TRUMPDEMIA por Oscar Sarlo

Cada vez es más frecuente comparar los sucesivos ejercicios de gobierno en base a los distintos indicadores disponibles, que afortunadamente en nuestro país son bastante confiables y accesibles.

Y desde luego, esto es una práctica saludable, porque permite que la ciudadanía se vuelva cada vez más exigente; frente al avance incontenible de la irracionalidad emocional, el manejo de algunos indicadores imparciales resulta reconfortante.

Sin embargo, la retórica política, siempre encuentra “peros” como para justificar los resultados que no le resultan positivos. Por ejemplo, el gobierno de Lacalle Pou inició su período con un evento global originado en China: la pandemia COVID-19. Sin duda, fue una catástrofe de proporciones mundiales, que sin duda afectó a Uruguay de manera impensable. Con todo nuestro país, gracias a décadas de políticas públicas de salud, impulsadas inicialmente por el batllismo, continuada inclusive por los interregnos blancos, y que dieron un salto adelante con los gobiernos frentistas. No las hemos de agradecer a pensamiento liberal-libertario que viene creciendo en la región, para quienes el estado no debería ocuparse de tales cuestiones.

El gobierno de Lacalle Pou, más allá de las promesas liberales, no tuvo más remedio (muy a propósito la metáfora) que apelar al pesado aparato sanitario del Estado uruguayo -en manos del anti-liberal Cabildo Abierto- para aguantar la ola covideña. Y ya que estaba, no perdió la oportunidad de invocar la pandemia para justificar cualquier resultado magro de su gestión, lo cual, en puridad, no puede descartarse. Lo que sí debería descartarse, es la soberbia de prometer resolver todos los problemas en 5 años.

A la luz del píngüe negocio comunicacional que el gobierno de Lacalle (ya no hablaré de “Coalición Republicana”, porque creo que ese proyecto no quedará nada después de mayo…) hizo con la pandemia, muchos frentistas quizás añoren no haber tenido una pandemia similar al inicio de su gobierno. Sin embargo, creo que no es así: a los pocos días de iniciarse el gobierno de Orsi, arrancó una pandemia igual o peor que la del Covid-19. Es la “Trumpdemia”, elaborada también en un laboratorio secreto, pero esta vez fue en los EEUU y se ubica en el Sillicon Valley…

Estamos a mano. Nadie podrá decir -cuando llegue el tiempo de las comparaciones- que el Frente Amplio arrancó “con viento a favor” o “sin pandemia”. Nada: nos tocará cumplir con el crecimiento económico, en las peores condiciones globales. Pero, si sabemos generar un amplio consenso interior y manejarnos pragmáticamente en el exterior, quizás se pueda lograr.

En suma: la Coalición arrancó con una inesperada pandemia (el Covid-19) y el Frente Amplio también tuvo su pandemia (la Trumpdemia tarifaria 2025). Y como no se ve que estos sobresaltos vayan a concluir, es mejor que la ciudadanía se pregunte, al momento de elegir a sus gobernantes, qué tan creíbles son sus promesas, sino también, qué tan competentes los ven para enfrentar la pandemia (sanitaria, económica, migratoria, ecológica, etc.) que seguramente al comienzo del futuro inicio de gobierno.

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