Somos el ambiente por Salvador Schelotto

Somos el ambiente. Las personas lo habitamos. Lo generamos y a veces lo regeneramos, en ocasiones lo contaminamos y también podemos cuidarlo y mejorarlo. Pensar a la sociedad y al ambiente como entidades diversas, “cosas” separadas es un error, que por frecuente no debe ser admitido. En una visión moderna y transversal del ámbito que habitamos las sociedades, se analizan los denominados sistemas ecológico-sociales o sistemas socioecológicos, esto es, sistemas complejos que se consideran para comprender adecuadamente las interacciones entre sociedad y naturaleza. Esta mirada nos ayuda a no disociar los vínculos entre los cambios ambientales y los cambios sociales. Ya pensar el futuro en términos de desarrollo sostenible y resiliencia.

Las ciudades son ámbitos altamente artificializados, en los que la historia urbana ha impreso al territorio marcas duraderas. Montevideo es uno de esos ejemplos: se han impermeabilizado importantes extensiones de suelo, se entubaron arroyos y cañadas, se generaron canteras para extraer piedra y luego se rellenaron de basura, se eliminaron playas y construyeron ramblas y murallones. Y se taparon arroyos como el curso bajo del Malvín, el de los Pocitos, el del Cerrito y el de las Canarias (o Miguelete chico) que nos ocasiona muchos problemas en la esquina de Libertador y La Paz.

Por esa razón, se requiere un cambio de paradigma al abordar los temas ambientales. Entendemos a las soluciones basadas en naturaleza como aquellas respuestas a problemas y demandas sociales que se apoyan en un conocimiento profundo del funcionamiento de los ecosistemas. Estas acciones pueden ayudar a enfrentar el cambio climático, mejorar la seguridad alimentaria, contribuir a una adecuada gestión del agua, a cuidar la salud humana y mejorar la seguridad ante los desastres. La restauración ecológica de algunos ambientes como los cursos de agua es un ejemplo de estas acciones. Vi soluciones de este tipo en la ciudad de Toronto hace más de 30 años, al regenerarse humedales costeros. También, hace pocos años, visité la ciudad de Seúl, que en el año 1958 habia tapado con una autopista el arroyo Cheonggyecheon, y en el año 2005 decidió retirarla, regenerando la naturaleza y recomponiendo su curso y sus márgenes como paseo urbano y hábitat de muchas especies.

En la escala del territorio, es importante preservar y poner en valor los entornos no urbanizados, no solamente por su valor productivo y paisajístico, sino también por los servicios ambientales que prestan. Montevideo rural ocupa el 60% de la superficie del departamento y su valor ecológico y ambiental es central. Esos servicios son fundamentales para la pureza del aire, el agua, el control de inundaciones, la protección de la biodiversidad, entre otros.

En la escala urbana, debemos profundizar las intervenciones como los jardines de lluvia (Montevideo tiene sus ejemplos construidos) y más genéricamente, los sistemas de drenaje urbano sostenible (SUDS), que son soluciones apropiadas para mejorar la capacidad de los entornos urbanos para enfrentar eventos extremos de lluvia, y además pueden filtrar los contaminantes que arrastra el agua. Avancemos en lograr espacios públicos más verdes, con suelos más permeables y más porosos, con sombra y vegetación que incluya especies nativas y permita la profileración de polinizadores, promoverán ambientes más sanos.

Ni que hablar de revalorar el aporte fundamental del clásico arbolado urbano (más que su versión de “ornato público”) contribuyendo con su sombra a que la ciudad sea un entorno más amigable y regulando la temperatura y humedad, albergando aves y polinizadores.

En la escala edilicia, los techos verdes y los jardines verticales, así como la agricultura urbana de micro escala, contribuyen de manera relevante a la mejora ambiental y el confort en la ciudad, frecuentemente convertida en una “isla de calor” debido al exceso de asfalto y hormigón.

En la actualidad, toda gestión urbana debe ser una gestión fuertemente ambiental y necesita de un compromiso potente con la implementación de soluciones basadas en naturaleza. Así lo veo; así quiero que Montevideo definitvamente lo encare.