Advertencia: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Otra ver recurro a la imaginación, que como se ha dicho es la loca de la casa. La situación argentina me genera incertidumbre, confusión, me llena de dudas y me provoca una gran expectativa. ¿Quién ganará? ¿Ganará Milei nomás? ¿Y el día después? ¿Y los días después?
En fin, abundé con mis consultas a colegas del vecino país. El tema recurrente: el acuerdo Massa-Milei, Milei-Massa. Pero no meramente para que Bullrich quede fuera del balotaje – para lo cual tanto la han ayudado en todo este tiempo Macri y Rodríguez Larreta-sino para mucho más lejos; para el próximo gobierno. Gane cualquiera de los dos.
Mientras tanto Cristina no aparece; mira y aguarda. Porque, si Massa no pasa al balotage o Milei llegara a ganar de primera, la eventual entente debería ser entre Milei y Cristina.
“A Massa si no pasa le pegan una patada en el culo”, mi dijo un colega argentino, siempre tan directos. Fíjate, me indicó, que Alberto Fernández, (¿lo recuerdan?, el presidente), reasumirá y será era el encargado de conducir los últimos 50 días- y son muchos días-. Alberto, como hasta ahora, hará lo que diga Cristina. Por supuesto que se asegurará la suya – quizás una buena embajada- pero si hay acuerdo será entre el nuevo presidente y la hasta hoy indiscutida líder del kirchnerismo, afirmó este colega.
Milei necesita de Cristina y más si Kicillof gana la provincia de Buenos Aires. Esto parece indiscutible. Y también necesita de la CGT la que seguramente no dejará de coordinar con aquella.
Pero retrocedamos un poco. Unas horas atrás era un hecho que Milei y Massa jugaban en tándem. Eso es lo que se decía y se acentuaba tras los debates donde ambos candidatos se levantaban centros. Massa por su lado le pegaba mucho más fuerte a Bullrich que a Milei. Éste a su vez trataba a la CGT como una “institución de la democracia autónoma e independiente”, mientras al mismo tiempo se “cagaba” en el poder legislativo y los partidos políticos. Y con Cristina guantes de seda -“es un tema que está en manos de la Justicia y debe ser la que resuelva”- y se cuidaba muy bien de no calificar o utilizar adjetivos; los mismo para con su hijo. Sin embargo, ese mismo Milei no tenía ningún empacho de acusar a Bullrich de “asesina” y de “terrorista que puso bombas en un jardín de infantes”. ¿En base a qué?
Pero además Milei quien se llena la boca con el equilibrio fiscal y clama a todos los vientos que la emisión descontrolada y sin respaldo provoca inflación, lo que es sabido por todo el mundo, en el congreso le vota al oficialismo la baja de impuestos, sin ningún tipo de respaldo o contrapartida lo que genera más desequilibrio y se financia con más emisión de “pesos que son excrementos” dijera repetidamente el líder de “La libertad avanza”.
Decime, eso que hizo Milei votando la rebaja de impuesto no es lo que hacen los políticos que tanto critica, pregunté.
Por supuesto. Se comporta como lo peor de las “castas”, pero eso estaba en el acuerdo, se me dijo.
¿Cómo que estaba”?
Sí, estaba, me explico, porque en las últimas horas aparentemente el acuerdo, igual que el dólar o junto con el dólar, se fue a la mierda. En este país, se me dijo, todo puede cambiar de un minuto a otro y saltar para cualquier lado.
El plan era que Massa, con Milei mirando para otro lado, siguiera repartiendo “platita” para mantener sus votos y así ganarle a Bullrich e ir los dos a la segunda vuelta.
-Pero en esa instancia Milei es el seguro ganador, o casi, y que le puede aportar Massa.
Además de su habilidad, que hay que reconocérsela – es un maniobrador de alto nivel- más alguna gente en el congreso y en concejos provinciales, que podrían ser más con una buena elección, y por el aporte que implica el peronismo o parte de éste. Y una CGT amiga. Eso sí- prosiguió mi colega-sin no hay segunda vuelta, adiós a Massa, sus votos en el Congreso y concejos se sustituyen con los radicales. Entonces el arreglo tiene que ser con Cristina. En la “calle” sigue siendo fuerte. Además, tiene su gente en el Congreso y unas cuantas gobernaciones
Bien, sabemos lo que gana Milei presidente con un apoyo, por lo menos al principio, de Cristina, pero ésta que gana, insistí.
Bueno, para empezar ese “principio” puede llevar un buen tiempo y lo que Milei le asegura a ella y a su familia es el “entierro” en la Justicia de todas sus causas- en Argentina suceden esas cosas-, y algún tipo de rehabilitación de su imagen personal y como expresidenta. Además, si gana la Provincia de BA, no retacearle recursos y tratar bien a sus otros gobernadores y “su gente˝ y en lo que respecta la CGT no meterse en los negocios ni con las prebendas de “los gordos”.
Pero me decís que los acuerdos o ententes volaron por los aires, pregunte.
Si y ello debido a la suba del dólar de estas últimas horas y con la amenaza de la hiperinflación cada vez más cierta y cercana. En una situación de hiper la dolarización, que tanto gusta y sobre la cual Milei poco sabía qué hacer, con una moneda que no sirve ni para limpiarse se hace más factible y por otro lado con la licuación el recorte- la motosierra- del presupuesto en dólares se produce de hecho. Además, con un país arrasado y todo el mundo arruinado es mucho más fácil pedir sangre sudor y lágrimas y con unos pocos dólares los vas arreglando. Con esa perspectiva, a Milei, cuya ansiedad y ambición desbordan, las babas comenzaron a asomarle por las comisuras de los labios. Tanto que salió a aconsejar una corrida hacia el dólar e incluso una corrida bancaria. Sin ninguna hesitación.
Linda situación, pobre Bullrich, atine a comentar.
Sí, pero tampoco es que en eso esté todo dicho. En las Pasos 12 millones no votaron o lo hicieron en blanco o anulado; ¿qué pasa si a los que hasta ahora pensaban que lo peor era lo mejor, les entra el temor de que lo peor es mucho peor? y ¿qué pasa si una tercera parte de ellos piensan un poco y salen a buscar “seriedad y equipo”? En ese caso Bullrich y Juntos por el Cambio podrían dar una sorpresa.
Está clarito, ¿no? Lamentablemente Voces es semanal, porque si fuera diario, mañana mismo podría contarle una novela totalmente distinta a la de hoy.
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