dudas es del grueso error en que se cayó al centrarse exclusivamente en la pelea contra la pandemia y su manejo. Ahora se deberá defender la gestión toda, no solo el articulado cuestionado.

Tendremos mucha tela para cortar, en este sentido.

 

 

 

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