En un tiempo histórico en el que la gran industria cinematográfica, ya sea en formato cine de sala, canal de cable o streaming, carece de ideas frescas, la nostalgia que genera una serie como “El libro de Boba Fett” –disponible en la plataforma Disney Plus-parece ser el recurso ideal para recuperar a un público maduro, hastiado de fallidos experimentos de moda, y ávido de revivir tiempos menos convulsos que los actuales.
El vastísimo universo de “Star Wars”, que comenzó en 1977 con el estreno del primer filme de la nonalogía, llamado en su momento únicamente “Star Wars” pero rebautizado como “Episodio IV- Una nueva esperanza” con la llegada de las precuelas, es una criatura que no para de crecer.
Además de la trilogía original, tres precuelas y tres secuelas, la cosmogonía creada a fines de los años setenta por el cineasta, escritor, guionista, productor y director George Lucas incluye libros, que tienen una continuidad conectada pero a la vez independiente a la de la saga, videojuegos, series de animación y live action -con actores de carne y hueso- comics, y una inabarcable cantidad de merchandising, juguetes, figuras, naves a escala y cualquier objeto virtual o real dónde pueda utilizarse la marca.
La trilogía original, es decir los Episodios IV, V y VI, suele ser de culto para toda una generación, más que nada los menores de cincuenta años, y los Episodios I, II y III, son más gustados quizá por quienes transitan los cuarenta años o menos, si bien en los últimos tiempos gozan de mayor aceptación entre los fanáticos de la primer trilogía.
Pero con la llegada de las últimas tres películas de la saga, Lucasfilms, en control de la corporación Disney desde que Lucas vendió su compañía hace ya diez años, se buscó romper con el peso de las seis primeras y reiniciar el universo cinematográfico de “Star Wars”, con el propósito de refrescarla y atraer un nuevo público. Éxito de taquilla, el nuevo enfoque coadyuvó a acercar a gente más joven, que no había visto o no le interesaban los filmes anteriores.
Sin embargo, esta resurrección, más allá de abrir nuevas posibilidades argumentales con la creación de nuevos personajes y tramas, decepcionó al grueso de los viejos fanáticos, quienes crecieron con los seis episodios anteriores, y que los relacionan con su infancia o adolescencia. Incluso, muchos de ellos siguen revisionando aquellos clásicos y coleccionando merchandising vinculado a la marca.
El cinéfilo incondicional se sintió traicionado, ninguneado y consideró que se le dejaba de lado. Incluso, pensó que se le faltaba el respeto, por el abordaje de algunos personajes clásicos incluidos en la nueva trilogía, por la excusa de hacerlos desaparecer y romper con el pasado.
Pero la última entrega tampoco tuvo el éxito esperado, con lo cual Disney comprendió que además de defraudar al viejo público también estaba decepcionando al nuevo.
Es en ese contexto dónde entra una serie como “El mandaloriano”, ambientada en tiempos de la trilogía original, y abundante en ambientaciones, referencias y guiños, incluso con algún cameo de personajes clásicos gracias al inevitable CGI o efectos generados por computadora. “El mandaloriano” se sintió como un retorno a las fuentes, un homenaje al mejor pasado de la saga cinematográfica y una caricia a los veteranos fanáticos luego de tanto vapuleo.
Dado el éxito obtenido por esta serie, y las comparaciones de su protagonista con el cazarrecompensas Boba Fett, personaje de la trilogía original, el siguiente paso era seguir por el mismo rumbo, lo cual se concretó con “El libro de Boba Fett”, que narra las aventuras del mandaloriano más carismático de la saga.
Esta nueva serie y la anterior están obviamente imbricadas entre sí y con los filmes originales, al menos con los primeros seis, compartiendo ambientación y, lógicamente, apariciones de personajes queridos de los filmes clásicos gracias a la magia, una vez más, del omnipresente CGI.
El libro de Boba Fett está ambientado luego de “Episodio VI El regreso del Jedi”, filme de 1983 que cierra la primera trilogía, luego de la cual pasarían 16 años antes de que se retomara la saga con la primer precuela: “Episodio I La amenaza fantasma”.
Si bien este nuevo retorno al universo clásico de “Star Wars” ha sido recibido con beneplácito por los fanáticos de toda la vida, y por muchos nuevos aficionados, la serie confiere una visión del conocido personaje que por momentos no convence del todo. Es que los tiempos han cambiado, y la Disney está embarcada en una política de cambio de imagen, procurando alejarse de estereotipos y enfoques que le fueron muy rentables en el pasado, pero que ya no son políticamente correctos.
Tal vez por ese motivo el personaje de Boba Fett ya no se muestra tan implacable, tan cruel, tan moralmente cuestionable como en los años setenta, sino que ha sido dotado de un perfil más heroico, aunque en algunos capítulos vuelva a ser el mismo de siempre.
Es un auténtico desafío mantener la esencia del personaje y, al mismo tiempo, responder a las nuevas sensibilidades y al cambio de imagen de la compañía. Entretenida, bien ambientada, abundante en guiños y referencias que solamente los incondicionales sabrán apreciar, contiene episodios que en algunos casos parecen de series diferentes, como si fueran capítulos independientes dentro de ella.
Pero, más allá de estas inconsistencias, “El libro de Boba Fett” es, de todas formas, un añorado retorno a las viejas raíces de una saga que mantiene plena vigencia, paradójicamente, gracias a la recurrente apelación al pasado.
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