Home Entrevista Central Diego Reyes, diputado del MPP: Con Cabildo Abierto compartimos varias banderas

Diego Reyes, diputado del MPP: Con Cabildo Abierto compartimos varias banderas

Diego Reyes, diputado del MPP: Con Cabildo Abierto compartimos varias banderas
0

Nos enteramos de su existencia en la fiesta de la embajada de Israel y ahí mismo nos quedamos con la idea de agarrarlo. Es uno de los nuevos diputados de la izquierda con una visión muy marcada por su generación. A pesar de ser su primera entrevista, según nos confesó, le discutimos como locos y no se achicó en ningún momento.

Por Jorge Lauto y Alfredo García / Fotos: Rodrigo López

Perfil

Montevideano de Pocitos, tiene 32 años. Fue al Colegio Cervantes, y terminó en el Zorrilla. Hizo dos años en el IPA, en Física. Tiene tres hermanos, uno de 27, una de 13, y otro de 11.Su padre es blanco y la madre es frenteamplista. Trabajó de canillita. Fue profesor de Física en Pando, en Barros Blancos, en Atlántida. en el Zorrilla y en el Dámaso. En el Parlamento trabajó con Héctor Tajam y Gabriela Cultelli, en el equipo de economía. Tiene dos hijos, de 6 años y 8 meses respectivamente.

¿Dónde surge el interés por la política?

Cuando estaba en el quiosco, con los diarios, hablando con la gente. Viendo lo que es la calle, las desigualdades que hay, la sociedad en que vivimos. A los 17 arranqué yendo a ayudar con Un Techo Para Mi País. Fui a ocho o diez construcciones de casas.

No sirven para nada.

Era totalmente asistencial. Cuando arranca el Plan Juntos empecé a participar más activamente en las brigadas de voluntarios.

Tampoco sirve para nada.

Hicimos un montón de casas. Intentamos generar muchas casas, aunque no hicimos todas las que nos habíamos planteado como fuerza política. La situación de la vivienda es algo complejo en el Uruguay, y creo que hay que trabajar el tema.

¿Qué lleva a los jóvenes a insertase en lugares de militancia como Un Techo Para Mi País?

Es porque queremos ayudar, mejorar las condiciones de vida de la gente. En ese entonces para colaborar en causas justas tampoco es que había un abanico de propuestas. Si bien la solución habitacional no era tal, para las condiciones de muchos lugares cubría momentáneamente ciertas problemáticas.

¿Por qué son tan poco atractivas las organizaciones políticas para los jóvenes?

La gente joven quiere hacer algo inmediato, solucionar algo rápido. A veces, en las estructuras políticas es difícil lograr la participación. Van a hacer catorce años desde que milito en el MPP. No me considero una persona nueva en la organización, y sin embargo a veces sentís que te hablan como que llegaste ayer a militar. A mí me costó mucho ir a comités de base en el Frente Amplio. No encontré un espacio. Las veces que fui estaban en una deliberación de temas con los que no sentía que iba a poder aportar o hacer algo. Hoy estoy yendo a un comité de base y encontrás mucha gente más joven, con otro diálogo. Asumí acá tras el fallecimiento de Bonomi, cuando Daniel Caggiani pasó a ser senador y yo pasé a ser diputado nacional por Montevideo. Fue un hecho que no tenía previsto.

Nadie esperaba que se muriera el Bicho.

Lo lamentamos mucho, uno de nuestros referentes políticos más importantes en el transcurso de su actividad política, como ministro de Trabajo y del Interior, el peso político que tenía en el MPP y en toda la izquierda uruguaya… Antes de eso estaba viviendo en Maldonado desde hacía dos años y me salió la posibilidad de trabajar en un emprendimiento agropecuario, cultivando cáñamo industrial. Estaba llevando la gerencia de la empresa. Fui militante en el movimiento estudiantil, participé en el CEIPA y en el Centro de Estudiantes de Atlántida. Trabajé como cooperativista en un restaurante, fui mozo durante muchos años, sobre todo en la zafra. Siempre estuve muy vinculado a las organizaciones sociales, y en el MPP participé mucho en el Frente Social, tanto en el Frente Estudiantil como en el Frente. Trabajando en Salto tuve la oportunidad de participar en la constitución de una gremial de productores de cannabis, con los diez productores iniciales y posteriormente agremiando otros más en todo el país.

El presidente declaró en estos días que el Estado no tiene que producir cannabis.

Como productor, te puedo decir que hoy tenemos varias vías de acceso al cannabis, desde las farmacias hasta los autocultivadores y los clubes, y ahora lo que puede ser el turismo cannábico, con los proyectos de ley que se están manejando, agregando la figura de los dispensadores turísticos. Podrá ser o no en un futuro. Ojalá tenga andamiaje para la producción nacional. Hoy en farmacias tenemos cuarenta y nueve mil setecientas sesenta y cinco personas, lo que equivale a veintitrés toneladas anuales, si todos ellos sacaran lo que les corresponde por cuota mensual. Hoy se están produciendo diez toneladas anuales.

Hay déficit.

Tenemos un déficit en lo que es la producción para farmacias, lo que provoca desabastecimiento, y que haya solamente tres variedades a las que se puede acceder. Lo comparo con el vino, como si solo se pudiese acceder a tres variedades de vino en el mercado. Llevamos nueve años de legislación y creo que el espíritu inicial de la regulación del cannabis apuntaba al acceso. El problema era acceder y combatir el narcotráfico.

Sacar a la gente de las bocas.

Exacto. Hoy la gente demandaría veintitrés toneladas, y no lo estamos logrando cubrir. Entiendo al presidente cuando dice que no está de acuerdo con el que Estado regule esto, porque no nos está saliendo.

¿Por qué no se produce más?

No es que no se produzca. Hoy hay diecisiete licencias de cannabis medicinal. De cáñamo industrial hay más de ochenta licencias, aunque la lista del Ministerio de Ganadería no es pública. En la zafra pasada creo que fueron noventa y algo, aunque varias no volvieron a cultivar. De cannabis medicinal se exportaron veintitrés millones de dólares en seis toneladas, y en cáñamo industrial siete millones en sesenta toneladas. El cannabis que se está produciendo en esas empresas no va por el camino de que pueda dispensarse en las farmacias. Hoy tenemos un montón de productores de cannabis.

Pero que no se usa con fines recreativos sino medicinales.

Se usa para exportar.

¿Ese cannabis serviría para uso recreativo? ¿Es el mismo tipo de plantas?

Acá tenés productores de cáñamo industrial, que es cannabis sin THC. Son un montón de variedades, con un rico aroma y sabor pero sin ningún tipo de psicoactividad. Perfectamente ese cannabis se podría empezar a dispensar en las farmacias si se hiciera un llamado a licitación pública, abriendo la cancha para los emprendimientos de cáñamo industrial.

Si no tiene THC no se va a consumir, si lo que se busca es el efecto psicotrópico.

No tiene por qué. Es como un cigarrillo que no produce psicoactividad, que sirve para fumar porque te puede gustar el aroma o el sabor. Pero es cannabis, y se produce en Uruguay, con ochenta productores dedicados a eso. Después tenés las licencias de cannabis medicinal, cuyo fin hoy es exportar. Pero no veo ningún sector productivo que solamente funcione con la exportación. Además de la exportación, se tiene que abrir la industria nacional y el mercado interno. En Uruguay solo se reguló el uso recreativo, pero en el resto del mundo lo regularon como cannabis medicinal. En esos países tenés que ir al doctor para que te dé la receta para poder ir a la farmacia. Ahí tenemos dos tipos de cannabis, el medicinal para fumar y el que sirve para medicamentos. Tienen diferentes valores en el mercado. El importe de posible exportación de cáñamo está entre doscientos y cuatrocientos dólares el kilo, mientras el de cannabis medicinal está entre dos mil y tres dólares. Y el cannabis medicinal para uso farmacéutico está entre siete mil y diez mil dólares.

Hay mucha diferencia.

Sí, por el método de cultivo que implica. No es lo mismo un medicamento que algo que se va a fumar para uso recreativo. Pero creo que tenemos una oportunidad histórica en Uruguay.

La oportunidad con lo medicinal el Frente Amplio la durmió.

No lo comparto. Las últimas dos leyes que vota el Frente Amplio en el período pasado son la ley de investigación científica en cannabis y la ley de acceso al cannabis medicinal y terapéutico. La ley de cannabis se votó en 2013 y demoró hasta el 2018 en implementarse. No teníamos registradas las variedades. Después de aprobada la ley el Estado uruguayo tuvo que estabilizar las variedades para poder vender en la farmacia. Hoy tenemos más de veinticuatro variedades de cannabis inscriptas. Hubo demoras, sin duda. El cannabis medicinal y terapéutico es una necesidad de la población hoy, que lo consume. Creo importante que se regule el cannabis medicinal para darle herramientas a las farmacéuticas, para que puedan empezar a hacer medicamentos. No me gustaría que quedaran fuera de la ley los pequeños productores de cremas y aceites de cannabis. Considero que es clave lograr el registro de medicamentos derivados del cannabis. Lo mismo para los cosméticos y la alimentación. Tenemos un montón de ramas para diversificar el cannabis.

Que son víctimas del prejuicio por la parte que los considera droga.

Hay aciertos de la ley. Los clubes de cannabis lograron que no se concentre en pocos la producción del cannabis recreativo. Hoy tenés doscientos veinte clubes, si bien están limitados en la cantidad de gente, con cuarenta y cinco personas cada uno y un máximo de cien plantas. El campo que yo administraba tenía dos mil plantas. En la escala no tenemos nada que ver con lo que son los clubes cannábicos. Son modelos totalmente diferentes.

¿No hay un choque ideológico en el uso de drogas? ¿No es una alienación consumir drogas? Para un pensamiento de izquierda, que se supone quiere cambiar la sociedad.

Por consumir drogas no vas a querer dejar de cambiar la sociedad, y más si lo hacés de manera recreativa. ¿Qué tiene de malo fumarse un porro un fin de semana? No encuentro que tengamos un problema, si no es un consumo problemático.

¿No es una forma de escapismo? Incluyendo el alcohol.

Cualquier droga consumida en exceso es un problema. Consumir marihuana, alcohol o tabaco todos los días está mal.

El tabaco no afecta la…

Yo fumo tabaco, y si no toco un cigarrillo en cinco horas, me tiembla la mano.

Pero es un tema físico, no mental.

Pero es una adicción.

El alcohol, la marihuana, la cocaína y los psicofármacos afectan la capacidad racional, se supone.

En un consumo habitual y problemático.

Sí, el tipo que necesita fumar marihuana todos los días. O el que se toma cinco whiskies por día.

Es un consumo problemático, y es algo diferente a irte un fin de semana para afuera y tomarte un vino. Un vino no se consume para quedar borracho. Las drogas están en la sociedad. Tenemos que apostar a un consumo racional. Y tampoco se trata de fomentarlo. No fomento el consumo de marihuana ni de ninguna droga. No es lo que busco a la hora de plantear un modelo de producción de cannabis. Lo veo como algo que puede generar fuentes de trabajo, que genera conocimiento y tecnología en todo el mundo, algo de lo que no podemos quedar afuera, creciendo y aprendiendo con este sector de la actividad.

No ves el consumo de drogas como una parte de la alienación del sistema.

No.

Alcohol, marihuana, psicofármacos o cocaína. Es una forma de escaparte de la realidad. ¿O no?

Para mí no, en un consumo responsable. La marihuana tiene algo de compartido, de fumar colectivamente.

Es una droga comunista.

Es como tomar mate. Se juntan unos a fumar un porro y no lo veo como algo malo o negativo. Sí creo que como Estado lo que debemos hacer es prevenir el consumo problemático. Antes de estar en un club cannábico, yo no accedía a cannabis de calidad. Fumábamos lo que había, como cuando éramos chicos y se compraba vino suelto. Creo que va en que haya productos de calidad, con un acceso responsable para el consumo.

¿En la juventud, se bajó o no la percepción del riesgo de la marihuana como droga?

Antes era una práctica totalmente prohibida. Lo que hay ahora es que lo hablamos más. Por ese prohibicionismo que existía, y que sigue existiendo en el mundo, aunque Uruguay y otros países ya están saliendo de esa situación, con los cuarenta y nieve mil cuatrocientos usuarios de las farmacias, los catorce mil cultivadores domésticos y los siete mil miembros de clubes de membresía. Es una población que está inscripta para un consumo legal.

Se supone que es el 25% de la marihuana que se consume en Uruguay. Hay un 75% que todavía va por la vía ilegal.

Y con el autocultivo hay mucha gente en la casa que no sabe que tiene que registrarse. Creo que hay que hacer campañas de fomento para la regulación de los autocultivadores, como también la posibilidad de ampliar el número de plantas que pueden tener, que hoy es de seis por casa. Pero creo que ahora vamos a pasar a una segunda fase. El acceso al cannabis va a seguir creciendo. Va a seguir habiendo demanda de acceso. El segundo plano son los derivados del cannabis medicinal. La Ley de investigación científica en Cannabis preveía un fondo de investigación científica. Creo que se debe acompañar este proceso con la academia. Hoy tenemos una diversidad de organizaciones sociales que consideran importante la cultura cannábica, y es de valorar, porque en muy pocas partes existen tantas expresiones. Hablo desde los que hacen aceites o son autocultivadores, los que están intentando investigar y conseguir fondos para proyectos y los que están generando genéticas propias. Tenemos un montón de factores para poder desarrollar bien.

Hay una diferencia entre lo que es el cannabis medicinal, el industrial y el cannabis recreativo. Los consumidores, hoy por hoy, serán unas trescientas mil personas, es decir, menos del 10% de la población del Uruguay. Al 90% es un tema que no le mueve la aguja.

En los últimos dos años se generaron fuentes de trabajo a partir de proyectos de cannabis. Me lo estás llevando al consumo, y yo te lo llevo a trabajadores de emprendimientos cannábicos que capaz no consumen marihuana, y para los que la vida cambió a partir de la legalización de la marihuana. Si influye o no influye que los consumidores sean un 10% no es el punto. Y aunque fuera esa minoría, también hay que hacer valer sus derechos. Hoy la marihuana trasciende el consumo e implica fuentes de trabajos y productores.

Los productores de cocaína o de armas también generan fuentes de trabajo. Es un argumento simplista. No se defiende cualquier cosa por el trabajo que genera.

Llevamos cinco temporadas de productores de cannabis. En las primeras tres, la finalidad era el aceite medicinal. Cuando cambió el gobierno habilitó la posibilidad de exportación de flores de cannabis y el comercio interno, y la mayoría de esos productores cambiaron su perfil de negocios y en vez de plantar para hacer extracciones empezaron a cultivar flores para fumar, tanto con fines medicinales como recreativos. Es un mercado para exportar. Si me decís que estamos generando una droga para consumo, yo te pregunto si a los productores de vino los ponés en la misma bolsa.

El argumento de las fuentes de trabajo es medio flojo, para algo que en definitiva no sabés si es bueno o no.

Además del producto recreativo, tenemos instalados en Uruguay cuatro laboratorios para hacer medicamentos. Es clave separar. Hoy en Uruguay estamos necesitando veintitrés toneladas para dispensar en las farmacias. Si queremos traer turistas, y entran tres millones de turistas anuales, podemos llegar a tener sesenta toneladas de consumo. Me decís que es un problema que venga gente del exterior a consumir marihuana a Uruguay porque el consumo hace mal.

El consumo no es saludable para el organismo.

Entonces tenemos que cerrar todos los bares del Uruguay y prohibir vender cerveza, vino y cigarrillos. No comparto esa visión. No hay problema, una fortaleza de la democracia es poder vivir en diversidad de opiniones. Es clave para el fortalecimiento democrático que podamos estar sentados en la misma mesa y tener visiones diferentes y poder seguir dialogando.

Una de las críticas a los gobiernos del Frente Amplio es que se dedicaron a los nuevos derechos, moviendo muy poquito las cuestiones estructurales básicas. La lucha de clases pasó a ser la agenda de nuevos derechos.

Si bien tuvimos la agenda de derechos, también hicimos cambios estructurales muy importantes. ¿Abandonamos la lucha de clases? No, siempre está presente en la sociedad. Asumiendo la investidura que tengo como legislador nacional creo que es clave hacer una autocrítica de lo que fue el trabajo de nuestra fuerza política en el gobierno, que nos llevó a perder las elecciones y la mayoría parlamentaria. Nuestro primer desafío, por lo menos el que yo me planteo, es volver a ser gobierno para poder incidir en la realidad que estamos viviendo.

¿Para hacer qué cosas que no se hicieron?

Como fuerza política tenemos que reconocer nuestras debilidades.

¿Cuáles son?

La falta de diálogo con los actores de la sociedad. Se vio en las premisas que teníamos, en el diálogo cómo lo generábamos. También por un desgaste que tuvimos como fuerza política. Nos alejamos del trabajo de campo.

El Frente se burocratizó.

En cierta manera, sí. Dejamos de estar con los de a pie, con los trabajadores, con los que mueven la aguja de la producción en este país. Y eso sí fue por un desgaste. También desde que asumimos trabajamos por acortar la brecha existente con aquellos que fueron más excluidos. Fue una premisa del Frente Amplio desde que asumió el gobierno nacional y es algo que no podemos dejar de reconocer, si bien hay que hacer una autocrítica. No logramos corregir los errores que estábamos cometiendo. O no logramos representar a las mayorías nacionales necesarias. Eso derivó en la pérdida del gobierno nacional.

¿Por qué fue necesario llegar a esa pérdida para darse cuenta de los errores?

Perdimos por muy poco. Hay que asumir los problemas y los errores que estabas cometiendo. Ahora que perdimos es mucho más fácil decir por qué fue, más que en el momento. Pasa también en la vida de uno. Hay veces que te das cuenta que ibas por el camino equivocado después de que te mandaste las macanas. No es algo que sea solo por lógica.

Hubo mucha soberbia en alguna gente dentro del Frente.

Tenemos que retomar ese pacto histórico que teníamos con los trabajadores. Tenemos que lograr tener un proyecto productivo con justicia social. No lo logramos tener en la última campaña electoral. Nos costaba mucho decir por cuál camino teníamos que ir, cuáles eran las cuestiones productivas que teníamos que encarar.

¿Cómo explicás el surgimiento de un movimiento como Un Solo Uruguay, incluso por fuera de la Federación y la Asociación Rural?

Se unieron sectores productivos. En la composición de Un Solo Uruguay ellos mismos se dividen por lo que produce cada uno y llevan las demandas puntuales, para llegar a un consenso entre todos y a una plataforma. La representación que lograron en el BPS hace un antes y un después en Un Solo Uruguay. Están planteando ser un nuevo sector político. Hubo un discurso del Frente, o una forma de diálogo con los productores nacionales, que no fue la correcta. A mí me pasó de ir al campo y que me dijeran “este zurdito”. Era un sapo de otro pozo en algunos ámbitos. Pero mostrando una manera de trabajar y una impronta, me sirvió mucho trabajar en el sector privado y en el interior del país, siendo de Montevideo y trasladándome a Salto. Hay que ser muy responsable. Creo que uno de los factores que hay que cambiar como sociedad, y acá en el Parlamento nos cuesta mucho hacer un clic, es que tenemos que pensar, ejecutar y controlar, permanentemente. Acá nos pasa que pensamos una ley y la votamos. Y después, ¿cuándo la controlamos? ¿Cuándo la volvemos a pensar? Vivimos en una sociedad que es dinámica y va cada vez a una velocidad más grande.

Que muchas veces ya están perimidas.

En ese plano de reflexión, las responsabilidades de control son difíciles de llevar a cabo. Hay que ser muy responsable y hay que lograr resultados. En lo productivo, cuando le errás al control es que empieza todo lo malo. Equivocarse es normal y no es algo que tenga que ser penado. El problema es cuando no lo corregimos. Y pasa. Yo participé en una cooperativa donde éramos dieciséis chiquilines que teníamos un emprendimiento productivo. Coyunturalmente, el control se veía como algo malo. Hay cuestiones que acá en el Parlamento se reflejan de igual modo. El famoso double-check.

Es real en todos lados. En administración pública es clarísimo. Nadie quiere que le controlen nada.

Muchas veces desde acá hacemos pedidos de informes antes de primero ir al diálogo con las autoridades. Muchas veces estamos analizando cuestiones sin tener primero la información arriba de la mesa, asumiendo cosas.

¿Por qué surge un fenómeno como Cabildo Abierto, que le roba parte de los votantes al MPP?

Lo construyeron los militantes de Cabildo Abierto, que empezaron a generar un sector político, a acumular dirigentes. Los ves, están acá. No es que sea solamente Guido Manini Ríos. Hoy Cabildo Abierto es un partido político con representación parlamentaria y que en las anteriores elecciones logró una expresión bastante importante con sus ideas.

¿Por qué le roba banderas al MPP?

Compartimos varias banderas, como el nacionalismo. Si bien en algunas cosas no compartimos ningún pensamiento, en otras sí. Y hasta se han votado leyes en conjunto entre el Frente Amplio y Cabildo Abierto. Yo estuve en las dos últimas campañas políticas, estuve con los gurises del MPP y participé en los agites de la 609.

Pintaban muros y bailaban con Gerardo Nieto, no me embromes.

Disculpame, yo fui fundador de las clases de apoyo de los gurises del MPP, fui uno de los coordinadores.

Perdían todos los exámenes.

No es por perder o salvar exámenes, porque tampoco era esa la finalidad, sino darle una contención a la gente que la estaba necesitando. Ojalá todos los sectores sociales consideraran importante que nuestros jóvenes estudien. Y también los que no son jóvenes. Por ejemplo, cuando se hizo el plan para terminar Ciclo Básico me impactó saber que en Uruguay hay ochocientas mil personas que no lo terminaron. Ayudé a preparar un montón para el curso de Acredita y vi la alegría que les da a las personas terminar esas etapas y tener opciones para estudiar. Es muy importante en el desarrollo de nuestra sociedad.

Esto me hace acordar al Plan Juntos. Tenías el gobierno con un montón de estructuras para vivienda, y creás otro plan, como un bypass. Tenés todo el gobierno de la educación y generás los cursos del MPP. Teniendo toda la estructura institucional educativa, ¿es lógico?

El proyecto de Gurises del MPP es de carácter no formal. Es una ayuda que se da entre pares. No tenés que ser profesor para ayudar a preparar un examen. Y no intentó nunca ser sustitutivo de…

Pero está confesando un fracaso de las políticas educacionales del gobierno. Es muy voluntarista.

Nosotros ahí acompañamos procesos. La prueba Acredita la generó la ANEP, y nosotros nos ofrecimos como militantes para dar una mano. Nos pareció una causa noble. Los diferentes planes que hubo en la anterior administración fueron siempre de reinserción de gente al sistema educativo. Durante todos los periodos pasados siempre fue aumentando la cantidad de gente que accedía a la educación y que llegó a la universidad. Y el voluntariado siempre fue un espíritu de mi organización, el ayudar y ser solidario. Además de hacer cambios estructurales, es lo que dice el Pepe: o cambiás vos o no cambia nada, y en ese sentido se trata de implementar valores que sean diferentes a los de la sociedad en que vivimos. Siempre nuestra consigna fue que la solidaridad podrá con la codicia. Fue una causa puntual ante una necesidad de nuestra población, como lo están haciendo muchos compañeros con las ollas populares. No organizamos ollas para que el INDA dejara de dar comida, sino porque veíamos una necesidad ante una situación que estábamos pasando.

Una cosa es cuando sos gobierno y otra es cuando no lo sos. Es parte del bypass tupa, siempre por fuera de la institucionalidad.

Van de la mano. Una institucional y una social. Además de tener compañeros en la institucionalidad, siempre los tuvimos en los movimientos sociales, y tienen un peso muy importante en nuestra fuerza política. Tampoco las responsabilidades de nuestros compañeros en el gobierno las definía el MPP en el día a día. Era una autonomía táctica. A mí nadie me dijo qué es lo que tengo que decir en esta entrevista, por ejemplo. Supongo que a los ministros les pasaba lo mismo. Va en la construcción política de esos dirigentes políticos, para generar estos cambios que queremos. Me planteás la dicotomía de lo institucional, pero no lo veo así en nuestra fuerza política. No se trata de estar en contra de la institucionalidad, sino que los procesos tienen que ir de la mano, los institucionales y los sociales. Nunca vamos a lograr transformaciones sociales si no lo hacemos con la gente. Si lo hacemos solamente con la institución, los procesos van a quedar ahí.

En la izquierda hay como una división de áreas. Los bolches se dedican al movimiento sindical, y los tupas al movimiento social.

Dejás afuera a más de la mitad de todo el Frente Amplio, en la división entre tupas y bolches.Tenés muchísimas expresiones. También están los independientes. La mitad de mi familia es frenteamplista y no son de ningún sector político. El sentir frenteamplista no hace esas divisiones.

Pero hay prioridades.

Sí, pero el Frente Amplio como organización política es mucho más que esos dos sectores. Como Frente Amplio somos la suma de esos dos sectores más la suma de muchísima gente que no integra esos sectores, y que tiene igual importancia y a la que hay que darle la misma voz que tienen los demás.

No la tienen. Vos mismo has dicho que los comités de base son poco atractivos para poder participar.

Es responsabilidad nuestra que sean un lugar donde generar una construcción para transformar la sociedad. Decir que no sirven para nada no es lo que quiero transmitir. Creo que el comité de base y el Frente Amplio tienen que generar esas reconversiones y encontrar la manera de que la gente más joven y también la que no es joven sientan que podemos representarlos. Hoy acá estoy como representante nacional. ¿A quién represento? ¿A mis votantes nomás? ¿A los que votaron la 609 o a una línea de ideas para llevar a cabo y defender?

La causa para que el Frente haya durado todo lo que duró y tenga vistas para seguir a futuro es esa unidad.

Estoy muy contento con Fernando Pereira como presidente del Frente Amplio. Lo valoro mucho en nuestras filas, como un dirigente hipervalioso. Creo que logró retomar la voz de conducción del Frente Amplio en lo que es la estructura. Se está planteando realizar un montón de giras con El Frente te Escucha. Lo veo activado como no lo vi al Frente en muchos años, y creo que va a ser un factor muy importante en la reconstrucción de nuestra fuerza política, tanto asumiendo la derrota que tuvimos como fortaleciendo las intendencias, los municipios, los dirigentes más chicos, los dirigentes de los barrios. Me encanta que Fernando Pereira me diga que de acá a diciembre vamos a recorrer todas las departamentales cuatro veces, que vamos a ir a todos los barrios de Montevideo, que se van a organizar charlas. Lo veo como una persona que nos va a fortalecer. Y en esto de controlar y llevar un seguimiento de los temas lo veo como una persona muy capaz.

¿Cuáles son los planteos que el Frente debería llevar hoy a la ciudadanía para el próximo gobierno? ¿Ganar pero para qué? ¿Cómo lográs que la gente te dé otra vez la confianza?

Y la esperanza.

Es lo último que se pierde. La ola esperanza…

Con esa marchamos. Cuando empecé a escuchar al Frente Amplio fue porque creía en los dirigentes. La voz del Pepe fue muy importante en mi incorporación a la militancia del Frente.

Engañó a un pueblo.

No seas malo, con el Pepe no te metas. El Pepe al firme. Se trata de recuperar el que la ciudadanía se sienta parte y apueste por el proyecto político. Va en meternos más que nada en los temas de la producción nacional, que es un tema que a veces nos cuesta mucho a los de izquierda, el hablar de la producción, el comercio, las relaciones bilaterales para que el país salga adelante. Creo que a veces a la derecha la unen los intereses y a nosotros nos separan las ideas. Tenemos que lograr hacer una transformación de eso y decir que acá va a haber un proyecto productivo con justicia social, y que la gente lo apoye, no solamente los trabajadores sino los empresarios de este país.

¿Cuáles son las innovaciones?

Creo que tenemos que tener una diversidad de planteos. No podemos tener un único planteo para solucionar los problemas. Lo que tenemos que recuperar para volver a enamorar con el proyecto es acompañar las diferentes expresiones de la sociedad, de los diferentes territorios de nuestra sociedad. Muchas veces hablan del interior como si el interior fuera uno solo y no diferentes interiores, como también son diferentes barrios en Montevideo y Canelones. En Canelones tenés treinta y tres municipios, en Montevideo ocho, y a la representatividad territorial de cada uno de los alcaldes hay que encontrarle un motor. Creo que va a haber muchas promesas incumplidas por parte de este gobierno. Ahora viene la rendición de cuentas y desde el Parlamento vamos a intentar demostrar lo que está pasando. Vivimos una crisis muy fuerte con la pandemia.

Que, si hubiera estado el Frente en el gobierno, nos hubiera afectado igual.

Tuvimos desde siete mil quinientas personas que fallecieron por el Coronavirus, hasta la precarización laboral que se dio. Nuestra sociedad cambió radicalmente después de la pandemia. En la empresa en que trabajaba me dijeron que íbamos a tener la ayuda de una nueva administrativa, que era venezolana. La llamé pensando que estaba acá en Uruguay. La contrataron estando en Caracas, para prestar servicios contables para Uruguay de manera remota. Antes también existía esto, pero la pandemia intensificó estos cambios estructurales del trabajo.

Y que hay que competir con salarios mucho más bajos.

También. Con la pandemia tuvimos los que perdieron el trabajo, los que fueron al seguro, los que vieron bajar su salario. Hubo una reorganización. ¿Cuánta gente no pudo pagar el alquiler? Toda la nación se vio perjudicada.

 No sabemos qué va pasar en el mercado laboral. Desaparecen profesiones, aparecen oficios. La jornada de laburo se va a reducir.

Y a los trabajadores más jóvenes nos pasa que se nos viene la reforma de previsión social, que si no la hace este gobierno la va a tener que hacer otro. También todo esto está sujeto a las presiones de las consultoras internacionales, que influyen mucho en lo que es el grado inversor de nuestro país. Creo que tenemos que poner un énfasis en lograr el mayor consenso nacional para esa reforma.

¿Es viable lograr consensos entre gobierno y oposición?

Creo que sí.

¿El Frente está actuando bien como oposición? ¿O está haciendo lo mismo que le hacían los que ahora gobiernan?

Es difícil cuando no tenemos muchas mesas de diálogo. Creo que no, que hoy nuestra oposición a nivel parlamentario es responsable, encarando cada tema que hay. Ahora viene la rendición de cuentas y vamos a estar todos estudiando, viendo cómo se fueron ejecutando las partidas. La pandemia ya se fue. Todas las reformas que se hicieron hasta el día de hoy fueron sin movilización en la calle. Esta va a ser la primera rendición de cuentas con todo el Palacio Legislativo con las barras llenas de gente. Los discursos del oficialismo cambian.

Entre ellos tienen problemas.

Está bueno que les implique un diálogo. Desde la responsabilidad que tengo siempre voy a apostar al diálogo nacional, ante todos los temas. No concibo no dialogar con la oposición, en el caso de ser gobierno, aunque hay cosas en que no vamos a estar de acuerdo. Te pongo el caso de la eutanasia. ¿Vieron cómo salen ciertos dirigentes políticos a tratarte como un asesino, si estás a favor? Hay cuestiones en los diálogos institucionales que no podemos aceptar. No podemos aceptar que no se acepte la diversidad de opiniones en una democracia. No lo podemos tolerar. En el oficialismo y en la oposición hay posturas de verdad absoluta, y eso no lleva a ningún lado.

La reforma de la seguridad social es una necesidad histórica más allá de quién gobierne, incluso por nuestra pirámide demográfica. ¿No es imprescindible una política de Estado, sin medir el costo político partidario?

Cualquiera que quiera emprender cualquier tipo de proyecto lo que tiene que hacer es dialogar, y acá nos van a presentar un proyecto sin que nosotros sepamos cómo fue su constitución.

En la reunión de expertos estaban todos los sectores, y muchos se fueron después.

¿Por qué se fueron? Se juntaron en una mesa, pero no llegaron a un informe en conjunto. Se pararon y se fueron de la mesa. Así es difícil generar diálogos nacionales. Creo que es una obligación de todo el sistema político no dejar nunca de intentar dialogar, en todos los temas. Es una cualidad que tiene el Uruguay, por su dimensión. Es una fortaleza del país, y es algo que la población valora mucho. A la gente no le gusta que andes gritando en el Parlamento. No, la gente quiere que vayas, que generes diálogo y des soluciones a los problemas que tenemos.

 A veces hay más diálogo del que se aparenta. Muchas veces se logran acuerdos en la interna, que no trascienden. Lo que trasciende es el quincho.

Reconocer el diálogo y lo bueno capaz no suma tanto para la tribuna y lo mediático. Pero creo que se han dado muy buenas expresiones de consensos nacionales, que después no han logrado mantenerse. ¿Por qué se caen? Capaz por la falta de permanencia en los temas. Votamos leyes que después no tienen una continuidad en los que las generaron en la fuerza política.

¿Podés encontrar tres cosas buenas de este gobierno?

Me pareció una lástima cuando se fue Talvi, un actor político con la relevancia que tuvo, y que se haya tenido que ir por la desidia de los poderosos, abandonando a todo su sector político. Me parece lamentable.

¿La desidia de los poderosos?

Y sí, de cierta manera. ¿Por qué se fue, si no? Fue por presiones. Algo grave pasó para que se haya ido en plena cumbre del Mercosur. La ciudadanía no sabe qué fue lo que pasó, pero algo pasó. Hubo actores que dijeron: “Este loco no va más”, y se tuvo que ir. No apareció más, no quiere dedicarse a la política, se quiere ir a vivir a otro país. Alguien que era el tres de la coalición, o el dos. Lo que está pasando con la reforma educativa tal como lo están planteando…

Te pedí tres cosas positivas, por las dudas…

Quieren hacer una reforma educativa sin los actores que integran la educación en el país, los docentes y los estudiantes. No tienen un diálogo nacional de educación, que la Federación de Docentes ya ha planteado en reiteradas ocasiones. No les importa lo que diga la Asamblea Técnico Docente. Los juntaron ahora solamente para la foto. Generaban documentos, salas, encuentros. No quieren que los docentes se expresen frente a esa reforma que se está generando. Los convocan a la ATD, no les informan lo que les están dando y los quieren ahí, calladitos. Y cuando se expresan, arrancan los problemas. Creo que la reforma educativa es una plataforma electoral para la candidatura de Robert Silva. Ese es el fin que le encuentro, y todo el circo que está haciendo Schipani con el tema de los certificados.

Quince años de gobierno y no fuimos capaces de cambiar radicalmente la educación en nuestro país.

El acceso de la población a la educación en los últimos quince años fue un cambio importante. La recuperación salarial de los docentes también fue muy importante. La cantidad de horas docentes, los diferentes programas, la constitución de la Universidad Tecnológica. Fallamos en la Universidad de la Educación, no la pudimos generar. No estábamos dispuestos a que una universidad en Uruguay no fuera autónoma y sin cogobierno, y esa fue la razón por la cual no se pudo constituir. Sin embargo, el Consejo de Formación en Educación… Arranquemos cuando se genera la ley de educación en 2008, con el congreso Julio Castro. Se planteó una serie de reformas que no pudimos llevar a cabo.

¿Por qué? El Pepe dijo que había que hacer mierda los gremios de la educación. ¿Por qué lo dijo?

Cuando dijo eso veníamos del congreso Julio Castro, la primera vez en este país en que juntamos a todos los actores de la educación para saber qué opinaban y hacer una reforma educativa.

¿Dónde estuvo la reforma educativa?

En la cantidad de centros educativos que hay, en la cantidad de horas docentes, ¿Por qué hay setenta mil horas menos de clases? ¿Me estás diciendo que la reforma educativa que se está llevando a cabo hoy está generando un cambio? En los chiquilines uruguayos, en los que van a la clase todos los días. ¿Están teniendo una educación de mejor calidad? No es verdad.

¿Por qué tenemos un 60% de gurises que no termina el Ciclo Básico? Con quince años de gobierno que tuvimos, con mayoría parlamentaria y guita. No fuimos capaces de solucionar ese tema.

Gobernar no es algo sencillo. No puedo compartir contigo que hoy la reforma educativa que se está pretendiendo llevar a cabo es una reforma articulada…

Estamos hablando de cosas diferentes. Te estoy hablando de la no reforma que hizo el Frente.

Generamos la Universidad Tecnológica, la obligatoriedad en la educación pública.

No se cumple. Se abandona.

Los niños uruguayos van todos a la escuela. Si mirás los índices, en Ciclo Básico también va aumentando. No todos terminan y no todos llegan a la facultad, sin duda. ¿Cómo íbamos a hacer una reforma en un lugar donde no había ni edificios? Los profesores en Uruguay no tenemos reconocido el carácter universitario. Tengo amigas que se recibieron e hicieron el IPES para hacer posgrados y mejorar su nivel académico para darles clases a los chiquilines en Secundaria o en UTU, y no se les reconoce el título ni pueden hacer ninguna especialización diferente. Si no generamos una cultura… No concibo ninguna reforma educativa si no es de la mano de los docentes, los estudiantes y toda la comunidad educativa. No creo que imponer un modelo educativo sea la forma. Ahora, con la virtualidad, quieren que los profesores desde Montevideo le den clase a un chiquilín en Artigas, porque no hay profesor de Física. ¿Estás mejorando la calidad educativa de esa persona?

Entre no tener clases y tener un profesor virtual… La pandemia mostró que la virtualidad era bastante interesante.

¿Gracias a quién? A los profesores que se pusieron la camiseta, dando las clases desde las casas sin wifi, adaptándose a las nuevas circunstancias.

La virtualidad se usa en el mundo.

No concibo la educación en una tablet sin estar en un salón de clases. No puedo apoyar un modelo educativo sin presencialidad, sin un vínculo de ida y vuelta en el salón de clases, en la institución. Estoy de acuerdo en que es mejor la virtualidad que nada, pero primero quememos todas las líneas para que puedan tener un profesor. Tenemos una cantidad de horas vacantes. Capaz no están llamando a toda la comunidad educativa para que venga a dar clases. ¿Cuál es el objetivo? ¿Bajó en la pandemia el nivel educativo de los chiquilines que llegan hoy a la Udelar? Si preguntás, te van a decir que sí. La virtualidad también precarizó el conocimiento. Si yo en un escrito tenía que controlar que no se copiaran, imaginate todo lo que puede pasar con la virtualidad. Para mí la virtualidad no es una mejora educativa sino una herramienta para lograr una mejora educativa. No es el camino.

El mundo va hacia eso. Tenés un portero que te atiende cincuenta edificios a la vez. En definitiva, no tenés planes para el futuro del Frente Amplio, no encontraste tres cosas positivas de este gobierno. No respondés nada.

Continuó el Plan Ceibal. Te digo una buena. El gobierno siguió repartiendo computadoras. A mi hijo por ejemplo le dieron la Bellatrix.

¿Es mejor que la anterior?

No es una computadora, es una tablet.

Lo positivo de este gobierno fue continuar cosas del Frente, entonces. ¿Y cosas propias?

Me gustaría hacer un reconocimiento a la figura de Salinas en el Ministerio de Salud, ante la tensión de la situación sanitaria. Hay que destacar la conducción que tuvo en ese proceso.

Te veo muy cerca de Cabildo.

O Cabildo está muy cerca nuestro.

Cómo se combate el narcotráfico. ¿La legalización de la marihuana sirvió?

Sin duda.

¿Cómo se combate de forma efectiva?

Regularizando las drogas.

¿Todas?

Sí.

¿La pasta base?

No, la pasta base es un residuo.

¿Cómo se termina con el consumo de pasta base?

Es un problema de acceso, mientras haya bocas.

Mientras haya cosas prohibidas va a seguir habiendo narcotráfico.

Siempre va a haber narcotráfico y venta de estupefacientes. La cuestión es regularizar de cierta manera el consumo de drogas. He escuchado planteos de hacer espacios de consumo para evitar la problematización de que vayan a una boca. No estoy de acuerdo en darle pasta base a nadie. Considero que es una droga que tiene un antes y un después en la vida de cualquiera que la consuma. Es algo letal. Nuestro organismo no está preparado para el nivel de adicción que genera.

Terminás con el narcotráfico legalizando todo.

Y combatiéndolo. Es una mezcla de combate al narcotráfico y regulación de las drogas.

El paradigma de este gobierno de solo combatir no conduce a nada.

Con eso no vamos a llegar a nada.

 

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
temas:
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.