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El mito extraterrestre y los “nuevos avistamientos” por Miguel Pastorino

El mito extraterrestre y los “nuevos avistamientos” por Miguel Pastorino
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En este mes de febrero, volvieron las noticias sobre el avistamiento de “ovnis”, lo cual ha resucitado el mito extraterrestre, dando noticias de nuevos “contactos” en diversas partes del mundo. Es más frecuente de lo que parece que, ante la presencia de fenómenos aéreos no identificados, se lo relacione con posibles visitas de seres de otras galaxias. ¿Qué fue lo que sucedió?
En Estados Unidos fueron derribados tres globos que fueron llamados “Ovnis” en varios medios, pero en realidad ya no son objetos voladores no identificados, sino que se sabe que eran globos y fueron derribados. Uno era un globo chino bien identificado en una tarea de espionaje. Los otros dos, también eran globos, pero como no se recuperaron restos, no se conoce su origen, si de empresas privadas o de otro país. El chino estaba a miles de metros de altura, pero los otros dos eran mucho más pequeños y volaban a baja altura. El NORAD (Comando de defensa aeroespacial de Norteamérica) no había detectado los globos al comienzo porque sus radares estaban calibrados para captar aviones de caza o misiles, y no objetos tan lentos como los globos. Cuando ajustaron los radares a objetos más lentos, los detectaron y fueron derribados.
Estos “fenómenos aéreos inusuales” como se los llama (no se utiliza más la sigla OVNI), al igual que todos los que se han investigado hasta la actualidad, incluso con algunos sin resolver del todo, siempre se trata de creaciones humanas utilizadas para el espionaje o experimentos de nuevas tecnologías, ya sean servicios de inteligencia militar de diversos países o empresas privadas. Nadie nos ha visitado hasta ahora piloteando naves espaciales desde otros planetas.

La construcción del mito.
Si bien la hipótesis de que existe vida inteligente fuera de nuestro planeta es algo que no podemos descartar y de hecho hay evidencia que hace pensar que haya existido vida en algunos planetas, no lo sabemos. Son solo hipótesis a partir de algunos experimentos, nada más. Lo cierto es que, hasta el día de hoy, no hay ninguna evidencia científica sobre contactos con vida inteligente más allá de nuestro planeta.
Aunque existen muchos documentales pseudocientíficos y una vasta literatura sobre supuestos contactos, lo cierto es que no hay nada demostrado. Sin embargo, no son pocos los que creen con profunda certeza que hemos sido visitados por seres de otros mundos. La construcción del mito extraterrestre tiene su historia y ha generado una gran cantidad de películas, novelas y hasta sectas religiosas que dicen tener contacto con seres de otras galaxias o que viven camuflados en nuestro planeta, o en un mundo subterráneo.
El investigador uruguayo, residente en Estados Unidos, Milton W. Horcade, ha publicado hace ya varios años la obra más completa sobre el tema: “OVNIs: la agenda secreta”. A más de setenta años del comienzo de la manía con los Ovnis, Hourcade que comenzó creyendo que encontraría evidencias, con sumo rigor y un trabajo de varias décadas, hace un detallado relevamiento de toda la evidencia existente hasta hoy sobre el fenómeno “OVNI”, que entiende más apropiado llamar “Fenómenos Aéreos No-Identificados”, cuya sigla en inglés es UAP.
Desmantela con su rigurosa investigación las incontables versiones sobre supuestos contactos. Su estudio deja sin argumentos a los fanáticos de las teorías conspirativas, a los líderes de sectas contactistas y a los charlatanes que dicen ver extraterrestres y tener encuentros con ellos cada año.
No es la finalidad de este artículo profundizar en aspectos científicos que no son de nuestra competencia, pero sí dar cuenta de un mito cultural que ha alimentado teorías conspirativas y numerosas doctrinas de movimientos religiosos y sectas.

Los comienzos y las sectas “contactistas”.
Desde que se dice haber visto el primer OVNI en 1947, se multiplicaron los estudiosos del fenómeno, usualmente llamados ufólogos (UFO: sigla en inglés de OVNI). Muchos eran ingenuos con poco sentido crítico, pero también hubo serios estudiosos con rigurosidad científica. Aunque todos en general daban por hecho que los “objetos voladores no identificados” eran naves tripuladas por seres de otros planetas con una tecnología superior a la nuestra, con el tiempo las serias investigaciones descartaron que se tratara de extraterrestres.
Mientras que por una parte los “ufólogos” obtenían cada vez más dudas sobre lo que veían en el cielo, descubriendo que en la mayoría de los casos eran fenómenos naturales atmosféricos o prototipos de aviones con una tecnología superior; por otra parte, una gran industria cultural se desarrollaba en torno al tema extraterrestres: libros, películas, conferencias, turismo, cursos, documentales, revistas, etc.
Surgieron también gurús espirituales que mezclaban su doctrina religiosa con el mito extraterrestre, sintiéndose profetas que advertían sobre el problema ecológico y comenzaban a rendirle culto a seres de otros mundos.
Los movimientos espirituales de corte sectario como la “Misión Rama” de Sixto Paz Wells, el Lineamiento Universal Superior (LUS) de la brasileña Valentina de Andrade, Edelweis, La Fraternidad blanca, Urantia, el Centro de Estudios de la Fraternidad Cósmica, el supuesto “transmutado” Trigueriño y sus discípulos, los Raelianos de Von Däniken, el “estigmatizado” Giorgio Bongiovanni, o las obras de J.J. Benítez, han sido figuras conocidas que hacen una verdadera mezcla de elementos religiosos, pseudocientíficos y esotéricos, reinventando el mito extraterrestre en versiones que van incorporando elementos gnósticos, cristianos y espiritistas. Un caso que cobró interés y preocupación en los medios por el culto a los extraterrestres fue el suicidio ritual de treinta y nueve miembros de la secta Heaven´s Gate en marzo de 1997 en San Diego, Estados Unidos. Ellos creían que eran “ángeles” que habían venido a la Tierra y ahora retomaban el viaje espiritual a su casa de origen.
Mucho de lo que se ha escrito en ciencia ficción sobre el tema ha sido el libreto de incontables predicadores espirituales de una épica batalla cósmica entre el bien y el mal, donde el mito extraterrestre se vuelve mesiánico y apocalíptico.
Actualmente en Youtube o Instagram se pueden encontrar supuestos gurús (también llamados “influencers” por sus miles de seguidores) que dicen hablar idioma extraterrestre, o comunicarse con ellos “telepáticamente”, y que les han enseñado métodos de curación, dietas, reiki, meditación o cursos de superación personal. Algunos cuentan que han sido “poseídos” por seres de otros mundos que transmiten a través de ellos su mensaje de paz, siempre referido a cuestiones ecológicas, de cuidado del planeta y de las relaciones pacíficas.

El poder del relato.
Que existieran fenómenos inusuales en el cielo, sin que en su momento se los pudiera explicar, no significó que fueran naves extraterrestres. Sabemos que es bastante común que las personas “vean” fenómenos extraños que no pueden explicar y lo interpreten a su antojo, especialmente cuando se ha fomentado un mito cultural como la visita de seres de otras galaxias.
Entre científicos que investigan fenómenos extraños en el cielo, es bastante común que se descarten los fraudes y con el tiempo se encuentre una explicación científica, como han sido casos de globos-sonda, turbulencias atmosféricas, ilusiones ópticas, aviones que no captaban los radares, magnetismo terrestre, etc.
Pero por más que los científicos expliquen año tras año que no se trata de extraterrestres, la credulidad masiva sigue a los charlatanes. Por más que los arqueólogos expliquen sin dificultades las imágenes de las llamadas “pistas de aterrizaje” de Nazca en Perú y otras por el estilo, muchos seguirán viendo “evidencia” de presencia extraterrestre donde no la hay.
En el siglo XIX cuando muchos pioneros de la aeronáutica hicieron sus experimentos, fueron muchos los que afirmaron ser visitados por seres de otros mundos. Ya a comienzos del siglo XX proliferaban diversos relatos de ciencia ficción sobre “platos voladores”. En ese clima cultural y previo a la segunda guerra mundial, podemos imaginar las razones de lo que sucedió en 1938 cuando Orson Welles transmitió a través de la Radio su versión de la guerra de los mundos y la opinión pública creyó que realmente lo que se contaba estaba sucediendo.
Varias doctrinas difundidas en novelas y en círculos espiritistas de mediados del siglo XX serían más adelante elementos centrales de la doctrina de los Raelianos y de otros movimientos contactistas (La Atlántida, las civilizaciones subterráneas, las naves con tecnología superior, hasta “dioses” del espacio, entre otras cosas).
Con tanta difusión cultural del tema, las personas comenzaron a “ver” en el cielo lo que les habían enseñado a creer. Las personas que sinceramente viven fenómenos difíciles de explicar recurren sin quererlo a la explicación que les parece más aceptable: se trataría de extraterrestres. Y así, cada nuevo testimonio refuerza el mito.
Algunos antropológos sostienen que estos “encuentros cercanos” se parecen a cuentos folklóricos de apariciones de fantasmas. Así como hace siglos se atribuía a los caballos que se “empacaban”, la acción de un espíritu o de una bruja; en el presente si los motores de un auto se apagan, podría deberse a una presencia alienígena.

Nuevos salvadores y nuevas teorías.
La versión mitológica de seres superiores, que como salvadores vienen al planeta a rescatarnos de nosotros mismos, con una tecnología superior y con un cuidado de la naturaleza que nos daría envidia, no es algo que venga de otra Galaxia, sino un invento nuestro. Una proyección de nuestros deseos y de nuestros miedos que encontró en la ciencia ficción un relato creíble y una hipótesis que llega a unificar pseudociencia, pensamiento mágico y religión en una ensalada poco seria, pero con muchos adeptos. De hecho, a medida que avanzan la ciencia y la tecnología, se van agregando nuevas teorías y supuestas “evidencias” al mito extraterrestre, algunas incluso adelantadas por la ciencia ficción. La Inteligencia Artificial o la nanotecnología está inspirando nuevas teorías de la presencia extraterrestre, porque siempre se cree que, si nosotros avanzamos un poco más, los extraterrestres siempre van por delante y quieren ayudarnos a no cometer errores que otros han cometido destruyendo su propio planeta. Un mensaje siempre muy atendible por la preocupación ambiental. Otros para escapar de la confrontación científica, comenzaron a presentar la actividad extraterrestre de modo “espiritual” e “invisible”.
Lo más grave a nivel educativo es la presencia de estos temas en documentales pretendidamente científicos, donde refuerzan el mito con supuestos testigos e investigadores presentados como verdaderos expertos en la materia.
La verdad es que no hay por ahora evidencia seria de contactos con extraterrestres, tan solo testimonios confusos y fraudes de charlatanería. Si realmente vinieran a visitarnos, y de verdad tuvieran interés en comunicarse con nosotros, lo hubieran hecho de modo evidente y no a través de alucinaciones.

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