Con la secuela del taquillero filme de 1985 “Top Gun” aun en cartelera, el complejo Moviecenter estrenará el próximo 28 de junio “Rocky 4: Rocky Vs Drago la versión del director”. Este filme, curiosa mezcla entre reestreno y remake, intenta explotar la siempre rentable nostalgia por una idealizada década muy influyente a nivel de cultura popular, que produjo emblemáticos clásicos de la historia del cine.
En una época en la cual el cine de industria parece agotado por recurrentes tramas y un exceso de tecnología informática, las productoras de elite intentan recuperar el público perdido.
Si bien estas mismas compañías obtienen abundantes ganancias de las plataformas de streaming, la exhibición en salas sigue constituyendo el grueso del éxito o el fracaso de una superproducción cinematográfica.
Silvester Stallone, que no solamente es fisicoculturista y célebre actor sino también un guionista, productor y director exitoso con más de cuatro décadas y media de trayectoria sobre sus espaldas, lo sabe.
Luego de culminar la saga de “Rambo” y de refrescar la historia de “Rocky” con dos películas que continúan el legado del personaje, Sly decidió reestrenar una de sus obras más emblemáticas.
Pero en este punto conviene repasar un poco toda la historia de esta exitosa saga fílmica que elevó a su protagonista a la categoría de mito del cine de acción, aunque posea un registro más amplio del requerido para dicho género como demostró en su soberbia actuación en el filme “Tierra de policías”.
Los comienzos del futuro ícono fueron por demás azarosos. Un pequeño papel en un episodio de la serie “Kojak”, una actuación marginal en el filme “Bananas”, de Woody Allen, e incluso una participación en una película pornográfica llamada “El semental italiano”, apodo que luego adoptó para su famoso boxeador de ficción, fueron sus incursiones en el celuloide antes de alcanzar el éxito.
Una pelea entre el legendario Muhammad Ali y Chuck Wepner y quizá un filme de 1956 titulado “El estigma del arroyo” protagonizado por Paul Newman, lo inspiraron para escribir el guión de Rocky. Una productora se interesó en la idea, pero querían a un actor profesional para interpretar al púgil. Sin embargo, Stallone aceptó vender el guión con la condición de protagonizar la cinta.
Rocky Balboa es un humilde italoamericano y boxeador amateur que trabaja como cobrador de un usurero, hasta que, debido a una concatenación de circunstancias, es retado a una pelea por el campeón mundial de los pesos pesados, Apollo Creed. Paralelamente a esta trama, la película narra la historia de amor entre el púgil y una tímida muchacha interpretada magistralmente por Talia Shire. Rocky resulta vencido en el combate, pero la gran pelea que le hace al campeón, sumada a su indoblegable espíritu, lo erige en un ídolo instantáneo. La cinta ganó tres premios Oscar, entre ellos el de Mejor Película, y Stallone nominó como Mejor Actor.
En la segunda entrega, Creed, consciente de que un boxeador desconocido estuvo a punto de vencerlo, lo reta nuevamente, y en esta oportunidad Rocky resulta vencedor.
Ambos filmes comenzaron a cimentar la estatura épica del personaje protagónico, apoyados en una gran fotografía, peleas convincentemente coreografiadas, una banda sonora que se convertiría en un clásico, y sólidos interpretes de reparto, entre los que se cuentan la ya mencionada Shire, Carl Weathers y el gran Burguess Meredith.
La tercer entrega de la saga, si bien no alcanzó el éxito de taquilla de las anteriores, tuvo una aceptación razonable entre los fans de Rocky, ayudada quizá por la inclusión en el reparto de figuras reconocidas como el luchador Hulk Hogan y el actor de acción Mr T, famoso por su papel de Mario Baracus en la serie “Brigada A”, conocida por estos lares como “Los magníficos”.
En Rocky 4, Sylvester Stallone, protagonista y director, decidió elaborar un típico producto de Guerra Fría. Luego que Apollo Creed, antiguo rival de Rocky y luego amigo, fuera asesinado por el contendiente soviético Iván Drago en una salvaje pelea, Rocky decide tomar venganza y reta al imponente púgil ruso, convirtiendo el asunto en un tema personal y, obviamente, político.
Ese aire de propaganda pro yanki, típico de muchos filmes de acción de la época, devolvió el favor del público norteamericano a la vapuleada saga, haciéndola triunfar además fuera de fronteras y devolviéndole el éxito.
La quinta entrega fue un fracaso de taquilla y crítica, por lo cual Sly decidió abandonar el personaje. Pero dieciséis años después lo retomó en un filme nostálgico pero potente, con un Rocky ya maduro y retirado, pero dispuesto a dar su última pelea con dignidad.
En los últimos años, la serie continuaría con las dos entrega de Creed, en las cuales el personaje, ya retirado, entrena al hijo de su viejo rival y amigo.
Pero “Rocky 4: Rocky Vs Drago la versión del director”, es al mismo tiempo un reestreno y una remake, ya que cuenta con cuarenta minutos de escenas nuevas, pero que no se agregan al metraje original sino que reemplazan gran parte de la película. Stallone decidió quitar subtramas que consideraba ridículas y escenas que ya no le agradaban, para darle al filme un aspecto más serio y maduro, además de la consabida remasterización del material original.
Por tal motivo, “Rocky Vs Drago” no es exactamente la misma película que vimos en 1985 sino, en cierta forma, una obra nueva, que procura explotar la tan de moda década del ochenta, trayendo de regreso a uno de sus más representativos protagonistas cinematográficos.
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