Siempre disfrutamos la adrenalina del juego, la técnica y destreza de cada competidor, la magia del desempeño en base a un conjunto de factores físicos, de trabajo y talento. Pero todo eso refiere al cuidado y salud, cuestión fundamental bajo el cuidado y asesoramiento de los deportistas más extremos: los médicos.
La Medicina Deportiva tiene raíces muy antiguas que se pueden identificar en la medicina China y de la India. Se difunde mayormente desde la época de los griegos, sobre todo con los trabajos de Galeno, y luego cuenta con contribuciones importantes de Avicena y Paré. En tiempos más modernos, el carácter científico y la investigación le dan mayor peso y categoría. Es una especialidad importante para la seguridad y bienestar de quienes participan en deporte, y cada vez, tendrá mayor trascendencia por su rol preventivo y terapéutico en la sociedad en general.
La labor de un especialista en salud de un deportista o equipo profesional es apasionante, pero al mismo tiempo compleja y agotadora. Las numerosas guardias o la presión por realizar diagnósticos lo antes posible para que los jugadores puedan comenzar el tratamiento son dos de los factores con los que conviven día a día. Además, las funciones como profesionales médicos de un equipo deportivo abarcan diversos ámbitos.
Al inicio de una pretemporada se realiza una preparación previa de quien juega, su estado de salud integral y sus posibles limitaciones, prácticas y ejercicios para estar en forma, para luego realizar un exhaustivo reconocimiento médico que incluye exploración médica, además de la somatoantropometría (que consiste en realizar medidas corporales como peso, talla, pliegues cutáneos, etcétera, para determinar el estado físico del jugador y poder realizar planteamientos individualizados de entrenamiento y nutrición específico para cada caso), ecocardiograma, ergometría (prueba de esfuerzo), y analítica de sangre y orina. De esta manera intentamos prevenir la aparición de problemas graves tales como las patologías cardíacas.
Asimismo, en colaboración con el preparador físico y los fisioterapeutas se valora el acondicionamiento muscular, la capacidad aeróbica y la anaeróbica. Se estudian también las características musculares de cada deportista para determinar los ejercicios físicos más convenientes y conseguir la máxima potencia muscular, resistencia y elasticidad, intentando prevenir las lesiones musculares o el agotamiento muscular.
A pesar de ello, por desgracia es muy frecuente que aparezcan lesiones deportivas en los jugadores. La función de los profesionales médicos es intentar diagnosticar con rapidez para realizar el tratamiento precozmente y conseguir una curación completa en el menor tiempo posible para su incorporación al retorno de juego. Es muy frecuente la realización de la Resonancia Magnética, Ecografía o TAC el mismo día de la lesión. Gracias a ello, se puede tener un diagnóstico preciso para poder diseñar el tratamiento médico, iniciar la fisioterapia adecuada, y estimar el tiempo esperado de baja deportiva.
Entre varias funciones como médicos deportivos, se encuentra también la asistencia a los jugadores y árbitros durante los encuentros. Ante una lesión se debe decidir lo más precozmente posible si el jugador puede continuar el partido o debe ser sustituido. Esta es una de las situaciones más estresantes porque tanto el jugador, como el cuerpo técnico, aficionados y medios de comunicación están muy atentos a las decisiones.
Por otro lado, no se debe descartar que los jugadores también padecen enfermedades comunes: gastroenteritis, alergias, neumonías, etc. También en estos casos se deben realizar diagnósticos y tratamientos rápidos y eficaces para conseguir la incorporación precoz a los entrenamientos.
Por último, los médicos también se encargan del control de dopaje, una cuestión muchas veces mal vista por el público, pero absolutamente necesaria, ya que se debe controlar que ni un solo jugador consuma sustancias para sacar ventajas deportivas o que estén fuera de las normas establecidas, fundamental para el correcto juego limpio y sano de todas las partes.
Indudablemente, hay que destacar que el médico de un equipo profesional no trabaja de forma aislada sino que es necesaria una relación de absoluta colaboración, coordinación y confianza en todos los ámbitos con los entrenadores, los preparadores físicos, fisioterapeutas y nutricionistas para organizar el trabajo que ha de hacer el jugador, desde el punto de vista físico y técnico, para lograr obtener así los mejores resultados.
Tampoco podemos olvidar que los médicos también asisten a pilotos de carreras bajo un protocolo ágil y necesario, absolutamente dinámico en caso de accidentes, ya que sabemos que los impactos de choques pueden ser graves, a tal punto que una acción en segundos pueda resultar salvar la vida a un corredor. Además, no podemos dejar de lado el trabajo de los veterinarios como medicina aplicada a los animales, por ejemplo, para caballos de carrera, fundamental no solo en lo deportivo, sino en la conjunción del todo.
Finalizando, es muy importante el cuidado del ser humano, por eso también es necesaria la ética y responsabilidad profesional, ya que no se puede jugar con la salud de otra persona. Ese es un aspecto a tener en cuenta, también para no sobre exigir a un deportista, ni someterlo a temas sanitarios dudosos ni menos experimentales que luego puedan generar consecuencias negativas. Como dice el dicho: “la salud, es lo primero”.
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