Todos conocemos a una persona que ha sufrido un accidente, o que ha nacido con diferencias físicas que no les permite desarrollar actividades bajo los estándares de la sociedad. Pero eso no significa que ese humano «sea menos» o no pueda realizar vida normal, tener familia, trabajo, y obviamente, practicar deportes. El ánimo, empuje y superación son virtudes a la hora de enfrentar adversidades.
Los deportes paralímpicos abarcan un amplio rango de deportes para personas con discapacidad que participan en competiciones deportivas a distintos niveles. En el contexto de los Juegos Paralímpicos de Verano y de Invierno, se refiere a las actividades deportivas de alto nivel organizadas como parte del Movimiento Paralímpico mundial. Estas actividades se organizan y se desarrollan bajo la supervisión del Comité Paralímpico Internacional y otras federaciones deportivas internacionales.
Los atletas que participan en los Juegos Paralímpicos están agrupados en diez categorías, que se basan en diferentes tipos de discapacidad: ocho de ellas refieren a tipos de discapacidad física, como por ejemplo, limitaciones en la potencia muscular, que subrayan alteraciones donde la función motora se ve reducida por la contracción de un músculo o grupo de músculos (por ejemplo, los músculos de una extremidad, de una parte del cuerpo o de la mitad inferior del mismo). En esta categoría están incluidos los deportistas que sufren paraplejía y cuadriplejía, distrofia muscular, los efectos de la poliomielitis y espina bífida.
Otra categoría involucra la alteración de la gama pasiva de movimiento, que indica reducción sistemática del rango de movimiento de una o más articulaciones. Los trastornos agudos como la artritis no están incluidos.
La amputación o deficiencia en una o varias extremidades es otra clase y tiene que ver con la amputación total o parcial de los huesos o de las articulaciones debido a una enfermedad, traumatismo, o deficiencia congénita de extremidad. Otra condición es la diferencia en la longitud de las piernas: acortamiento óseo significativo producido en una pierna debido a una deficiencia congénita o traumatismo.
Mencionamos también la estatura baja: altura reducida como consecuencia de piernas más cortas de lo habitual, brazos y tronco. Esta limitación tiene su origen en un déficit músculo-esquelético de las estructuras de hueso o cartílago. Además, otra de las ocho clasificaciones físicas indica la hipertrofia muscular, que aumento anormal de la tensión muscular y disminución de la capacidad de un músculo para estirar. Ésta se puede generar por una lesión, una enfermedad o por condicionantes que involucran el daño al sistema nervioso central (por ejemplo, la parálisis cerebral).
Otra discapacidad es la ataxia, impedimento que consiste en una falta de coordinación de los movimientos musculares (por ejemplo, la parálisis cerebral o la ataxia de Friedreich, etc). Finalizando, tenemos la atetosis, que se caracteriza por movimientos involuntarios, desequilibrados y una dificultad para mantener una postura simétrica (por ejemplo, la parálisis cerebral o la coreoatetosis).
Una categoría que hace referencia a lo físico pero se clasifica aparte es la discapacidad visual, la cual comprende a quienes tienen una visión parcial, suficiente para ser juzgados legalmente como invidentes, hasta quienes sufren una ceguera total. De esta manera se incluye la alteración de uno o más componentes del sistema visual (estructura del ojo, receptores, vía el nervio óptico, y la corteza visual). Los guías visuales para atletas con deficiencia visual son una parte tan íntima y esencial de la competición que el atleta con discapacidad visual y el guía se consideran un equipo. A partir del año 2012, estos guías (junto con los porteros visuales en Fútbol 5 pueden recibir medallas como propias.
La última clase tiene que ver con la discapacidad intelectual, donde se incluyen a los deportistas con un deterioro significativo en ese funcionamiento y limitaciones asociadas con la conducta adaptativa. El CPI se centra principalmente en los atletas con discapacidades físicas, pero el grupo de discapacitados intelectuales se ha añadido en algunas ediciones de los Juegos Paralímpicos. Únicamente pueden participar los atletas de élite con discapacidad intelectual diagnosticados antes de los 18 años.
Pero la integración debe ser absoluta sin un solo tipo de discriminación para que todos puedan competir. Para asegurar que la competición sea justa y equilibrada, todos los deportes paralímpicos tienen un sistema de clasificación a través del cual se garantiza que la victoria de un deportista dependa de la habilidad, aptitud, potencia, resistencia, capacidad táctica y concentración mental del mismo, al igual que sucede en los deportes para personas sin discapacidades.
El propósito de la clasificación de los atletas es reducir al mínimo el impacto de las deficiencias en la disciplina deportiva. De esta manera, tener una discapacidad no es suficiente y se debe probar el impacto de la misma en la práctica deportiva. Los criterios de agrupación de los atletas por el grado de limitación para afrontar la actividad deportiva se denominan «Clases deportivas». A través de la clasificación, se determina qué atletas son aptos para competir en un determinado deporte y cómo se agrupan para la competición.
En la actualidad existen 22 disciplinas consideradas como deportes paralímpicos (a desarrollar en próximas ediciones). ¡Nunca dejes de luchar por tus sueños!
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