Con errores así, difícil saber cuáles son los aciertos. Lo concreto es que la denominada iniciativa federal de reducción de costos impulsada por el presidente Donald Trump, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, gestionado por el excéntrico Elon Musk, publicó a comienzos de esta semana una supuesta larga lista de contratos gubernamentales que anunciaban habían sido canceladas. La fuerza de la resolución destacaba por el volumen: decían que en conjunto sumaban unos 16.000 millones de dólares en recortes, en un nuevo “muro de recibos”.
Sin embargo, no era tal la novedad, sino algo más parecido a una aspiración. Casi la mitad de esos recortes se explican por la cancelación de un único contrato de (nada menos) ocho mil millones de dólares, asignados en algún momento a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas. La falta de rigor y el exceso de emoción, llevaron a que la pulcritud del listado de la DOGE se desvaneciera y (por lo menos) la exageración de los valores proyectados alteraron el panorama. Una visión algo más serena y rigurosa, desnuda que en realidad los números del contrato se reducían hasta 8 millones de dólares; por cierto, una realidad muy lejana a los festejados ocho mil millones de dólares iniciales. Si con este desatino no alcanzara, habría que sumar que otros 55 mil millones de dólares sólo desaparecían mágicamente, sin ninguna justificación. La desaparición de éstos 55 mil millones carecía de documentación propia o específica.
Así se esfumaron…
La verificación de los recortes desnudó errores muy significativos que restaron seriedad a las conclusiones. Por ello, hay que verificar los antecedentes, se aprecia que en las versiones anteriores del contrato que se anotaban en el Sistema de Datos de Adquisiciones Federales, The Upshot advirtió que la adjudicación federal, aprobada en septiembre de 2022, había considerado un valor total de 8 mil millones de dólares. Pero al proceder a la actualización realizada el pasado 22 de enero de este año, esa cifra se redujo a apenas 8 millones de dólares. Una nueva revisión, realizada para asegurar la validez de los números, mostró que en la base de datos se computaba que el contrato en cuestión se rescindió apenas una semana más tarde. Para darle escala y sentido de proporcionalidad, unos ocho mil millones de dólares significan algo muy parecido al presupuesto de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Error o qué?
Las evidencias dejadas al desnudo en los registros desnudarían una fuerte inestabilidad de los sistemas. Ahora mismo se especulaba con la posibilidad de que DOGE o alguien más en la administración Trump decidiera reclamar para sí este crédito, aduciendo una corrección del error en la base de datos de contratación, ya que el alcance de la planificación se reducía casi que a la nada, apenas a $ 8 millones. Para sumar suspicacias, toda esta cuestión sucedía apenas dos días después de que el presidente Trump asumiera el cargo. Tan cierto como ello era/es que el gobierno no estaba gastando los 8.000 millones de dólares del cuestionado contrato. En sentido estricto, en los últimos 30 meses, este rubro apenas llevaba imputados 2,5 millones de dólares. Cobra mayor fuerza el dato toda vez que se considera que el contrato analizado expiraría en 2027.
Pero…
Según varios artículos publicados en Washington, aparecen otras consideraciones que no hay que desatender. Una relevante, sino la principal por el componente documental que la respalda es que el sitio web de DOGE había incluido una captura de pantalla de la propia base de datos de contratistas federales que muestra que el valor del contrato era efectivamente por $8 millones. Y ello a pesar de que cuando se habría tomado esa captura de imagen del sitio de DOGE se podía leer $8 mil millones en ahorros.
Sin embargo, al día martes, cuando aún el intercambio de opiniones aún era intenso, DOGE eliminó la captura de pantalla que mostraba la drástica reducción, pero concomitantemente se persistía en el reclamo por los $ 8 mil millones en ahorros. Era, efectivamente, un enlace que remitía a la versión original del contrato por un total de 8.000 millones de dólares.
A modo de ¿conclusión?
Si la información válida fuera la de los 8 millones de dólares, los resultados se modifican severamente. Dicho en pocas palabras: si el máximo presupuestado es de 8 millones, y según datos de USAspending.gov, los registros de lo gastado han llegado a los 2,5 millones de dólares, lo que se traduce en que el monto ahorrado ascendería a unos 5,5 millones de dólares…dólar más, dólar menos.
Quizás lo más importante de todo esto, incluso más allá de la propia inconsistencia, es recordar que se trata de un asunto que el presidente Trump delegó directamente en Musk. Se trata de este controversial personaje que está al frente de la iniciativa DOGE, y que ha reconocido que en el grupo en cuestión puede cometer errores.
Apenas publicadas estas aclaraciones que transmitían la sensación de que se estaba frente al cierre del asunto, la administración Trump negó que Musk sea un funcionario de DOGE. Y en la web aparece que D&G Solutions es quien está a cargo de estas cuestiones. Manifiestan contar con unos ingresos anuales del orden de los 50 millones de dólares, producto de los más de 40 contratos en ejecución.
Como repetíamos cuando éramos adolescentes: cuando comenzamos a descubrir las respuestas nos cambiaron las preguntas.

