Alcanza con ingresar a un supermercado y recorrer sus góndolas para advertir la gran cantidad de productos veganos, así como la creciente demanda por estos alimentos. No se trata solamente de marcas con perfil innovador, también las más destacadas del mercado invaden las listas de promociones de productos veg.
Hay una gran batalla en la industria alimentaria, que busca incorporar nuevas líneas de productos alternativos a los “tradicionales”, al mismo tiempo que enfrenta, con diferente suerte, las presiones reguladoras de los organismos rectores de la salud pública, así como también de organizaciones no gubernamentales que proponen una nueva mirada hacia la relación entre la especie humana y los animales.
La Organización Mundial de la Salud, creada el 7de abril de 1948, hace ya 75 años, dio sentido real y de principios a una máxima fundamental, “la salud es un derecho humano para todos”. Con un presupuesto inicial de 5 millones de dólares, sus “primeras prioridades fueron controlar la propagación de la malaria, la tuberculosis y las infecciones de transmisión sexual, y mejorar la salud materno infantil, la nutrición y la higiene ambiental”.
Dentro de las responsabilidades de la OMS, está la alimentación. Por ello impulsa campañas publicitarias de mejora de los hábitos alimentarios con el propósito de, por ejemplo, un incremento del consumo de frutas y verduras, o reducción en el uso de sal y azúcares. La OMS recomienda para los adultos una ingesta de cinco porciones de frutas y verduras … dado que aportan la fibra necesaria para la salud intestinal, así como también contribuye a prevenir enfermedades.
Problemas nutricionales
La relación de las nuevas generaciones con sus alimentos es bastante más exigente y sofisticada, pero no necesariamente la recomendada por los especialistas. No se trata de cuestiones de moda, en definitiva, circunstanciales, que siempre las ha habido, las hay y las habrá, sino a razones más profundas. Por un lado, la profundidad e intensidad de las campañas públicas cuyo propósito en atender problemas nutricionales que repercuten severamente en la población. Entre ellas, el sobrepeso, la obesidad, la anemia, el retraso de crecimiento y la deficiencia de nutrientes.
Es que la alimentación no saludable y la nula o escasa actividad física, constituyen dos factores principales de riesgo para la salud de los uruguayos.
El incremento del consumo de productos ultraprocesados, los PUP, y el sedentarismo urbano, son parte de una serie de cambios asociados a los patrones de alimentación. Existe una alarmante preocupación por una práctica alimentaria con alto contenido energético, de grasas, azúcares libres y sodio, y escasas frutas y verduras.
Pero hay otros patrones alimentarios consumidos por la población, que pueden representar riesgos nutricionales si no se realizan en forma adecuada y asesorada. Son estrategias vinculadas con patrones emergentes como pueden ser el vegetariano, el vegano y la alimentación basada en plantas.
La oferta alternativa
En esta guerra, como en casi todas, lo primero es confundir al “enemigo”, despistarlo, algo de aquello de Don Quijote, “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura”.
Hay estrategias validadas en las campañas de marketing, las de comunicación de marketing y, definitivamente, las publicitarias. “¿Quieres un café descafeinado?” ¿Qué? ¡Que si quieres café sin cafeína! ¿Pues de qué vale tomar café sin café? No lo sé, pero hay muchísima gente a la que le gusta la idea y el sabor. En términos de oportunidad de negocios, hay un mercado. Para darle una vuelta de tuerca, no hay un solo café descafeinado, sino varios, dependiendo de cuál de los diversos métodos se han utilizado para eliminar la cafeína del café.
Veamos qué nos dicen los que saben. Hay muchas formas de obtener un café descafeinado, según Nestlé (https://www.nescafe.com/co/conviertete-en-experto/descafeinado-propiedades). El propósito de todos y cada uno de esos procesos es retirar o eliminar, como mínimo, el 97% de la cafeína de los granos de café. Y hay un método, entre varios, que sólo con el agua se puede realizar esta descafeinización natural, sin apelar a productos químicos.
Pero luego vendría otra discusión, una derivada de la anterior: asumiendo que el café descafeinado tiene un buen sabor, que se lo percibe como café, ¿es más saludable beber café puro que el descafeinado, o al revés? No pocas nutricionistas responden que en realidad se trata de dos alimentos vegetales naturales que contienen polifenoles, unos antioxidantes con propiedades antiinflamatorias que “pueden ayudar” a reducir el riesgo de una serie de enfermedades, como la diabetes tipo 2 o el cáncer.
¿Pero sabía que hay leche de almendras? Bueno, ésta es actualmente la batalla que esta dando la industria láctea de la Unión Europea para que no se pueda llamar leche o queso a productos de origen vegetal. Por las dudas, hay algunas firmas europeas que producen esos mismos productos cuya nomenclatura pretenden desterrar, pero temen perder fracciones de mercado y, fundamentalmente, la batalla cultural.
Y llegamos a las carnes…
Frente a los problemas, se puede optar por ignorarlos, pero éstos no sólo siguen creciendo, sino que ganan terreno más fácilmente al no encontrar ni siquiera una batalla cultural y científica en el camino.
Aquí, en estos parajes, parece que es la opción. Pero en Europa (y no sólo allí, sino a partir de allí el resto del mundo) van experimentando y avanzando. Grandes empresas cárnicas ya hace un tiempo que tienen sus líneas veggie orientadas a los consumidores vegetarianos. Solo a vía de ejemplo, Campofrío cuenta con la línea Vegalia…hamburguesas de berenjena, de espinacas, proteína 100% vegetal (“no hay otro más parecido al pollo”).
Por citar otro ejemplo, Noel, “productos sin carne”, bajo la presentación de hamburguesas, fetas de fiambres, etc, todo para veganos. Esta compañía se define como “la primera empresa cárnica en apostar por alternativas sin carne”. Desde 2016, reformulación en 2019 y en expansión.
La sustitución de la carne ya va dejando de ser una opción de minorías algo excéntrica o sofisticada. Se está transformando hace ya un tiempo en una batalla cultural que avanza y que no encuentra contertulios que la interpelen.
Y las opciones no son tantas, pues el futuro no se detiene. Después, como dice el tango de Homero y Virgilio Expósito, “¿qué importa el después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado…”
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