Fernanda Muslera comenzó su carrera teatral con una capacidad de producción digna de Woody Allen, uno de sus referentes cinematográficos. Y es que con Rescate a la dama con tutú se estrenó el tercer espectáculo en tres años, luego de El amigo fantasma (2018) y Luz negra (2019). Nuevamente un disparador cinematográfico es el que ofrece el “surco” sobre el que trabajará Muslera, en este caso la película The Misfits (1961) con guión de Arthur Miller y dirección de John Huston, en la que Marylin Monroe encandila a tres hombres que de alguna forma establecerán una disputa sobre ella.
The Misfits es una inspiración pero Rescate a la dama con tutú, sobre un esquema análogo, se contextualiza claramente en el siglo XXI, y en particular los personajes se manifiestan como criaturas más o menos reconocibles de la clase media alta de nuestro país. Un empresario frigorífico y productor rural es el que ocupa en este caso el lugar central del varón que disputa la atención de Renata, una bailarina de ballet al borde del retiro. Pero el patriarca de la obra tiene rival en su hijo Tato, quien guarda un gran resentimiento hacia su padre. Alrededor de ese trío circulan otros personajes que irán sosteniendo, en la interacción con los personajes centrales, el desarrollo de la historia.
Tato aparece como una personalidad escindida, incapaz de terminar ninguna carrera universitaria, resentido ante la sensación de ser menospreciado por su padre. El resentimiento lo vuelve un “militante” feminista que tiene la necesidad de “explicar” todo el tiempo a Renata el carácter patriarcal de su padre. Por supuesto que esta conducta termina siendo una manifestación más retorcida de lo que él mismo pretende denunciar, el subestimar a la mujer intentando “rescatarla” es una forma más de sometimiento. Renata tiene algunas marcas de abuso en el pasado que la hacen un personaje particularmente complejo. Si es verdad que las referencias al cine son claves en esta obra, el carácter de la bailarina puede vincularse al famoso ballet El lago de los cisnes, que también es mencionado explícitamente en el espectáculo. Un doble comportamiento insospechado y quizá patológico de la bailarina encuentra un paralelismo en la princesa Odette, solo que aquí pareciera que el príncipe Sigfrido que llega a su rescate es más bien un Rothbart camuflado.
Todo el espectáculo parece ser un estudio acerca de cómo la incomunicación entre los personajes puede devenir en violencia, y en cómo las marcas del pasado, en particular las de abuso, están latentes en cada acción del presente. Nadie parece “sano” en este espectáculo, aunque sean figuras reconocidas de la alta sociedad, pasibles de aparecer en las páginas de sociales de diarios y revistas con glamour.
Esa necesidad de estructurar historias que terminen sirviendo para el estudio de personajes parece una clave del trabajo de Muslera, y aquí vuelve, como en Luz Negra, a aparecer el conflicto de género y el discurso feminista. Renata es ambigua con respecto a su vínculo con los varones, y eso se lo señala su amiga Paula desde el principio, mientras el exceso de celo feminista de Tato lo vuelve un personaje casi paródico. Renata nuevamente está en el lugar transicional en que estaban las protagonistas de Luz Negra, y que tiene que ver con una generación de mujeres que se está adaptando a algunos cambios que son problemáticos para ellas mismas, aunque el horizonte de libertad que se abre es incuestionable.
Rescate a la dama con tutú es el tercer espectáculo escrito por Muslera pero es el primero en que se encarga de la dirección, desafío particularmente complejo en este año de confinamiento. Da la sensación que la solidez del espectáculo tienen que ver con la estructura de escenas semi-autónomas que permiten ir viendo la evolución de los personajes. Si bien es cierto que hay referencias cinematográficas en algunas escenas, también es cierto que la primer escena apela a una convención específicamente teatral como el monólogo, aunque interpretado por un personaje que habla de sí mismo en tercera persona, como subrayando su personalidad escindida. Franco Balestrino interpretando a Tato es uno de los puntos altos de este espectáculo, pero el destaque es para la sorprendente actuación de Nadia Navarro, a quien nunca habíamos visto trabajar en un rol protagónico como este. Navarro calza con las características físicas del personaje, pero la construcción del carácter complejo y ambiguo de Renata va más allá de una presencia. Desde la elección de la protagonista Muslera empieza a cimentar un espectáculo sólido pero abierto, en que la historia parece importar mucho menos que la necesidad, sin solución, de los personajes por alcanzarse entre sí para superar algunas marcas que no terminan de cicatrizar.
Rescate a la dama con tutú. Texto y dirección: Fernanda Muslera. Elenco: Nadia Navarro, Sebastián Silvera Perdomo, Franco Balestrino, Cecilia Patrón y Maxi González. Violinista en escena: Fabiana Lira. Funciones: sábados a las 21.00 y domingos a las 20.00. Teatro Stella (Mercedes y Tristán Narvaja)
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