El viernes 25 de noviembre se presenta el espectáculo “poético musical” “Ni discos de Canaro”. Será en el teatro Circular (Gral Rondeau 1388) a partir de las 21 horas y contará con la participación de Eduardo Nogareda, Colomba Biasco y Diego Cubelli.
“Ni discos de Canaro” involucra un proceso creativo en clave de diálogo multidisciplinario entre las obras más recientes de los poetas y músicos Eduardo Nogareda (“Faltan datos”, 2020), Colomba Biasco (“Pétalos dispersos” – 2021) y Diego Cubelli (“Rasga lo blando” – Editorial Yaugurú – 2021). Con tres voces y dos instrumentos musicales, este proyecto colinda con el teatro poético. “Ni discos de Canaro” articula los lenguajes del bandoneón, la guitarra, la palabra cantada, la palabra dicha y la gestualidad. Inspira este espectáculo la ilusión de poner a la poesía en escena. Los textos utilizados expresan la hondura de las emociones humanas. Las canciones y los poemas registran ausencias, recuerdos de infancia, ilusiones, amores y desamores. Y entre otros faltantes consignados, ningún disco de Canaro.
Eduardo Nogareda nació en Montevideo en 1944. Es comunicador radial, poeta, actor, compositor y cantautor. Fue docente de Literatura y vivió un largo exilio en Argentina y España y regresó a Uruguay en 2005. En 1979 coordinó una edición de la novela “La tregua”, de Mario Benedetti (Ediciones Cátedra, Colección Letras Hispánicas, Madrid), para la que redactó un ensayo sobre el autor y notas de pie de página.
En 2007 recibió el Premio Morosoli a la trayectoria periodística. En 2014, recibió el premio Bartolomé Hidalgo de poesía por su libro «Los Hornos».
Tiene varios libros publicados: Estas hogueras nuestras (Ediciones HOAC, Madrid, 1977, ganador del Premio Poesía en Carne Propia), El aire es un gran animal (Editorial Arca, Montevideo, 1986), El estruendo de una mosca (Madrid, edición de autor 1991), Pensado campo (Montevideo, Artefato, Colección Delfos 2006) y Aunque la orquesta se duerma (Ático Ediciones. 2018).
¿Cómo nace la idea de este espectáculo?
La idea inicial, surgida en una conversación entre Colomba Biasco, Diego Cubelli y yo, fue armar un guion en el que pudieran dialogar nuestras últimas publicaciones. El disco más reciente de Colomba, Pétalos dispersos, es de 2021. Rasga lo blando, último libro de Diego, también fue publicado en ese año, y lo último editado por mí, Faltan datos, es de 2020. Las tres obras vieron la luz, paradójicamente, en los años oscuros de la pandemia.
¿Por qué se define como “poético musical”?
Porque el núcleo significante está compuesto por la combinación de esos dos elementos, poesía y música, así como el agua se compone de hidrógeno y oxígeno. Quiero decir que esto, en primer lugar, es un espectáculo, puesto que es un trabajo vivo sobre un escenario, y ese espectáculo tiene su base en un sentimiento poético que se expresa con palabras dichas y palabras cantadas, algunas a capela y otras con música de bandoneón y de guitarra. Y todo fluye y se entremezcla. No son agua y aceite, sino agua dulce y agua salada. Nuestra intención es poner a la poesía en escena.
¿A qué remite el nombre “Ni discos de Canaro”?
Ese es un verso de un breve texto de Cubelli lleno de misterio poético, que dice: “Abanico negro en un cajón / cuatro monedas / reloj a cuerda / ni crucifico / ni discos de Canaro”. Entendemos que este poema expresa el peso de la ausencia, señala lo que está y lo que no está, y la ausencia es, precisamente, un eje temático principal en la obra.
¿Qué le aporta cada uno de los tres participantes?
Colomba aporta una voz cultivada con esmero, su oficio de compositora y una sensibilidad decantada abiertamente hacia la canción poética y el decir en verso. Diego sostiene y profundiza el mensaje de las palabras con el toque libre del bandoneón, un instrumento que él hace transitar por melodías y armonías que escapan a los márgenes del tango. Yo entrego mi vocación y mi experiencia por la comunicación oral y el cuidado en el uso del lenguaje.
¿Qué es lo que se va a ver arriba del escenario?
Nada más entrar, el público ya verá poesía en la escenografía de la artista plástica Lala Severi, quien hizo un fino trabajo de abstracción, muy estético. Luego vendrán la música y la palabra, y con ellas las emociones, el drama, el humor y el amor. Una ocasión para pensar y sentir, aplacando por un rato las estridencias del mundo. Queremos respetar el espacio escénico haciendo un uso ponderado de sus mágicas posibilidades.
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