Una vez más, ASOCIDE P.P.L. se regocija de poder llegar a sus lectores con información, avances y retrocesos de esta herramienta organizacional que hemos fundado y mantenido a pesar de lo sinuoso del camino.
En este sentido, preferimos y elegimos a consciencia dejar para próximas publicaciones lo que estaba planificado para la publicación de hoy, a saber, las acciones que ha desarrollado nuestra organización desde sus comienzos en 2015.
No quisiéramos perder la oportunidad de informar a nuestros lectores cual es la coyuntura actual de la asociación, a pesar de la existencia de una gran animosidad y convencimiento por parte de algunas autoridades, de que el mecanismo de sanción y la violación sistemática de los DD.HH de las personas privadas de libertad, nos amedrentarán y nos silenciaran, pero nada se encuentra más alejado de la realidad. Creemos fervientemente que poner en palabras los recientes sucesos que implican a esta organización, ponen de manifiesto aquellas problemáticas (entre tantas otras) por las cuales también en su momento se creyó necesario construir un colectivo que reivindicara los derechos de las personas privadas de libertad. Por ello es que elegimos una vez más el lado ético de la vida, revelando a ustedes lo complejo de sostener esta herramienta en el contexto de encierro, pero que de otro modo iría en contra de la propia naturaleza y esencia de la asociación.
El temor a que sobrevenga a la luz la realidad carcelaria, pero no solo por todo el sistema, sino por las personas que lo administran a diario en forma totalmente arbitraria, no corre por nuestra cuenta. Es así que quisiéramos contarles cuales han sido los recientes acontecimientos que quizá puedan visualizarse como un posible retroceso de la organización, pero nosotros no cesamos en creer que es propio de la postura institucional frente a una herramienta de tal envergadura como lo es una asociación de personas privadas de libertad, que necesariamente entra en tensión con los intereses personales e institucionales inscriptos en la sociedad actual y en esta micro sociedad carcelaria.
En estas últimas semanas nuestra Asociación ha sido blanco de infinitas arbitrariedades, las cuales creíamos propias de otra época y de otro contexto, pero no compañeros/as, se reproducen a cada instante en cada nueva oportunidad.
En un lapso menor a veinte días el vicepresidente y fundador de nuestra organización, Carlos Grassi, fue trasladado a otra Unidad, a quién enviamos un afectuoso saludo y a quien esperamos para continuar el trabajo que comenzamos juntos, dentro o fuera de los límites que trazan estos muros.
Por otro lado, nuestro compañero Marcelo Marcona, secretario de la asociación, a quién la policlínica de ASSE de la Unidad Nro. 6 “Punta de Rieles” le niega la medicación indicada mediante receta por médico psiquiatra, y quién a raíz de ello comienza una huelga seca durante 6 días, lo cual fue de conocimiento público. En este contexto, le fue retirada la computadora y el teléfono celular de la organización y es por ello que no hemos podido responder correos y mensajes, por lo cual sabrán disculparnos. A pesar de ello y por otras vías nos hicieron llegar, la información sobre la situación actual que está experimentando un compañero en la cárcel de Soriano, el cual se encuentra en un calabozo con tuberculosis “escupiendo sangre”, y no le brindan asistencia, (nueva denuncia presentada al Comisionado Parlamentario sin respuestas).
Asimismo el presidente de la Asociación, Edgardo Escobar, quién gozaba de salidas transitorias educativas para cursar la Licenciatura en Psicología, se las han suspendido sin un fundamento de peso para ello. A estos últimos acontecimientos y a muchos otros más, en los cuales no ahondamos en esta oportunidad porque sería preciso un periódico completo, es que nos referíamos cuando mencionábamos “camino sinuoso”. A pesar del estado coyuntural de la asociación, al cual por su propia definición lo entendemos como circunstancias momentáneas y móviles, les decíamos también que nos regocija volver a escribir estas líneas para ustedes, ya que eso es muestra de que aún continuamos en pie y trasmitirles que a pesar de estos hechos concretos nos sentimos más fuertes que nunca y redoblamos esfuerzos para seguir adelante.
El micro poder carcelario gestiona y administra las situaciones a su gusto, (siempre en nombre de la moral, desconectado de toda ética posible), obviamente en forma parcial, ya que nada se pronuncia de ilícitos en manos de los funcionarios que el Estado encomienda la tarea de vigilar y castigar, y que también se administran muros adentro, según sea su cargo.
Saludamos desde acá, a las organizaciones que luchan en la búsqueda de una nueva forma de trabajo en salud mental, proponiéndolo desde una visión de derechos humanos, y agregamos que el contexto de encierro necesita una nueva ley, y mucho más que ello, ya que al decir de los buenos muchachos “saber qué es la ley no asegura justicia”.
Los integrantes de ASOCIDE P.P.L., queremos saludar y agradecer sus conocimientos y experiencias a maestros, profesores y tutores con los cuales hemos compartido horas de charlas e intercambios: Oscar Rorra, Flabia Fuentes, Silvina Viera, Beatriz Medicci, Marisa Sorrentino, Miguel Millan, Luis Freda, Silvina Acosta, Rocío Morales y toda la comunidad Almendro.
Y quisiéramos cerrar este nuevo encuentro con ustedes con una cita que nos parece puede aportar a la reflexión individual y colectiva de ustedes y nosotros para continuar organizándonos desde el pie: “Hay un caudal humano no utilizado que en algún momento se organizará por su cuenta y creará una forma de competencia, ya que los grupos directivos son mucho menos creadores que los grupos subdirectivos, es decir, que los que están en la tarea específica aquí y ahora” (Pichón Reviere).
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