“Yo no fui” por Atanasio Aguirre

Hablemos de la serie de Netflix “Adolescencia”

Lo primero: ¡solo los ingleses pueden producir algo tan bueno! Los americanos normalmente -hay excepciones claro- solo piensan en el lucro, los ingleses en calidad porque saben que el lucro viene por ¨añadidura¨.

Es también un ejemplo de cómo la sociedad se arregla por sí misma para discutir los temas que importan, sin necesidad de un estado interventor que inexorablemente se convierte en una pesada carga burocrática que termina irritando a la mitad de la población por lo menos parecería.

La sociedad busca sola los acercamientos que son difíciles de conseguir y que, aunque intentemos una ´cortada´ en base a las promesas de los políticos, no podemos escapar de la evolución de las cosas.

En este caso, se transparenta un peligro muy duro que vivimos en todo el mundo, especialmente con quienes recién están en etapa de formación.

Las repercusiones en el mundo son claras, los grandes medios del mundo se ocupan del fenómeno atrás de esta serie de 4 capítulos, con un guión brillante, actuaciones memorables y una técnica de filmación -una sola toma por capítulo- que multiplica el efecto dramático.

El gobierno inglés está sugiriendo que se proyecte la serie en centros de estudio con participación de expertos. Y habrá más, seguramente. La serie ya se considera la más importante que ha producido la plataforma Netflix, y si alguno cree que eso no es competencia, la BBC titula que está siendo aclamada como ¨lo más cercano a la perfección televisa en décadas¨.

Jeremy Clarkson, presentador y creador de programas que superaron todas las barreras de la popularidad y uno de los personajes más ¨políticamente incorrectos¨ de la TV internacional, considera que es ¨magistral¨.

Psicólogos y expertos en redes de todo el mundo aseguran que la realidad que expone no está alejada del mundo que viven los jóvenes hoy en día. No en vano el director, creador y protagonista de la serie Stephen Graham se inspiró para hacerla en dos informes separados de niños que apuñalaban a niñas hasta la muerte. ¨Me pregunté qué está pasando en una sociedad donde este tipo de cosas se están volviendo algo habitual¨.

Nos toca de cerca una declaración del psicólogo Roger Ballescà de la junta de gobierno Col-legi de Psicología de Catalunya que pregunta; ¨¿dónde están los padres? Queda en evidencia la falta de autoridad existente en casa y la escuela¨. Y sella con esta frase: ¨los hemos dejado solos¨.

En Uruguay también hubo declaraciones y repercusiones importantes. La mayoría de los comentaristas dejan en claro que no escapamos a estos problemas que son parte de la ¨modernidad¨. O casos como una madre que dice que para ella la serie llega en un momento oportuno como para que se establezca un dialogo entre padres, hijos y quizás centros de estudio. ¨Yo ya empecé con mi hija¨.

Un personaje de la serie que llama la atención es el hijo del policía que investiga la causa. Sufre el bullying de sus supuestos compañeros. Hay un momento que los otros alumnos tiran su basura del almuerzo en la bandeja de este joven. Él los ignora olímpicamente, tira a la basura todo y se prepara para irse. El padre tampoco ayuda porque obviamente no muestra un gran orgullo por su hijo, pero con todo en contra, el chico da el paso necesario para ayudar en la investigación y convertirse en héro, por lo menos en ese momento.

A el Psicólogo y docente especializado en el vínculo de los jóvenes y el mundo digital Roberto Balaguer -cuyo trabajo conozco a través de alguno de sus socios- en una entrevista con Emiliano Cotelo, también le llama la atención ese personaje que responde positivamente cuando todo su entorno lo empujaba y justificaba lo opuesto.

Es este muchacho que detecta que su padre, el agente investigador del crimen, está hablando de un mundo que para los adolescentes no existe, el mundo de los mayores. Él explica el uso de los colores de los emoticones, que pueden llevar desde signos de amor hasta el extremo del bullying más odioso.

Hace referencia también a grupos de influencia peligrosos como los Incel que en español sería Célin, célibes involuntarios. En un mundo donde las posibilidades románticas y sexuales están circunscritas -por seguridad o paranoia, lo que sea- a zonas supuestamente seguras como el centro de estudio o el encierro del cuarto en casa, menos opciones de las que tenían generaciones anteriores. En base a eso se plantea que el 80% de las jóvenes solo le interesa el 20% de los varones y los demás se ven cayendo en eso: célibes involuntarios que se frustran y en su resentimiento puede ser explotado.

Balaguer criticó y sostuvo que hubiera hecho las cosas diferente que la psicóloga que atendió a Jaime Miller, el adolescente de 13 años acusado de la muerte por puñaladas a una jovencita. Después de varias entrevistas la profesional dice que su trabajo terminó y en definitiva, le suelta la mano al paciente. Balaguer explica que habría otros recursos para evitar la sensación de abandono del paciente. Hasta en eso la serie es precisa, no extraña que por su cultura británica (la entiende bastante alguien que estudió en centros anglicanos) la Sra. no pudo evitar su apego a sus reglas e instrucciones profesionales.

Algunos de los expertos internacionales tienen el gatillo fácil como para pedir al gobierno prohibiciones, también se justifica que   la violencia del abuelo de Jaime, fue el puntapié inicial para alterar su vida familiar. Todo lleva y empuja para que Jaime haga lo que hizo. No parece tener alternativas, por eso en el comienzo repite con insistencia ¨Yo no fui¨.

Puede ser verdad, demasiado joven para torcer su destino. Nuestras circunstancias a veces nos dejan pocas alternativas, pero eso no debería servir de excusa para desperdiciar nuestra vida. Podemos elegir: ´fui yo¨ y desde ahí, ¨cómo recupero el timón de mi vida procurando el mejor camino¨.

Agregar un comentario

Deja una respuesta